Karate después de Karate -El papel del Competidor de éxito al finalizar su etapa deportiva

Tristemente las circunstancias me han llevado a madurar en el mundo del karate antes de lo que me habría gustado y probablemente no estaría escribiendo estas líneas si no fuera porque ya no tengo al maestro y amigo que me acompañó durante más de veinticinco años. En los últimos tiempos he podido comprobar cómo el karate es mucho más que la competición y que un puñado de medallas colgadas al cuello, es sin duda un modo de vida, un viaje con muchos caminos por andar. Considero que es muy importante el papel del profesor y entrenador que instruye, pero quizá lo es más haber tenido a alguien que despertó en mí las ganas de aprender, de enseñar, de investigar y de evolucionar.    Gracias Javi.
  1. INTRODUCCIÓN

Haber competido a distintos niveles durante dos décadas me ha permitido conocer a muchísimos integrantes de la familia del karate. He visto a grandes karatekas experimentar un exitoso proceso de reconversión a una segunda etapa activa dentro de nuestra disciplina y sin embargo muchos compañeros han abandonado la práctica del karate al finalizar su periodo como competidores.

Siendo un tema que me toca en primera persona he decidido analizar la retirada de la competición, pretendiendo realizar mi pequeña contribución para conseguir que nuestro arte marcial siga creciendo y continúe enriqueciéndose con las experiencias y conocimientos que los grandes competidores pueden aportar, fomentando su adaptación hacia una o varias de las ramas que el karate ofrece y tratando de evitar que se sigan colgando cinturones de forma prematura.

El fin de la etapa como competidor en activo es un tema común a la mayoría de los deportes, pero trataré de analizar, tras una breve mención al caso general, las especificidades de nuestra disciplina. Para ello, además de la consulta bibliográfica y de mis propias reflexiones, he buscado el apoyo de un breve cuestionario realizado a 60 medallistas nacionales e internacionales de las categorías cadete, junior, sub 21 y senior. Se trata de una encuesta realizada mediante la plataforma www.eencuesta.com a competidores y competidoras que han logrado éxitos destacables dentro de los últimos diez años, de distinto sexo, edad y categoría, de modo que la muestra sea más representativa.

 

  1. BREVE RESEÑA HISTÓRICA

La enseñanza de las artes marciales orientales siempre estuvo íntimamente relacionada con el budismo Zen, y esta circunstancia impulsó a Gichin Funalkoshi, considerado padre del Karate moderno, a promover un cambio, (siguiendo el ejemplo de Gigoro Kano, fundador del Judo moderno y el primero en cambiar la terminación “jutsu” por “do”) para llamar Karate-do a lo que en principio se había denominado Karate-Jutsu. Sustituye la terminación “Jutsu”, con el significado de técnica, arte o práctica, por la de “do”, que tendría la acepción de vía, camino o sendero, pretendiendo indicar que el karate es un camino hacia la realización plena de sus practicantes, no solo física, sino también y muy especialmente moral y psicológica. Así, el karate pretenderá la formación integral de la persona.

En Okinawa el cambio de denominación también estuvo motivado por la situación social de la isla. Durante algunos periodos de la historia, la utilización y posesión de armas estuvo prohibida y para hacer frente a sus enemigos, los isleños perfeccionaron una serie de técnicas que pretendían liquidar al adversario de la forma más eficaz posible. En este sentido, el luchador pretende adquirir el mayor dominio de la técnica, con el único objetivo de conseguir la victoria, sin incorporar a su entrenamiento ningún contenido espiritual. Al finalizar los conflictos bélicos, la parte de práctica y entrenamiento para la batalla quedará vacía de significado y el “do” se convertirá en un método para entrenar el cuerpo y la mente con un fin distinto al destructivo. De este modo, el karate, siendo un estilo de combate sin armas, al igual que otras artes marciales de origen oriental, tiene una mística que le distingue claramente de otros deportes y de otros métodos de lucha occidentales, cuyo fin es esencialmente deportivo y que no persiguen otros fines más allá de la victoria sobre el adversario.

