Los falsos alumnos
Imagen Kai Schreiber en flickr C.C. Los falsos alumnos que buscan sacar provecho de manera egoísta y temporal sin verdadero interés en aprender ni contribuir pueden socavar la confianza de quienes les dan acceso a su conocimiento o experiencia. Este comportamiento puede reflejar una falta de integridad, respeto y gratitud hacia aquellos que están dispuestos a compartir sus conocimientos. Además, puede generar desconfianza y hacer que las personas sean más cautelosas al abrir sus puertas a otros en el futuro. En última instancia, este tipo de actitud puede perjudicar el ambiente de aprendizaje y colaboración, socavando los valores de honestidad, reciprocidad y respeto mutuo. La capacidad de discernir y elegir con sabiduría a quién permitirle acceso a nuestro conocimiento y experiencia es crucial. Al elegir cuidadosamente a quienes permitimos entrar en nuestras vidas y en nuestro círculo íntimo de aprendizaje, podemos proteger nuestra confianza y mantener la integridad de nuestros valores. Es fundamental buscar cualidades como la sinceridad, la humildad y el compromiso genuino con el aprendizaje y el crecimiento mutuo al decidir con quién colaborar y compartir conocimientos. Al hacerlo, podemos cultivar relaciones sólidas y constructivas basadas en el respeto y la reciprocidad. Descubrir a un falso alumno antes de que cause daño puede requerir atención a ciertos indicadores. Aquí hay algunas señales que podrían ayudarte a identificarlos: 1. **Falta de compromiso genuino:** Si el alumno muestra poco interés en aprender o mejorar, y solo parece interesado en obtener beneficios personales rápidos, podría ser una señal de alerta. 2. **Falta de respeto por tu tiempo y esfuerzo:** Si el alumno no valora tu tiempo ni tus conocimientos, constantemente cancela citas o no cumple con las expectativas acordadas, podría indicar una falta de compromiso genuino. 3. **Evasión de responsabilidades:** Si el alumno constantemente evade sus responsabilidades o busca excusas en lugar de asumir la responsabilidad de su aprendizaje, es probable que no esté comprometido realmente. 4. **Actitudes manipulativas:** Si el alumno intenta manipularte o aprovecharse de ti emocional o psicológicamente para obtener lo que quiere, es una señal clara de que no está siendo honesto en su enfoque. 5. **Historial inconsistente o dudoso:** Si hay inconsistencias en su historial educativo o laboral, o si descubres que ha tenido problemas similares con otros mentores o profesores en el pasado, podría indicar una falta de compromiso genuino. 6. **Falta de progreso o mejora:** Si a pesar de tus esfuerzos y apoyo, el alumno muestra poco o ningún progreso real en su aprendizaje o desarrollo, podría ser una señal de que no está comprometido con el proceso. Es importante confiar en tus instintos y observar de cerca el comportamiento y las actitudes...
Dedicado a los maestros no conocidos
Dedicado a todos aquellos que, sin ser conocidos, se dedican a la enseñanza del karate desde por la mañana, hasta por la noche, echándole horas ya sean los días de diario o los fin de semana, siendo verdaderos difusores del Karate. Que nunca nos falte. En el tranquilo dojo de karate, el Maestro observaba con orgullo a su familia de alumnos, quienes no solo eran estudiantes dedicados, sino también compañeros de viaje en el camino del dominio del arte marcial. Cada día, se maravillaba al ver cómo absorbían sus enseñanzas, honrando así la tradición ancestral del karate. Cuando uno de ellos faltaba a clase, el Maestro sentía una leve punzada en el corazón, como si una parte de su familia estuviera ausente. Era como una pequeña herida en el espíritu del dojo, pero sabía que tales ausencias eran parte del flujo natural de la vida. A medida que pasaban los días, el vínculo entre el Maestro y sus alumnos se fortalecía, transformándose en algo más profundo que una simple relación maestro-alumno. Eran una familia unida por el amor al karate y el respeto mutuo. En cada clase, el Maestro encontraba renovada inspiración al presenciar el compromiso y la pasión de su familia de karatekas. Sabía que, aunque las heridas de la ausencia pudieran doler, el florecimiento de sus discípulos como individuos y como parte de una familia era la verdadera recompensa de su labor como guía y protector en el arte del...
