Fecha de nacimiento: 6 de Junio de 1958
Lugar de nacimiento: Madrid
Residencia: Madrid
Estilo: Shito-Ryu
Profesión: Profesor de Karate
Grado: 5º Dan
Me llamo Felipe Hita Fidalgo, nací en Madrid un 6 de Junio de 1958, hace ya la friolera de 53 años, mi familia es de origen humilde donde todos los hermanos hemos trabajado desde muy jóvenes.
Mis primeros pasos en el deporte fueron en el fútbol como casi todos los niños de la época, primero jugando entre los chicos del barrio y a medida que fui creciendo empecé a subir y jugué en el FEMSA, un equipo de una fábrica gigante que había frente a mi casa. También hice una prueba para entrar en un equipo ya más fuerte, el Moscardó, y a pesar de ser más joven que mis contrincantes me cogieron, aunque por edad todavía no podía pasar a esa categoría. Aún así me admitieron para tenerme listo en un año ya que veían muchas posibilidades en mí como guardameta.
Estuve tonteando con el Boxeo, en el gimnasio de Renzo Casadey, donde entrenaron gente como Urtain y Carrasco, porque la madre de un amigo limpiaba allí.
A los catorce años tuve que empezar a trabajar, ya que no se podía seguir estudiando por falta de medios. Comencé en una fábrica de ascensores, ASCENSORES MEDIAVILLA donde estuve un año y pico. Pasé provisionalmente a una empresa de fotocopiado de planos industriales, en la que estaría un par de meses aproximadamente hasta que tuve un trabajo en los laboratorios fotográficos HEINZE de España, en los que trabajaba como encargado del almacén de material de oficina, no porque me correspondiese sino porque tenía un poco de enchufe; mi madre trabajaba en la casa de la hija del dueño cuidando a sus hijos. Hacía las funciones propias de un almacén y solamente salía a la calle los sábados que no había reparto y yo iba en taxi desde la calle Julián Camarillo, cerca de Simancas hasta El Barrio de la Concepción y Ventas a entregar sobres de fotografías a unas tiendas.
En este tiempo es cuando mi hermano me dice que ha visto una película de chinos llamada DE PROFESIÓN INVENCIBLE, y que se había quedado alucinado de cómo peleaban aquellos chinos. En aquellos tiempos apenas se sabía lo que era el karate y aún menos otras artes marciales que no fueran el Judo. Fui a ver la película y fue para mí tal el impacto que repetí varias veces la misma semana y los fines de semana repetía la sesión y volvía a verla. Hablamos varios amigos del barrio después de verla y unos cuantos pensamos apuntarnos a un gimnasio.
Corría el año 74, yo tenía 15 años, hablé con mi madre y me dijo que “nanay de los bureles”, que ella no pagaba esas tonterías.
De los cinco o seis amigos que éramos al principio se rajaron todos, solo quedé yo, pero yo soy de ideas fijas y busqué un gimnasio y el primero que encontré fue El Eolo, al lado de la Ctra de Vicálvaro en Canillejas. Pregunté y me dijeron que lo que costaba podía llegar a ser unas 5.000 ptas de la época, entre matrícula, kimono, licencia, mensualidad y además había que sacar el certificado de penales, ya que saber karate era como portar un arma mortal, decían.
Pensé y no sabía cómo sacar ese dinero ya que el dinero que ganábamos lo entregábamos en casa y lo administraba mi madre.
Llegó el sábado y me dieron la cantidad que me daban todos los sábados para los taxis y al ver el dinero en mi mano me dije, si en lugar de en taxi voy en autobús me ahorraría dinero y podría pagar lo del gimnasio. Pero llegué más lejos y decidí ir corriendo y así conseguir el dinero antes. Y fue dicho y hecho, y así en Febrero del 74 me apunté. El profesor era Andrés López, cinturón marrón del Juka, alumno del fallecido Luis Lafuente. Su sistema era bastante poco pedagógico y macarra, de hecho a mi me daban de lo lindo, incluso me insultaban por las gafas, me llamaban “antinieblas” y un día, al 2º mes haciendo combate el profesor me dio un mawashi en la cara y me rompió las gafas. No me gustaba el sistema pero sí el karate; busqué otro sitio y resultó que a 10 min de casa estaba el gimnasio KIOFU, donde daba clase por aquella Jesús Calvo. Vi la clase y me gustó, hablé con el dueño Justo Navarro, un prestigioso maestro de Judo, e intentó hacer conmigo lo que se hacía mucho, llevarme al huerto con lo de no poder federarme en karate porque eran necesarios 16 años cumplidos y a mí me faltaba muy poco para cumplirlos. Yo le dije que no, él me insistió y cuando le dije que NO que me iba que no quería hacer Judo sino KARATE, entonces , ya en la puerta, vio que mis ideas eran fijas y claras, y me llamó diciendo que podía empezar.
Jesús Calvo, mi nuevo profesor y al que desde entonces le consideré como mi maestro, al verme lanzar un Yoko Geri, me preguntó que cuánto tiempo llevaba practicando, le dije que desde Febrero y me examinó para
amarillo la semana siguiente, y ahí empecé mi DO hasta hoy.
Tanto Jesús Calvo como el propio gimnasio organizaban trofeos durante el año y desde el principio empecé a ganar 1os. y 2os puestos.
Todo iba viento en popa a nivel de karate, pero en mi casa las aguas estaban un poco turbias. Mi padre tenía un problema grave con la bebida y había malos tratos cada vez que se emborrachaba, la verdad es que así era la historia en mi casa desde que tengo uso de razón, pero en los últimos tiempos la cosa iba a peor.
Entre tanto hubo un incidente en los laboratorios de fotografía por una negligencia de chavales y el almacén salió ardiendo mientras limpiábamos una multicopista con alcohol, que mezclado con que mi compañero fumaba, casi nos quedamos dentro achicharrados. La botella de alcohol reventó el tabique y mi pelo empezó a arder y todo se quedó ahí gracias a Alfredo, mi compañero, que me levantó y entre los dos pudimos abrir la puerta y salir. Esto llevó a nuestro despido por negligencia. Había problemas entre el Director y el yerno del dueño, que acabó yéndose, y como sabían que mi madre trabajaba con él, me miraban mal y a la primera que pudieron me echaron.
Fue entonces cuando entré en una empresa que de todas fue la que más me marcó: ESTOSA. Un estudio de topografía, en el que entré de botones, aprendí algo de topografía y acabé delineando planos topográficos, aunque muy poquito tiempo. Al mismo tiempo iba avanzando en los grados, y en el karate en todas sus facetas, técnica, deportiva y en la enseñanza.
