Son muy diversas las formas de enfrentarse a una agresión física. La elección de la más adecuada va a depender de distintos elementos, entre los que destacan:
- La formación y el entrenamiento que uno posea – Reflejo condicionado.
- La distancia – Si es corta, media o larga
- El tipo de ataque – Si es directo o circular, de puño o pierna, etc.
- La peligrosidad del ataque – Si es sin armas o con ellas, fuerte o no, así como otros factores.
- El tipo de agresor – Si es mas fuerte, alto, pesado, lento, rápido…
He reunido a modo de decálogo, diez formas distintas que podemos utilizar para hacer frente a las más diversas agresiones:
1. Encajar y resistir
Es la forma mas ruda y primitiva consistente en confiar en la dureza de nuestro cuerpo y mente para soportar la dureza del golpe, en la confianza de que será mayor la resistencia que la fuerza del golpe. Existen sistemas que hacen especial énfasis en el endurecimiento corporal como forma de preparación para el combate. Naturalmente esto estará condicionado por la zona de ataque a la que este dirigida el golpe: no es lo mismo encajar un golpe en el abdomen, que en la cara , testículos u ojos.
2. Protegerse
Especialmente útil en distancia corta, cuando los golpes son tantos o tan variados que resulta imposible su identificación y defensa activa. Es por ello que se recurre a esta formula de defensa pasiva en la que se pretende cubrir las zonas mas vulnerables que pueden ser objeto de ataque (con brazos, codos y rodillas fundamentalmente)
3. Detener
Es el sistema defensivo consistente en interponer la defensa (palmas de las manos ante ataques de puño, o planta del pie ante patadas) en la trayectoria para evitar haga impacto en zona vulnerable.
4. Bloquear (Go)
Es la forma básica de defensa utilizada en sistemas como el karate. Su principal característica reside en la perpendicularidad de la defensa respecto del ataque. Se trata de ejercer fuerza contra fuerza con la intención de hacer daño al otro a la vez que se evita su impacto. Generalmente realizadas con el antebrazo.
5. Desviar (Sorasu)
En este caso la idea es la de acompañar la trayectoria del golpe del adversario desviándola de su objetivo de forma diagonal o tangencial. Suelen ser realizadas con la palma o dorso de la mano y en ocasiones con el antebrazo.
6. Envolver (Kake)
La finalidad de esta forma defensiva no es otra que la de cambiar la trayectoria del ataque, dándole circularidad al movimiento y reconduciéndolo en otra dirección que facilite una respuesta o contraataque efectivo. La ventaja de esta forma defensiva reside en aprovechar toda la energía del adversario para utilizarla a nuestro favor con el consiguiente ahorro de energía en la acción.
7. Interceptar (Tsukami)
Muy útil para la realización de posteriores técnicas de control y luxación; así como imprescindible en el enfrentamiento contra armas. Se trata de coger el miembro agresor tras defenderlo; para evitar ser de nuevo agredidos por él, y para manipularlo con posterioridad de la forma que sea mas conveniente según el caso.
8. Anular (Kushin)
Mediante el desplazamiento hacia atrás y hacia adelante.
9. Esquivar (Ten-I)
Es la esquiva que deja el ataque del adversario sin objetivo. Por un lado evitamos el golpe y por otro generamos la oportunidad de respuesta al aprovechar la nueva situación (huecos o desequilibrio del otro). Es especialmente útil ante adversarios de mayor tamaño o peligrosidad, al evitar un enfrentamiento directo en el que el tamaño, peso o peligro de la agresión desaconsejan un enfoque de ese tipo.
Podemos distinguir dos tipos de esquivas, según la mayor o menor participación del cuerpo en el movimiento:
- Sabaki
- Cuando la distancia lo permite (larga) y el tiempo de reacción es consecuentemente mas prolongado, podemos, gracias al movimiento de pies y cadera generar un desplazamiento que nos sitúe en una posición menos comprometida y que posibilite una respuesta en condiciones favorables.
- Kawashi
- Cuando la distancia es mas corta, no siempre podemos reaccionar con un movimiento tan amplio como en el caso anterior, es por ello que solo podemos limitarnos a mover una parte del cuerpo, (tronco y cabeza generalmente) para de esta forma eludir el impacto mediante la inclinación, giro, agacharse, reclinarse, etc.
10. Ceder, adaptarse (Yawara)
Cuando la agresión ( empujón, golpe), no ha podido evitarse y este ha impactado en el cuerpo, la única alternativa a resistir es ceder en la dirección del impacto para de esta forma minimizar sus efectos, y en el mejor de los casos aprovechar la energía recibida como motor de nuestra siguiente acción ofensiva.
Resumiendo podemos concluir diciendo que dependiendo de la naturaleza del ataque y de nuestra formación marcial, podemos seguir una progresión defensiva que dividiremos de la siguiente manera:
- Utilización de nuestra fuerza
- Evitación de la fuerza del adversario
- Utilización de la fuerza del adversario
Lo mas congruente desde el punto de vista marcial, es ir desprendiéndose de la fuerza como energía básica de enfrentamiento para ir aprendiendo paulatinamente a evitar la del otro y dejar paso (cuando la edad y condición física no lo permitan) a la utilización de la fuerza del otro como elemento protagonista de la eficiencia del movimiento.
Imagen: de.@fotoluissantiago
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