Develando el «Secreto» del Karate «Sin fuerza».
INTRODUCCIÓN En las artes marciales existen (muchos) secretos míticos que perjudican (mucho) su comprensión, lo cual afecta (mucho) el aprendizaje de los alumnos. Aprendizaje que, consecuentemente, cual reacción en cadena, se multiplicará en las nuevas generaciones, hasta instaurarse como paradigma a seguir. Ejemplos hay muchos, varios de los cuales hemos tratado en diversas publicaciones, donde, gracias a la ciencia (sin contradecir la esencia de la tradición, más sí su interpretación y uso), se ha podido ofrecer una idea más completa y profunda, así como algunas recomendaciones para su utilización. DESARROLLO En esta oportunidad nos centraremos en un tema (mito) muy tratado en las artes marciales en general, y el karate en especial, conocido como hacerlo “si fuerza”. La esencia de esa expresión (completamente válida) se base en que el movimiento se comprenda y domine a tal punto que pueda hacerse sin esfuerzo, pero logrando el máximo de eficacia (cumpliendo con la célebre frase milenaria oriental de Seryoku zenyo). Hasta ese punto estamos de acuerdo, la discordancia aparece cuando, en la mayoría de los casos (desgraciadamente), al alumno se le plantea que este nivel de dominio, solo se logra luego de mucho tiempo de práctica (fundamentalmente en solitario para lograr el adecuado nivel de interiorización de la ejecución). No es de extrañar que, una explicación tan incompleta y abstracta, unida a una proyección temporal tan larga e incierta, induzcan más a la confusión que al entendimiento, lo que muchas veces deriva en la desmotivación y abandono del practicante (cuya responsabilidad en ese caso no es suya, sino que recae en el maestro). ¿Por qué?, la respuesta es simple: ¡¡¡si tenemos la responsabilidad de enseñar, estamos obligados a prepararnos lo mejor posible para ello!!! Con la intención de solucionar ese negativo percance, y utilizando la ciencia para develar el “secreto” que mitifica (y complejiza y eterniza) la comprensión del “karate sin fuerza”; partiremos de las ciencias que describen el funcionamiento orgánico, debido a que el cuerpo es la unidad estructural encargada de realizar la acción. La idea inicial a aclarar es que, cuando se habla de realizar un movimiento “sin fuerza”, en este caso se entiende a hacerlo sin esfuerzo, que sea natural, que salga fluido, etc. Para ello, como punto de partida, hay que saber primero, de manera aislada, cómo debe aportar el organismo con cada una de las dimensiones de su funcionamiento para lograrlo; y segundo, cómo deben integrarse todos esos aportes. De ese modo, los componentes de la “ecuación” que completa la “sumatoria” de las acciones que derivan en el “karate sin fuerza”, son las siguientes: Sistema Nervioso Central (neurociencias): El ser este el sistema (y órgano) encargado...
Educando a través del Karate y las artes marciales. ¿Consecuencia o casualidad?
INTRODUCCIÓN: Las artes marciales, incluso cuando se insertan en el contexto deportivo, donde se adaptan a las exigencias del reglamento competitivo para preservar la integridad de los participantes y equiparar sus condiciones para un desempeño justo en un escenario controlado; constituyen una filosofía de vida y forma de educación entre otros aspectos, lo cual va más allá de la medalla. En esta oportunidad se aborda el tema de la educación mediante las artes marciales, ya que está demostrado que sus practicantes desarrollan diversas cualidades psico-sociales como la paciencia, respeto, solidaridad, seguridad, perseverancia, humildad y otras. Sin contradecir lo anterior, debido al trabajo realizado de asesoría en el diseño de planes de entrenamiento y supervisión de sesiones de entrenamiento en diversos países, hemos podido constatar algunos aspectos a perfeccionar en el trabajo para el desarrollo de las cualidades antes mencionadas, y otras afines, y sobre esa base nos pronunciaremos para beneficio de los colegas. DESARROLLO: Para analizar el proceso de preparación del Karate (y las artes marciales) en el contexto deportivo en el que se insertan, es imprescindible tomar como referencia la definición establecida por Matvéev, L. P. (1983) de la preparación deportiva como: “…el proceso multifacético de utilización racional del total de factores (medios, métodos y condiciones) que permiten influir de manera dirigida sobre el crecimiento del deportista y asegurar el grado necesario de su disposición a alcanzar elevadas marcas deportivas”. Este proceso busca la formación integral, y está compuesto por las dimensiones física (desarrollo de capacidades de movimiento), técnica (aprendizaje y perfeccionamiento de movimientos), táctica (aplicación de los movimientos para resolver las situaciones que se presentan) y teórico-psicológica (relacionada con la forma de pensar y actuar del sujeto). Contextualizando esa idea en el marco eminentemente marcial, se observa el planteamiento de Draegger, D. (1974) al definir que: «El Karate-do, adecuadamente enseñado, es un sistema balanceado de disciplina espiritual, educación física, autodefensa y deporte competitivo, siempre que se cumpla con el principio del Gin-Shi-Tai (desarrollo de la mente, el cuerpo y la técnica)”. Esa idea, a su vez, coincide con la premisa postulada por Egami, S. (1986). Al referir que: «Tradicionalmente han existido diversas formas de organizar el trabajo en el karate. Principalmente esto se estructura en ejercicios fundamentales, compuesto por los kata (ejercicios formales) y el combate (luchas). Estos términos han sido definidos de múltiples formas, escalonando desde la inclusión de muchos aspectos de su práctica, hasta ser limitado a tres, dos, e incluso un solo elemento. Sin embargo, estas definiciones en sí no son de gran interés. Ellas deben ser concebidas, en cambio, en términos de Renshu y Keiko (entrenamiento y práctica). En el primero de los...