En mi casa las cosas empeoraban y mi madre, después de recibir una paliza, siempre sin estar nosotros o por lo menos yo, dijo que ya no aguantaba más, que se quedaba ella o él. Mis hermanos son, dos por encima en edad, y otra por debajo, pero ellos no tomaban decisiones y yo sí. Quité a mi padre las llaves de casa y cuando llegó por la noche dijo que le abriésemos, que se había olvidado las llaves, yo le contesté que no, que se las había quitado yo del bolsillo. Le conté lo que había y al principio se puso un poco bruto, todo esto hablando cada uno por un lado de la puerta de la calle de casa. No tuve más remedio que decirle que si volvía a casa iba a ser peor porque si a partir de ese momento volvía a pegar a mi madre yo le daría el triple a él. Ahí vio que la cosa iba en serio y se fue.
No se rindió y empezó a vivir en una dos caballos que tenía mi hermano que corría en moto. Estaba llena de trastos y encima era invierno. Fueron pasando los días y las semanas y tanto mi madre como mis hermanos empezaban a ablandarse diciendo que se iba a morir de frío. Yo decía que no, que cuando realmente tuviese frío se iría a vivir a algún sitio. La cuestión es que una de las noches que yo volvía de entrenar, a eso de las once y media, noté que no estaba en la furgo y al entrar en el portal, por el olor, sabía que mi padre estaba ya en casa. Mi padre tenía un olor especial, era muy pulcro, y siempre llevaba colonia y fumaba, y esa mezcla no la olvidaré jamás, al igual que por las mañanas a esa mezcla había que añadirle el olor del café. Entré en casa y había un silencio sepulcral, me dijeron que les daba mucha pena, yo les dije que cuando se toman decisiones se toman. Yo soy de los que no me importa pedir perdón una y mil veces si me he equivocado, también dar segundas y terceras oportunidades, pero aquí había habido cientos de oportunidades y siempre volvía a reincidir, y opino que cuando se da un paso acertado, duro o no, hay que mantenerse firme. Aquello se convirtió en algo muy incómodo para mí. Nos cruzábamos en el portal y uno abría y el otro esperaba. No nos hablábamos y cuando yo estaba en casa él no salía de su habitación.
Era imposible la convivencia y se acercaba el verano. Yo tenía 17 años y durante los últimos meses el ambiente era muy tenso porque, tanto mi madre como mis hermanos me habían dejado con el culo al aire con el tema de mi padre. Y un día que tuve una bronca con mi madre, aproveché para decirle que me iba de vacaciones y ya no volvería a casa, que me iba a vivir solo. Pensó que era una tontería y no me creyó.
En Septiembre me vio por la calle Arturo Soria y me preguntó que cuándo había vuelto y le dije que hacía 15 días, y ella dijo: ¿y no has ido por casa? Ahí empezó una vida bastante más dura, 17 años, solo y viviendo donde podía, porque con esa edad el sueldo no daba más que para sobrevivir. Así que doblé el trabajo y desde las 8.00 hasta las 17.00 trabajaba en el estudio topográfico, a las 17.15 iba con los compañeros de delineación que habían abierto un estudio de lo mismo por las tardes. Así que me iba desde Argüelles a Alonso Martínez corriendo con la bolsa de karate a la espalda, de ahí salía a las 20 horas y corriendo para el metro. No utilizaba las escaleras metálicas, subía y bajaba a toda leche para llegar a la academia TEIDE donde estudiaba delineación, salía 5 min antes y otra vez corría desde Quintana hasta Pueblo Nuevo donde entrenaba de 10 a 11 de la noche.
Una cosa curiosa de la época es que esto era como un tabú; decías que hacías karate y eras casi como un superhombre, sensación que no nos vamos a engañar, con esa edad gustaba. Con el paso del tiempo te das cuentas que no hay superhombres, simplemente adquieres unos conocimientos que otros al desconocer lo que puedes llegar a saber te sobrevaloran.
Yo pertenecía a un club de amigos de los que se hacían antiguamente en Las Parroquias, JUS, Juventud Unida Siempre. Allí parte de los amigos que no se apuntaron a los principios y otros más me dijeron que por qué no les enseñaba karate. Lo pensé, y la idea me atraía. Yo entrenaba, Martes, Jueves y Sábados por la tarde, les enseñaba los Lunes, Miércoles y Viernes, compré varios libros que leía y estudiaba y sobre todo ponía muchísima atención en las clases para que lo que yo aprendía un día, enseñarlo al siguiente, de esa manera me convertí en el alumno más tocagüe……de la clase, porque Jesús decía un nombre y yo levantaba la mano y le decía que yo tenía un libro que ponía que se llamaba de otra manera, os podéis imaginar………. O sea que llevo enseñando karate desde el propio cinturón blanco.
Saqué el cinturón negro a los 18, en Noviembre del 76 en El Judo Club Gaspar de Baracaldo, junto a Damián González, Lorenzo Parra, Carlos Díaz, Javier Aja y otros compañeros del gimnasio.
Mi ritmo de vida era: arriba a las 7 de la mañana, iba al estudio 8’30, una hora para comer y a las 5 salía me metía en el otro estudio y a las tres horas me iba a la academia y de ahí al gimnasio por la noche. A todos los lados ya iba con la bolsa de karate y corriendo.
Me pirriaban los rompimientos y allí por Aurrerá donde estaba el estudio, había locales sin abrir y las paredes estaban de obra pura y cruda y a mí no se ocurría otra cosa que tirarlas de yoko y mae geri…….El periodista Alberto Granados, que en aquella trabajaba conmigo y ya me ha entrevistado en varias ocasiones para la televisión y la radio, me hizo recordar una de mis anécdotas preferidas, lo de los rompimientos y mis comienzos con los tabiques.
Mi primer Cto de Madrid senior lo perdí a la primera de cambio, sin embargo en el junior quedé Campeón ganando a Miguel Ángel Palomares que venía de quedar 3º de Europa. Fui al de España y lo gané y me preseleccionaron para el de Europa. Aquello para mí era algo especial, increíble, parecía que mi vida estaba cambiando. Fui a casa de mis padres a darles la noticia y mi padre salió de la habitación y me agredió con una navaja pequeña, cabreado porque un tiempo antes le había roto la nariz por pegar a mi madre. Tuve que defenderme de aquello y le di, de manera que esa fue la última experiencia en Madrid con la que me fui al Cto de Europa en León en el 78. Gané en mi peso y también quedamos terceros por equipos. A la hora del pódium y darme la medalla, sensación inolvidable la de oír el himno nacional en tu honor por haber ganado, me la pidieron en presencia de todos los allí presentes, Don Celestino Fernández y El presidente de la de Judo, El Sr. García de La Fuente, para pedir la mayoría de edad y solicitar al CSD una Federación independiente, que se consiguió…. En lo que yo me consideré muy partícipe. Y así empezó mi carrera deportiva y de grados. Como premio al Cto de Europa me dieron el 2º Dan.