Estableciendo un paralelismo con el moderno competidor, que trabaja con el único fin de vencer a su oponente, sin ahondar en los principios históricos o morales de la disciplina, podríamos decir que debido a su especialización, practicará un karate más cercano al “jutsu” que al “do”, ya que persigue el dominio del arte y la victoria, no la espiritualidad ni la perfección de carácter que se hallan en la práctica y el estudio.

Sin embargo, la competición deportiva no es más que una parte de nuestro arte marcial y al cerrarse esta etapa se abre un mundo lleno de posibilidades para el practicante de karate, un camino a largo plazo con numerosas variantes, todas ellas dotadas de una gran riqueza de contenidos. Abrimos en resumen, el camino del “do”.

  1. FIN DE LA CARRERA DEPORTIVA

Al final de una carrera deportiva, algunos competidores experimentan graves problemas de adaptación y sin embargo otros se acoplan perfectamente a la nueva etapa. El éxito dependerá en gran parte de la buena planificación de la retirada. Dejar la alta competición es en cierto modo “jubilarse joven”, finalizar la persecución de sueños iniciada en la infancia y muchos deportistas no son capaces de asimilar correctamente su retirada. Incluso algunos competidores sufren tal proceso de inadaptación a esta nueva situación, que los lleva a abandonar la práctica activa de la disciplina. ¿Cómo podría evitarse?

Ya existen profesionales del deporte en general y de la psicología deportiva en particular que ofrecen sus servicios a deportistas con el fin de planificar su retirada de la competición, tanto en el aspecto físico como en el psicológico. En el primero de ellos se busca la adaptación a un menor nivel de exigencia corporal, con reducción de la intensidad del entrenamiento y del número de horas que se dedican. En el aspecto psicológico, se busca llenar la sensación de vacío y la persecución de nuevos objetivos. Realizan un trabajo que además trata de enfocar una (re)adaptación al mercado laboral. Aunque esto es menos frecuente en el karate que en otras disciplinas, al ser un deporte no de masas, que habitualmente y salvo en casos excepcionales se compagina con estudios y trabajo.

Es difícil focalizarse frente a nuevos objetivos, pero la idea de “objetivos intermedios” u “objetivos de transición” puede ser un apoyo importante en el proceso de reconversión. En el caso deportivo general, podríamos hablar, por ejemplo, de reducir el número de certámenes, de competir solo a nivel nacional o de club y renunciar a la categoría internacional o de selecciones. En el caso de nuestra disciplina, además, podríamos hablar de la preparación de un grado o cinturón, de la obtención de nuevas titulaciones como arbitraje o técnico, o de la competición en torneos de veteranos.

Con el fin de evitar la sensación de “vacío”, será necesario fomentar la búsqueda de nuevas metas para la adaptación y el aprovechamiento de la experiencia acumulada por el deportista de éxito. De esta manera, se transmitirían valores y conocimientos a las nuevas generaciones de competidores, se facilitaría ayuda a técnicos y entrenadores, podría haber una relativamente fácil reconversión a las labores de arbitraje y docencia e incluso se podría hacer una importante labor en tareas organizativas y administrativas en representación de federaciones y clubes. Es también necesario ser consciente de los factores que llevan a decidir sobre la retirada, factores que además condicionarán el futuro del deportista y su relación con la disciplina practicada, tales como nuevos proyectos personales y/o deportivos, edad, lesiones previas, disminución del rendimiento deportivo y capacidad de ingreso o reincorporación al mercado laboral.

Según lo expuesto por Oscar M. de Quel (1) “las retiradas menos traumáticas son aquellas que se realizan de forma voluntaria y planificada” y “La transición se hará mucho mejor cuantos más recursos se tengan para llenar los espacios vacíos que deja la competición”. En este sentido, debemos empezar a preparar la retirada ya desde la iniciación deportiva. Para ello será interesante:

     – Estudiar y en preparar un futuro laboral, en la medida de lo posible, ya que salvo en raras excepciones, nuestro deporte no garantiza un alto nivel de ingresos y son escasas las ocasiones en las que alguien puede vivir exclusivamente de los beneficios económicos que supone el karate, (aunque esto podría cambiar sensiblemente, debido a la mayor difusión y propagación del karate, gracias a las nuevas tecnologías y redes sociales y sobre todo a la consideración del arte marcial como disciplina olímpica).

