TRABAJO ESCRITO PARA EL EXAMEN DE CINTURÓN NEGRO 5º DAN
REALIZADO POR ANTONIO PÉREZ GARCÍA.
ÍNDICE.
1.- Introducción.
2.- Desarrollo motor y perceptivo de la persona con discapacidad.
2.1.- Desarrollo de las sensaciones, kihon y trabajo por parejas.
2.2.- Equilibración y los katas.
3.- La integración en el grupo de karate como respuesta educativa.
3.1.- Las necesidades educativas especiales.
3.2.- Adaptaciones del trabajo de karate y su evaluación.
4.- Alumnos con discapacidad y karate. Implicaciones y el trabajo de la clase.
5.- Competición de karate para alumnos con discapacidad: “karate adaptado”.
6.- Conclusiones.
7.- Bibliografía.
1.- INTRODUCCIÓN.
Teniendo en cuenta, según la normativa de grados de la Federación Castellano y Leonesa de karate, que el trabajo escrito para el examen de cinturón negro 5º DAN debe basarse en un aspecto pedagógico de investigación y reflexión personal, este trabajo ha sido realizado basándome en la experiencia obtenida tras 25 años de impartir clases de karate a personas con discapacidad, tanto física, sensorial, como psíquica.
He tenido y tengo alumnos con las tres discapacidades y algunos de ellos han llegado a conseguir el cinturón negro, como Mariano Pérez o Javier del Saz con discapacidad física, Carlos Martín con discapacidad sensorial o Carlos Rodríguez y Jesús Pindado con discapacidad intelectual y son las personas en las que sobre todo me he basado para desarrollar el trabajo que presento, donde como su título indica quiero demostrar que el entrenamiento de karate mejora el desarrollo motor y perceptivo de la persona con capacidades diferentes.
Para todos ellos va dedicado este trabajo.
2.- DESARROLLO MOTOR Y PERCEPTIVO DE LA PERSONA CON DISCAPACIDAD.
Cuando hablamos de desarrollo motor y perceptivo de la persona con discapacidad debemos tener en cuenta las muy diversas variedades que se plantean a nivel de patologías físicas, psíquicas y sensoriales y que hace que el profesional de la enseñanza de karate deba tener unos conocimientos generales previos, centrarse en cada uno de sus alumnos y establecer las bases de una programación coherente que responda no sólo a las deficiencias, sino también a sus necesidades e intereses.
Tenemos que plantearnos, al pensar en el desarrollo motor y perceptivo de la persona con discapacidad, primero cuáles son los elementos básicos que definen un desarrollo motor y perceptivo de una persona considerada “normal” y teniendo muy claramente definidos estos aspectos, evaluar con todo rigor las diferencias, carencias y limitaciones que nos podemos encontrar a la hora de enseñar karate a una persona con discapacidad, como que no pueda moverse tan rápidamente, no controle bien los giros, no mantenga el equilibrio correctamente, no escuche bien las órdenes, no controle las distancias, o no sea capaz de memorizar una secuencia o un kata.
A modo de pasos que se pueden dar para trabajar el desarrollo motor y perceptivo de las personas con discapacidad puedo proponer los siguientes:
- Conocer o evaluar las posibilidades psicomotrices del alumno y a partir de los patrones considerados como normales valorar en que estadio del proceso evolutivo se encuentran, es decir, no querer pretender que a un alumno con una gran discapacidad intelectual, por ejemplo, realice un ejercicio de renzoku waza de más de dos movimientos en un periodo inicial de aprendizaje, ya que su capacidad cognitiva no se lo va a permitir en este momento.
- Evaluar las posibilidades reales de mejora de los elementos básicos que componen su potencial psicomotriz, es decir, no querer mejorar técnicamente o memorizar un kata entero con todos sus movimientos, giros, etc., en periodos cortos de tiempo, sino darle al alumno el tiempo necesario para que poco a poco vaya adquiriendo el aprendizaje.
- Proponer un proyecto de trabajo a través del cual el propio alumno tenga la oportunidad de ser capaz de percibirse y utilizar adecuadamente su cuerpo. Este proyecto se haría realizando una programación anual de la temporada programando los objetivos que queremos conseguir, los trabajos que queremos hacer (técnicas, katas a enseñar o repasar, ippon kumite, bunkais de los katas…) que al final pueda evaluarse y también pueda ser autoevaluado por parte del propio alumno descubriendo por él mismo lo que ha aprendido.
