Hay en el Universo secretos, conocimientos que no se aprecian a simple vista si no se ha seguido un proceso de iniciación previo.
Si tomamos como referencia lo que es un Kata de Karate ,nos daremos cuenta de que es como un libro .
Hay una primera lectura de ese libro no escrito, y esa es la lectura de la historia que relata. Después está la interpretación sobre la lectura que se ha hecho del libro, y hay varias posibilidades, porque nuestro cerebro hará una interpretación racional en base a nuestros conocimientos, pero nuestro cuerpo hace también una lectura de lo que ha asimilado con la práctica. Ver realizar un Kata nos facilita una percepción de lo que vemos, de su ejecución, y es con esa percepción con la que memorizamos el Kata en nuestro cerebro.
Pero, es lo que haya aprendido nuestro cuerpo, la sensación, la fuente de un conocimiento que no es aparente, que no se ve a simple vista, pero que se siente, y se expresa de forma natural cuando se practica.
La mente Occidental ve en un conjunto de letras colocadas en un determinado orden las palabras que expresan lo que se quiere decir con ellas. La mente Oriental se expresa, o mejor dicho, interpreta lo que ve, de una manera diferente.Su escritura expresa ideas, incluso Conceptos, que ellos no necesitan interpretar intelectualmente, solo sentir lo que esos ideogramas quieren decir.
Por esa razón el modo de lectura de un Oriental y un Occidental es diferente, y su manera de percibir las cosas también.
En el Kata de Karate hay varios factores distintos que no se ven a simple vista, y eso se llama Toridai, pero, como ocurriría con una cebolla con muchas capas, hay también en un Kata de Karate diversas capas que representan grados distintos de conocimiento: La lectura del libro no es uniforme, porque a medida que se entrena, nuestro cuerpo va percibiendo diferentes sensaciones, y estas facilitan también diferentes interpretaciones y posibilidades de aplicación.
Porque el Kata puede tener uno o varios fines primarios, como la formación del cuerpo de los practicantes, la formación técnica a través de la ejecución y práctica de las técnicas que lo conforman, o su aplicación práctica a través del Bunkai, la ruptura de la uniformidad que representa el Kata en su Integridad en pequeños segmentos que se aplican con un compañero. El Bunkai también tiene más grados de progresión, con modificación de los parámetros de ataque y de defensa, llamados Oyó Bunkai .
Pero, no es el objetivo principal de mi relato el explicar todos esos parámetros diferentes, sino hacer notar una característica común a ellos: La practicidad.
El Kata de Karate tiene por objetivo primario dotar de los conocimientos técnicos y tácticos necesarios a sus practicantes para hacerles efectivos en el objetivo de la Defensa Personal.
Primero solo, creando las condiciones idóneas y las sensaciones correctas, y entre ellas está el «sentido del enemigo» la percepción de su presencia en todo. Después, durante la práctica del Bunkai, la percepción y la sensación correctas que faciliten las posibilidades de aprender diferentes tácticas y estrategias, que efecto tienen, y cuáles resultan más apropiadas para cada situación. Eso permitirá almacenar patrones de respuesta a cada situación.
La práctica intensa y repetitiva tendrá influencia, no solo sobre el cuerpo y la habilidad en la respuesta, sino también en la mente y en la capacidad de leer al adversario y anticipar sus acciones. Y también en la vida cotidiana, cómo no…
Pero, y una vez explicado todo esto, y teniendo en cuenta que el Karate es un Arte Marcial, y no una mera esgrima de patadas y puñetazos, es decir, su componente práctica, quedan capas en la cebolla todavía por desenvolver, capas profundas, ocultas a la vista del practicante común para el que esa practicidad que nombraba es suficiente.
Hay algo más detrás. Los japoneses lo llaman Himitsu o Secreto, sólo apto para practicantes muy avanzados, porque sin el adecuado conocimiento y las sensaciones precisas no se puede llegar al él.
El Himitsu normalmente es revelado por quien lo posee a quien cree merecedor de poseerlo, aunque nada impide que también, cuando se está preparado, se revele ante nuestros ojos.
El Himitsu, como todo en la Naturaleza que está perfectamente ordenado, muestra el secreto de ese Orden Natural, y también del movimiento que le acompaña. Porque nada en la Naturaleza es inmóvil, todo trasciende al movimiento del espacio-tiempo con un ritmo prefijado.
Conocer el secreto, el Himitsu, del movimiento, facilita muchas otras comprensiones que nada tienen que ver (o mucho que ver) con la practicidad del Arte Marcial primigenio.
Es por esa razón que hablamos de Camino que hay que transitar.
Desde ese punto de vista la práctica del Karate representa un Camino que bien seguido no tiene fin, porque la comprensión que habilita en sus diferentes etapas nos va a llevar de lo concreto a lo genérico, y esa es una puerta hacia la comprensión del Universo.
Esa es la razón por la cual, cuanto mas aprendemos sobre el Arte del Karate, mas posibilidades de aplicación vemos hacia cualquier circunstancia, incluso las más cotidianas, y por ello terminaremos yendo de lo concreto hacia lo Abstracto.
Muchas veces pongo el ejemplo de Seiken Shukumine, que entendió que había una filosofía general del orden natural en la que se basa el Karate, e intentó aplicarla a los conocimientos que tenia, verla a la luz de ellos, y desarrolló la Teoría del Sāncái o Sansai, las Tres Potencias, los Tres elementos esenciales, con la visión del Hombre entre el Cielo y la Tierra y las Leyes que regulan las interacciones entre ellos.
Shukumine se dio cuenta, como ya lo habían hecho los chinos muchos años atrás, que esa división en tres partes también se puede aplicar al Hombre ,y estableció su Karate en el desarrollo de esa división adaptando las técnicas a ella.
Pero, también Shukumine se dio cuenta de la potencialidad de giros y torsiones, porque las circunstancias de la Guerra le obligaron a aprender la Dinámica de los fluidos, y allí conoció lo que son los vórtices, y de su estudio sobre ello pasó a la trigonometría esférica, al conocimiento del thorus o toroide, y todo siguió evolucionando y cambiando para él.
Shukumine entendió que todo aquel conocimiento podía ser aplicado de forma práctica al origen primario del Karate, la practicidad, la aplicación al Combate, y lo desarrolló en el Taido Honin.
El otro día discutíamos sobre ello con el Maestro Fujita , y le hablé de un vídeo del Maestro Naka Tatsuya sobre el Taido Honin ,en el que la habilidad mostrada por quien explicaba las técnicas del Taido y sus estrategias, me hizo entender el porqué de técnicas de Gensei Ryu que antes no entendía. Estoy convencido de que Seiken Shukumine consiguió desentrañar la mayor parte, sino todas, las capas de la cebolla.
Curiosamente los Maestros Viejos suelen explicar lo mismo cuándo se les pregunta sobre el Objetivo final del Karate: La Armonía entre los seres humanos. Los demás seguimos discutiendo sobre si son galgos o son podencos…….
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