En Abril de ese mismo año entré voluntario en El Ejército del Aire en El Ala 12 de La Base Aérea de Torrejón. Pasé la instrucción y entré en La PA (Policía Aérea), el peor destino que le puede tocar a un militar ya que el 85 % del tiempo estás de guardia. Tenía que pensar algo rápido para librarme de aquello y cuando llegué al punto de dar mi profesión para mi ubicación en La Policía, les dije que era Profesor de Karate y Defensa Personal, cosa que le interesó mucho a un Brigada que era el responsable del área de deportes. Me fue llevando a ver superiores hasta llegar al Comandante y a éste le pareció muy buena idea. Me preguntó que si daba clases de gimnasia y defensa personal a La Policía qué pedía a cambio y yo le contesté si ¿se podía pedir algo a cambio en La Mili?…, y la verdad que muy amablemente me dijo que si yo hacía algo por ellos, ellos lo harían por mí. Así que le pedí un destino donde pudiese entrenar por las tardes y permisos para competir, y el “Cielo” se abrió ya que me lo concedió y me pusieron en el almacén de correajes, cascos etc. de La Policía, destino del que salía a las dos de la tarde. Allí estuve dando clases, entrenando en el gimnasio americano y yendo al estudio a dibujar algún que otro planito para poder sobrevivir, ya que fueron tiempos muy difíciles a nivel económico y de futuro. La verdad es que La Mili me facilitó algunas cosas. Estando en El período de instrucción solicité un permiso especial para entrenar en el gimnasio americano y vi un cartel de un Cto de Artes Marciales y a trancas y barrancas conseguí comunicarme con ellos y apuntarnos mi amigo Santi El Alemán y yo. Santi es un amigo que hice en la mili, que vivía en Alemania pero era español y quiso hacer La mili aquí. Era cinturón marrón y la verdad que me ayudó mucho para poder mantener el ritmo de entrenamiento con una pareja para trabajar.
Llegó El Cto y era la 1ª vez que se presentaba un español, siempre habían sido americanos, la grada del pabellón americano estaba dividida en dos: una parte de soldados americanos y otra de soldados españoles y la verdad que fue muy divertido e interesante y sobre todo animado. Cada uno era de un estilo, karate, kajukembo, kempo, taekwondo, de todo y lo que menos se podía imaginar nadie era que yo que era el más ligerito, con mis 63 Kgs más o menos, mis gafitas y casi imberbe iba a ser el ganador a pesar del tamaño de aquellos gigantes negros de casi 2 metros.
Al final de la Mili, se perpretaron varios atentados contra militares y se instauró El Cuerpo de Escoltas, que era voluntario, cosa de la que yo no me pude librar ya que por mis conocimientos me obligaron y me hicieron Escolta del Jefe de La Base Aérea de Torrejón, El Coronel Fernández Roca. Me instruyeron cuerpos de élite a mí solo y así hice buenas migas con El Coronel, que me felicitó por una exhibición de carácter militar pero basada en La defensa personal para casos que se podrían dar estando armados y demás en guardias etc. Y al poco de esto y muy cerca del final El Coronel recibió una carta para que me dijera que podía incorporarme a Los GEO en cuanto acabase el servicio militar, ya que con las referencias que había sobre aquella exhibición, que fue especialmente para Altos Mandos, oficiales y suboficiales llevándola a cabo con todos los que pude reclutar en la base que hacían algún arte marcial y la competición en la que gané a los americanos y El Cto de Europa, me invitaron a formar parte de un equipo de élite como Los GEO. Lo sopesé mucho ya que mi el mundo policial me encantaba, pero no el militar, eso de obedecer órdenes porque sí, no iba conmigo y la posibilidad de no poder seguir compitiendo me echaron para atrás y lo deseché, cosa que nunca supe si acerté o no.
De hecho en mi barrio, donde tenía el gimnasio, cogí a varios ladrones y atracadores y fue tal el número de veces que lo hice que a punto estuvieron de darme un homenaje los comerciantes del barrio. Siempre he pensado que soy un poli frustrado.
Al salir de La Mili no sabía qué hacer, ya no estaba en el estudio, solo iba por horas ya que, viendo los resultados, decidí dedicarme principalmente al Karate y todo lo que conllevaba, el entrenamiento, la enseñanza y la alta competición.
Mi vida deportiva continuó y fui sacando medallas aquí y allá en Los nacionales y los europeos.
Había una norma en aquel tiempo: todo miembro en activo de La Selección Española podía acceder a examen en la mitad del tiempo estipulado, lo que hizo que me examinara para 3er. Dan un año y medio más tarde del 2º en Santander y lo aprobase.
Y en ese mismo año empecé a sentirme mal y extraño, orinaba mucho, me cansaba más y bebía del orden de 5 y 6 litros de agua y por las noches me daban calambres muy fuertes en los gemelos, yo pensé que era un problema de exceso de entrenamiento.
Estando en París en La Copa del Mundo de Regiones, el 20 y 21 de abril de 1980 , me enfadaba mucho con todo el mundo y estaba delgadísimo. Jesús, que era el seleccionador de Castilla por entonces, me recomendó ir a un médico ya que no era normal mi delgadez y mi carácter y así lo hice. A la vuelta hablé con Mariano Morante padre, le conté los síntomas y me dijo que tenía un presentimiento pero que no me decía nada hasta no ver los análisis. Efectivamente su presentimiento era real: DIABETES. Me dio 282 de glucemia en sangre, una cifra que no se me olvidará en la vida y en seco y sin paños calientes, me dijo que tendría que picharme insulina de por vida, me hablaban unos y otros, me decían que tendría que dejar el karate, que tenía que llevar una vida casi de ermitaño, cuidarme mucho, no comer de esto, de lo otro, no beber de nada, etc, etc.
Yo hice caso omiso y decidí seguir entrenando como si nada, pensando que aquello era un mal sueño, – cómo podía yo ser diabético si ni siquiera bebía burbujas, solo trinaranjus, agua y leche -.
En el verano del 80 estaba cada vez más delgado y llegué a estar en 58 Kgs. Con 1’80 cms. Me acuerdo que Jesús hizo en Colmenar un entrenamiento en un gimnasio donde él estaba intentando dar clases y fuimos allí todos, Damián, Javier, Lorenzo, en fin los 8 o 10 alumnos incondicionales de Jesús, porque la verdad es que no tuvo gran cantidad pero si calidad.
Yo no podía ni con mi alma y bien sabe Dios que lo intentaba y sufriendo mucho. Nos puso por parejas y vi la cara de mis compañeros con los ojos llorosos, de ver que de ser el más brioso con diferencia e inquieto entrenando, estaba luchando como un energúmeno para poder hacer si llegaba al 5 % de lo normal en mí, la cara de Lorenzo Parra que la escondió para que no le viese, estaba a punto de llorar de pena, por verme en esas circunstancias tan diferentes y penosas tan lejanas de mi vitalidad, potencia y ganas en los entrenamientos.