Aprendizaje en el karate. ¿Que es realmente lo más fácil y lo más difícil?
Roberto González Haramboure, Ph.D, Hanshi. INTRODUCCIÓN Todo proceso de enseñanza, sin importar la especialidad que se trate, para tener éxito tiene que basarse necesariamente en los postulados pedagógicos, que son aquellos que establecen el adecuado proceso de transmisión de conocimientos y desarrollo de capacidades, entre otros logros esperados. Ese proceso incluye múltiples aspectos que estructuran el trabajo a realizar, entre los que se encuentran, fundamentalmente, los objetivos (propósitos a lograr), contenidos (actividades a realizar), métodos (formas de realizar la actividad), medios (equipos y materiales a utilizar al realizar la actividad) y evaluación (para conocer la calidad de la actividad realizada y el nivel de cumplimiento del propósito a lograr establecido). Paralelamente a ellos, que funcionan de manera consecutiva, existen otros aspectos que funcionan a lo largo de todo el proceso, reconocidos como principios pedagógicos y definidos como: “posiciones rectoras de partida que determinan el modo de la enseñanza en correspondencia con los objetivos trazados” Entre estos principios se encuentran, fundamentalmente, la sistematización (que el proceso está planificado, con un orden lógico e integrado en cada una de sus actividades), el carácter educativo (preocupación por formar personas buenas, más que personas inteligentes), cientificidad de la enseñanza (que todo lo enseñando tenga el adecuado sustento informativo), asequibilidad de la enseñanza (que, tanto el punto de partida como los propósitos a lograr, aun cuando demanden esfuerzo por parte del alumno, puedan ser alcanzables), la relación entre la teoría y la práctica (ya que aplicando al información aprendida se interioriza y comprende mejor), el carácter consciente y activo del alumno (donde no solo recibe la información sino que participa activamente en la construcción del nuevo conocimiento), individualización de la enseñanza (donde cada alumno recibe un proceso de aprendizaje acorde a sus particularidades), y el tránsito de lo simple a lo complejo (para asegurar el progreso continuo del aprendizaje desde el comienzo) Si bien es cierto que todos los aspectos antes mencionados son de vital importancia para asegurar un adecuado aprendizaje, en esta oportunidad se tratará el principio del tránsito de lo simple a lo complejo. Para una mayor comprensión del mismo, traemos a colación un ejemplo hipotético en el caso de las matemáticas, por ser el caso más comprensible para todo lector. En ese caso, a las personas se les enseña primero a reconocer los números, luego a contar, a sumar, restar, multiplicar, dividir, resolver problemas, resolver ecuaciones, etc. Ese ejemplo, de manera general, expresa el cumplimiento en el tiempo del principio del tránsito de lo simple a lo complejo. Por el contrario, incumplir ese principio, sería pretender que el alumno aprenda primero a resolver ecuaciones, sin saber multiplicar (que se le...
