¿Que es el Chikung?
Chi o Qi, es la palabra china que designa la “energía o aliento vital”. Según la medicina tradicional china, Chi es el poder animado que fluye en todas las cosas vivas. Una persona muerta ya no tiene Chi: el calor, la energía vital se ha ido. Un ser vivo está repleto de Chi. . Un individuo que esta sano tiene más Chi que uno que está enfermo. Sin embargo, se puede afirmar que la salud es más que la abundancia de Chi. La salud en todos sus aspectos implica que el Chi de nuestro cuerpo es limpio, y no contaminado y turbio, y que fluye suavemente, como la corriente de un río, sin bloqueos ni estancamientos. Así mismo ampliariamos esta definición del Chikung, considerandolo como una forma de vida, basada en un pensamiento filosófico, cuyo objetivo seria mostrarnos el camino hacia el conocimiento de naturaleza humana, ayudandonos a tomar plena conciencia del valor tando de la vida como de sus límites, aprendiendo a ser cada día un poco más sabios. En chino, la palabra Kung-Fu, se refiere a toda aquella meta u ocupación cuya obtención involucra al tiempo, la energía y la paciencia. El Chikung es el kung fu de la circulación de la energía interna. En Occidente el Chikung es relativamente reciente, se sabe del Chi y son muchas las personas que han visto favorecida su salud con su práctica pero muy pocas entienden los principios o la teoría que sustenta la base del Chi, su relación con la acupuntura o la conexión entre éste y las artes marciales. Con el Chikung trabajamos el aliento, la energía de nuestro cuerpo se aumenta muy poco, lo que verdaderamente tenemos que conseguir es evitar que se escape a través de los desbloqueos del cuerpo físico. CHI significa aliento mejor que energía. KUNG significa entrenamiento, práctica. También se podría definir como un compendio de ejercicios que auxiliados por la respiración, el movimiento y la mente, nos ayudan a mejorar nuestra salud, a prevenir enfermedades y aumentar nuestra vitalidad. ¿EN QUÉ SE BASA EL CHIKUNG? Chikung es la gimnasia energética para la salud y la longevidad. Es un sistema holístico de ejercicios de auto-curación y meditación, una práctica antigua, en constante evolución, que incluye posturas curativas, movimientos, masajes, técnicas respiratorias y meditación. Todo el mundo puede practicar chikung. Existen técnicas adaptadas a cualquier condición física y edad. Incluye en su práctica métodos en postura de pie, sentada e incluso tumbada. El profesor o maestro puede adaptar con unos ligeros reajustes de la técnica para que pueda ser practicada la mayor parte de los ejercicios de pie en una posición sentada o tumbada...
Chikung «Introducción»
En esta sección dedicada al Chikung (Qigong), la intención no es dirigirla solamente a todo aquel que este interesado por esta disciplina, sino acercarlo a todo budoka que se considere un buscador. Personalmente a pesar de llevar más de treinta y nueve años dedicado al Karate-do, hace treinta años descubrí y practique en un principio el Taichi de “Peter Yang” y posteriormente hace veintitres años el Chikung con el maestro Santiago Velilla. Desde entonces mi practica de Karate-do adquirió otra dimensión, naturalmente todo aquel que practica el arte marcial desde una perspectiva meramente deportiva esta justificada su falta de preocupación por todo lo relacionado con el origen y la esencia del budo, pero para todo el que relaciona su práctica con el aspecto interno, el entrenamiento de Chikung y el de las artes marciales están íntimamente relacionadas ya que es muy difícil desligar la práctica de un arte marcial sin la búsqueda de un cuerpo sano y longevo, dada la interrelación del “cuerpo-mente y espíritu”. La práctica del arte marcial en occidente por lo general ha estado limitada a la faceta externa y física, extralimitándose en la mayoría de los casos a la consecución de unos objetivos meramente deportivos y competitivos. Indudablemente en la infancia los valores del arte marcial se trasmiten acorde con la esencia del budo (respeto, educación, cortesía, etc.) pero más allá de lo meramente educacional y cuando avanzamos en edad nos encontramos que nos falta algo, que la teoría esta muy bien pero que los conceptos de “Ki, Kime, kiai, zanshin, mokuso, y un largo etc..” se quedan en algo externo, teórico, repetitivo sin un sentido claro y profundo de lo que de verdad significan todos y cada uno de esos términos. En China, antiguamente no se practicaban deportes como los actuales, “fútbol, baloncesto, tenis, etc.”. Los padres cuando querían que sus hijos estuviesen sanos y realizaran una actividad física, una de las pocas alternativas que tenían era que practicaran un arte marcial. Pero esa práctica no se limitaba exclusivamente a prepararse para el combate. Lo primero que tenían en cuenta era preparar a la persona para estar sana y como no a través del entrenamiento interno y aquí es donde interviene el “Chi, Qi o Ki”. El concepto del “Chi” es el eje de todas las actividades culturales orientales ya sean Chinas, Japonesas…, todo lo que hicieran tenia que ver con el Chi. En China o en Japón es muy común oír decir de alguien que tiene buen Chi o Ki, es posible que se refiera a su espíritu, su energía o tal vez quiera decir que es fuerte y sana. Pero si comentan que...