     – Entrenar pensando en la salud y no solo en el reto deportivo.

     – Mantener relaciones personales fuera del ámbito deportivo.

Será necesario buscar actividades para ocupar el tiempo, ilusionarse con los nuevos proyectos y mantener un grado de entrenamiento saludable. Muchos deportistas continúan vinculados a su disciplina en labores técnicas, organizativas, de arbitraje e incluso periodismo especializado. En este sentido, tal y como se analizará más adelante, dentro de nuestro arte marcial existe la posibilidad de mejorar en el estudio y continuar la formación en diferentes ramas, complementarias entre sí, y que pueden ser distintas a la modalidad deportiva practicada por quien pasa a la nueva fase.

Esta es, en rasgos generales, la situación común a numerosos deportes, pero pretendo destacar y poner en valor, con el fin de analizar más profundamente, los elementos que diferencian al karate de otras disciplinas.

 

  1. LA SEGUNDA ETAPA DENTRO DEL KARATE

Al llegar al final de su vida activa como competidor, el practicante de karate puede experimentar problemas de adaptación a su nueva situación, debido a factores ya mencionados como la sensación de vacío o la falta de objetivos concretos a corto plazo. Para evitar esto sería conveniente la planificación de la retirada con años de anticipación y la educación en el karate no solo como disciplina de competición, sino como arte marcial y como actividad deportiva. Educación desde la infancia en los valores de superación, esfuerzo, constancia, respeto… lo cual supondrá que, finalizada la etapa como competidor, se estará preparado para una segunda fase dentro del karate.

La educación deportiva y en determinados valores desde la iniciación en el karate, será una importante función del entrenador, quien desde el comienzo en la práctica de la disciplina debería transmitir al “estudiante de karate” que nuestro arte marcial va más allá de la competición. Son valores con un componente de marcialidad procedentes en cierto modo del “dojo kun” y de la filosofía propia del karate, tales como:

                  – La voluntad de continuo aprendizaje

                  – Perfección de carácter y la personalidad / perfeccionamiento continuo

                  – Fomentar el esfuerzo / esfuerzo y constancia

                  – Lucha contra uno mismo

                  – Reciclaje y análisis de lo aprendido

– El fomento de la curiosidad y la voluntad de profundizar en elementos del karate que han           quedado de lado durante la etapa competitiva.

Una correcta educación desde la infancia en este sentido, facilitará la práctica a largo plazo, entendiendo que hay muchas formas de vivir el karate, funcionando así como prevención para el abandono prematuro de la disciplina. La desaparición de la escena de exitosos competidores supone un importante desaprovechamiento y perjuicio para el karate en general y para las nuevas generaciones en particular, ya que podrían servir como transmisores de sus numerosas experiencias tanto dentro como fuera del tatami.

En ese sentido, y tal y como se desprende del test realizado, (cuestión nº4) la mayoría de los encuestados coinciden en señalar una serie de puntos básicos con los que estoy plenamente de acuerdo, a pesar de que soy consciente de las dificultades organizativas y económicas que podrían conllevar. El excompetidor tiene que sentirse importante, reconocido y apoyado para poder transmitir su experiencia y hacerlo de la mejor manera y con los mejores medios posibles, de modo que solicitan un mayor soporte mediático e institucional, lo que en muchas ocasiones se traduce directa o indirectamente en apoyo económico. Piden que las federaciones y organismos públicos faciliten la reconversión mediante la organización de cursos y seminarios con participación activa del deportista, con el fin de aprovechar sus conocimientos y experiencia para la formación de la cantera en especial, pero también del resto de karatekas. También demandan algún tipo de convenio para beneficiar al competidor de éxito en su reconversión al mercado laboral, mediante la concesión de becas para el estudio, la concesión de puntuación extra en oposiciones y/o la reserva de plazas en puestos federativos o de las administraciones públicas. Algún competidor ha señalado su descontento con la federación, argumentando que se siente poco reconocido ahora que, debido a su retirada, ha dejado de aportar medallas.

