Aportaciones del entrenamiento de karate para mejora del desarrollo motor y perceptivo de las personas con capacidades diferentes
TRABAJO ESCRITO PARA EL EXAMEN DE CINTURÓN NEGRO 5º DAN REALIZADO POR ANTONIO PÉREZ GARCÍA. ÍNDICE. 1.- Introducción. 2.- Desarrollo motor y perceptivo de la persona con discapacidad. 2.1.- Desarrollo de las sensaciones, kihon y trabajo por parejas. 2.2.- Equilibración y los katas. 3.- La integración en el grupo de karate como respuesta educativa. 3.1.- Las necesidades educativas especiales. 3.2.- Adaptaciones del trabajo de karate y su evaluación. 4.- Alumnos con discapacidad y karate. Implicaciones y el trabajo de la clase. 5.- Competición de karate para alumnos con discapacidad: “karate adaptado”. 6.- Conclusiones. 7.- Bibliografía. 1.- INTRODUCCIÓN. Teniendo en cuenta, según la normativa de grados de la Federación Castellano y Leonesa de karate, que el trabajo escrito para el examen de cinturón negro 5º DAN debe basarse en un aspecto pedagógico de investigación y reflexión personal, este trabajo ha sido realizado basándome en la experiencia obtenida tras 25 años de impartir clases de karate a personas con discapacidad, tanto física, sensorial, como psíquica. He tenido y tengo alumnos con las tres discapacidades y algunos de ellos han llegado a conseguir el cinturón negro, como Mariano Pérez o Javier del Saz con discapacidad física, Carlos Martín con discapacidad sensorial o Carlos Rodríguez y Jesús Pindado con discapacidad intelectual y son las personas en las que sobre todo me he basado para desarrollar el trabajo que presento, donde como su título indica quiero demostrar que el entrenamiento de karate mejora el desarrollo motor y perceptivo de la persona con capacidades diferentes. Para todos ellos va dedicado este trabajo. 2.- DESARROLLO MOTOR Y PERCEPTIVO DE LA PERSONA CON DISCAPACIDAD. Cuando hablamos de desarrollo motor y perceptivo de la persona con discapacidad debemos tener en cuenta las muy diversas variedades que se plantean a nivel de patologías físicas, psíquicas y sensoriales y que hace que el profesional de la enseñanza de karate deba tener unos conocimientos generales previos, centrarse en cada uno de sus alumnos y establecer las bases de una programación coherente que responda no sólo a las deficiencias, sino también a sus necesidades e intereses. Tenemos que plantearnos, al pensar en el desarrollo motor y perceptivo de la persona con discapacidad, primero cuáles son los elementos básicos que definen un desarrollo motor y perceptivo de una persona considerada “normal” y teniendo muy claramente definidos estos aspectos, evaluar con todo rigor las diferencias, carencias y limitaciones que nos podemos encontrar a la hora de enseñar karate a una persona con discapacidad, como que no pueda moverse tan rápidamente, no controle bien los giros, no mantenga el equilibrio correctamente, no escuche bien las órdenes, no controle las distancias, o no...
El “Deber” hacia el Maestro (Giri)
Cayetano Sánchez Soy plenamente consciente de que esta entrada no va a ser muy popular y que me atraerá más de un enemigo, tampoco me importa puesto que creo sinceramente que ya va siendo hora de llamar a las cosas por su nombre. -El Giri- Como perfectamente afirma Dani Kôryu en un antiguo blog, Giri (El Deber) es el concepto que coexiona y da sentido a la sociedad japonesa, desde tiempos inmemoriales, se encuentra en todos los estamentos de la sociedad y atraviesa la escala social. Afirma, con su habitual rigurosidad Dani Kôryu: En las verdaderas artes marciales, el concepto de giri debe seguir igualmente vivo de manera imperativa si queremos que la tradición guerrera perdure en nuestro dojos y en nuestras artes. En el japón tradicional la relación maestro-alumno es imperativamente una relación de giri. Por ejemplo, en los dojos y escuelas de artes marciales tradicionales el mero hecho de asistir a clase y pagar una mensualidad no significa absolutamente nada. El maestro o instructor de un dojo no nos está vendiendo un producto ni