Maestro no vendré más al Dojo!
Un estudiante comenzaba a tener una actitud de dejadez , en un final del día le dice a su Maestro- Maestro no vendré más al Dojo! Y el Sensei le respondió: – Por qué dices eso? El joven alterado, le contestó:- Veo a mis compañeros hablar mal de otros; siento que mi Senpai no me explica bien e incluso usted Sensei, ya no me dedica tiempo como antes; en los entrenamientos me gustaría hacer otras cosas, siempre hacemos lo mismo, los estudiantes nuevos no tendrían que estar en clase , no favorece al grupo; entre tantas y tantas otras cosas malas que veo. El Maestro sin dudarlo le respondió:- Esta bien, pero antes quiero que me hagas un favor: Por ultima vez correrás al rededor del tatami , pero esta vez sin detenerte, realiza 25 vueltas y luego sin descanso, haces 50 flexiones … Después de eso, podrás retirarte. Y el joven pensó: (Nada complicado, puedo hacerlo!) Y dio las vueltas apresurado y las flexiones, como le solicitó el Sensei. Cuando terminó dijo: – Listo, Sensei. Y el Maestro le respondió:- Cuando estabas dando vueltas, viste a tus compañeros hablar mal de otros? El joven estudiante dijo: – No… Viste que tu Senpai y yo tu Maestro, ambos estábamos pendientes de tí? El joven: – No pude verlos… Viste a tus Kohai y nuevos estudiantes distraídos o poco animados haciendo lo que no debían? El joven: – No, tampoco. Sabes por qué? Estabas concentrado en hacer lo que debías y de la mejor manera que pensabas. Lo mismo sucede en nuestra vida. Cuando nuestro enfoque es responsable y consciente de la práctica verdadera y del objetivo final del DO, no tenemos tiempo de ver los errores de los demás. Quién sale del Dojo por causa de la gente, nunca entró por una buena razón. Aplícalo en toda tu vida, sea cual sea tu disciplina marcial o la actividad que realices; quédate con el mensaje o compártelo. Enfócate en tus metas e ignora lo que los otros hacen y llegarás a dónde quieres llegar. Ahora ya te puedes ir. Adaptado del texto de Aikido de Pedro...
¿Cómo (NO) enseñar el Karate en la actualidad?
Imagen Cesar Martín Un prestigioso maestro de karate, al cual admiro mucho por diversas razones y que por respeto no mencionaré, hace unos años realizó un planteamiento que es muy compartido en las redes sociales por parte de múltiples maestros de karate. Precisamente debido a la cantidad de personas que se hacen eco de sus palabras, y que la esencia de éstas se contradicen con el contexto en que se desarrolla el karate en la actualidad, creí necesario incluir algunas acotaciones, para evitar inadecuadas formas de pensar, y actuar, por parte de los seguidores. En ese mismo sentido, como oponerme al planteamiento de tan merecidamente venerado maestro no constituye una posición que sea de mi agrado, me gustaría pensar que cuando él plantea “en los días antiguos”, aluda solamente a una referencia histórica ajena a su costumbre personal. “En los días antiguos en el karate no había explicaciones, solo tenías que seguir al sensei en silencio. No se podía hacer preguntas (ese proceder pertenece a la pedagogía tradicional, en la que el alumno asumía un rol pasivo y se limitaba a recibir información sin cuestionarla, que hace mucho tiempo está demostrada su ineficacia para cualquier tipo de enseñanza, no solo por entorpecer el aprendizaje desde el punto de vista cognoscitivo, sino que desde el punto de vista socio-afectivo y educativo induce a la sumisión, contrario a la actualidad que busca formar líderes. En ese mismo sentido, para ese proceder no se necesitaría un sensei- que debe dominar y aplicar la metodología de enseñanza-, solo una persona que realice el movimiento y que el alumno siga). Uno siempre estaba preguntándose el porqué de cada cosa y de todo (eso es natural y adecuado, por ser el proceso neurológico que sirve de base de la interiorización y comprensión del conocimiento, motivo por el cual debe ser estimulado en lugar de reprimido). De esa forma era que cada uno debía llegar a entender todo por sí mismo (¿Pero cómo puede lograrlo sin una guía? Está bien la comprensión particularizada de acuerdo a las potencialidades y preferencias individuales, pero sin ayuda esa comprensión individual puede ser equivocada, con consecuencia fatales. Para ese caso existe el método del descubrimiento guiado, donde el maestro modela el proceso de aprendizaje que el propio alumno va construyendo, partiendo de los recursos cognoscitivos que recibe en la clase). Experimentando con su propio cuerpo (Igual que el punto anterior ¿Cómo hacerlo sin ayuda? En ese caso se observa cierta alusión al método sensoperceptual o propioceptivo de enseñanza, pero que necesariamente depende de la información inicial que guíe el proceso). Esa era la vieja escuela. Lo que antiguamente podía tomar...