- Planificar unidades de trabajo donde se planteen tareas que el alumno pueda realizar de forma positiva (refuerzo positivo) como base para futuros logros. Sería inútil querer avanzar muy rápido o trabajar técnicas o katas de un nivel alto al principio donde el alumno no comprobara que mejora, lo que le llevaría a fracasar e incluso a abandonar los entrenamientos.
- Hacer que el alumno perciba que a mayor eficiencia motriz aumentan las posibilidades de movimiento de su cuerpo en el tiempo y en el espacio lo que se traduce en una mayor autonomía personal, mejorando esta eficiencia motriz con el trabajo de kihon para un desarrollo correcto de la lateralidad, el desplazamiento y la orientación espacial realizando las técnicas tanto con la parte izquierda como con la parte derecha de su cuerpo.
Según Arranz (2002) para el alumno con discapacidad lo más importante es que lo que hace, sea mucho o poco, lo sabe hacer bien y, además le sirve para hacer frente a los requerimientos de la vida cotidiana. Es decir, en el entrenamiento diario de karate a un alumno con síndrome de Down conseguir percibir las distancias en un trabajo de ippon kumite u orientarse en el espacio en la realización de un kata y darse cuenta de ello, por ejemplo, es lo más importante.
Mi experiencia me dice que es preferible afianzar adquisiciones, por muy elementales que éstas sean, y no avanzar más si ello no es posible, que querer abarcar más cosas porque lo único que se conseguiría sería crear más incertidumbre y aumentar la ansiedad del alumno, lo que retrasaría su evolución.
Por ello partiendo de las posibilidades reales del alumno se habrán de trabajar todas sus capacidades motoras para lograr una mejora funcional del dominio de su propio cuerpo, que le posibilite la adquisición de patrones básicos de movimiento que le permita realizar las técnicas de karate, ya sean de brazo o pierna, con la mayor exactitud posible.
Y por último un error que no debemos cometer es el de dar mucho importancia a la edad cronológica del alumno, más que a su edad evolutiva y de maduración, ya que no hay que olvidar que en ciertas patologías la evolución de las capacidades motrices, afectivas psicológicas y cognitivas no van paralelas a la edad (Escribá 2002).
2.1.- Desarrollo de las sensaciones, kihon y trabajo por parejas.
Conseguir que los alumnos con discapacidad intelectual adquieran un desarrollo de sus percepciones es fundamental para la consecución de un potencial psicomotriz más amplio (Mateu Serra 1993).
Con el trabajo por parejas de ippon kumite estamos aumentando la capacidad perceptiva de algunos de los sentidos como la vista, el oído o el tacto, ya que tenemos que utilizar la vista para observar dónde está el compañero, comprobar su distancia, o darnos cuenta del lado del cuerpo por donde nos va a realizar un ataque para poder responder a la acción que realice. Utilizamos el oído en la medida de tener que escuchar lo que va indicando el profesor, sobre todo a la hora de realizar las técnicas por tiempos o realizar las correcciones que se hagan, o también sentiremos con el tacto como se es capaz de atacar o defender una técnica al entrar en contacto con el compañero.
También aprenderemos a disociar los estímulos necesarios de aquellos que en cada momento sean irrelevantes. Por ejemplo sabiendo que si el ataque es de un oi tsuki jodan, la respuesta debe ser a ese estímulo con una defensa a nivel alto y no baja, o que si el ataque está muy lejos no es necesario realizar una defensa, mejorando paralelamente la velocidad de reacción y desarrollando la capacidad de memoria, táctil, visual y auditiva con la repetición del trabajo hasta que sean capaces de hacerlo sin necesidad de que el profesor tenga que contar todos los tiempos, realizando el ejercicio todo seguido.
2.2.- Equilibración y los katas.
Si hablamos de equilibrio diremos que es la base de todo el planteamiento psicomotriz, y conseguir una equilibración lo más correcta posible es la base de una futura capacidad coordinativa (Blázquez y Ortega 1986).
Con el trabajo de los katas conseguiremos una capacidad de equilibración donde el alumno con discapacidad será capaz de percibirse a sí mismo y de entender una posición y orientación básicas respecto a las referencias externas a él.
Por ello los katas son una herramienta clave para el trabajo de los giros sencillos (como en Heian shodan, por ejemplo) o de los giros más difíciles (como en Heian sandan, por ejemplo), donde el alumno aprenderá a conseguir equilibrar su cuerpo.