Pasó el verano y fui al Príncipe de Asturias, un gran trofeo, y con mucho coraje y muchos… llegué a la final y allí me encontré con un competidor de la madrileña que era bueno, Juan Manuel Pérez, que hizo lo que no había hecho nadie sentarme de culo en dos ocasiones sin apenas poderme levantar. El pabellón se silenció porque ya me llevaban viendo un tiempo y aquello no era normal. Ya corría por ahí lo de mi diabetes, y al finalizar me llamaron dos médicos jóvenes asturianos y me preguntaron por ella y les contesté lo que me lo habían dicho pero que no podía ser cierto porque yo me cuidaba mucho. Entonces me hicieron una advertencia: “si no ponía freno y me empezaba a pinchar insulina envejecería 10 años en uno, que echara cuentas y si quería competir tendría que medicarme si no que me olvidara”, y además me dijeron, “y olvídate del mundial”. Ahí es donde me dieron de lleno. Antonio Oliva vio esto, se enteró también de lo de la diabetes y de que yo me negaba a pincharme, entonces me dijo, – Felipe tu eres una de las piezas clave que tengo para el equipo que quiero hacer para el mundial, pero necesito que estés fuerte y a tope – , y eso me motivó muchísimo junto con lo que me dijeron los dos médicos Asturianos.
Esto era finales de Septiembre o primeros de Octubre. Cuando regresé a Madrid fui a ver a mi madre y le dije lo de la diabetes, que tenía que pincharme y que iría todos los días por allí. Y empecé una cuesta arriba de entrenamiento y volver a coger fuerzas gracias al tesón mío y la ayuda de muchos de los que me rodeaban. Comencé a correr, subir, bajar, flexiones, velocidad, era una cuenta atrás hasta finales de Noviembre que era El Mundial, y para colmo visto que mi vida tenía que ser muy organizada decidí casarme con Emma, la madre de mi hijo Filipo, esto sería el 6 de Diciembre del 80 justo la semana después del mundial.
Lo de que me pinchara mi madre duró poco tiempo, lo que tardó en llegar un viaje a alguna competición; Barcelona, Trofeo de La Merced, aún me acuerdo: habitación del hotel… estuve como media hora con la aguja apuntando al muslo sin atreverme a pinchar, Damián González, amigo y compañero, me dijo;-Felipe, o lo haces tú o lo hago yo, pero hay que hacerlo porque me estoy poniendo malo de verte con la jeringuilla en la mano-. En ese momento me dije; – lo tienes que hacer – , y empujé la aguja hasta dentro y ese fue mi primer pinchazo y a partir de ahí me fui acostumbrando. Llegó El Mundial y me llevaron en el equipo y en individual. Yo, después de todo lo pasado, estaba bastante a tope de forma y mente, que para mí era muy importante porque como todo el mundo sabe, a pesar de mi peso yo solía salir de 5 en el equipo ya que era un todo terreno y dominaba bastante bien la estrategia; si había que empatar empataba, si ya no importaba el resultado me guardaba para cuando fuese realmente necesario y cuando había que ganar nunca dejé dudas de que hacía lo imposible por ganar y nunca tiraba la toalla ni aunque quedara un segundo. Ese era mi lema y continúa siéndolo en mi vida y en mis enseñanzas a los alumnos y competidores. Y por fin después de tanto sufrimiento ahí me encontraba representando a España en un Mundial, el sueño de cualquier deportista y además sueño completo porque lo ganamos haciendo la final contra Holanda, la bestia negra del momento, pasando por Francia, Méjico, etc. Pero yo me topé con un problema posterior, mi desconocimiento de la diabetes y sus reacciones ante los diferentes tipos de estado de ánimo o la repercusión de la competición en un diabético. Cosa que se supone que al ser un deportista de élite y la Federación tener interés en mí para representar a España con La Selección Nacional en un Mundial, lo normal hubiese sido que me hubiesen asignado un médico especializado en diabetes y deporte y que hubiese estado durante todo el mundial con nosotros, al igual que tuvimos psicólogo y sofrólogo. Total que, con la alegría que supuso ganar El Mundial hubo unos desbarajustes propios en mi organismo que yo desconocía que podían variarme las glucemias. El domingo hacía el individual pero yo no sabía prácticamente nada de diabetes y en el hotel al levantarme por la mañana me pinché la misma insulina de todos los días: gran error.Fuimos al Palacio de los Deporte y estando a 1ª hora en la grada, antes de empezar mi peso, hablaba con Emma y más alumnos que estaban por allí viendo El Cto y empecé a sentirme mal. Me bajé a la pista y a medida que caminaba iba peor, fue una caminata eterna por los pasillos del Palacio de deportes, creí que no llegaba. Por fin llegué a las escaleras del foso que sale a la pista, ya no podía tenerme en píe y subí arrastrándome. Al primero que ví le pedí por favor que llamaran al médico español, llegó Felipe Belinchón y sabiendo cuál era mi problema, una Hipoglucemia, déficit de azúcar, me dieron Cola Cao y galletas, hasta que empecé a reponerme, pero de una hipoglucemia de ese calibre como la que me dio no te repones fácilmente, así que cuando me tocó pelear fui ganando como pude, hasta que me ganaron y aún así repesqué y quedé 3º, pero en condiciones normales y sin hipoglucemia en mi interior siempre quedará que hubiese ganado si la Federación hubiera hecho lo propio y yo hubiese estado bien controlado por un médico y me hubiese avisado de que ese día, después del esfuerzo del día anterior y las grandes alegrías y el esfuerzo que supondría ese mismo día con el individual, me hubiese pinchado bastante menos insulina, habría desayunado más fuerte y llevaría conmigo dulces para que al primer síntoma de hipoglucemia pudiera arreglarlo sin quedarme casi KO. Quién sabe, pero lo más seguro es que hubiese estado en la final con muchas probabilidades de ganarla. Es lo que había, pero no es justo estos fallos por parte de una Federación, porque esto ha sido durante todo mi tiempo en la Selección, once años.
Me fui haciendo a la diabetes, conocí al Dr. Guijo Linares experto en diabetes de Sanitas, y decidió hacer un estudio conmigo para ver la reacción del entrenamiento en un diabético. Vino a hacerme controles y a tomar apuntes al gimnasio, de noche, bastante tarde, porque entonces empezábamos la clase a las 10 y acabábamos algunas veces a las 12 o la 1 de la madrugada.
El 15 de Marzo de 1982 nació mi hijo Felipe, actual karateka conocido por todos por su buena trayectoria como karateka, competidor y mejor persona.