¿Que es el Ki?
Gustavo A. Reque CN-6ºDan Aunque la palabra japonesa ki pueda ser poco familiar para los occidentales, el concepto no lo es. KI es el término utilizado por los orientales para nombrar la fuerza del universo. Todo lo que existe ha sido creado por el Ki. El Ki no tiene principio ni fin; el Ki es vibración. No puede ser entendido ni analizado por la mente analítica. El Ki es igual a energía, espíritu y mente en una sola sustancia. En las antiguas formas de curación chinas, hindúes, griegas y en nuestro caso japonesas, siempre se ha aceptado que en las enfermedades se producen desequilibrios entre la mente y el cuerpo o, lo que es lo mismo, entre el espíritu y el cuerpo. Muy recientemente, si consideramos la historia universal por milenios, se ha comenzado a separar la mente del cuerpo como si fueran dos sustancias totalmente separadas e incluso contrapuestas. Así a sido desde el racionalismo de Descartes, «no creo en nada si no me es demostrado científicamente». Como consecuencia de está forma de pensar durante todo el siglo XX la investigación científica se ha centrado esencialmente en la materia. Esta forma de pensar ha provocado como consecuencia natural: que poseer cosas materiales es lo más importante y lo que produce la mayor felicidad. Mucha gente cree, que solo se pueden realizar plenamente a través de la escalada en los estatus sociales por medio de los signos exteriores de riqueza. No obstante, ya se empieza a ver grupos que están despertando, en los que estas tendencias materialistas han comenzado a cambiar, se ha llegado a un pico. Por fortuna, se está viendo como poco a poco se está volviendo a una cultura con valores vitalistas en la que el valor auténtico de las cosas está en la energía que encierran dentro; el KI, y no en el aspecto exterior. El concepto de » fuerza vital» apareció hace más de 5,000 años. En el libro de Nei Ching, escrito hace 4,500 años, se recogen arqueológicas sabidurías en las que ya se habla del Chi. En el Yoga hindú, los textos de más de 4,000 años ya hablan de la energía vital. Hace 2,500 años, Sócrates decía que para la curación de las enfermedades había que mirar tanto al cuerpo como al espíritu de la persona: «No intentes curar los ojos sin considerar la cabeza o la cabeza sin tener encuentra el cuerpo, así pues, no trates el cuerpo si no curas la mente también». El KI llena todo lo que existe. Cuando alguien es muy activo e irradia salud, se puede estar seguro de que su ki es poderoso. Igual...