Esa falta de reconocimiento es otro de los puntos conflictivos a la hora de planificar una retirada en karate, ya que en nuestra disciplina no hay, salvo en el caso de algunas destacadas excepciones, el importante apoyo de medios de comunicación o de marcas publicitarias que si existe en otros deportes. Algunos deportistas se ven obligados a una retirada prematura ya que no cuentan con el apoyo económico por parte de las mencionadas instituciones públicas, federaciones y marcas deportivas para costearse entrenamientos, viajes a cursos y campeonatos y material deportivo. Quizá el olimpismo suponga una ayuda e impulso en este sentido, y de hecho es algo que junto a la proliferación de las redes sociales está contribuyendo a la difusión del karate a nivel mundial, pero considero que aún es temprano para valorar la repercusión que estos factores puedan tener y solo el tiempo nos dará una respuesta.

Una buena forma de llevar a cabo el proceso de transición a una segunda etapa dentro del karate sería realizar una retirada progresiva, que suponga una reducción paulatina de exigencias, en la que el deportista se enfrente a menores cargas deportivas y a un más reducido número de eventos, que además serían de menor nivel competitivo y donde soportarán menos presión mediática. En el mundo del karate, se puede renunciar a la competición internacional para centrarse en la nacional, así como abandonar la de categoría individual para centrarse en equipos, o a la inversa. También, para aquellos que quieran seguir sintiendo la adrenalina de la competición, se abre la puerta de los cada vez más en boga campeonatos de veteranos.

Como se ha señalado anteriormente y partiendo de la base de que son principios fundamentales del karate la evolución, y el perfeccionamiento y aprendizaje continuos, el karateka deberá buscar una mejora, propia, así como también para sus compañeros, ya que el karate es una disciplina individual, pero también colectiva.

– propia porque el proceso de mejora continua permitirá un esfuerzo por el reciclaje y el perfeccionamiento de lo ya conocido y aprendido, el recuerdo, el repaso y la vuelta a los orígenes. Durante la etapa como competidor, la especialización y la dedicación hacia un fin concreto hace que el karateka priorice objetivos y deje de lado elementos relevantes en lo que respecta a la formación en otros aspectos del arte marcial.

– colectiva, porque el desarrollo de nuevas habilidades y el emprendimiento de nuevos proyectos implantados sobre la base de lo asimilado durante años, puede suponer un impulso al karate como deporte y como arte marcial. Proseguir vinculado al karate desde facetas como la enseñanza, el arbitraje o las labores representativas puede suponer que el competidor destacado que se retira prosiga su camino en el karate hacia su propio bien, beneficiando simultáneamente al resto de aficionados y practicantes.

En ese sentido, una vez finalizada la etapa de competición, el atleta se enfrenta a un importante reto: saber cuál será su situación una vez que ya no tiene que seguir entrenando con metas competitivas. La riqueza de nuestra disciplina abre un abanico de posibilidades que permitirá la mejora continua y aprendizaje, bien como practicante, bien como una reconversión hacia un papel técnico, arbitral o federativo.

 

4.1. PRÁCTICA ACTIVA DEL KARATE

Las experiencias vividas durante años de práctica de karate forjan y enriquecen la personalidad. Se realizan grandes sacrificios y se obtienen grandes logros, pero también decepciones. Queremos estudiar cómo influye la etapa de la vida deportiva del karateka en su vinculación posterior con la disciplina.

Durante la juventud, el karate está generalmente basado en un fuerte componente físico, en el poderío de la condición propia de una anatomía en plenitud. Sin embargo, con el paso de los años y durante la madurez, el karate sigue un camino progresivo hacia la observación, la experiencia, la capacidad de análisis, el mejor aprovechamiento de los recursos y la mayor comprensión de las técnicas, que servirán como soporte para la realización de un correcto trabajo.

Así, en lo referente a las katas, habitualmente los alumnos y competidores se centran en las facultades físicas y estéticas, simplemente memorizando el orden y la continuidad de los movimientos, sin comprensión ni conciencia de una correcta interpretación. Es un notable problema, que a su vez conduce a errores de ejecución, en los que frecuentemente se abusa del efectismo y no de la eficacia potencial de las técnicas.

En ese sentido, es significativo cómo el 51% de los encuestados han señalado que les gustaría profundizar en el trabajo de “kata / katas menos frecuentes en competición y/o de otros estilos”. Solo el 15% de la muestra es competidor de kata mientras que más de la mitad de los deportistas han declarado estar interesados en mejorar el trabajo de esta materia una vez finalizada su etapa activa, lo cual demuestra el interés que despierta el trabajo técnico entre los especialistas de kumite de competición.

