El Saludo
Fernando Martín Millana CN-8ºDan El saludo tiene sus orígenes en el profundo y primitivo ceremonial de los pueblos orientales. Por medio del saludo se expresa cortesía y humildad. Ayuda a mantener un espíritu correcto, dignidad y respeto. Fernando Martín, 8º Dan de Karate-do, nos muestra como hacerlo y los diferentes tipos de saludo. . . Más videos en www.sapeando.com, el mayor portal de videoaprendizaje de alta calidad. Volver a la...
Contemplación
Tajima no kami paseaba por su jardín una hermosa tarde de primavera. Parecía completamente absorto en la contemplación de los cerezos al sol. A algunos pasos detrás de él, un joven servidor le seguía llevando su sable. Una idea atravesó el espíritu del joven: – A pesar de toda la habilidad de mi Maestro en el manejo del sable, en este momento sería fácil atacarle por detrás, ahora que parece tan fascinado con las flores del cerezo. En ese preciso instante, Tajima no kami se volvió y comenzó a buscar algo alrededor de sí, como si quisiera descubrir a alguien que se hubiera escondido. Inquieto, se puso a escudriñar todos los rincones del jardín. Al no encontrar a nadie, se retiró a su habitación muy preocupado. El servidor acabó por preguntarle si se encontraba bien y si deseaba algo. Tajima respondió: – Estoy profundamente turbado por un incidente extraño que no puedo explicarme. Gracias a mi larga práctica de las artes marciales, puedo presentir cualquier pensamiento agresivo contra mí. Justamente cuando estaba en el jardín me ha sucedido esto. Pero aparte de tí no había nadie, ni siquiera un perro. Estoy descontento conmigo mismo, ya que no puedo justificar mi percepción. El joven servidor, después de saber esto, se acercó al Maestro y le confesó la idea que había tenido, cuando se encontraba detrás de él. Humildemente le pidió perdón. Tajima no kami se sintió aliviado y satisfecho, y volvió al jardín. Fuente: tradicional...
La Filosofía de las artes marciales de oriente
Hermenegildo Camps Meseguer CN-6ºDan El contenido filosófico de que se hallan imbuídas las artes marciales en Oriente constituye un elemento diferencial de primer orden que las distingue de las artes marciales del resto del mundo, las cuales, por supuesto, están desprovistas de cualquier componente psíquico que no esté relacionado directamente con ellas. El boxeo, la esgrima o la lucha grecorromana, por ejemplo, y para no citar más que aquellas disciplinas de origen occidental que presentan mayores similitudes con sus correspondientes homólogas, asiáticas, tienen su componente espiritual dirigido a la obtención de una superioridad, a la conquista de unos galardones o a la satisfacción del espíritu competitivo de sus practicantes. Estos fines son diametralmente opuestos a los que informan el ejercicio de las artes marciales en Oriente, destinados a la cumplimentación de unos objetivos esencialmente religiosos en sus fundamentos y a la realización de la personalidad individual en sus últimas consecuencias. Es inútil intentar comprender la filosofía que informa las artes marciales de Oriente sin conocer, siquiera sea elementalmente, el credo religioso de aquellas lejanas tierras que, de una forma muy general, podemos considerar como producto de un sincretismo del hinduísmo, budismo,. taoísmo, confucianismo e incluso del sintoísmo. Todas estas religiones presentan una diferencia esencial con las propias de Occidente. El cristiano, el judio o el mahometano basan su fe en la existencia de un Dios único con el que tienen establecido un acuerdo mediante el cual, a cambio de un comportamiento correcto durante la vida terrena, se les garantiza la entrada en un paraíso del que gozarán eternamente en una posterior vida celestial. Este buen comportamiento no constituye obstáculo alguno para el desempeño de otras actividades, aparte de las meramente religiosas. El creyente occidental, por lo tanto, desarrolla su vida en espera de la muerte, momento del tránsito a partir del cual el cuerpo deja de tener el menor interés para él. En efecto, el cuerpo está destinado a pudrirse bajo tierra o a ser incinerado. En cambio, el alma, el componente espiritual del hombre, adquiere entonces su máxima importancia, liberada de su prisión corporal. El cuerpo merece tanta menos atención cuanto mayor sea la preocupación por la salvación eterna del alma, y de esta afirmación dan buena fe los monjes, los ermitaños, las religiosas de los conventos de clausura, etc. El oriental parte de unos conceptos muy distintos. considera que en el hombre se halla la fuente de la beatitud, lo cual le identifica con su propio dios. En algunos casos, como el sintoísmo japonés, el creyente se considera a sí mismo como descendiente de los dioses, en el convencimiento de que por sus venas corre sangre divina....
