Al hablar de nivel en las Artes Marciales indudablemente reconocemos que este concepto puede tener varias aceptaciones para cada persona. Para algunos, el concepto de nivel irá relacionado directamente con el grado y con ello, hablando de Karate, el número de kata que conoce y es capaz de enseñar, para otros, sin embargo, el nivel irá relacionado con los años de práctica y para otros cuantos, por último, con las capacidades técnicas, independientemente del grado y los años de práctica.
Pero, bajo mi punto de vista, ninguna de las anteriores percepciones determina el nivel de la práctica, ni tan siquiera la sinergia entre ellos.
Cualquiera podría reconocer que un mayor grado no aporta mayor nivel. Las innumerables formas de ostentar un grado alto tienen en ocasiones más que ver con el tiempo o las influencias, que con el nivel. Ni que decir tiene que coleccionar un alto número de kata como el que colecciona «amigos» de facebook tampoco tiene que ver ni con el nivel ni con el conocimiento. Más bien con una capacidad memorística buena y mucho hueco en la cabeza para llenarla. Y la experiencia NO, no es un grado, al menos en algunos casos ya que a una enfermera, por mucha experiencia que tenga en quirófano no se le pasa al grado de doctora. Y es que los años de permanencia no convalidan funciones. Y es que los años de práctica, sin estudio, experimentación, reflexión y descubrimiento no aportan más conocimiento, tan sólo experiencia acumulada. Por último, el poseer mayor capacidad técnica, tampoco implica nivel, al menos en lo que se refiere al Arte Marcial. Una buena capacidad técnica podrá aportarte una mayor capacidad de asimilación, comprensión o aprendizaje, pero en ningún caso mayor capacidad técnica implica ni madurez, ni conocimiento, ni inteligencia, ni compromiso, ni todos los aspectos éticos, morales, científicos y filosóficos que tienen que ver con un Arte Marcial, independientemente de la capacidad técnica.
A mi modo de ver, el nivel en la práctica está estrechamente relacionado con el Busai (武才), «edad marcial». De forma que hay personas con mucho tiempo de práctica y grado que no poseen ningún Busai.
El Busai, está muy relacionado, no sólo con la habilidad, el ingenio y la capacidad, sino con la profundidad y la implicación en la práctica que llevan a la comprensión y a la madurez del arte. Uno de los factores principales que determina el Busai, es la capacidad de conocer y manejar el Reigi Sahō (礼儀 作法), «normas de cortesía, decoro y etiqueta». Están «normas» no se refieren a un listado de normas escritas, sino a una serie de comportamientos basados en la actitud de los guerreros, los bushi, que están estrechamente relacionados con las Artes Marciales. Concretamente, el Reigi Sahō implícito en las tradiciones de Ryūkyū proviene de la antigua era de los señores feudales, Aji o Anji y tienen un significado intrínseco en las Artes Marciales de Ryūkyū.
Por tanto, la capacidad de conocimiento y comprensión que uno tenga sobre Reigi Sahō determinará nuestro Busai. Ni el grado, ni el tiempo, ni la habilidad técnica ni, por supuesto, el número de kata determinará nuestra profundidad y comprensión del arte y la habilidad y capacidad para mostrarlo.
Senkikan Dojo
Foto: rauschenberger
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