La Federación nos otorgó a todos los integrantes del equipo y a los que habían obtenido medalla, otro DAN superior al que teníamos. Yo era 3º y me dieron el 4ºy me convertí en el 4º DAN más joven del mundo o eso decían por ahí, tenía 22 años. Sé que este DAN levantó ampollas en gente como Fausto, Luis Lafuente, etc, pero yo nunca pedí absolutamente nada, ni he pedido nada en los más de 37 años que llevo en el karate, hasta hoy. Las cosas vinieron rodadas como vinieron y así las acepté. Pero sé que ha habido gente que en sus solicitudes para 6º DAN, como uno de los méritos pusieron:- hasta Felipe Hita viene a entrenar conmigo -, cosa totalmente incierta, y prefiero evitar los nombres mientras no sea necesario. La realidad es que nos juntábamos un grupo de gente del mismo nivel más menos y cada semana daba el entrenamiento uno de nosotros, íbamos a un gimnasio concreto, pero no a entrenar con el dueño, entre otras cosas porque en ese tiempo había uno o dos que tenían más grado que él, aunque ahí éramos todos iguales, cosa que ahora con la discriminación en los ascensos de DANES algunos se creen más que los demás. A todos esos les recordaría yo un montón de anécdotas, donde no sólo no estaban por encima sino por debajo, sin embargo, y creo que mucha gente me conoce, yo no hago distinción entre las personas; en el tatami cada uno tiene su grado y eso hay que respetarlo. Pero ya estoy un poco harto de ir a cursos y ponerme en las filas de atrás, aún sabiendo que tenía que estar delante. Y como no es justo, y muchos lo saben, me vienen a llamar para que me ponga delante, porque a más de uno le da vergüenza ostentar un 7º u 8º DAN y verme detrás con un 4º. Todos sabemos lo que nos corresponde a cada cual, y a mí no me corresponde el 4º. Y también estoy cansado de que cada vez que veo a la gente antigua en los Ctos. de España, me digan que no entienden cómo a mí no me han llamado nunca para ser el seleccionador en alguna de sus categorías y aún entienden menos lo del 4º DAN, la mayoría creen que soy ya 7º u 8º.
Ya había salido en algún programa de televisión con los Europeos y en varios periódicos, pero con el mundial, fue mucho: la tele, periódicos, revistas y luego ir a ver al Rey. Para mí era como estar soñando, de ser el hijo de Carmela y Luis, el que cogía de vez en cuando unas melopeas de aúpa, a ser mirado en mi barrio por todos por ser un campeón. Algo estaba cambiando en mi vida.
Allá por al 84 u 85 se oía en los mentideros que iban a subir unos grados a algunas personas, entre las que nos encontrábamos Damián y yo. Esto no nos hacía mucha gracia, no el ascenso sino estar a la misma altura que nuestro maestro. Lo hablamos con él y nos sugirió que hiciésemos una carta solicitando el 6º para él para así no estar al mismo nivel, alumnos y profesor. Así lo hicimos y cuando llegó el momento dieron 1º los sextos a Jesús, J.P. Carvila y no sé si alguno más, luego llegaron los quintos y alguien dijo, creo que Enrique Guerra, cuando nos nombraron a nosotros, que éramos muy jóvenes. El joven era yo, Damián me sacaba casi 5 años y ahí tenía que haber estado Jesús Calvo para defender esa moción, ya que a él le incluyeron en la lista de ascensos gracias a nuestra carta. Pues no dijo nada, bueno sí, dijo que esperáramos al año que viene, y el propio presidente, Don Celestino Fernández al que apreciaba muchísimo, me lo contó tal como fue, y añadió: – lo que no entiendo es por qué Jesús no lo ha defendido porque siendo vuestro maestro, seleccionador y además Director técnico, tenía todo el peso del mundo para haberlo defendido – . Pero prefirió separase dos danes de nosotros y no uno como hablamos. Esta historia me la confirmaron desgraciadamente otras dos personas que ya no están entre nosotros, Celestino Fernández y Fausto, pero hay otra que sí estaba allí, Gumersindo García que era el tesorero, primo del presidente y amigo mío.
El presidente prometió darnos el grado al año siguiente sin ninguna dilación.
Al poco tiempo hubo una moción de censura y echaron a Celestino Fernández, una de esas guerras de grupos como ha habido toda la vida y donde estás de un lado o de otro. Yo por suerte o por desgracia nunca he estado en ninguno, pero esa independencia se paga cara, muy cara, hagas lo que hagas, bien o mal, no te lo reconoce nadie, solo hay medallas para los que están en el momento del lado de los que mandan.
Instauraron el examen de 5º que no existía, hablamos y les comentaron la deuda que tenían con Damián y conmigo, y dijeron que excepto los integrantes de la federación y demás que estuvieran de su lado, todos debían examinarse, bueno así no lo dijeron, se ascendieron de grado de 4º a 5º todos los que estaban por allí en ese momento y sus amigos de grupo. Jesús se convirtió en persona non grata en la Federación y de hecho abandonó prácticamente el karate. Pero aún así todo el mundo sabe que yo he mantenido mi independencia desde los principios de mi vida, ya que Jesús llegaba a clase y nos decía con quién no había que hablar, a lo que yo le contestaba que si a mí no me había hecho nada por qué iba a dejar de hablarle. Por eso yo era el grano de Jesús, eso no quita que nos hayamos llevado bien, pero sabiendo siempre dónde estamos cada uno y respetando las ideas del otro.
Al poco tiempo y por aquella fecha Jesús hacía ya bastante que había dejado de dar clases y estuvimos un poco perdidos de acá para allá. Yo ya tenía el gimnasio en la Cruz de los Caídos, estuve yendo a Ishimi, no sé el tiempo, unos dos o tres años, a la misma hora que iba Jesús, Fausto, Ángel López, etc. En esa época congenié bastante con Fausto que sufría bastante por los ataques verbales de Ishimi en la clase, que dicho sea de paso no eran muy normales.
Al cabo de los años no demasiados, Fausto tenía el gimnasio a 10 min del mío y tenía una clase al medio día que a mí me venía muy bien. Él era en esta época el Director Nacional de grados, y como amigo le comenté y me dijo que sí, que fuera cuando quisiera y comencé a ir los lunes miércoles y viernes, pero a entrenar con un amigo, no con alguien que yo considerase como mi maestro. Durante este tiempo me insistió para que me examinase a lo que yo le decía que no, que si todos los demás no se examinaron por qué lo iba a hacer yo. Me repitió hasta la saciedad que daba igual lo que hiciera que iba a aprobar. Así que con más razón le decía que no, que si lo tenía aprobado de antemano por qué tenía que pasar por el aro del examen, que a mí no me gustaba hacer el paripé de un examen sabiendo que me lo van a dar, no quería pasar por esa pantomima y le dije que sintiéndolo en el alma han pasado muchos por ahí y prefería no ser uno de ellos. Yo he visto el examen de varios Srs. muy conocidos en el karate que se examinaron para 3º y 4º DAN y no tenían que llevar ni el negro. Pues de esos hay muchos con 5º, 6º y 7º DAN, incluso algunos con vidas no recomendables, me refiero a drogas y alcohol y sin alumnos, ni gimnasio ni nada, otros que ya ni se ponen el kimono y alguna otro u otra que tampoco y así podría hacer una lista interminable con nombres y apellidos, pruebas y testigos.
Pero no quiero basarme en lo que unos hacen o dejan de hacer, a fin de cuentas cada cual sabe cómo consigue las cosas. La vida ya me ha enseñado que las cosas más importantes las tienes casi siempre muy cerquita de ti, tu familia y tus amigos, el resto es circunstancial.
Pero hay momentos en la vida en los que tienes que hacerte sentir y pedir lo que te corresponde por ley para que nadie te mire desde otro nivel cuando en realidad están en el tuyo o incluso más abajo.
