«Dado que el adversario era más pesado y fuerte que yo, tuve que golpearle con el objeto más grande que encontré a mi alcance , el suelo»
Uno de los principios del combate consiste en colocar al adversario en una posición de desventaja que nos permita reducir, limitar o imposibilitar sus posibilidades de maniobra y por tanto de peligro. Por ello es muy frecuente que los contendientes pretendan que su adversario acabe en el suelo.
Tal acción puede ser considerada como un fin en si mismo o como un medio que posibilite un fin posterior.
Los golpes –atemi- , luaxiones –kansetsu- o estrangulaciones –Shime- pueden traer como consecuencia que el adversario acabe en el suelo como resultado de la acción. Sin embargo existen un grupo especifico de habilidades cuya finalidad es llevar al otro al suelo de diversas maneras, con el propósito de generarnos una situación favorable y que facilite la posterior sumisión del otro.
El nombre genérico para este tipo de acciones es el de Nage-Waza, si bien éste, es un grupo de habilidades es lo suficientemente numeroso e importante como para establecer ciertas subdivisiones.
Ello nos permitirá organizar mejor estas habilidades y poder sacar un mejor provecho de las diferencias técnicas y tácticas que las caracterizan, pues cada una de ellas tiene unas posibilidades de aplicación muy concretas.
De entre la formas de llevar al suelo al adversario podríamos distinguir dos grandes grupos en función del resultado del movimiento. Los derribos – Taoshi-waza – y las proyecciones –Nage-Waza –
El primer grupo se caracteriza por la utilización de las manos como elemento protagonista fundamental y porque no es necesaria una palanca que eleve al adversario del suelo. El segundo grupo suele utilizar el cuerpo como punto de apoyo para ejercer una palanca que obliga al otro a salir proyectado golpeándose contra el suelo.
Algunas técnicas pueden ser consideradas exclusivamente derribos o proyecciones, pero en muchos casos, tal distinción va a depender no tanto de la técnica en si, como del resultado de la acción. Dicho de otra forma, si el adversario levanta los dos pies del suelo podemos considerarlo proyección y de no ser así seria un derribo.
Como ya apuntamos,las proyecciones y derribos son un recurso técnico que se caracteriza por llevar al adversario contra el suelo. Esto suele hacerse por dos motivos fundamentales:
Nos coloca en una posición de ventaja, pues el adversario esta en una posición que le limita o anula su capacidad ofensiva ( siempre y cuando nosotros no estemos también en el suelo con el) y por el contrario facilita nuestra ventaja ofensiva y/o la posibilidad de huida.
Por otro lado se le puede causar un daño importante en la caída, dependiendo de :
De la habilidad/Incapacidad, del adversario para caer correctamente.
La altura desde donde le tiremos,
De la violencia (velocidad) de la misma o
De la parte con que contacte en el suelo, entre otras.
Existen tres grandes grupos técnicos dentro del Nage-Waza, que vienen clasificados en función de la parte del cuerpo que protagoniza la acción. Así tenemos:
Te-Waza- Proyecciones de brazo (y hombro).
Koshi-Waza – Proyecciones de cadera.
Ashi-Waza – Proyecciones de pierna.
También debemos considerar otras formas alternativas de llevar al adversario al suelo como son:
Makikomi-Waza – Técnicas consistentes en enrollarse en el cuerpo del otro para derribarle. Podemos considerar en este grupo aquellas técnicas en las que, bien como consecuencia del impulso del movimiento, o porque el adversario se aferre a nosotros, nos vamos al suelo con el adversario y cayendo sobre el.
Sutemi-Waza – Son los “sacrificios”, pues exigen de quien los ejecuta tirarse al suelo para arrastrar al otro en su caída. Esta caída puede ser provocada por el otro o voluntaria. Existen tres tipos básicos:
Ma-sutemi – Tirándose de espaldas hacia atrás.
Yoko-Sutemi – Tirándose de lado.
Han-Sutemi – Arrodillándose para derribar al otro.
Hikkomi-waza- Traducido como formas hábiles de llevar al adversario al suelo. Consideramos en este grupo a aquellas maniobras que nos permiten llevar al suelo al otro en una posición de control por luxación o estrangulación.
Bassami-Waza – Son las “Tijeras” realizadas con las piernas, realizadas fundamentalmente:
Ashi-Bassami – A las piernas
Kubi-Bassami – Al cuello
Debemos recordar que, en cualesquiera de las formas de llevar al adversario al suelo, es siempre más importante la habilidad –Hazumi- que la fuerza – Ikioi -; respetando así el principio Seiryoku-Zenryo, que busca el máximo de eficacia con el mínimo de esfuerzo. “Cuando el elefante este cayendo, no te pongas debajo para sostenerlo; pero después de que se haya caído, puedes empujar para ayudarle a levantarse”.
De la correcta utilización de la fuerza – Chikara-No-Oyo – se desprenden dos principios – Ju y Aiki – que han de servirnos como instrumentos para alcanzar la eficiencia. Estos se fundamentan en la armonía y sincronización con el movimiento de ataque – Wa -, de tal manera que no se oponga resistencia , sino mas bien se aproveche la energía del ataque para volverla en contra del adversario.
El principio Ju, se basa en la flexibilidad y adaptabilidad. Se trata de ir con la fuerza del otro sin por ello perder la propia posición y equilibrio. “Tira del otro cuando te empuje y empuja cuando tiren de ti”.
El principio Aiki por su parte busca la unión o fusión, en perfecta coordinación con el gesto de ataque de tal manera que “entremos cuando tiren de nosotros y giremos cuando nos empujen”
Para poder operativizar estos principios es particularmente importante respetar los fundamentos de Kuzushi, Tsukuri y Kake.
Kuzushi – Es el desequilibrio, que nos permite proyectar a un adversario más pesado pues al estar desequilibrado pierde toda su posibilidad de servirse de su fuerza. Hay dos formas de crear Kuzushi:
Nos desplazamos y aprovechamos este desplazamiento para colocar al adversario en desequilibrio.
Aprovechamos los desplazamientos, las acciones y las reacciones del adversario para desequilibrarle.
Tsukuri – Es la correcta colocación. Consiste en colocar al adversario en la posición más apropiada para minimizar nuestro esfuerzo y las posibilidades de defensa del otro de tal forma que permita un máximo de eficacia en la acción.
Kake – es la proyección propiamente dicha, siendo la continuación del Tsukuri hasta concluir la técnica. Para ello debe respetarse el momento – Kikai – de forma que haya una unidad entre la acción ofensiva y defensiva.
En resumen, los derribos y proyecciones son un recurso marcial de valiosísima utilidad. En especial, en todas aquellas situaciones, donde la distancia corta se implante; y en la que un desarrollo de esta habilidad, hará que sin duda nuestras posibilidades de acción se vean notablemente incrementadas.
En aras de un desarrollo integral, se hace necesaria la adquisición de recursos que nos permitan resolver situaciones lo mas variadas posibles y en distancias distintas.
- ¿Te parece probable que un conflicto agresivo acabe en distancia corta, o crees que a nosotros eso nunca va a ocurrirnos?
- ¿Disponemos de los recursos necesarios para desenvolvernos y sentirnos seguros?
Fuente: http://www.goshinkai.es/
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