El kumite o combate deportivo es la especialización competitiva del 85% de los encuestados, porcentaje que se corresponde con la realidad del número de participantes de un Campeonato de España. Muchos de ellos han declarado estar interesados en la mejora de su trabajo de kata y esto puede deberse a que en su proceso de entrenamiento y preparación de campeonatos, dejen de lado el trabajo más técnico, de modo que quieran recuperar el tiempo que no han dedicado a este aspecto del karate. Igualmente es habitual que el competidor de kata haya dejado de lado el trabajo de combate e incluso el aprendizaje y perfeccionamiento de los katas menos utilizados en competición. Considero lógico el interés en el aprendizaje de nuevos katas, pero es llamativo que alguno de los competidores de kata haya respondido que pretende centrarse en la mejora y el aprendizaje de esta especialidad sin querer evolucionar en kumite.

Según los datos del cuestionario, Un 38,5% de los encuestados señala que cree que su papel en el karate una vez finalizada su etapa de competidor en activo será “otros”. Entendiéndose que bien en exclusiva o bien de forma complementaria a las otras actividades que forman parte de la pregunta, estos competidores querrán dedicarse a la práctica del karate de forma activa, ya sin competiciones en el horizonte, y que esa práctica activa los puede llevar a la preparación consecución de mayores grados. Esa obtención de cinturones, además de ser un objetivo de crecimiento dentro del karate y llave necesaria que abrirá la puerta a otras capacitaciones, (requisito indispensable para acceder a titulaciones de arbitraje o técnico), puede ser también un objetivo intermedio o de transición entre la etapa de competición y la de retirada de la competición activa. Tanto por el entrenamiento y actividad física que se presuponen necesarios para un examen de estas características, como por el hecho de significar el trabajo encaminado hacia un fin concreto, la persecución de un objetivo, aunque eso si, posiblemente menos exigente en recursos y tiempo.

La defensa personal / goshin supone un foco de atención para el 29,7% de los encuestados. Casi un tercio de los competidores ha respondido que querría profundizar en esta materia una vez terminada su etapa deportiva y este porcentaje a mi parecer es escaso. Considero que la introducción de fundamentos de defensa personal debería formar parte de las clases en los clubes con más frecuencia, por su utilidad potencial y porque supone un refuerzo a la interpretación del bunkai en los katas. Los competidores de kata por equipos que preparen el bunkai necesario para los enfrentamientos valederos para medalla pueden tener una mayor relación con este aspecto del karate pero, aun así, posiblemente insuficiente, ya que en estos eventos, a menudo prima la teatralidad sobre la verdadera efectividad de las técnicas. Si los conocimientos de defensa personal de los técnicos de karate fuesen mayores y se emplease como materia en las clases más frecuentemente, de forma que tuviese una mayor difusión, posiblemente generaría un porcentaje mucho mayor de interesados.

Tan solo el 13,51% de la muestra declara estar interesada en profundizar en la historia y filosofía del karate y una vez más, el porcentaje me parece escaso. Cualquier practicante de karate debería tener unas nociones mínimas del desarrollo histórico de nuestra disciplina, de los fundamentos de las diferentes escuelas y de las corrientes de pensamiento que originaron y condicionaron la aparición y evolución del karate. El competidor especialista, dadas las condiciones de su entrenamiento, en líneas generales habrá dejado de lado esta materia durante sus años en activo, de modo que debería obtener al menos unos conocimientos básicos, sobre todo como complemento a otras ramas del karate en las que podría estar más interesado, dada la interconexión de las diferentes áreas que abarca nuestro arte marcial.

Cualquiera de estos casos supondrá una profundización y estudio en aspectos del karate a los que por las circunstancias específicas del deportista no se ha dedicado el tiempo que quizá otros practicantes de karate con menor visibilidad si han dedicado.