Asimismo el trabajo simétrico en muchos de los katas nos ayudará además de mejorar el equilibrio a conseguir una orientación espacial correcta.
Este trabajo de equilibración puede irse mejorando una vez trabajado inicialmente con la exigencia al alumno de conseguir realizar el kata a más velocidad, donde podrá comprobar que sin equilibrio no va a ser capaz de aproximarse, llegar o desplazarse correctamente, esto último mejorado gracias al trabajo del embusen de cada uno de los katas donde nos ayudará también al desarrollo de la memoria del alumno.
Todo esto nos lleva a la convicción de que la enseñanza de los katas a personas con discapacidad, para conseguir los objetivos programados, no debe hacerse de manera rápida sino con mucha constancia y paciencia, ya que podemos encontrarnos con las siguientes situaciones:
- Que los alumnos no tengan problemas significativos y puedan seguir el ritmo de los demás miembros de su clase.
- Que los alumnos sí tengan problemas significativos pudiendo seguir el ritmo de los demás aunque de manera más lenta.
- O que los alumnos presenten problemas que impidan no sólo seguir el ritmo de la clase, sino teniendo que adaptar los trabajos previstos de una manera significativa, es decir, modificando objetivos, maneras de realización, tipos de actividades y criterios de evaluación para la promoción en los diferentes grados.
3.- LA INTEGRACIÓN EN EL GRUPO DE KARATE COMO RESPUESTA EDUCATIVA.
3.1.- Las necesidades educativas especiales.
El concepto de necesidades educativas especiales parte de una idea básica de que todos los alumnos precisan de alguna ayuda pedagógica a fin de conseguir los objetivos generales previstos (MEC 1992).
Estas necesidades pueden presentar un carácter más o menos transitorio. Aquellas más transitorias pueden satisfacerse a través de ayudas temporales (por ejemplo corrección de posturas) y aquellas más permanentes precisarán de adaptaciones significativas (como un cambio de técnica en algún kata si su discapacidad se le impide hacer la que corresponde a ese kata, o cambio de ritmo o velocidad en la ejecución para conseguir, por ejemplo, un giro o un salto).
Por ello la identificación de estas necesidades será el punto de partida de nuestro trabajo para desde ahí conseguir los objetivos que nos hayamos propuesto lograr con nuestros alumnos.
3.2.- Adaptaciones del trabajo de karate y su evaluación.
Habrá que analizar y proponer aquellos objetivos y trabajos que se adecuen a las necesidades y características de los alumnos. Proponer una metodología en la que las técnicas o ejercicios propuestos den respuesta a sus necesidades y realizar una evaluación efectiva y con criterios específicos que determinen los procedimientos para evaluar, así como los criterios para la promoción de grados.
Respecto a los objetivos y trabajos deberemos, partiendo del nivel de desarrollo de cada alumno, buscar metas que sean alcanzables para él, de tal forma que el refuerzo positivo sea lo que más perciba, motivando de esta manera al alumno en gran medida.
Teniendo en cuenta las características de los alumnos de los que estamos hablando, la metodología a utilizar se basará sobre todo en los siguientes principios:
– Individualización: conlleva a la puesta en práctica de estrategias individuales, para lo cual es imprescindible el conocimiento del nivel en que se encuentra el alumno inicialmente cuando llega al gimnasio por primera vez. Por este motivo una vez detectado el nivel se respetará el ritmo de trabajo y aprendizaje.
– Metodología grupal: se trabajará sobre todo dinámicas de grupo, trabajo cooperativo y todo aquello que logre formar un sentido de grupo y cooperación necesaria, como los diferentes trabajos a realizar por parejas (kihon kumite, katas en grupo o trabajos de goshin).
– Empatizar: desde el primer momento es necesario unas relaciones de empatía con el alumno de tal forma que estos alumnos lleguen a sentirse cómodos para desarrollar las distintas actividades que les propongamos.
– Interés: se deben presentar los trabajos de manera atractiva y significativa a los alumnos (relacionando lo que ya saben con lo nuevo que les enseñas), para mantener la curiosidad y el interés.
– Garantizar la funcionalidad de los aprendizajes (comprobando que lo que hacen les sirve para algo, lo que es muy efectivo con el trabajo de los bunkais de los katas)
– Tener en cuenta la actividad constructiva del alumno (dejándole que aporte sus ideas, como por ejemplo que expliquen cómo aplicar por ejemplo una técnica de defensa ante un ataque).
