Un maestro hacía a sus alumnos la siguiente pregunta:
– ¿Como podéis distinguir cuando acaba la noche y empieza el día?
El primer discípulo respondió: – Cuando en la lejanía puedes distinguir un perro de una oveja. – No – dijo el rabino.
Otro discípulo aventuró su respuesta: – Cuando puedes distinguir una palmera de una higuera. – No – replicó el maestro.
– ¿Cuando? – preguntaron a coro los discípulos.
Y el maestro respondió: – Cuando puedes mirar el rostro de una persona y reconocer en ella a un hermano. – Mientras esto no pasa, es todavía de noche en tu corazón.
Foto portada: César Martín
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