Como deportistas, ¿alguna vez nos hemos planteado y/o presenciado cómo por MIEDO, ODIO o PREJUICIO las personas pueden privarse unas de otras de sus derechos civiles, robarse la libertad o incluso destruirse?.
Pues bien, centrémonos en los PREJUICIOS, principalmente negativos, para decir que son una actitud hostil y negativa hacia un grupo distinguible basada en generalizaciones derivadas de información imperfecta o incompleta. La generalización de características o motivos a todo un grupo de personas es lo que se llama ESTEREOTIPAR. Esta acción consiste en asignar idénticas características a cualquier persona de un grupo, sin tener en cuenta la variación real que existe entre los miembros del mismo. Pero estereotipar no constituye necesariamente un acto abusivo intencional; sin embargo, frecuentemente no es sino un modo de simplificar nuestra visión del mundo, y todos lo hacemos en cierta medida.Todo estereotipo basado en la experiencia y adecuado resulta un método adaptativo y justo para tratar con el mundo. Por el contrario, si no nos deja ver las diferencias individuales dentro de un grupo de gente, resulta poco adaptativo y potencialmente peligroso. Además, la mayoría de los estereotipos no están fundamentados en una experiencia válida, sino que se basan en imágenes y en cosas dichas y oídas en los medios de comunicación, o se generan en nuestras cabezas como modos de justificar nuestros propios prejuicios y crueldad.
Un caso especial dentro del estereotipar lo constituye el hacer ATRIBUCIONES. Cuando un hecho ocurre existe la tendencia entre los individuos de tratar de atribuirle una causa a dicho efecto. Específicamente, si una persona realiza una acción, los observadores verán inferencias sobre lo que ha causado dicho comportamiento. Estas inferencias causales son las ATRIBUCIONES. Toda persona pone atributos que son consistentes con sus creencias o prejuicios, y sus erróneas conclusiones justifican e intensifican sus sentimientos negativos. En resumen, el prejuicio da lugar a particulares tipos de atribuciones negativas o estereotipos, que a su vez intensifican dicho prejuicio. La persona de prejuicios muy arraigados es prácticamente inmune a la información. Una hipótesis bastante razonable es que todos nosotros tenemos prejuicios, ya sea contra un grupo étnico, nacional o racial, contra áreas geográficas específicas como lugares de residencia, o contra ciertos tipos de cosas.
Causas / factores del Prejuicio:
1.- Competencia o conflicto económico y político: el prejuicio puede considerarse resultado de fuerzas económicas y políticas. Puesto que los recursos son limitados, el grupo dominante quizá intente explotar o denigrar a un grupo minoritario para conseguir alguna ventaja material. Estas actitudes de prejuicio tienden a crecer en momentos de tensión y cuando existe un conflicto centrado sobre metas mutuamente excluyentes.
2.- La agresión desplazada: la frustración conduce a una agresión específica contra alguien a quien odiamos. Los individuos tienden a desplazar su agresión sobre grupos visibles, relativamente inermes y odiados para empezar. Ya la forma que se adopta de agresividad depende de los que permita o apruebe el grupo en cuestión.
3.- La personalidad prejuiciosa: hay diferencias individuales dentro de una tendencia general al odio. En otras palabras, hay personas predispuestas al prejuicio, no solo debido a influencias externas inmediatas, sino por el tipo mismo de personas que son. Ej.:Sujetos con un alto grado de “Autoritarismo”.
4.- Conformismo con las normas sociales existentes: una sociedad puede crear creencias “prejuiciadas” por medio de la Ley o la costumbre. Tendemos a creer o a aceptar las cosas que vemos con frecuencia, a menos de que haya razones poderosas en contra.
Para la mayor parte de las personas el prejuicio está demasiado enraizado en sus propios sistemas de creencias, es demasiado coherente con su conducta cotidiana y recibe demasiado apoyo y estímulo de las personas circundantes.
Para manejar todo esto, un factor clave parece ser la INTERDEPENDENCIA MUTUA: una situación en la cual los individuos se necesitan unos a otros para llegar a unos objetivos. Parece ser que funciona mejor con niños pequeños, antes de que las actitudes prejuiciosas tengan la oportunidad de arraigar profundamente. El prejuicio es un fenómeno complejo. Se trata de un proceso lento. La igualdad está todavía muy lejos. Sin embargo, los prejuicios están en decadencia y esto resulta estimulante.
Por último, invitaros a que potenciemos la ATRACCION INTERPERSONAL: en general tendemos a querer a las personas cuya conducta nos proporciona la mayor recompensa con el mínimo coste. La atracción mutua aumenta cuando las personas cooperan entre sí.
Ldo. en Psicología
Centro Ceycon (Burgos)
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