La tradición del karate
He leído discusiones a cerca de si un Maestro no aceptó a tal alumno en su Dojo, que eso no debía ser……. , etc, etc. Me vais a permitir que opine sobre este asunto desde la visión de la Tradición del Karate. Imagen gdraskoy Away in Europe En el Karate, por si alguien no se ha dado cuenta, existe una Línea Jerárquica. En un Dojo hay un Maestro principal que toma las decisiones y los demás obedecen sin discutir. No es una democracia en la que todos opinan. Y esto es así porque el Maestro del Dojo sigue una línea de progresión en la formación SHU-HA-RI. El Karate es un Arte Marcial, por lo tanto es un arma, que en las manos equivocadas puede causar mucho daño. Por eso, un Maestro de Karate, tiene la obligación de poner los filtros necesarios para que sus alumnos se comporten adecuadamente ante la Sociedad, y evitar crear matones que abusen de los demás con los conocimientos que reciben. Así es que debe seleccionar a aquellos que han de recibir sus enseñanzas, y eso implica prescindir de aquellos que él considere no aptos para recibir sus enseñanzas. Por otra parte, un Dojo no es, primariamente, un negocio, sino una Escuela de vida. Y eso es importante señalarlo. Todos los que hemos enseñado hemos tratado de conformar un grupo humano cohesionado y en el que la ayuda mutua sea permanente para poder progresar todos juntos. A veces ocurre como en el refrán que dice que un garbanzo negro te puede estropear un buen cocido… Detectar eso y apartar a aquel que rompe la armonía del grupo, invitándole a marcharse, es algo que ha ocurrido siempre a lo largo de la historia del Karate. A veces eso es necesario, aunque parezca injusto. Leyendo la historia del Karate Goju-ryu, y viendo como lo hacía el Maestro Chojun Miyagi, uno puede entenderlo perfectamente, y como se deshizo de algunos alumnos, como Higa Seiko, con los que después en la vejez tenía, ante el asombro de todos, excelentes relaciones. La Dinámica de Grupos, en la que el Maestro es el líder indiscutible, a veces necesita golpes de timón que sirvan para ordenar el grupo adecuadamente, y prescindir de algún miembro que daña esa Dinámica de Grupo es necesario, por muy doloroso que pueda parecer. No pocas veces que eso no se hace bien, la cosa termina en un cisma que destruye al grupo. Y esa es una habilidad difícil de adquirir, y también de enseñar, pero imprescindible en quien lidera un grupo. Aunque el Karate sea esencialmente un Camino individual que ha de recorrerse sólo, cuando se está...
