Un joven estudiante esperanzado pregunta al maestro: “¿Cuándo conseguiré mi cinturón negro?”.
El maestro mira al estudiante directamente a los ojos y responde: “Cinco años”.
“¡Oh, por Dios!”, replica con sorpresa el estudiante. “Ése es un largo período de tiempo. Pero, si practico con el doble de intensidad, ¿Cuánto tiempo me llevará?”
“Diez años“, es la pronta respuesta del maestro.
“¡Pero usted no entiende!”, dice el estudiante, “voy a practicar más duro que cualquier otra persona, y seré el mejor en todo. ¡También haré las cosas mucho más rápido, ya lo verá!”
El maestro, que ya ha escuchado expresiones como éstas en más de una ocasión, sacude lentamente la cabeza y explica: “En tal caso veinte años, o quizá nunca”.
Al ver la expresión de decepción en la cara del estudiante añade: “Tu cabeza está demasiado llena de lo que tú crees ser para karate, sin considerar lo que karate será para ti. Vacía tu mente y tu espíritu para dejar que el aprendizaje fluya y, como una corriente, deja que siga su propio curso”.
El estudiante tiene entonces una pregunta más: “¿Durante cuánto tiempo podré estudiar karate?”.
“Hasta que mueras”, dice el maestro con una sonrisa.
16 junio, 2018
Estupendo. Me ha encanto porque el camino del aprendizaje no tiene nunca fin y se llama: KYUDO MUGEN
Os digo otra expresión filosófica: Y el guerrero le pidió al mundo fuerza, y el mundo le dio debilidad, porque solo a trabe de la debilidad se consigue la fuerza. OSS