El éxito de tener un corazón correcto, o el de disponer de una energía correcta, no viene a por nosotros.
Debemos ir nosotros a por ello.
Nada se nos regala.
Se hace a través de:
Un CUERPO CORRECTO.
Me refiero a la postura para comenzar cualquier práctica o realizar cualquier técnica de Karate que merezca la pena.
Comience prestando atención a la respiración y abandónese como una rama responde al viento.
Sensación de suspiro profundo y prolongado.
Deslice su respiración de arriba abajo con la sensación suave de la seda hasta el fondo de su bajo abdomen.
Cuelgue de un hilo imaginario.
Ahora bien, si estamos en armonía, a toda actitud de caída le secunda otra de ascensión óptima.
De crecimiento.
Se siente una dispersión ascendente de energía sutil.
Como una sabia nueva “llena de vida plena” que sube firme por la espalda hacia la cima de la cabeza.
Como lo que hace la primavera con la vegetación.
Fresco y despejado en todas direcciones.
Mientras inspiramos, sentimos una fina línea fluyendo hacia arriba como un delgado haz de luz.
Hacia la cima de la cabeza.
La verticalidad que surge en esta actitud de crecimiento no muestra ni laxitud ni rigidez.
No es como un tronco clavado.
Sinó más bien como una brizna de hierba.
La cabeza flota hacia el cielo.
El cuerpo se cuelga de ella hacia tierra.
Inspira vitalidad y elasticidad dinámica.
Acaba de formar una actitud de un eje correcto.
ALINEADO.
Tadashi chu 正 中
todo lo que fluye desde el cuerpo en armonía suprema, proviene de un corazón correcto. Y viene de la misma fuente mansa que el eje correcto en calma.
En el interior en contacto con el eje central correcto, la sensación es limpia y de vacío.
Invita a la calma.
Y nos invita a permanecer en silencio, aún cuando por fuera nos envuelva el mundanal ruido.
Esta es la alineación correcta con la que uno se dispone a practicar Karate.
Pero también es la que podrá llevar consigo a todas partes.
Como una actitud para toda la vida.
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