En la práctica del karate, las distintas técnicas que lo componen son las mismas para todos, sean hombres, mujeres, niñas, niños.
El practicante que está realizando el movimiento, debe de adaptarlo a él, según sus aptitudes, (ejemplo: si no tiene elasticidad muscular, los golpes de pierna en vez de hacerlos altos a la altura que él o ella pueda, ejecutando el ejercicio bien, según los cánones técnicos, para progresar sin lesionarse). La técnica es la misma para todos. Cuando se está entrenando en el tatami, no hay masculino y femenino. Son karatecas realizando aquellos movimientos que el profesor indique. El respeto y la atención es el mismo para todos. También cuando se hacen correcciones generales; ejemplo: bajen la cadera, o si se corrige individualmente aquel error que esté cometiendo el o la karateca.
Esto lo podemos leer en la normativa de grados de la federación cuando habla del tribunal que “no pretende poner metas inalcanzables sino reconocer el esfuerzo físico-técnico y la actitud demostrada por los aspirantes en función de sus características y posibilidades”.
Cuando el entrenamiento se realiza por compañeros es lo mismo. Al ser una evolución entre los dos, que están trabajando juntos los movimientos, se corrigen uno a otro aquellos errores que tengan, sin distinción de género.
En combate entre un hombre y una mujer, independientemente de la edad que tengan, todas las técnicas que se realicen deben ser ejecutadas con precisión y control, para no hacerse daño uno a otro. Como significa la definición de karate; mano vacía de toda mala intención.
Todos los katas básicos y superiores, de mayor o menor dificultad, son los mismos para todos los karatecas sean niños/as, mujeres, hombres, jóvenes, mayores.
La etiqueta, la vestimenta es igual para todos (los trajes de árbitro, el karategi)
En la normativa de grados, cuando se refiere al aspirante a cinturón negro cualquiera que sea el DAN al que se examina, indica; “debe ser exquisito con su presentación ante el tribunal, indumentaria y aseo, actitud y conocimiento teórico, también con la realización de las ejecuciones técnicas que deben ser lo más correctas posible”. No hace distinción de géneros, las técnicas son iguales para todos.
Funakoshi, desarrolló unas normas de comportamiento del practicante de karate-do, recogidas en el Dojokun, entre estas reglas está el respeto a los demás. Como podemos leer en ellas, no hace distinción entre hombre-mujer a la hora de aplicarlas tanto en el entrenamiento, en el tatami, como en la vida ordinaria de cada uno. Quería aplicar los principios Filosóficos del karate-do a la vida diaria para beneficio del individuo y de la sociedad.
Este escrito está basado en mi experiencia personal a lo largo de 48 años de práctica ininterrumpida de este ARTE MARCIAL.
En conversaciones mantenidas a lo largo de este tiempo, con compañeros/as, amigos y amigas, que han entrenado o entrenan karate. Común a todos nosotros, es que nunca vimos diferencia a la hora de entrenar con un compañero o compañera y en la actualidad tampoco. Siempre se ha visto con naturalidad espontánea, que lo practiquen mujeres y hombres, niños y niñas, jóvenes y mayores.
Foto: Fran Alvarez
Comentarios recientes