Oskar Gutiérrez San Román
Lugar de nacimiento: CANTABRIA Residencia: BILBAO Estilo: Jisei Do Tokitsu Ryû Profesión: Profesor de Taikyoku ken (Taichi Chuan) y Kikô (chi kung) Grado: 6º Dan Tokitsu Ryû- 4º Dan F.K.E En enero de 1970 en PARIS donde residía, mi hermano Raúl me inscribió en un club de Judo donde había una sección de karate, al contemplar el entrenamiento no tuve ninguna duda de que eso era lo que quería hacer. Bajo la dirección del maestro Tesuji Murakami empecé en la escuela SHOTOKAI hasta 1977 . En ese mismo año me traslade a Santander cambiando a la escuela SHOTOKAN, en esta ciudad abrí mi primer dojo al que llamé Oskar karate kyokai. En 1978 obtengo el 1º dan por la Real Federación Española de Kárate, en ese momento, siento la necesidad de dedicarme plenamente al Karate. Hasta el año 1993 estuve vinculado a la F.E.K como: competidor, técnico, árbitro y directivo, pero esto no era todavía lo que buscaba. Cuando uno no está satisfecho busca otras fuentes, lo que hizo que me interesara por otras artes, en esa época estudie y practique: AIKIDO, YOGA, ZEN, FULL, KUNG FU, KING BOXING y varias ARTES CHINAS. Estuve asistiendo a cursos en diferentes PAISES, con Maestros de karate tradicional, de Karate deportivo y otras artes marciales. Todos ellos contribuyeron a que sintiera aun más la necesidad de querer investigar y conocer en profundidad el Budo, y también a ilusionarme para continuar trabajando y seguir entrenando. En 1990 encontré al maestro Kenji Toktisu y en el año 1998 conocí al doctor Toshihiko Yayama, maestros a los cuales sigo vinculado en la actualidad. Al día de hoy, mi vida sigue girando entorno a las artes marciales, el Budo me sigue apasionando y sigo investigando en este camino. Cuando te comprometes profundamente con lo que estás haciendo, cuando tus acciones son gratas para ti y a la vez útiles para otros, cuando no te cansas de buscar aparece la dulce satisfacción de tu vida y de tu trabajo, estás haciendo aquello para lo que naciste. Oskar. G....
Fernando Martín Millana
Fecha de nacimiento: 10 de Octubre de 1957 Lugar de nacimiento: Madrid Residencia: Burgos Estilo: Shito-Ryu y Tokitsu-Ryu Profesión: Profesor de Karate-do, Jiseido, Chikung-Kiko y Taichi-chuan Grado: 9º Dan R.F.E.K. y 7º Dan Tokitsu-ryu Madrid me vio nacer, un ambiente humilde y feliz. Con imaginación y creatividad, de carácter introvertido pero rebelde fui creciendo en el populoso barrio de Vallecas, muchas pandillas y un ambiente de barrio a veces un poco violento que procuraba evitar. Mis aficiones en la niñez, dibujar, la lectura y coleccionar sellos de correos, recuerdo que la pequeña propina de los domingos la guardaba para comprar libros, era mi evasión, quizá porque lo que veía a mi alrededor no me gustaba, el colegio no me agradaba, no entendía la crueldad de los profesores a la hora de “enseñar”, la frase que más oía “la letra con sangre entra”, lo llevaban hasta los extremos, por suerte yo no sufría demasiado en mis carnes esos excesos permitidos, pero ver como alguno de mis compañeros eran golpeados sin ninguna compasión, hacia que sintiera un rechazo hacia esas –enseñanzas– que intentaban inculcarnos. Por lo cual mi necesidad de aprender la encontraba en “mis libros”, que recuerde a los doce años ya tenía unos doscientos guardados por todos los rincones de la habitación que compartía con mi hermano. Con los sellos empecé a los nueve años y aunque en la actualidad no los hago mucho caso sigo guardándolos y de vez en cuando visito mis álbunes con curiosidad. La afición por las artes marciales empezó a partir de los once o doce años, no sé porque me llamaban estas misteriosas artes venidas de oriente donde el débil “como yo” podía convertirse en un ser fuerte e invencible. Un compañero de clase que vino trasladado de otro colegio practicaba “judo”, y continuamente le pedía que me enseñara, nos pasamos casi todo el curso que me iba enseñando técnicas en plena calle, hasta que en una de estas me realizo una proyección que me vi volar por los aires terminando impactando contra el cemento de la calle, a partir de ese momento mi afición por el judo desapareció como por arte de magia. Tenía que encontrar otro arte marcial que me ayudara a conseguir ese súper-yo, películas de kung-fu, libros, etc. Más tarde como muchos en esa época empezamos a practicar karate con lo que podíamos, en mi caso unos libros, mi hermano de compañero, pesas hechas con botes de cemento y muchas ganas de aprender y practicar, en aquel entonces estaba federado y practicaba balonmano en 3ª división juvenil y montañismo. No fue hasta que conocí a mi compañera Rosa que...
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