– Impulsar las relaciones entre iguales favoreciendo la integración con los demás miembros de la clase.
En resumen se deberá programar según la realidad que encontremos ajustándose a las capacidades, ritmos, estilos de aprendizajes, motivaciones, intereses, multiculturalidad, situaciones sociales, culturales o lingüísticas teniendo en cuenta que contamos con alumnos con necesidades educativas especiales para los cuales habrá que realizar las correspondientes adaptaciones curriculares significativas, para que con ello consigan los objetivos mínimos mediante lo siguiente:
- Modificación de los objetivos que queremos lograr.
- Inclusión o eliminación de determinados trabajos.
- Adaptación de los criterios de evaluación.
- Ampliación de las actividades para afianzar el trabajo.
Y respecto a la evaluación y los criterios a aplicar para el pase de grados, si por ejemplo para un examen de cinturón naranja le pedimos a un niño o adulto que conozca y realice al menos seis técnicas de defensa, sería inútil que a una persona con una discapacidad intelectual, por ejemplo, de un 60-65% de discapacidad le exigiéramos lo mismo. Nos debería bastar con el conocimiento y la ejecución de alguna técnica menos, valorando en gran medida la actitud en las clases, el interés y el esfuerzo realizado por los alumnos. Además se tendrá en cuenta en esta evaluación para el pase de grados de la edad del alumno, el tipo de discapacidad y porcentaje de la misma, la motivación e interés en las clases o el nivel de esfuerzo, no teniendo en cuenta, como he apuntado antes, alguna de la partes que se le puede exigir a un alumno sin discapacidad como por ejemplo las preguntas teóricas, ya que podemos tener alumnos que incluso no sepan leer y por tanto no pueden estudiarse una normativa.
4.- ALUMNOS CON DISCAPACIDAD Y KARATE. IMPLICACIONES Y EL TRABAJO DE LA CLASE.
La labor pedagógica que desde el ámbito del karate se puede realizar con los alumnos con discapacidad es sin duda alguna primordial y necesaria.
El alumno con discapacidad necesita como el que más una manera de trabajar y enfocar su trabajo que afronte de cara su situación, sus limitaciones y le ofrezca la posibilidad de mejorar su eficiencia a nivel cognitivo y psicomotriz.
A través del entrenamiento en la clase de karate, el alumno con discapacidad puede mejorar sus posibilidades de expresión, de relación y de movimiento tanto para sí como para los demás. Debemos recordar, además, que la práctica del karate provoca una mejora de la condición física en general, entendida ésta según el Diccionario de Ciencias del Deporte (1992), como la capacidad de trabajo físico del hombre y de la mujer, determinado por el grado de desarrollo de las cualidades físicas básicas.
Dentro de la condición física, y para la mejora del desarrollo motor a través del entrenamiento de karate, podemos diferenciar las cualidades físicas básicas (velocidad, fuerza, flexibilidad y resistencia) y cualidades motrices coordinativas (coordinación y equilibrio), mejoradas ambas a través del entrenamiento diario en la clase de karate de la siguiente manera:
Trabajaremos la resistencia, con el fin de reducir el peso y volumen corporal, sin olvidar en ningún momento las posibles cardiopatías que puedan padecer. Pero debemos ser conscientes que la carrera no es el único método de trabajar la resistencia, existen otros como los circuitos, que pueden ser iguales o incluso más motivantes que el anterior.
En lo que se refiere a la velocidad, podemos desarrollarla a través del entrenamiento específico de las técnicas del karate, ya que se exige siempre y de manera reiterada la máxima velocidad en su ejecución, o a través de formas jugadas. A modo de ejemplo, podríamos indicar el trabajo de los tres pañuelos de diferentes colores (rojo, verde y amarillo) y en función del pañuelo que se enseñe, ejecutar lo más rápidamente posibles un puño, pierna o puño-pierna. Este tipo de juegos o actividades, ayudarán además a la consecución de una mejora de la velocidad de reacción.
