El Karate, lo decía Yoshimi Inoue Sensei, es un 90% sensación. Hace muchos años que leí eso mismo en una de las publicaciones de Roland Habersetzer, en boca del Maestro Tsuneyoshi Ogura. Hablaba el Maestro Ogura de que las sensaciones dimanantes del Kata Shisochin se corresponden a un nivel de Cuarto Dan. Y fue algo que me sorprendió e intrigo. Porque ¿Cómo se pueden evaluar las sensaciones?
Sin embargo, durante los años que estuve en la Élite del arbitraje de Kata, y en los Tribunales de Grado, sentí cosas que no puedo explicar. Suelo hablar del Karate en primera persona, y no es una cuestión de ego, sino de que, cuando escribo sobre algún tema técnico de Karate, o incluso en su parte más abstracta, siempre voy a mis recuerdos, a mis experiencias y a mis sensaciones.
Ya lo he dicho más veces, el Karate no es algo colectivo, por mucho que se entrene en un grupo, o se pida la ayuda de otros para que te lo pongan difícil y así progresar. Aprendí a saludar antes de realizar cualquier tipo de Kumite diciendo la frase «Onegai shimas».
Si uno hace lo que debe, si lo hace correctamente, al saludar se coloca inmediatamente en modo Rei, es decir, en modo cortesía, que no es una actitud baladí o carente de sentido Onegai shimas es una petición de ayuda que se expresa con cortesía, en el corazón y en el gesto, y que marca una predisposición a darlo todo, puesto que le has pedido a tu compañero que también lo de todo y te ataque con decisión, que es una palabra mágica en Karate y que todos tenemos en mente : Kime. Un ataque carente de decisión, carente de Kime, no es un ataque verdadero, no tiene UTSU 打つ, no tiene penetración.
El Kime es el vehículo de la voluntad que se proyecta a través de la Decisión enfocada, de la Determinación. Cualquier ataque carente de Kime, no nos pondrá en ningún aprieto, porque carecerá de alma, de intención. Uno necesita que el compañero esté comprometido con su papel de poner la máxima dificultad y realidad en lo que hace.
Si estamos hablando de un Yakusoku Kumite, en el cual los papeles están pactado de antemano, aunque sepamos cómo nos van a atacar y cómo vamos a defender, si hay sinceridad en el Ataque, habrá progreso en la Defensa. Y es por esa razón que, al terminar, volvemos a concentrar nuestro espíritu en el gesto, en la Cortesía como valor esencial, y saludamos agradeciendo al compañero su compromiso y sinceridad : Arigato gozaimashita.
Esa cortesía se corresponde con un fin esencial : El progreso mutuo y la corrección espiritual a través de la Cortesía.
Pero, aunque utilicemos al grupo, a los compañeros, como instrumentos de mutuo aprendizaje, hay que tener en cuenta que, en realidad, el Camino del Karate hay que caminarlo sólo : Nadie se va a calzar nuestras zapatillas y lo va a caminar por nosotros. No funciona así.
Es por esa razón que el análisis de las sensaciones propias, el aprender a evaluarlas, a identificarlas, y a distinguirlas, es una parte esencial del aprendizaje del Karate. Y, permítaseme recordar lo que decía el Maestro Tsuneyoshi Ogura: Las sensaciones, la capacidad de entenderlas y analizarlas, es lo que indica un determinado nivel de grado.
Y deberíamos entenderlo perfectamente, imbricandolo en el Sistema de Enseñanza SHU-HA-RI 守破離. Shuhari se traduce aproximadamente como «primero aprender, después desprenderse y finalmente trascender.
Shu (守): «Proteger», «obedecer» — sabiduría tradicional — técnicas fundamentales, heurística, provérbios. Es un estado de aprendizaje imitativo esencialmente. Ha (破): «desapego», «desprendimiento» — ruptura con la tradición – desapego respecto a las ilusiones. Es una etapa de análisis personal, de comprensión profunda de lo que se ha aprendido. Específicamente es una etapa en la que se comienza a analizar, y a sacar conclusiones, por uno mismo, de las sensaciones que ha provocado en nosotros lo adquirido durante el entrenamiento repetitivo e imitativo. Ri (離): «Dejar», «separar», «trascender» — no se aplican técnicas ni proverbios, todos los movimientos son naturales; convertirse en uno con el espíritu sin aferrarse a las formas; transcender lo puramente físico.
Así es que, no lo olvidemos, el fin, el progreso, se va produciendo a medida que nos vamos volviendo más autónomos y más conscientes de nuestro propio compromiso personal con nuestro aprendizaje y evolución.
Como se ha dicho muchas veces, aunque no lo parezca, el Karate es una Vía que se ha de transitar sólo, y siendo consciente de la propia trascendencia de ese Camino solitario.
Con el tiempo, cubiertas las etapas, solo el análisis de nuestras propias sensaciones obtenidas con el entrenamiento, y aprendidas con el cuerpo, aunque, para entender las sensaciones debamos trascender nuestro propio cuerpo. Nos dará el verdadero progreso y la comprensión.
Toda actividad que se desarrolle en colectividad estará siempre influida por el deseo competitivo, por mostrar las habilidades adquiridas, y por el ego. Y ese, el problema del Ego, sí que es un problema de difícil solución.
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