Métodos más utilizados en la enseñanza y perfeccionamiento de las acciones técnico-tácticas del karate y las artes marciales ventajas y desventajas
INTRODUCCIÓN. Según Greffet, P. «Defender los métodos de enseñanza tradicionales representa hoy día un combate de retaguardia, una resistencia absurda destinada al fracaso; es confesar que uno es incapaz de adaptarse al ritmo vertiginoso de nuestra época, puesto que en este mundo que acelera su marcha, las viejas estructuras caducan y las costumbres tradicionales son trastocadas”. A continuación, partiendo del análisis de las sesiones de clase desarrolladas por los maestros de karate y otras artes marciales que, en diversas partes del mundo, nos han solicitado el servicio profesional de evaluación para su certificación docente; reafirmamos la vigencia de la frase anterior. Todo proceso de enseñanza, para tener éxito, inevitablemente tiene que basarse en los postulados didáctico-pedagógicos, por ser éstos los que determinan la eficacia en la transmisión de conocimientos y desarrollos de capacidades. A esa realidad no escapa ningún contexto profesional, incluso aquellos de esencia tradicional como las artes marciales, y en este caso el Karate. De esos postulados, sin minimizar la importancia de otros, se destacan las categorías rectoras que estructuran el proceso, entre las que se encuentran: El objetivo, que determina el “para qué” del trabajo a realizar El contenido, que determina el “qué” del trabajo a realizar El método que determina el “cómo” del trabajo a realizar El medio, que determina el “con qué” del trabajo a realizar Al igual que el caso anterior, sin desmerecer la importancia del resto de las categorías, el método muchas veces cobra preponderancia dentro del proceso de enseñanza. La razón es simple. Los objetivos no difieren entre una academia y otra, ya que casi siempre todas se preparan para los mismos compromisos competitivos. Lo mismo sucede con los contenidos, que ya están definidos en los programas de grado y el reglamento competitivo; así como los medios (equipos y materiales) que de manera casi generalizada se prefiere utilizar. Es por ello que el método se erige como el elemento clave para el éxito, por ser lo que puede diferenciar el proceso utilizado entre una academia y otra. Ya que, muchas veces, lo que determina no es “qué” se hace, ni “con qué” se hace; sino “cómo” se hace. Para reafirmar esta idea basta recordar el ejemplo de las carreras de atletismo, donde todos los competidores salen prácticamente al mismo tiempo al escuchar el disparo, y hacen lo mismo: correr lo más rápido que puedan, pero, el hecho de que no todos lleguen al mismo tiempo, está determinado por un aspecto que los diferencia del resto, y es que no todos se prepararon de la misma manera para el campeonato. En ese caso, la manera en que se prepararon, fue consecuencia de...
Procesos de capacitación profesional de los maestros de artes marciales en la actualidad internacional, y su relación con la actividad que realizan
Introducción: Cuando se trata el tema de la capacitación profesional es necesario remitirse a la fuente que da origen al mismo, en este caso la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Dicha institución, en 1998, definió la Capitación o formación profesional como «las actividades que tienden a proporcionar la capacidad práctica, el saber y las actitudes necesarias para el trabajo en una ocupación o grupo de ocupaciones en cualquier rama de la actividad económica». De esa definición, a efectos del presente artículo, se cree oportuno rescatar los términos, por un lado: “capacidad”, “saber”, actitudes”; y, por otro; “trabajo”, “ocupación”. En ese sentido, se tratará el tema de las capacidades, saberes y actitudes que los instructores de artes marciales más priorizan dentro de su capacitación; y el nivel de pertinencia que esa decisión tiene, con respecto al trabajo y ocupación que realizan. El primer paso a tener en cuenta en lo referido a la capacitación profesional, es tomar como referencia el curriculum, por ser el documento que integra el conjunto de influencias educativas que se hace llegar al alumno como parte de su formación, que fue definido por Pansza, m. (1996) como una: “serie estructurada de conocimientos y experiencias de aprendizaje, que en forma intencional se articulan con la finalidad de producir aprendizajes que se traduzcan en formas de pensar y actuar frente a los problemas concretos que plantea la vida social y la incorporación al trabajo.” De la misma manera, el primer momento del diseño curricular, se corresponde con el perfil profesional: “es una descripción de las características que se requieren del profesional para abarcar y solucionar las necesidades sociales.” En ese mismo sentido, los perfiles profesionales que en la actualidad más prevalecen son aquellos enfocados en el desarrollo de competencias, definidas éstas por Páez, V. (2004) como: “una configuración psicológica que integra diversos componentes cognitivos, metacognitivos, motivaciones y cualidades de personalidad en estrecha unidad funcional, autorregulando el desempeño real y eficiente en una esfera específica de la actividad, en correspondencia con el modelo de desempeño deseable socialmente construido en un contexto histórico concreto.” Continuando con la lógica que permite establecer el marco teórico-metodológico que sustenta el análisis a realizar, se pasa a la identificación de competencias, que según Irigoin, M- Vargas, F., (2002) constituye el: “método o proceso que se sigue para establecer, a partir de una actividad de trabajo, las competencias que se ponen en juego con el fin de desempeñar tal actividad, satisfactoriamente.”. En ese caso, de acuerdo a la recopilación, cotejo y perfeccionamiento realizado por Haramboure, R.G. (2000); se proponen las siguientes competencias para el perfil profesional del instructor de artes marciales: Personales: Estructura psíquica de...
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