un servicio, está dándonos parte de su vida, de su sacrificio. Ha dedicado muchísimos años para llegar a dominar su arte y lo ha pagado no solo con grandes sumas de dinero, sino con sangre, sudor y lágrimas. Así pues, esa mensualidad no paga nuestro entrenamiento, simplemente mantiene vivo el dojo y cubre algunos gastos del maestro, pero el deber del entrenamiento es del alumno, y su giri para con el maestro es algo que debe ir mucho más allá que una mera transacción comercial. Es absolutamente cierto y certera la frase. El Conocimiento no se vende, se transmite, de ahí que el alumno contraiga “una deuda que no puede ser saldada” con el Maestro y, al mismo tiempo, en una especie de contrato tácito y en virtud del Giri que contrajo cuando fué alumno, debe satisfacer las necesidades de aprendizaje, la sed de conocimiento del alumno. Ocurre que, como salta a la vista, todo contrato tácito está basado en “la buena fé”, en la honradez de ámbas partes, la cual se presupone y, al tiempo, era o fué uno de los pilares básicos del tan manido Bushido. Ahora bien, la gran pregunta es: “¿Existe hoy dia esa honradez? ¿Se puede confiar en que el Maestro enseña y el Alumno aprende? – Ser Maestro – Maestro es quien enseña, dicen por ahí en una simplificación al absurdo puesto que, si bien, todos los maestros enseñan, no todos los que enseñan son maestros. Pongamos alguien que enseña, por ejemplo, a su hijo a caminar; pongamos a quien enseña a cocinar a su amigo, compañero, hijo o primo en quinto grado; ellos enseñan,...
Receta en 5 pasos del buen artista marcial
¿Practicas artes marciales? ¿Incluso enseñas y tienes alumnos? Pues bien, vamos a darte una receta para preparar a un artista marcial. Así podrás compararla con la que usaron o usan contigo, e incluso con cómo preparas tú a tus alumnos. Por supuesto hay muchas formas de elaborar el mismo plato. La que te presentamos es una de ellas, ni mejor ni peor que otras. Para esta receta necesitaremos: un alumno (la calidad del producto se medirá por las ganas de practicar) un maestro (a poder ser de Pata Negra) un lugar de práctica donde cocinar (por ejemplo un Dojo) Te explicamos ahora el proceso paso a paso. Debes tener en cuenta que es importante no saltarse ninguno. 1. Queremos un resultado rico, rico y, sobre todo, con fundamento, así que empezaremos preparando una buena base de valores, técnica y preparación física a partes iguales, que acompañaremos por supuesto del maestro. Ahí es donde introducimos al alumno. 2. Dejamos que vaya ligando todo y añadimos los condimentos que harán un éxito de nuestro plato: trabajo, constancia y pasión. No tengáis miedo de pasaros con esto, lo que sí es fundamental es no quedarse cortos. 3. Remover a fuego lento hasta que cuaje, nada de comida rápida: la buena cocina lleva su tiempo. Si lo hemos hecho todo bien irá apareciendo una fina capa de comprensión. Hay gente que en lugar de esperar a que esta capa aparezca la sustituye por muchos títulos y diplomas de diversas asociaciones, pero esa no es la receta original, sale muy cara y desde luego no tiene el mismo sabor. Si quieres añadirlos, mejor más adelante. 4. Éste es el punto en el que debemos probarlo y corregir al gusto. Podríamos agregar algún otro maestro si nos hemos quedado cortos (aunque puede no ser necesario) o nuevos ingredientes. Ahora quizás sí vaya bien algún que otro título, pero mejor con denominación de origen. Lo importante en este caso es la calidad, no la cantidad. 5. Uno de los secretos de esta receta es mantenerla siempre caliente, que no se enfríe, y recordar que por mucho tiempo que pase nunca, nunca estará cocinada del todo. Podemos servirlo en el tatami o en el medio natural, en privado o en demostraciones, campeonatos, etc… pero siempre con respeto y humildad y, si es posible, acompañado con una guarnición de compañeros y amigos que habrán ido surgiendo durante la elaboración. Ésto dejará muchísimo mejor sabor de boca. Y ya tenemos una estupenda receta de un buen artista marcial. A cocinar y… ¡Buen...