4.2. ESPECIALIZACIÓN COMO TÉCNICO

Según expone Jesús Juan Rubio en su tesina para 5ºDan (2) titulada El antes, durante y después de un competidor de Karate-do, “”un verdadero karateka no se retira, sino que deja de perseguir unos fines para cambiarlos por otros. Retos muy interesantes que no tienen forma de medalla, campeonato o preselección, sino de personas, a las que se pueden aportar todas las experiencias que se han acumulado en estos años de competición en alto nivel.””

De este modo, la docencia y el reciclaje como técnico se convierte en una alternativa muy adecuada para que el competidor de éxito pueda continuar su trabajo por y para el karate. El 52% de los encuestados, 25 deportistas, ha declarado estar en posesión de un título de monitor o técnico, mientras que el 79,5% señala que cree que su papel en el karate una vez terminada su etapa como competidor estará relacionado con la enseñanza, la formación o el trabajo como técnico. En este sentido, la docencia se configura como el camino más valorado por los competidores para enfocar su segunda etapa dentro de nuestra disciplina.

Pero en el karate, tal y como ocurre en otros deportes, no está garantizado que grandes deportistas puedan ser grandes técnicos y aunque el competidor de éxito tenga andado parte del camino, tendrá que mejorar y desarrollar sus capacidades para explicar, transmitir y hacer llegar correctamente su mensaje, de forma que toma una vital importancia el aprendizaje de la didáctica y la adquisición de experiencia como técnico y formador. Para ello considero que es muy relevante y necesaria la supervisión temporal o tutela por parte de un técnico más experimentado, con el fin de ayudar al excompetidor en ese proceso de reconversión, tal y como se lleva a cabo en los programas para la obtención del título de monitor o técnico.

Aunque el atleta de éxito pueda tener una amplia formación en la materia de la que ha sido especialista, si pretende ser un buen técnico de karate, debería tener unos amplios conocimientos de las distintas áreas en que se divide nuestro arte marcial con el fin de dotar de una formación completa a sus alumnos. En ese sentido, es importante la idea ya mencionada de actualizarse y profundizar en temas que durante la etapa deportiva han quedado relegadas a un segundo plano y para tal fin sería recomendable la asistencia frecuente a clases y seminarios especializados.

Podríamos asignar cierta importancia a los contactos, amistades y relaciones establecidos durante los años de competición en alto nivel. El sistema se retroalimenta, ya que unos y otros se podrán a su vez beneficiar en la organización de eventos como cursos, seminarios, campamentos… De esta manera surgen sinergias que facilitan intercambios de experiencias, conocimientos e incluso de alumnos.

En este punto podemos hablar de competidores que aprovechando su experiencia y sus relaciones imparten seminarios y cursos especializados o se hacen cargo de puestos de seleccionador, siendo ocupaciones no permanentes y que suponen una fuente de ingresos complementaria a otra actividad laboral. Pero también podemos hablar de aquellos que eligen la dedicación al karate como opción profesional.

La docencia del karate como salida laboral, tratando de que sea una fuente de ingresos estable, es una decisión que no se toma de manera frecuente, dado el escaso número de clubes que comienzan su andadura anualmente. Algunas de las razones pueden ser:

– miedo al fracaso.

– falta de capacidad económica

– falta de apoyos por parte de federaciones, organismos oficiales (autonomías/gobierno), falta de cesión de instalaciones municipales,

– Desvinculación del “maestro”, por la dificultad que suponen levantar el proyecto o la relación afectiva, además del no realizar competencia si se convive en la misma área metropolitana.

Aun así, y debido mi hasta ahora difícil pero positiva experiencia al combinar otra actividad profesional con la dedicación al mundo del karate, considero que con una buena planificación y contando con los apoyos necesarios, la opción de la docencia en nuestro arte marcial como vía profesional para competidores de éxito es un camino interesante, ya que en líneas generales cuentan con la admiración y el respeto de numerosos aficionados y practicantes, la acreditada capacidad de trabajo y profundos conocimientos, al menos en su disciplina competitiva.

 

4.3. ARBITRAJE

Solo 9 de entre los 50 encuestados, el 18%, declaran estar en poder de un título de árbitro o juez, y solo el 20,5% de los deportistas cree que estará vinculado al karate como árbitro al finalizar su etapa de competición. Esto lleva a pensar que al contrario que la docencia, el arbitraje no es una de las especializaciones que más interés despierte entre los competidores de éxito. El relevo generacional no estaría garantizado mediante la incorporación al arbitraje de buenos competidores, que en mi opinión podrían hacer una gran labor, ya que conocen el reglamento de primera mano, mientras que para otro tipo de karatekas supone un mayor estudio y la necesidad de una importante adaptación a la competición.