La Sabiduria Inmovil en el Karate
Chus García Diaz CN-7ºDan El arte de la inmovilidad se adquiere con la práctica de la técnica que va unida a la acción, por tanto no es inerte como la inmovilidad de una roca. El espíritu cuando actúa no debe circunscribirse a nada. En el Budismo, en un ejercicio, existen cincuenta y dos etapas, una de ellas la que vamos a tratar es la de “circunscribir el espíritu” a alguna cosa, a esta acción en Japón se denomina JUJI, Ju significa habitar y Ji estado o etapa. Habitar es circunscribirse a algo, si esto lo aplicamos al arte marcial, en concreto al Karate, no podríamos circunscribir o fijar nuestro espíritu a nuestro adversario pues conllevaría conocer nuestra derrota. Por tanto no debemos fijar nuestro espíritu a nada ni reflexionar tan siquiera sobre la acción que va acontecer. Debemos de adaptarnos a su ritmo, aprovechando la acción del adversario y así anticiparnos a su ataque. No podemos fijar nuestro espíritu a nada, ni tan siquiera a nuestro propio ataque, no tenemos que hacer valoraciones ni tan siquiera de la distancia entre ambos, pues nuestro ataque carecerá de efectividad debido a que nuestro espíritu se encuentra ocupado. A esta acción de circunscribir el espíritu a algo se conoce como “extravío del espíritu” o la insciencia. Cuando el espíritu no se circunscribe a nada el espíritu es libre dándose un estado denominado “inmovilidad”. En mi segunda estancia en Japón contemplando los guardianes que permanecen impávidos en la entrada de los templos pronunciando sus bocas el “AUM”, mantra que cierra el templo de todo mal, te das cuenta que a primera vista impresiona al visitante pero si los contemplas detenidamente sin fijar tu mente en nada comprendes que están para salvaguardar, con sus rostros tétricos, al hombre de los demonio. Su quietud refleja la inmovilidad. El Budismo hace valoración de lo que se percibe de ellos a través de los niveles del conocimiento alcanzado por los hombres. A los que carecen de conocimiento estas figuras les aterrorizan. A los que están en el camino del conocimiento entienden que su inmovilidad es lo que les hace desestimar todo temor. A los que ya han alcanzado el conocimiento a través de la inmovilidad de su espíritu comprenden que los demonios no son reales sino que son nuestros propios defectos que nos limitan. Volviendo a la práctica en Karate, el principiante no conoce la forma de defender su cuerpo por ello indirectamente su espíritu no está circunscrito a su cuerpo. Cuando su adversario le ataca reacciona sin pensar, a medida que va adaptando la técnica se va circunscribiendo su espíritu a todo lo que ha aprendido,...
Reflexiones sobre el método de artes marciales I
Kenji Tokitsu, CN-9ºDan Tras la publicación de mi último libro, « Tai-chi-chuan, origine et puissance d’un art martial » (de próxima aparición en castellano), recibo numerosas preguntas relativas a esta práctica que voy a intentar contestar a través de esta serie de artículos en la web. De hecho, había concebido estas crónicas como una especie de introducción a mi próximo libro, que tratará de la parte práctica: la puesta en marcha de un método. A partir de este mes, pienso presentar un nuevo artículo cada 15 días. -1- El concepto del tai chi va más allá del taichi chuan En mi obra « Tai-chi-chuan, origine et puissance d’un art martial » (Ed. Désiris 2010), traté una serie de cuestiones que me parecen fundamentales para la práctica de esta disciplina. Para ello me basé en un estudio histórico y en mi práctica personal. Mis reflexiones no eran de orden intelectual, sino que se referían a la práctica corporal, porque hacía mucho tiempo me preguntaba si el taichi chuan era realmente un arte marcial. Pensaba que si lo fuera de verdad, yo tendría que comprender por qué y cómo resulta posible formar y desarrollar unos movimientos y técnicas rápidos y fuertes a través de un trabajo lento y flexible. Si existiera un método tan aparentemente mágico, tendría que poder comprenderlo a fin de poder practicarlo. Mi modo de proceder fue simple y directo. En el transcurso de mis investigaciones, tenía que rechazar las ideas previamente formuladas que no pudieran sostenerse tras la aplicación de pruebas prácticas: es decir, si no ayudaban a formar capacidades para el combate. Comprobé personalmente que los expertos en taichi chuan podían ser muy fuertes en tui-shou, pero no por ello eran capaces de desenvolverse con eficacia en combates de tipo kárate o tipo boxeo. Como mis experiencias en este terreno no lograron convencerme, tuve que seguir investigando. En esta serie de artículos que escribiré en la web, explicaré la segunda etapa de mis investigaciones, que formará la base de la obra que pienso publicar durante el año 2012. Asímismo, presentaré unas imágenes relativas a estos textos en internet. Retomando algunas de las reflexiones explicadas en la obra anterior, quisiera explorar el dominio de la práctica corporal de modo más general. Así evitaré repetir lo que ya se ha dicho, sobre todo respecto de las consideraciones históricas, repitiendo sólo determinados pasajes que considero cruciales para mi argumento. Si algún lector desée más información sobre este tema, le invito a leer el libro citado. El objetivo de esta serie de artículos es adelantar nuevas reflexiones para una mejor práctica. -2- Recordemos un pasaje que escribí en el libro:...
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