Para explicar que es el Zen, voy a hacerlo con referencias de dos grandes maestros (Osho y Taisen Deshimaru), que nos ilustrarán con su sabiduría y su experiencia ya que no me considero preparado para hacer una definición de lo que para mi es indefinible. Yo solo tengo, mi zafu, mi rincón y mis momentos….
Como introducción el maestro Osho nos dice: “El Zen es como un telegrama. Cree en lo más esencial. No permite tonterías a su alrededor, ni rituales, ni cantos, ni mantras, ni escrituras…; tan sólo pequeñas anécdotas. Si tienes la conciencia adecuada, te impactarán directamente en el corazón. Es una enseñanza muy condensada y cristalizada; pero hace falta que la persona esté preparada para ella. Y la única preparación posible es la conciencia meditativa…”
Con relación a los escritos sobre el Zen (Koan, Haikus, etc), nos comenta:
…”Los propios libros de Zen son muy fragmentarios. Son telegramas: urgentes, inmediatos, no dan ninguna explicación; simplemente te dan la pura esencia, el perfume de miles de flores. Tienes que estar suficientemente alerta y meditativo para absorberlos.”
¿Qué es la práctica del Zen?
Dogen escribió en el Shobogenzo: “¿Qué es zazen?. Estar en el instante presente, más allá de todas las existencias del universo, alcanzar la dimensión de Buda y vivir en esta dimensión. Zazen es esto únicamente: más allá de budistas y de no-budistas, es penetrar en lo más profundo de la experiencia del Buda.”
El maestro zen Taisen Deshimaru nos dice que es un lenguaje muy simple y que refleja la esencia misma del Zen ya que él mismo, es simplicidad.
Entonces nos preguntamos, ¿Cuál es la esencia del zazen?, el dice “Zazen tiene su significación en sí mismo”.
Al igual que Osho, Deshimaru afirma que sobre el zazen se han dicho muchas cosas falsas a este respecto, condensándolo en tres puntos:
Primero: “Para algunos, el zazen es una meditación, una actitud de pensamiento. Pero zazen no es ni un “ismo”, ni un pensamiento, ni una meditación en el sentido que se la practica en el Cristianismo, o en el Hinduismo, por ejemplo. En Europa, Pascal definió al hombre como “una caña pensante”, expresando así la concepción europea que hace del acto de pensar la base del comportamiento humano. El pensamiento ocupa la vida entera, nadie concibe el no-pensamiento. Profesores filósofos en particular se entregan al pensamiento, ninguno tiene la intención de criticar el pensamiento en sí. Zazen no es ni un pensamiento ni un no-pensamiento, está más allá del pensamiento, es pensamiento puro, sin conciencia personal, en armonía con la conciencia del universo.”
Dogen cita esta historia del Maestro Yakusan: Un día, mientras él estaba en zazen, un joven monje le preguntó: “¿En qué piensa usted durante zazen?” Respondió: “Pienso sin pensar”.
A esto se le denomina “Hishiryo”: dimensión de pensamiento sin conciencia. Tal es la esencia del Zen, de zazen.
Afirma que naturalmente el pensamiento consciente es fundamental sobre todo en la vida corriente pero en ciertos momentos y actividades de nuestra vida se actúa sin pensar, sin conciencia y añade “sin ego”, surge espontáneamente, en cualquier acto en el que se aúnan cuerpo-mente y espíritu, (al realizar un kata, al pintar un cuadro, al escribir una poesía, al realizar incluso un descubrimiento científico, recalca que la acción se produce espontáneamente sin que llegue el pensamiento consciente. Esto sería la esencia del zazen.
Segundo: “La experiencia de zazen no es tampoco una experiencia especial o misteriosa una condición particular del cuerpo y del espíritu. Es la vuelta a la condición normal del hombre. En general se piensa que una religión debe estar hecha de misterios y de milagros, por oposición a la ciencia. De la misma manera para zazen, muchos piensan que se trata de encontrar la “iluminación”, un estado de espíritu particular. La práctica de la meditación, de la concentración en la postura de Buda, no tiene nada que ver con todo eso. Las ceremonias, en las religiones, despierta emociones, sentimientos, éxtasis… Mientras que zazen no consiste ni en un éxtasis ni en un despertar sentimientos ni una condición particular del cuerpo y del espíritu. Se trata de volver completamente a la pura condición normal del hombre. Esta condición no es algo exclusivo de los grandes Maestros o de los santos, sino que es sin misterio, está al alcance de todo el mundo. Zazen es llegar a ser íntimo consigo mismo, encontrar el sabor, la unidad interior y armonizarse con la vida universal.”