En relación a la fuerza, debemos indicar que este tipo de alumnos con discapacidad, presentan unos niveles hormonales más desarrollados que las personas que no presentan esta discapacidad. Así bien, debemos ayudarles a conseguir una canalización de este exceso de fuerza, según la edad que tenga. En el karate, al realizar las ejecuciones técnicas, se exige además de la máxima velocidad, un reajuste final (el kime), que les permitirá poco a poco, controlar la misma, además de provocar tonificación muscular, en todos los grupos musculares de forma global. Juegos de arrastre o empuje, utilizando los cinturones, y volcados entre otros, teniendo mucho cuidado con las diferencias de peso, son idóneos para el adecuado desarrollo de esta cualidad.
Los alumnos sobre todo con síndrome de Down suelen presentar una flexibilidad muy desarrollada, lo cual les va a suponer un beneficio directo a la hora de ejecutar acciones técnicas, fundamentalmente de piernas. Así bien debemos tener especial cuidado, y hacerles consciente de cuales son sus límites de elongación, a fin de evitar daños articulares y musculares. Podremos emplear, métodos activos o pasivos. En los métodos activos, será el propio sujeto, el que por medio de una contracción muscular, estire el músculo que sea, sin embargo en el método pasivo, es otro sujeto el que provoca el estiramiento del músculo deseado. Por medio de los trabajos de flexibilidad además podremos trabajar la interrelación entre el resto de compañeros, ya que se colocaran en la mayoría de ocasiones por parejas y podremos indicarles, que dicha pareja sea diferente en cada sesión. Los ejercicios de estiramientos deberían ser simples, pero variados, y el profesor debe prestar atención al modo como realizan sus ejercicios los alumnos. Es muy recomendable hacer la demostración práctica mientras se llama la atención verbalmente hacia las partes del cuerpo implicadas para evitar lesiones.
Respecto a las cualidades motrices coordinativas, la coordinación y el equilibrio, se desarrollan y mejoran de manera intrínseca en el desarrollo de las propias técnicas y en las ejecuciones que implican en ocasiones apoyo en un solo pie, monopodal, así como en los giros y saltos realizados en los katas.
Si hablamos ahora del trabajo de la clase para el desarrollo perceptivo diremos que las personas con discapacidad, sobre todo síndrome de Down, presentan una mejor percepción y retención visual que auditiva y su umbral de respuesta general ante estímulos es elevado. Normalmente en las clases de karate, los estímulos se establecen de forma auditiva, lo cual perjudicaría en algún caso su capacidad de aprendizaje, por lo que siempre que sea posible, debemos presentar la estimulación a través de más de un sentido (multisensorial). El aprendizaje por observación, el más empleado a diario en las clases de karate, y las actividades con objetivos e imágenes son los más adecuados.
Como ejemplo, el Síndrome de Down además siempre se acompaña de deficiencia intelectual en diferentes grados y por ello no debemos olvidar que debemos hablarlos más despacio y si no atienden a las instrucciones, repetirlas con otros términos diferentes y más sencillos; en la práctica del karate, normalmente se emplea una terminología japonesa específica, por lo que en lugar de decantarnos por usar esta en términos formales, podemos hacer referencia a las diferentes ejecuciones técnicas de una manera más natural. Por ejemplo en lugar de indicarles “age uke”, deberíamos decirles “defensa alta” subiendo el brazo a la altura de la cabeza, que con seguridad será mejor entendido por este tipo de alumnos y como además precisan de más tiempo para responder y les cuesta entender varias instrucciones dadas de forma correlativa o secuencial, debemos ir paso a paso.
5.- COMPETICIÓN DE KARATE PARA ALUMNOS CON DISCAPACIDAD: “KARATE ADAPTADO”.
A pesar de las dificultades y con mucho esfuerzo en el año 2002 y por una continua petición por mi parte a la federación regional se pudo disputar el día 1 de diciembre el primer campeonato interregional de karate para personas con discapacidad intelectual en la ciudad de Ávila.
Después bajo esa denominación de campeonatos interregionales se han seguido disputando anualmente en diversas ciudades castellano-leonesas como Burgos, León, Aranda de Duero, Zamora, Palencia o Valladolid, donde se realiza en las últimas ediciones coincidiendo antes con el campeonato regional de clubes y ahora con el campeonato regional senior.
Además se disputó también en el año 2013, el día 16 de marzo, la primera copa de España con carácter oficial en la ciudad de Toledo, ya con la denominación de karate adaptado, y en el año 2014 se realizó el primer campeonato de España, oficial y reconocido, en Ciudad Real. De este campeonato salieron los dos representantes del karate adaptado español, masculino y femenino, que disputaron el primer campeonato del mundo de karate adaptado en noviembre de 2014 en Bremen (Alemania) consiguiendo dos medallas de bronce y dejando el pabellón del karate adaptado español en lo más alto, siendo un referente mundial para muchas federaciones nacionales.
