El hombre nació libre.
Desbloqueado.
Pero con el tiempo aprendió a encadenarse. A bloquearse por todas partes, y para más inri, se buscó la manera de practicar, con método sistemático, como encofrarse aún más, con espurias costumbres tradicionales de atirantar la espalda. Con actitudes groseras de presentar el pecho y forzar los lumbares para estar más rectos y estancados –ITSUKU-. Pero bueno…nada está mal si lo deciden cien o mil maestros.
El próximo tesoro perdido del karate que explicaré, es el solar sobre el cual se construye todo un karate que merezca la pena. Abrazar el espíritu del concepto que voy a mostrar, seguro que será un bello amanecer plagado de muchas experiencias…para quien lo entienda.
Me refiero al milenario SEICHUSEN (正中線) SEI: correcta, CHU: central, SEN: línea.
Eje central no significa estar recto como un poste. No tiene nada que ver con estar vertical, también uno puede doblarse por la cintura o cadera y seguir haciendo bien las cosas. Por tanto, se trata más bien de disponer de un hilo virtual en el interior que nos impulsa hacia abajo, y a la vez, nos hace flotar ligeros hacia arriba en medio de un centro de equilibrio –DAN-TIEN-, permitiendo aflorar los juegos de “KI” desde el interior.
Por tanto, Seichusen supone dos principios opuestos –YIN-YANG- que serán soporte funcional de toda técnica que se precie:
Primero, HANGINGU-SEICHUSEN, -colgado de un hilo-. Como un péndulo, con la sensación de un chorro fresco que cuelga y fluye como un salto de agua hacia la tierra.
Segundo, FUROTO-SEICHUSEN -suspendido de un hilo-. Ligero y vaporoso como un globo que flota hacia el cielo.
Ambos conceptos liberan el cuerpo de la tiranía muscular que estanca el cuerpo, y permiten generar GAMAKU, -caída interna gravitatoria por el efecto péndulo colgado de un hilo-, que genera a su vez ondas ascendentes. Y posibilita además, transustanciar el cuerpo a CHINKUCHI, -resorte neumático que proviene de un equilibrio central-. Este es un poderoso tenso-elástico muy consistente, similar al factor deflexión que también ostenta el bambú, que puede doblarse y volver con energía potencial. Así es como se generan ondas de choque FAJING, muy refinadas, que en época posterior ha degradado al malinterpretado KIME que camina por los tatamis de hoy en día.
Como complemento de ambos conceptos anteriores, resulta obligado mencionar el principio de la balanza –MYOUTOTE-. Que permite a través del eje flotante, desenfocar por un lado y emitir por el opuesto en perfecta armonía –KIAWASE-, ante cualquier roce del oponente, usando al cuerpo como un gozne hipersensible.
Y por último, el FUDOSHIN –espíritu imperturbable-. El eje central, supone un abismo tranquilo de quietud chicha, en alerta silenciosa -ZANSHIN- aún cuando por fuera nos envuelva el mundanal ruido. Cualidad que reside en mantener la imperturbabilidad serena del alma Y, alcanzando las cotas más sublimes del arte, llega hasta tal punto que, movimiento y quietud son ramo de una misma y sola cosa. En ese punto nos invade la sensación de un misterioso vacío más hermoso que nunca se haya sentido: El vacío de no necesitarse sujeción de ningún tipo. Una preciosa cosa que se puede llevar con uno mismo a todas partes, dondequiera que vaya.
Pues bien, como una imagen vale más que mil palabras y además vivimos en la época donde los ojos son más testigos que las orejas, prefiero mostrarlo en un video.
Vivimos la era de la información trivial. Donde ya no se ve ni lee para extraer KENGAKU -estudio profundo que extrae la cara oculta de cada cosa-, y entonces un escrito de más de cuatro líneas, nadie es capaz de leerlo, y por añadidura, un video de más de veinte segundos tampoco.
Mis escritos están fuera de la época.
Las ideas no son como las manzanas. Si yo intercambio una manzana con otra persona, ambos seguiremos teniendo una manzana. En cambio, si intercambiamos una idea, al final, ambos tendremos dos ideas. Por eso soy partidario de no ocultar las ideas. Las ideas deben fluir. No obstante, las ideas no siempre son aceptadas por todos. Así es como no me esforcé ni un ápice en que mis escritos sean cortos, para que así los lea sólo el verdadero especialista muy interesado en el tema. El video también será un poco más largo de lo que pueda aguantar un curioso, para que el secreto se mantenga entre los verdaderos artistas marciales y los demás se abstengan de banalizar.
Pero…
Si alguien consigue pasar la prueba de fuego, y ver el vídeo que supera la paciencia de la gente de a pie, la información seguirá estando protegida del vulgarismo, porque después deberá probarlo. PRACTICAR. Y… Eso ya es otra cuestión. Si leer largo y tendido cuesta, y profundizar en un video largo cuesta, no digamos practicarlo.
Pero no hay otro modo, porque la carta del menú no es la comida.
La palabra agua no moja.
Un vídeo sobre el agua tampoco.
Una persona podrá estudiar el plano de un monte, pero será un conocimiento semántico que no pasa de las cejas para abajo.
No hay nada como un paseo por el monte para sentir su ambiente, su olor, sus sonidos…
Nada puede sustituir al conocimiento episódico. El cuál es la verdadera experiencia que se cuela hacia abajo y se somatiza en el cuerpo.
Y ahora, como hablar no cuece el arroz, me pongo en acción desinteresada, y en breve se abrirá el telón que anuncia la llegada de algo grande que pueda servirle:
El vídeo prometido.
Fuente: jomayodan.blogspot.com.es
Foto portada: h.koppdelaney
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