Cómo enseñar empatía a los niños. Y que mejoren sus habilidades sociales
La empatía es una habilidad que los niños deben aprender a manejar dejando de lado el fuerte ego que está tan presente en los niños y en su desarrollo, no es fácil, pero es necesario para ellos y para que puedan crecer en armonía con su entorno. En la infancia es muy habitual que los niños se peleen por los juguetes o por cualquier otro motivo en el que su ego se convierta en protagonista, puesto que piensan que el mundo gira alrededor de ellos.
Es necesario que los niños entiendan que todas las personas tienen sentimientos y emociones. De esta manera cuando la empatía entra en sus vidas, podrán entender los sentimientos de los demás y aprenderán a comportarse de forma que no tengan que hacer daño a otras personas (ni a ellos mismos). Pero, ¿cómo conseguirlo? ¿Cómo conseguir que un niño pueda salir de su tan arraigado ego?
Pon nombre a los sentimientos
Para que los niños entiendan y manejen bien sus emociones, primero deberán reconocerlos en ellos mismos y en los demás. Es necesario que pongas nombre a sus comportamientos y sentimientos tan a menudo como puedas. Por ejemplo, cuando tu hijo se acerque a hablar con un niño que está solo puedes decirle cosas como: “Fue muy amable que hayas hablado con ese niño que estaba triste por estar solo” o quizá y para que busque soluciones: “Tu hermano se siente triste porque le has quitado su juguete, ¿qué puedes hacer para que se sienta mejor?”. Tu hijo al ver que te has dado cuenta de su comportamiento, lo sentirá reconocido y se comportará de forma adecuada en futuras ocasiones.
El juego de las emociones
Existe una forma de empezar a comprender las emociones y es teniendo en cuenta las propias emociones. Para conseguirlo se puede poner un tablero en la nevera de la cocina y poner una foto de rostros que impliquen las diferentes emociones: tristeza, felicidad, sorpresa, ira, frustración, miedo, nerviosismo, celos, etc. Deberás hablar con tu hijo acerca de estas emociones y poner una cruz cada vez que tu hijo sienta alguna de ellas. Cuando él mismo reconozca la emoción que ha tenido sin ayuda podrás recompensarle con un elogio, una golosina o con lo que consideres oportuno.
Sé su mejor ejemplo
Como en todo en la vida tu hijo necesita que seas su mejor ejemplo. Si quieres que sea una persona con empatía deberás serlo también tú y sacar toda tu sensibilidad hacia los demás diariamente. Pregunta a tu hijo cómo se siente cada día, hablad de emociones, habla sobre las emociones de los demás, sé una persona empática con las personas que te rodean y que tu hijo lo vea.
Oportunidades naturales
La vida diaria puede ofrecerte oportunidades naturales para que tu hijo aprenda empatía. Cada vez que el niño muestra empatía hacia otra persona deberás reforzar esto con palabras positivas.
Ayúdale a que entienda qué es la empatía
No expliques qué es la empatía a un niño, porque no lo entenderá de este modo. Si quieres que tu hijo entienda qué es la empatía deberás conseguir que tu hijo piense sobre los sentimientos de otras personas, así elevarás su nivel de conciencia. Por ejemplo, si tu hijo no quiere que su amigo juegue con sus coches le puedes hacer una pregunta como: “¿Cómo crees que tu amigo se siente cuando no quieres compartir tus cosas con él?
Una forma de conseguir que entienda qué es, es a través del lenguaje corporal. Si tu hijo empieza a interpretar gestos y expresiones faciales podrá desarrollar la empatía mucho más rápido. Puedes decirle cosas: ¿Te diste cuenta como tu hermano te miró cuando compartiste el trozo de pastel con él? ¿Te diste cuenta que sonreía por estaba contento? Poco a poco se dará cuenta cómo su comportamiento puede afectar a otros.
Fuente: etapainfantil.com
Comentarios recientes