先生弟子 (Sensei Deshi) Relación maestro-discípulo
En Oriente, la conexión entre Maestro y discípulo, es vista de la misma forma que una relación entre padre e hijo. Así, cuando un Maestro de Artes Marciales se compromete a enseñar a un discípulo, no solo asume el papel de instructor sino que también asume el papel de padre. Esta es una relación que forma parte esencial del Dô o camino y constituye un vínculo inseparable de por vida. En Japón, se dice que los padres dan la vida a un nuevo ser, pero el Maestro es quien le enseña cómo vivirla, siendo aquí el Maestro superior a los padres biológicos, convirtiéndose más tarde el Maestro en “el Padre que le formó y enseñó a vivir”. Hay que distinguir entre alumno (生徒) o seito en japonés, estudiante (学生) o gakusei y discípulo (弟子) o deshi; parecen iguales pero son relaciones completamente diferentes. Seito y Gakusei son similares: refieren a la imagen de un estudiante que quiere aprender algo, ya sea asistiendo a clases en una escuela con un profesor o aprendiendo por sí mismo. En las escuelas se suele utilizar seito (alumno) y para las universidades gakusei (estudiante). Pero en la forma tradicional, se usaba más a menudo deshi (discípulo, aprendiz), encontrándose este término en los textos más antiguos del Budô japonés y otras Artes; siendo de especial mención los 内弟子 uchi-deshi, los estudiantes residentes; 内 uchi significa ‘dentro’. Un Ôsensei (Gran Maestro) tenía varios uchi-deshi que le ayudaban en la casa y en el mantenimiento de ésta y del Dôjô a cambio de recibir entrenamiento personal. El término seito se compone de sei 生 y to 徒, siendo 生 el mismo concepto que para Sensei 先生, indicando aquí “algo vivo”, pero seito va acompañado del kanji 徒 que significa «vacío» o «sin forma». Entonces Seito se interpreta como alguien que todavía no está formado y está vacío, porque tiene mucho que aprender; siendo lo opuesto a Sensei, alguien que está completamente formado y lleno, por lo que se dedica a enseñar a otros. Sin embargo, deshi es una imagen utilizada para personas que aprenden de profesionales exitosos; se relaciona con discípulo, persona que está aprendiendo de una fuente de conocimiento: un Maestro, o profesional experto o Sensei. Es el caso en un Dôjô donde el Sensei instruye a sus aprendices-discípulos. Para un deshi la relación con su Maestro es vital y personal; toma al Sensei como su guía, bebiendo de su conocimiento y sabiduría, considerándole un ejemplo a imitar y a seguir, pues no sólo aprenderá de su sabiduría marcial, sino también sobre la conducta moral y el comportamiento ético correcto a lo largo de su vida....
Maestro
Imagen Cesar Martín «Dado que estoy lejos de la perfección en mi arte, la parte de «Maestro» que se me da a veces es pesada de soportar. Aparecer para algunos de mis alumnos como profesor es un hecho estrictamente personal. También debo agradecer a mis alumnos con quienes he avanzado hasta ahora, y con quienes deseo continuar un largo camino. Si yo soy una guía para ellos, como resultado del regreso, yo también soy guiado y alentado por ellos, por lo que siento la necesidad de insistir en ambos lados de nuestra relación». Kenji Tokitsu – El arte de luchar La relación Maestro-alumno vive de una dualidad esencial. Por eso cuando hay una despedida, un desapego, siempre hay una profunda tristeza. El verdadero Maestro comparte toda su investigación sin reticencias sin celos, el verdadero estudiante debe saber captarla trabajando duro y sin ahorrar. El crecimiento no es solo técnico, el intercambio se vuelve espiritual Los siete principios del Bushido (el «Camino» o la moralidad del guerrero) nos muestran en qué se basa esta relación 1 – GI: la actitud correcta, la verdad 2 – YU: habilidad, coraje 3 – JIN: amor universal, bondad hacia la humanidad 4 – REI: el comportamiento correcto 5 – MAKOTO: sinceridad total 6 – MEIYO: honor y gloria 7 – CHUGI: devoción y lealtad El Maestro y el alumno crean un hogar a su alrededor y se convierten así en una familia. «Pronuncia siempre con reverencia este nombre: Maestro, que después del de padre, es el más noble, el más dulce nombre que puede dar un hombre a otro hombre». Edmundo De...
Neurociencias en la educación. Más simple y disponible de lo que imaginamos.
Cada vez se recurre a más a las neurociencias dentro del proceso de educación y enseñanza de los alumnos, sin importar la materia que corresponda. Esa es una decisión muy acertada, por cuanto, al ser el cerebro (con sus funciones corticales) el órgano encargado de controlar todo el funcionamiento del cuerpo, debe ser el primero en ser estimulado, para que propicie la reacción en cadena que tendrá como producto final un aprendizaje significativo. Pero muchas veces no se logra (o no se aplica) la estimulación neuronal, al asumir que para ello se precisa exclusivamente de complicados procesos de intervención a los cuales no todos tienen acceso o dominio. No obstante, por el contrario, dentro de los procesos incluidos en la sesión de clase, ya están previstas acciones para facilitar la adquisición de conocimientos, y que parten de las neurociencias. El cerebro, de manera inconsciente e involuntaria, tiende a preconcebir representaciones de la información que recibe, como parte inicial del proceso de comprensión. Por ejemplo, si se le dice a una persona que se le invitará a comer una torta de chocolate, inevitablemente en su mente se imaginará algo redondo de color marrón (carmelita). Esa inducción psíquica es la que debe (tiene) que utilizarse dentro del proceso de enseñanza, para predisponer positivamente (estimular) las funciones neuronales en favor del aprendizaje del alumno. Ese efecto se logra en dos momentos de la clase, que se concretan en la explicación de los objetivos a cumplir a corto y mediano plazo (y las tareas a realizar para ello). En un contexto ideal, una sesión de clase debe (tiene que) comenzar por la recuperación de los saberes previos, no solo para “refrescar” la memoria, sino para articular el conocimiento ya dominado con el que está por dominar, porque solo de ese modo se completa el proceso que permite su óptima utilización. Ese proceso previo da paso a la primera acción directamente relacionada con la sesión de clase del día, que consiste en hacer conocer al alumno acerca de qué se espera de él durante la actividad, y qué debe hacer para lograrlo. Este importantísimo momento (con efecto similar al ejemplo de la torta de chocolate) es el que induce (inconsciente e involuntariamente) al alumno a pensar en lo que le espera durante los próximos minutos, y (también inconsciente e involuntariamente) preparará su cerebro y su cuerpo para hacerlo. De no hacerlo se limita grandemente el efecto del proceso de aprendizaje, ya que comenzar a realizar una actividad sin conocerla previamente, obliga a que se presenten de manera paralela los procesos psíquicos de familiarización y aplicación (que naturalmente se sucede uno después del otro), lo...
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