Más o menos esto tendría que haber ido así:
AÑO 81 – 4º DAN / AÑO 86 – 5º DAN / AÑO 91 – 6º DAN
AÑO 98 – 7º DAN / AÑO 07 – 8º DAN
Así es como se tendría que haber desarrollado mi carrera, pero el hecho de no haber pertenecido a ningún grupo y ser alumno de quien he sido alumno sigue pasando factura pese a seguir trabajando en mi gimnasio con los alumnos, haciendo cinturones negros, campeones, y no uno ni dos, muchos. He hecho más exhibiciones de karate en la televisión que cualquier otro con mucha diferencia, entrevistas en radio, revistas, reportajes, etc. y siempre promocionando el karate y hablando de sus beneficios. Si alguien hubiese hecho algo parecido ya habría solicitado y conseguido algún grado bastante más alto que el 4º DAN. Lo que digo ahora por derecho propio y demuestro, con datos, detalles, documentación, dvd’s, etc no es otra cosa que lo que me corresponde a mi y no sé si algún otro y se nos ha negado, Que la federación, osea su cuerpo técnico debería revisar sus archivos y activar la memoria histórica y sopesar la posibilidad de hacer justicia con las personas que como yo, no hacen política sino trabajar en el DOJO con sus chicos y chicas, haciendo cinturones negros, competidores y karatekas y sobre todo forjando personas, que de una vez por todas se haga justicia y se dé a la gente olvidada lo que nos merecemos, sobre todo porque imagino que como yo la gente tendrá documentada todos los logros en sus carreras para poder demostrar no con palabras si no con datos y documentación.
No quiero ser más que nadie ni me importa lo que tengan los demás, se lo merezcan o no, eso es cosa de cada uno. Podemos estar solteros o casados, dormir solos o acompañados, pero aunque duermas con alguien con el primero que duermes es contigo mismo, y cada uno sabe lo que ha hecho lo que tiene y lo que realmente debería de tener. Nosotros mismos podemos ser “nuestro mejor amigo” o “nuestro peor enemigo”, porque la cabeza da muchas vueltas y si has hecho daño a alguien gratuitamente sin necesidad, esto te volverá loco y se volverá contra ti, siempre que se tenga conciencia.
Así es que lo que tengan los demás me da igual. Lo que sé es lo que debería tener yo, lo que me corresponde y que ha pasado mucho tiempo y he estado callado sin reivindicar lo que me pertenece.
Es por todo esto que me gustaría que tuvieran a bien revisar toda la documentación, los dvd’s, los recortes, las fotografías y sopesen el concederme con carácter retroactivo lo que se me tenía que haber dado aquel año 85 y no se me dio. Porque a partir de ahí, he pasado a ser un olvidado, todo por tener las ideas claras y ser independiente. Es pagar un muy alto precio el hecho de ser uno mismo durante todo la vida.
Además creo que la concesión de los danes se puede pedir por méritos y es muy triste que uno mismo tenga que hacer una lista de los mismos. Es como si en la entrega de los Goya uno tiene que pedir que se lo den tras una trayectoria digna de ello. Lo lógico es que “los que se lo tienen que entregar” ya hayan evaluado el trabajo y esfuerzo y se lo den porque se lo merezca.
Esto no lo hice antes porque imperaron varias cosas, la cordura la primera. Allá por el 96 que conocí a Marina, mi mujer, y ella ha sido el motor de muchas cosas y el freno de otras, ya que sus palabras me han hecho recapacitar cuando iba a cometer algún error. Mi hijo Filipo, Marina y mi hijo Paolo, son las tres mejores cosas que he hecho en mi vida y por lo que me he frenado en muchas ocasiones en hacer alguna locura y desvelar todo lo que no se puede desvelar de nuestro deporte ya que algunas veces es muy duro ver a muchos que estaban por detrás de ti, que han empezado bastante más tarde y que no han hecho lo que tu por esta disciplina, ahora los ves con grados bastante más altos que el tuyo, solo porque han estado trabajando en la Federación, para eso hay otras compensaciones. Pero aquí las promesas electorales, los trabajos administrativos y muchas cosas más, nada tienen que ver con los kimonos, el sudor o el conocimiento y estudio del karate, y en cambio se han compensado con DANES.
Pero ahora, después de lo ocurrido con Fausto creo que es el tiempo para hacerlo, pero bien.
Yo fui muy amigo de Fausto hasta que salió presidente, porque sintiéndolo mucho cambió. Estaba demasiado adulado por los que le rodeaban y perdió la percepción de los amigos de verdad. Pero por esa amistad que había habido me costaba mucho emprender una cruzada contra él y el sistema, ya que esto le hubiese hecho mucho daño a él personalmente. Mi cruzada no hubiese sido en los despachos o por mails, hubiese sido por la prensa potente, la televisión y la radio. Y la verdad, no sé si hubiese merecido la pena. Luego estaban mis competidores a los que no quería perjudica y beneficiarme yo perjudicando a todos los que me rodeaban, o no, quién sabe.
Estuve un tiempo sin tener contacto con Fausto y además enfadado y él lo sabía, porque él no llevó bien no haberme podido doblegar por el tema de los danes.
Pero la verdad es que el destino nos volvió a unir, me llamó José Mª Martín para contar conmigo para el curso que iba a dar el maestro INOUE, quedamos para cenar y ví a Fausto muy desmejorado, nos dimos un abrazo sincero y cenamos. Y en aquella cena le pregunté, qué pintaba yo allí, y me dijeron tanto José Mª como él, que querían contar más conmigo para ciertas cosas ya que por la trayectoria que llevaba se habían dado cuenta de que yo era un maestro a la antigua usanza con los valores y con la disciplina que casi nadie aplica ya. Verdad o mentira, no sé, lo que sí sé es que esto hizo que se reviviera otra vez esa amistad que hubo entre nosotros, porque cuando alguien tiene un problema, si las personas son personas, deben de olvidar las rencillas y ocuparse del amigo, que no del presidente. Y a partir de esa cena hablamos varias veces por teléfono, fuimos a cenar, Fausto mi mujer y una amiga y lo pasemos genial, vino a casa en un par de ocasiones al cumpleaños de Marina, mi mujer, y luego estuvo un sábado entero en casa hasta las cuatro de la mañana, luego me enteré de lo del cáncer de próstata y estuvimos mi mujer y yo con él y con su hermano en el hospital, el hermano y yo en la Uci cuando salió del quirófano.
Y la verdad esto me dejó claro que si una amistad es sana prevalecen las cosas buenas sobre todo, o por lo menos así debería ser y así lo siento yo.
El 11 de Diciembre de 2008 nació mi 2º hijo, Paolo, y allí estuvo Fausto a ver a Marina y al niño. Unos días más tarde, el 18 de Diciembre cenamos varios karatekas antiguos y ahí estaba muy serio, pero tampoco le di mucha importancia pensando que como había bastante gente antigua, no sabía yo con quién se llevaba bien y con quien mal, es por esto que pensé que estaría sentado al lado de alguien equivocado. Le dije que si quería pasar las fiestas en casa con nosotros y me dijo que no que ya había quedado con su hermano y a partir de ahí no sabemos nadie lo que pudo ocurrir.