Artes marciales: ¿Entrenador o Maestro? Mitos y realidades
Imagen de 1820796 en Pixabay Estos temas, si bien es cierto que desde el punto de vista cuantitativo son muy comúnmente tratados en el contexto de las artes marciales; desde el punto de vista cualitativo, al analizar los planteamientos que se emiten, es necesario remitirse a la esencia de la actividad, para poder comprenderlos realmente. Una de las ideas más defendidas es que un maestro, que según se refiere necesita dominar los aspectos técnicos de la especialidad y la filosofía de la misma, se preocupa más que nada por la formación de un mejor ser humano. Por el contrario, cuando se habla del entrenador, se refiere que no necesita tanto dominio de las técnicas y filosofía, pero precisa de las estrategias metodológicas de enseñanza, por ser su mayor preocupación el éxito en los torneos, no siendo así de su mismo interés la formación de sus competidores como adecuados seres sociales. Antes de emitir mi criterio creo oportuno compartir algunas interrogantes, con la intención de que se comprenda mejor la esencia del tema: ¿Cómo es posible que en una misma actividad (la enseñanza de las artes marciales) se pretendan separar los procesos de instrucción y educación, siendo de manera involuntaria e inconsciente, ambos se desarrollan inevitablemente de manera paralela, toda vez que el alumno se educa al obligarse a respetar el régimen impuesto durante el proceso de aprendizaje? ¿Cómo es posible que una persona que se dedique a la enseñanza solo necesite la información específica de su especialidad (contenidos), obviando las metodologías y estrategias para hacer llegar la información al alumno (forma), sabiendo que en el proceso docente educativo, la relación entre contenido y forma es indispensable para el éxito? ¿Cómo es posible que una persona que se dedique a la enseñanza no necesite dominar tanto la información específica de su especialidad (contenidos), siempre que priorice las metodologías y estrategias para hacer llegar la información al alumno (forma), sabiendo que en el proceso docente educativo, la relación entre contenido y forma es indispensable para el éxito? ¿Cómo es posible que una persona se dedique a formar buenos seres humanos, sin conocer (ni utilizar) los principales postulados pedagógicos, psicológicos y socioeducativos que determinan el adecuado comportamiento social? ¿Cómo es posible pensar que una persona vinculada al contexto deportivo no se preocupe por formar a sus deportistas como buenos seres humanos, teniendo como componente vital del plan de entrenamiento el trabajo educativo, que se incluye en dimensión correspondiente a la preparación teórico-psicológica?. Pudiera incluir al menos 6 o 7 más ¿Cómo…?, pero creo que los anteriores son suficientes para comprender la idea. Así las cosas, y evitando caer en los errores antes...
Un alumno insufrible.
Era un genuino buscador, pero se perdía demasiado en abstracciones metafísicas y especulaciones filosóficas. Vamos, que era un pesado. Había recibido enseñanza de muchos maestros, pero las explicaciones que le proporcionaban sobre la Doctrina alimentaban aún más sus elucubraciones metafísicas. Se enteró que había un maestro chan muy pragmático y decidió ponerse en sus manos. Después de permanecer varios días frente a la casita del maestro, éste lo aceptó, por pesado. Cuando el discípulo le preguntó si había espíritu o no, el maestro le dio un vigoroso tirón de orejas. —No es muy gentil por vuestra parte lo que habéis hecho —se quejó el discípulo. Y el maestro repuso: —¡No me vengas con pamplinas a estas alturas de mi vida!Salieron a dar un largo paseo. —Maestro, ¿cuando un ser liberado muere, sigue o no sigue existiendo en alguna parte? El maestro comenzó a coger moras silvestres y a degustarlas en silencio. El discípulo protestó: No es muy amable por vuestra parte no responder cuando se le habla. El maestro le dirigió una mirada severa, y dijo: —Yo estoy en el presente, comiendo estas jugosas moras, y tú estás, como un estúpido, más allá de la muerte. Se sentaron bajo un árbol, cerca de un arroyo. Maestro, ¿hay un ser supremo que creó el mundo, o todo es producto de la casualidad? —¡Déjate ya de vanas preguntas! —replicó el maestro—. Ahora voy a preguntarte yo algo muy concreto: ¿Estás escuchando el rumor del arroyo? No —repuso el discípulo, enredado en su mirada de opiniones. Y el maestro concluyó: —Pues siento decirte que eres incorregible. Ve a otro maestro que te llene la cabeza de ideas y permíteme seguir escuchando el rumor del arroyo. Cuento chino Imagen de Jörg...
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