Muchos “maestros” nos insisten en que zazen es invariable, el que no práctica de una forma y modo determinado no hace zazen. Esto me acompaño en los primeros años de práctica, teniendo una lucha interior continua, e incluso abandonando su práctica por largos periodos de tiempo. La conclusión a la que llegaba era siempre la misma “solo los perfectos” podían practicar zazen, nadie con una determinada “discapacidad física”, podía practicarlo, ya que según esto o te sentabas en el zafu de una determinada forma o eso no era zazen.
En el tercer punto, Deshimaru lo aclara en gran medida:
Tercero: “Zazen no es una mortificación. Algunos piensan que una sesshin consiste en hacer zazen durante largas horas, dormir poco, no comer más que arroz y verduras… Y así, a causa del debilitamiento, entrar en un estado de éxtasis. Este es un grave error que cometen también numerosos monjes en el Japón”.
Deshimaru insiste en sus escritos una y otra vez que todo esto es muy importante, porque zazen no es una mortificación, sino una Vía que conduce a la verdadera paz, a la libertad del hombre.
¿Cuál es la esencia del zazen?. Solamente la postura, la respiración y la actitud de espíritu.
Osho nos hace esta definición del Zen en occidente, como una nueva aproximación a la existencia:
“Los intelectuales occidentales se han familiarizado e incluso enamorado del zen, pero siguen tratando de aproximarse a él desde la mente. Aún no han llegado a comprender que el zen no tiene nada que ver con la mente. No es una filosofía intelectual –en absoluto es una filosofía-. Tampoco es una religión, no encierra ficciones ni mentiras y ningún consuelo.
Osho nos enseña que liberarse de uno mismo es lo más grande que el zen ha aportado al mundo.
En cuanto al abandono del ego nos dice: “Todas las religiones han hablado de abandonar el ego. Pero es un fenómeno muy misterioso: quieren que dejes tu ego, pero el ego solamente es una sombra de Dios. Dios es el ego del universo, el ego es tu personalidad. Igual que, según las religiones, Dios es el centro de la existencia, tu ego es el centro de tu mente, de tu personalidad. Todos ellos han hablado de abandonar el ego, pero no se puede dejar a menos que abandones a Dios. No se puede abandonar la sombra o el reflejo de una imagen salvo que destruyas el origen de su manifestación.
Por eso, durante siglos, las religiones han estado diciendo continuamente que tienes que deshacerte del ego, pero por razones equivocadas. Han estado pidiéndote que dejes el ego para que puedas rendirte a Dios, rendirte a los sacerdotes, a cualquier tipo de estupidez, a cualquier teología, superstición o sistema de creencias.
El zen va más allá del ego y más allá del Yo. Excepto el zen, ninguna religión ha llegado hasta el punto de ir más allá del Yo, más allá del espíritu, de la individualidad. Esencialmente, el zen es liberarse de uno mismo. Has oído hablar sobre otras libertades, pero la liberación de uno mismo es la libertad suprema: no ser, y consentir que la existencia se exprese a sí misma con toda su espontaneidad y grandeza. Pero es la existencia, ni tú ni yo. Es la vida misma danzando, no tú ni yo….”
Y para terminar, y sobre la importancia de llegar al “vacio”. Se dice “No hay mente, no hay cuerpo, no hay Buda. Buda ha dicho: “Yo no soy”. Cuando buda lo dice claramente es muy significativo: “Yo no soy”, así que si nos ponemos alerta: nosotros no podemos ser.
Según Osho “la personalidad es como una ola, o una línea dibujada en el agua. Es una forma, y la forma está continuamente cambiando. La forma no es verdad, sólo lo sin forma puede ser lo verdadero. Sólo lo que no cambia puede ser lo verdadero. Y Buda dice: “Puede que tu forma tarde setenta años en desaparecer, pero desaparece, y lo que un día no era, y de nuevo un día no será, no puede ser en el entretanto. Yo no fui un día; no seré un día. ¿En los dos lados nada, y justo en el medio, soy?. Eso no es posible. ¿Cómo puede haber algo sustancial entre dos vacíos? Debe ser un sueño falso”.
Podeis informaros sobre estos conceptos en las obras de estos dos grandes Maestros, tales como: (..Y llovieron Flores, El libro de la Nada, Música ancestral en los pinos, Los diez Toros del Zen, Ni agua ni luna, Zen su historia y enseñanzas, de Osho) y (Preguntas a un maestro Zen, La práctica del Zen y Zen y Artes marciales de Taisen Deshimaru).
Comentarios recientes