Lo pasé muy mal dándole vueltas a todo y buscar una posible explicación, y después de un mes tuve que decirme: “para que te vuelves loco.”
Desgraciadamente, a medida que van pasando los años, va desapareciendo gente como Enrique Guerra, Luis Lafuente, Fausto y otros. Pero para mí la desaparición de Fausto tan repentina, tan inesperada y además en esas circunstancias tan extrañas, me causó un gran impacto y no puedo evitar seguir pensando que en el próximo campeonato voy a verle. Pero como me dice Marina, cariño confórmate con que los últimos recuerdos que tenemos de él son muy buenos y divertidos.
Y contando esto quiero llegar a que agradezco al destino que nos hubiese juntado en los últimos tiempos de su vida, porque yo hubiese llevado muy mal su muerte sin haber hablado con él.
Esto que estoy haciendo ahora, tenía la misma intención de hacerlo con él de presidente pero no llegó a tiempo.
En estos momentos tengo alumnos frenados porque no quieren superar al maestro, entre ellos mi hijo Felipe “Filipo”, y a pesar de que les digo que se examinen que a mí no me importa, algunos no quieren, otros si lo han hecho y ya han obtenido el 5º DAN, como por ejemplo mi alumno y querido amigo Francisco Martíns, de Cangas del Narcea, Asturias..
Pero creo que es el momento de cambiar el rumbo: he pasado los 50, hace unos años, llevo toda mi vida dedicado en cuerpo y alma al Karate, y por no pertenecer a ningún grupo me han ignorado tanto para los grados como para algún cargo técnico como seleccionador, que es lo que sé que hubiese hecho bien y lo que me gusta. Sabiendo todo el mundo, que trabajo, que consigo resultados, que me hago respetar y que cuando hago algo tengo claro lo que se debe hacer. Por esto creo que deberían pensar bien la manera en la que se conceden los grados y los cargos y se den respuestas a gente como yo que habiendo trabajado y no haber dejado nunca de hacerlo en 37 años estemos muy por debajo en grado que otros que solo por el hecho de haber sido federativos y estar ahí para organizarlo sin más mérito que el de ser federativo y ostenten grados que no se corresponden a sus carreras técnicas sino políticas, ya que ni han sido competidores, ni han hecho competidores e incluso ni apenas han dado clase y además habiendo abandonado el karate hace ya muchos años años y se les han seguido dando danes, y se podrían dar nombres y apellidos. Esperaré con mucho optimismo y esperanza en que si revisan el material verán que tengo todos los requisitos e incluso bastantes más que otros que ya los tienen.
Gracias por adelantado a todos los que leáis esta, mi historia, que es real y es el prólogo de un libro que estoy escribiendo sobre mi vida.
Fuente: http://www.felipehita.com/
9 febrero, 2012
Estimado Felipe: soy alumno, de Salvador Herraiz Embid (Wado Ryu Karate Do Giadalajara..hermano de Faustino y Jose Ma Herraiz). Siempre te pone de referente como uno de los mejores y completos Karatekas que ha conocido. Suscribimos tus palabras y damos Fe de ellas. Te admiramos. Fuerza te necesita el Karate Do. Un saludo. Oss.
26 abril, 2020
que tal Felipe soy Manchón como cambia la puta vida muchos abrazos y besos siempre te tengo presente
20 febrero, 2012
Escribiendo un libro? y ya has tenido un hijo? te falta plantar un árbol, no lo olvides 🙂
Me parece alucinante lo que cuentas con referencia a la otorgación de grados. Es lamentable que tengas que hacer «política» para que te den algo que te mereces.
Cuando mi sensei me presentó al primer dan me dijo que a ver si tenía suerte con el jurado… sin comentarios.
23 febrero, 2012
Estimado Felipe, tú no me recordaras, pero tú siempre estaras en mi mente, empece en las Artes Marciales en 1.975 en el gimnsaio Kiofu, con Jesús Calvo como profesor, tuve el inmenso placer de que tu fueras mi primer rival en una clase de combate, claro yo era un cinturón amarillo y tu ya eras cinturon negro, y tanto tú, como Damian erais el espejo donde los que empezabamos queriamos reflejarnos, lamento el mamoneo federativo, pero desgraciadamente estos personajillos, tienen muy mala memoria, todavia recuerdo los campeonatos del mundo que ganasteis, sobre todo Damien con un brazo roto, pero en fin es la tristeza de la vida, solo recuerda que gracias a tí y a otros como tu, muchos hemos seguido en este mundo marcial.
Un abrazo y lo dicho siempre estaras en mi mente.
12 mayo, 2012
Hola Felipe. Llevo entrenado, en mi caso Shotokan, desde que tengo 7 años. Tambien he visto mucho politiqueo en los examenes de la federación y favoritismos por cosas que no entrare a comentar. Por todo esto hace mucho que paso de la federacion. Soy 3er Dan (y ahi me quedare) de la Karate Shotokan Ryu Kase Ha, del Maestro Kase con quien he tenido el placer y honor de entrenar en muchas ocasiones hasta poco antes de su fallecimiento.
Que sepas que he estado viendo unos videos de tus combates, coincidiendo con el campeonato de europa hoy en Canal + y la verdad que desde mi punto de vista, como se ha deteriorado la competicion Kumite hoy en dia. No me gusta nada…
Un saludo muy fuerte.
Oss
29 mayo, 2012
Felipe, he leido ,tu historia y aun, te faltan cosas, has sido bueno, pues, yo au recuerdo, el golpe que me gane por federarte y que te fuyeras al campeonato de europa, golpe del que me libre, al agacharme a cojer un papel, el puño de gimnasio de judo donde estabas, se enfadaron por mandarte, paco valcarcel y l. baguena, le castigaron de alguna manera, pero yo jamas le denuncie y ademas, en fib,, todo era, asi, te mereces, buena vida y te la has ganado, sigue asi, ya sabemos como ,era todo, las cuentas en el banco de madrid, la evaporaron el sr. ortega y los suyos , y mi ida, fue por tanto, sinverguenza, como habia, por ,eso, felipe, tu como dicen en la tele TU SI QUE VALES, un saludo.
21 agosto, 2012
Estimado Felipe, no se si te acuerdas de mi. Fuí alumno tuyo primero en el gimnasio de Prosperidad y posteriormente en La Cruz. Ha sido para mi un honor tenerte siempre como Maestro. Yo he seguido entrenando, la mayor parte del tiempo por mi cuenta debido a mi profesión y en otras ocasiones deambuleando por distintos gimnasios y siempre añorando tu forma de enseñar y entrenar. Actualmente tengo 47 años y sigo an las artes marciales gracias a la huella que me dejaste y creo sinceramente que nadie como tú se merece un reconocimiento dentro del mundo del Karate.
