Daniel Esteban Vitores -Psicólogo
Si cualquier elemento de la competición deportiva puede ser complicado, imagínense el arbitraje y su toma de decisiones en kumite o en katas. La Psicología del Arbitraje, pretende dotar a los árbitros de estrategias/técnicas psicológicas para aumentar la probabilidad de afrontamiento adecuado sobre las presiones ambientales y sus propios temores. Partamos del hecho que en todo árbitro/juez de competición se suelen dar estas premisas:
- unas adecuadas condiciones físicas acordes con las exigencias de cada deporte/competición.
- una exigente y clara neutralidad/imparcialidad con respecto a la competición.
- un perfecto conocimiento del Reglamento/reglas de juego.
Se puede ir mucho más allá si queremos tener como objetivo el aumentar la probabilidad de tener éxito en el aprendizaje es estrategias y destrezas psicológicas. Arbitrar es un proceso continuo de adquisición de habilidades y que cuanto mayor sea el número de ellas que seamos capaces de manejar, pues mayor será la probabilidad de éxito. Estas habilidades se adquieren entrenándolas; cuantos más ensayos, mejor. Esto requiere esfuerzo y tiempo.
También es importante saber que la conducta arbitral necesita aprender a evaluarse, para mantener una actuación eficaz. Todo árbitro cuando dirige una competición debe ser su propio modelo y criterio aún en los peores momentos. El árbitro no puede recabar información sobre su actuación en el exterior, a no ser de “La Mesa” o de los Auxiliares. Sólo él tiene que emitir la decisión final. La razón fundamental es que los factores externos a él durante una competición, en su criterio, adolecen de parcialidad por razones de intencionalidad (a veces) o de involuntariedad, debidas a ignorancia o a partidismos. El árbitro debe conocer sus reacciones psicológicas, no pudiendo autocorregirse en función exclusiva de factores externos. Tampoco olvidemos que los competidores, entrenadores y público continuamente le estarán enviando información subjetiva y errónea que en ningún momento deberían alterar su criterio personal.
Existen elementos que pueden estar perjudicando al árbitro y cuyo conocimiento ayuda a ir superando su influencia. La única fuente de información fiable que tiene un árbitro partirá de sí mismo y de su continua autoevaluación.
Ldo. en Psicología.
Codirector del Grupo Ceycon de Psicología. Burgos
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