El buen árbitro de karate, más concretamente de kumite, deberá tener una adecuada velocidad de reacción a la hora de valorar las acciones de los contendientes y en el momento de la toma de decisiones de acuerdo al reglamento. Además del estudio de la normativa y la práctica en el arbitraje, entiendo como positivo que el árbitro haya competido. Al haber vivido en primera persona las sensaciones de la competición, tendrá una mejor apreciación del punto y de los lances del combate y una mejor lectura de los momentos del encuentro, lo cual puede ayudar en aspectos como su colocación en el tatami o la apreciación de los contactos. El árbitro de kata puede obtener los conocimientos por otras vías y quizá, para la valoración del ejercicio, no sea tan relevante haber sido competidor, aunque la realización de las técnicas en primera persona puede llevar a ser más consciente de la dificultad de su ejecución.

Cruzando los datos de los medalleros de Campeonatos de España con el listado de árbitros nacionales, ambos disponibles en la página web de la Real Federación Española de karate, es llamativo ver como ninguno de los árbitros con titulación en vigor ha sido medallista nacional en los últimos cinco años, bien es cierto, que el camino del arbitraje para llegar al nivel nacional es largo. Al contrario de otras disciplinas deportivas en las que se puede acceder a las titulaciones de árbitro o juez tan solo siendo miembro federado y aprobando ciertos exámenes, para poder arbitrar en karate nacional, será necesario acreditar años de práctica deportiva y la posesión de determinado grado según la titulación que se pretenda obtener, además de la superación de varias etapas en el arbitraje regional.

4.4 ADMINISTRACIÓN Y TAREAS FEDERATIVAS

Como es evidente, la maquinaria del karate necesita de engranajes en diferentes ámbitos para su correcto funcionamiento. Sin alguien encargado de ejecutar correctamente y de manera profesional las tareas administrativas, organizativas y representativas sería imposible la celebración de campeonatos y cursos, pero también el funcionamiento diario de las federaciones en lo referente a temas como tramitación de licencias, grados, seguros, difusión de contenidos y relaciones con administraciones públicas.

Aunque solo el 5% de los competidores encuestados considera que su futuro en el mundo del karate podría estar relacionado con las tareas federativas, quizá el porcentaje no refleje exactamente la realidad. Entiendo que las tareas representativas o políticas se asumen después de realizar un cursus honorum en el karate, de modo que esta perspectiva podría cambiar con la edad.

Como se ha indicado con anterioridad, para el funcionamiento federativo es necesario la presencia de trabajadores fijos, discontinuos y ocasionales, en cualquier caso, las federaciones deberían contar para ello con competidores de éxito, de forma que se facilite una inserción al mercado laboral y que a su vez se aproveche el conocimiento y la experiencia que estos competidores podrían aportar.

Las experiencias acumuladas por competidores de éxito unidas al necesario proceso de aprendizaje, pueden lograr un exitoso trabajo federativo en numerosos aspectos, tales como la organización de eventos a los que habrán asistido con frecuencia, (campeonatos, cursos, galas, etc.). Además, el conocimiento de otros competidores y de profesionales de los medios de comunicación o del ámbito político podría facilitar las relaciones y colaboración entre diferentes federaciones y de estas con el resto de la sociedad.

  1. CONCLUSIONES

Afrontar cualquier cambio en la vida suele ser complicado y así sucede cuando se decide o se debe poner fin a una etapa en la que se han invertido muchos recursos y tiempo. Pero cerrar una puerta a menudo también implica abrir otra, y eso es lo que en mi opinión debería suceder con el competidor de éxito que finaliza su vida deportiva en karate. La evolución del karateka hacia el “do” supondría dar valor al trabajo realizado durante años, poder reflexionar sobre lo ya interiorizado y tratar de mejorarlo mediante el aprendizaje contínuo, profundizando en las distintas áreas de nuestro arte marcial.