Ha sido un honor tenerte como Maestro.
28 diciembre, 2012
FELIPE HE LEIDO TU CARTA SOY DE TU BARRIO Y SE DE TUS COMIENZOS EN EL KARATE SOLO PUEDO DECIR QUE SIN DUDA ALGUNA SIEMPRE HAS SIDO UN BUEN TIO Y SOBRE TODO MEJOR PERSONA SIEMPRE HAS SIDO COMPETIDOR Y EN EL KARATE EL MAS VALIENTE ME ACUERDO CUANDO TE VEIAMOS EN EL MAGARIÑOS LOS GRITOS QUE PEGABAS AL ESTILO DE BRUCCE LEE. ME ALEGRO QUE EN LO PERSONAL TE VAYA BIEN QUE ES LO QUE REALMENTE IMPORTA.UN ABRAZO MUY FUERTE……..(SUSI)
26 agosto, 2014
Hola Felipe, yo tambien soy diabetico desde los 6 años (ahora tengo 40) y estuve practicando karate durante 15 años (13 a 28), en parte, gracias a que te vi una vez en la television en tu momento y ello me animó muchisimo. Nunca llegue a tu nivel pero si que hice mis pinillos en los campeonatos autonomicos llevando una vida normal y deportiva gracias a gente que me animo tanto. Gracias.
26 marzo, 2015
Bueno a todos los que habéis escrito aquí y además cosas tan bonitas, que además me acuerdo de los que dicen que les conozco me acuerdo, Teo, Susi etc. De verdad muchas gracias a todos por vuestras palabras y como bien decís algunos mi vida personal perfecta, hijos maravillosos y una mujer a la que adoro y además como no he vendido mi alma para conseguir un Dan, DUERMO MARAVILLOSAMENTE, ¿Qué más se puede pedir?Gracias a todos por vuestras palabras.
14 junio, 2015
Sr. Felipe Hita Fidalgo: Siempre me ha gustado el carate, pero lamentablemente no pude compaginar mi vida laboral,ama de casa y gimnasio, como me hubiera gustado.
Ahora estoy jubilada hace varios años, por lo tanto es imposible.
Pero, hace más de cuarenta años, traté de que mi dos hijos practicaran carate, yo soñaba que fueran CINTURÓN NEGRO, pero no pudo ser, abandonaron antes de tiempo.Al pasar los años, mis dos nietos Da vid y Javier entraron en el Polideportivo de Coslada donde han tenido la gran suerte de tener a uno de los más grandes, por no decir el mejor profesor de carate con quien se pueda aprender.
Sentí mucha pena cuando David abandonó.
Pero mi alegría colmó los límites de la felicidad cuando mi nieto Javier S…. con TRECE AÑOS, consiguió ser CINTURÓN NEGRO,de más está decir lo orgullosa que me he sentido, al fin mi sueño se había realizado y todo fue gracias al gran maestro que es usted.
He leído su historia me ha conmovido muchísimo,no solamente es un campeón sino que es una persona extraordinaria y deseo de todo corazón que sepan valorarlo como se merece.
29 agosto, 2016
Buenas,
Estoy intentando contactar via wasap, telefono y mail contigo y no contestas por ninguna via, por favor ponte en contacto conmigo ya que hay que darle una solucion al tema del embrague.
Un saludo
31 agosto, 2016
Amigo Compañero FELIPE q quieres q te diga El más grande del Karate-do y además en activo. Todo lo q cuentas yo lo puedo dar fe de ello por aquellos tiempos estaba en tu vida y seguiré estando aunque sea en la distancia un gran abrazo para ti,Felipon,Marina y Paolo
PD.Yo también sigo de Tercer Dan desde el 84 parte por lo q tu cuentas más atrás causas lo tuve q dejar arto del mamoneo.
13 septiembre, 2016
FELIPE tengo 56 años y empece en karate a los 16 y sigo entrenando sin dejarlo nunca, he dado muchos años clase y en la actualidad sigo entrenando y con mas ganas. Te cuento esto para que sepas que conozco este mundillo que a veces es muy ingrato con los que hemos trabajado por el tantos años. Por eso comprendo muy bien lo que cuentas, pero piensa en tu trabajo y en el día a día y en la admiración que despiertas en tus alumnos y demás gente que te quiere y eso esta por encima de los danes de la federación y de todas esas personas que no reconocieron tu trabajo. ANIMO Y SIGUE EL CAMINO PORQUE ESO AL FINAL DE TU VIDA Y DIGO SOLO AL FINAL DE TU VIDA TE HARA SENSEI,UN ABRAZO.
13 agosto, 2017
Te recuerdo dando clases encima del Difamar.
Mi hermano Fernando Trillo (fallecido en 2001) era alumno tuyo.
Recuerdo con cariño tu persona y a tus amigos José Luis y hermano
Un abrazo CAMPEON
13 agosto, 2017
Dando clases encima del Docamar enfrente de Teide.
Arriba ha puesto mal el nombre
Un crack!!!!
8 julio, 2019
Estimado MAESTRO, soy practicante de AAMM desde hace ya 27 años. Aunque practiqué otros estilos y sistemas, le veía en las revistas de la época (Dojo, Cinturón negro, etc…)
Leyendo sus comienzos y dificultades para poder entrenar, parece que me esté viendo a mi mismo con 13 años sacando libros de la biblioteca, viendo cientos de veces las películas de AAMM de Bruce Lee, de chinos, etc…
Sin duda, una enseñanza vital impresionante y un verdadero ejemplo a seguir en este camino de la vida. Necesitamos más gente como Usted, hecha a sí misma y con ese espíritu de sacrificio y tesón que le hacen esencial.
Reciba mis más sinceros respetos y saludos MAESTRO.
OSSSSSS!!!!
19 octubre, 2020
De verdad no entro mucho pero estoy buscando mi CV y pensé que pudiera estar aquí y vuelvo a ver palabras tan bellas y tan animadores que le hacen sentir a uno tremendamente bien y pensar que algo bueno he debido de hacer. MUCHÍSIMAS GRACIAS A TODOS POR VUESTRAS PALABRAS.
19 octubre, 2020
Por cierto ya me dieron el 5º dan hace un par de años.
21 octubre, 2020
Actualizado Felipe. Un abrazo
3 marzo, 2021
Hola Felipe, no te acordarás de mi, soy Amadeo.
Me alegro de volver a verte en foto.
Un abrazo
9 agosto, 2023
Hola Felipe…soy Julián Caballero…no te acordarás de mi..el portero del Golden Village…yo no te olvide.. y guardo muchos gratos y cariñosos recuerdos..como.cuando te acompañe al medico y te comento que tenias diabetes y que hicieses deporte…a lo que no me pude contener y le dije ..pero si es campeon de Europa en Karate…en lo que me fue posible..tuve un seguimiento muy parcial de ti..siempre te admire..campeon…me alegra saber de ti..un fuerte abrazo.