Una buena lección
Un estudiante universitario salió un día a dar un paseo con un profesor, a quien los alumnos consideraban su amigo debido a su bondad para quienes seguían sus instrucciones. Mientras caminaban, vieron en el camino un par de zapatos viejos y supusieron que pertenecían a un anciano que trabajaba en el campo de al lado y que estaba por terminar sus labores diarias. El alumno dijo al profesor: – Hagámosle una broma; escondamos los zapatos y ocultémonos detrás de esos arbustos para ver su cara cuando no los encuentre. – Mi querido amigo -le dijo el profesor-, nunca tenemos que divertirnos a expensas de los pobres. Tú eres rico y puedes darle una alegría a este hombre. Coloca una moneda en cada zapato y luego nos ocultaremos para ver cómo reacciona cuando las encuentre. Eso hizo y ambos se ocultaron entre los arbustos cercanos. El hombre pobre, terminó sus tareas, y cruzó el terreno en busca de sus zapatos y su abrigo. Al ponerse el abrigo deslizó el pie en el zapato, pero al sentir algo adentro, se agachó para ver qué era y encontró la moneda. Pasmado, se preguntó qué podía haber pasado. Miró la moneda, le dio vuelta y la volvió a mirar. Luego miró a su alrededor, para todos lados, pero no se veía a nadie. La guardó en el bolsillo y se puso el otro zapato; su sorpresa fue doble al encontrar la otra moneda. Sus sentimientos lo sobrecogieron; cayó de rodillas y levantó la vista al cielo pronunciando un ferviente agradecimiento en voz alta, hablando de su esposa enferma y sin ayuda y de sus hijos que no tenían pan y que debido a una mano desconocida no morirían de hambre. El estudiante quedó profundamente afectado y se le llenaron los ojos de lágrimas. – Ahora- dijo el profesor- ¿no estás más complacido que si le hubieras hecho una broma? El joven respondió: – Usted me ha enseñado una lección que jamás olvidaré. Ahora entiendo algo que antes no entendía: es mejor dar que recibir. Foto portada: Natalia...
Reflexiones sobre el método de artes marciales XI
Kenji Tokitsu CN-9ºDan Comunicar sin mostrar En las ciudades importantes del Japón de la época Edo (1603-1867) existían numerosos dojos de kenjutsu (el arte del sable). A finales de esa época, se censaron más de setecientas escuelas de kenjutsu en Japón. Una escuela también podía tener sucursales, dando lugar a un número considerable de dojos. Cuando un dojo daba a un camino o una calle, tenía las ventanas en lo alto de la pared para que los transeúntes no pudieran ver lo que pasaba en el interior. Así, los entrenamientos se hacían al abrigo de las miradas. En aquella época, ver un entrenamiento equivalía a asistir a clase. Había que contar con permiso para ver, pero en ese caso, sólo se podía hacer después de haberse incorporado a la escuela. En la historia de las artes marciales, podemos encontrar varios ejemplos similares; en jûjutsu, en taichi-chuan y otras corrientes de boxeo chino, en el kárate de Okinawa… La situación era muy diferente de las costumbres de nuestra época, en la que frecuentemente oímos: « No quiero asistir a clase, sólo quiero mirar. » Porque mirar parece no tener importancia, y según muchos, debería ser gratuito. Sin embargo, hay que saber que una vez que pidas observar una clase, estás pidiendo hacerte alumno. Dicho esto, está claro que puede haber entrenamientos y clases sin importancia en las que no hay nada que esconder… Pero lo esencial de las artes marciales no puede transmitirse únicamente por mensajes visibles; existen también unas sutilezas en los aspectos técnicos y energéticos que requieren una comunicación particular. Son mensajes no verbales y poco visibles. Las técnicas de las artes marciales implican conocimientos particulares que hayan sido ensayados y mejorados por experiencias, para luego ser elaborados y transmitidos en el curso del tiempo. Si una técnica es eficaz, o mucho más eficaz que por la simple activación ordinaria o acostumbrada del cuerpo humano, significa forzosamente que hay en juego un saber particular. Implicaría más que un conjunto de acciones aplicadas y ejecutadas a partir de la lógica ordinaria. Necesariamente debe haber un conocimiento sutil elaborado. Un maestro del jûjutsu a quien ya he citado dijo: « Si realmente quieres progresar, debes reflexionar continuamente. Pero, que sepas que no está garantizado que vas a encontrar las sutilezas esenciales del arte, aunque seas muy inteligente. Si sólo posees una inteligencia ordinaria, no tienes ninguna posibilidad. No es para los que sólo saben confundir la eficacia con la brutalidad… » Si una técnica se formase sólo por gestos corporales, bastaría con copiar bien estos gestos para aprenderlos. Pero una técnica debe implicar también la manera de sentir el cuerpo y su...
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