Ese camino de aprendizaje, de lucha contra uno mismo y de perfeccionamiento continuo podría ser además beneficioso para el mundo del karate, en la medida en que el deportista exitoso sea capaz de desarrollar una labor de difusión de sus conocimientos y de reconversión hacia otros aspectos del karate en los que pueda contribuir a la mejora de la disciplina desde la base de sus experiencias anteriores.

Será responsabilidad de los entrenadores, los clubes, las federacines y el sector público, contribuir a facilitar las condiciones óptimas para que el buen hacer de grandes deportistas sirva: como impulso para el resto de practicantes de karate, y como trampolín hacia otras responsabilidades, en las que podrían realizar una labor destacable, al igual que lo hicieron en competición.

  1. METODOLOGÍA DEL ESTUDIO

Con la finalidad de encontrar un apoyo científico a las consultas bibliográficas y a las reflexiones personales, he creído positiva la realización de la pequeña encuesta cuyos resultados se han mencionado a lo largo del estudio. La encuesta se lanzó desde la plataforma virtual a las direcciones de e-mail previamente seleccionadas. Para ello se contactó con 60 medallistas nacionales e internacionales de los últimos 5 años de las categorías cadete, junior, sub 21 y senior, con el compromiso de responder al cuestionario. Es un público restringido, pero el entorno aproximado de unas 50 respuestas consigue que la muestra sea representativa. El cuestionario ha podido rellenarse desde cualquier dispositivo con acceso al correo electrónico. La propia página calcula las estadísticas y realiza las gráficas, que son las que se han utilizado en la tesina y para analizar los resultados. 

Me habría gustado incluir alguna cuestión relativa al grado de karate y a la formación académica, ya que podría arrojar resultados interesantes, pero entiendo que la brevedad requerida en la tesina lo convertían en algo excesivo para este tipo de trabajo.

El objetivo prioritario ha sido conocer cuál es o será el papel de los competidores que han alcanzado éxitos destacables en competiciones nacionales e internacionales al finalizar su vida deportiva y cuales son las opciones que se plantean para seguir vinculados al karate de forma activa, además de estudiar cuales son los temas en los que los competidores querrían profundizar una vez que cuentan con tiempo disponible para entrenar aspectos diferentes a su modalidad de competición.

ANEXO. CUESTIONARIOS Y RESPUESTAS.

 

BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA

  • Enfoque: Entrenar para la vida después del deporte. 7/noviembre/2014

http://www.rtve.es/alacarta/videos/telediario/enfoque-entrenar-para-vida-despues-del-deporte/2851916/?ext=SM_FB_TELEDIARIO

  • Tesina 5º DAN. Jesús Juan Rubio. “El antes, durante y después de un competidor de Karate-do”. (2)

http://budotoledoinfo2.blogspot.com.es/2012/07/articulo-3-el-antes-durante-y-despues.html

  • El Blog de Oscar M. de Quel. “Planificando la retirada deportiva”. 7/agosto/2013 (1)

https://odequel.wordpress.com/2013/08/07/planificando-la-retirada-deportiva/

  • González, M. D. y Bedoya, J. (2008). Después del deporte, ¿qué? Análisis psicológico de la retirada deportiva. Revista de psicología del deporte, 17(1): 61-69.
  • Training for transition.

www.retiradadeportiva.com

www.pepebenede.com/metodologia/

  • Gestión emocional de la retirada deportiva del deportista profesional. Parte I.

www.coachingdeportivo.com

  • Funakoshi, Gichin. “Karate-do, mi camino”. Editorial Dojo Ediciones. Madrid 2007.
  • Funakoshi, Gichin. “Los veinte principios rectores del karate”. Editorial Tutor. Madrid 2008.
  • Real Federación Española de karate.

http://www.rfek.es/

http://www.rfek.es/index.php/competicion/reglamento

TESINA PARA EL EXAMEN 5º DAN. JUNIO 2018

Publicado para Rincondeldo.com con la autorización del autor.

Foto: manuel | MC_

 

Diego Sanchez Sanchez

Author: Diego Sanchez Sanchez

Share This Post On

1 Comment

  1. Avatar

    Felicitaciones. Muy importante tema tratado magistralmente.

    Post a Reply

Submit a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.