En este año 2015 el II campeonato de España de karate adaptado se ha disputado en Guadalajara. En estos tres campeonatos oficiales a nivel nacional he tenido la suerte de acompañar como coach a mi alumno Jesús Pindado que ha participado representado a la Federación Castellano-leonesa obteniendo en ellos un quinto, un cuarto y un tercer puesto, siendo el primer castellano-leonés con discapacidad intelectual en subir a un podium e un campeonato de España después de un largo y duro trabajo de 25 años desde que empezará con ocho años a entrenar en mi gimnasio.
A su vez en ciudades como Mallorca, San Sebastián, Béjar (Salamanca) o Barco de Ávila (Ávila) han ido celebrando trofeos de carácter amistoso para la difusión de esta especialidad de karate adaptado.
Cabe destacar que además la Real Federación Española de karate ha creado siguiendo el ejemplo de algunas federaciones como la Gallega o la Balear, que tienen departamento regional, el departamento nacional de karate adaptado para la difusión, inclusión y concienciación del karate para personas con discapacidad, en el que de manera muy orgullosa estoy incluido y participo activamente junto a otros profesores de karatekas con discapacidad intelectual o física de toda España.
6.- CONCLUSIONES.
Como conclusiones, de un modo muy personal, puedo decir que el trabajar con personas con discapacidad ha sido y es para mí una satisfacción especial ya que no es tanto lo que yo pueda enseñarles, sino que es mucho más lo que yo he podido aprender de ellos.
Aprender que con una discapacidad física se pueden conseguir muchos objetivos que aparentemente parecen imposibles por la limitación que tiene esa persona y que se van logrando con gran esfuerzo y dedicación constante o que con una discapacidad intelectual, se logra conseguir, aunque el nivel cognitivo sea poco en algún caso, el aprender las técnicas, los katas, e incluso el bunkai de alguno de ellos.
También destacar de cómo el trabajo en las clases de karate donde existe esta inclusión junto a compañeros sin discapacidad aporta un enriquecimiento para todos que junto al entrenamiento de karate hace valorar a todas las personas, sean como sean. E incluso sirve para que aquellas personas sin discapacidad se den cuenta que con el esfuerzo y la constancia se puede mejorar, como hacen sus compañeros que sí tienen alguna discapacidad.
Por ello como he titulado este trabajo, a estas personas más que personas con discapacidad, debemos denominarlas personas con capacidades diferentes, ya que sin duda ellos llegan hasta donde su capacidad les permite. Y animo a cualquier técnico a incluir en sus clases a personas con discapacidad, que aunque el trabajo sea mayor y a veces más difícil, la recompensa es tan grande que bien lo merece.
7.- BIBLIOGRAFÍA.
– ARRANZ, P. (2002): “Niños y jóvenes con síndrome de Down”. Zaragoza. Egido.
– AUSUBEL (1983): “Desarrollo Infantil” Buenos Aires. Paidós.
– BLÁZQUEZ, D y ORTEGA, E (1986): “La actividad del niño de seis a ocho años”. Madrid. Cincel.
– BRAUNER Y BRAUNER (1977): “La educación en un niño deficiente mental”. Madrid. Aguilar.
– DICCIONARIO DE LAS CIENCIAS DEL DEPORTE (1992)
– ESCRIBÁ, A. (2002): “El síndrome de Down, propuesta de intervención”. Madrid. Gymnos.
– LAPIERRE (1978): “La reeducación física”. Barcelona.
– MATEU SERRA, M (1993): “Actividades corporales de expresión·” Barcelona
– MEC.” Cajas Rojas de Educación Primaria”. Área de educación física. Madrid 1992.
– RÍOS M. (2003): “Actividad física adaptada. El juego y los alumnos con discapacidad”. Barcelona. Paidotribo.
– RUÍZ PÉREZ (1987): “Desarrollo motor y actividades físicas”. Madrid. Gymnos.
– TEMARIO ESPECIALIDAD DE EDUCACIÓN FÍSICA. Madrid. Magíster.
– WEB: www.efdeportes.com
16 mayo, 2016
Gracias por el árticulo, es muy instructivo.
20 febrero, 2018
me gustaria conocer beneficios del entranamientos con los niños SD