La propaganda constituye un factor determinante en casi todas las profesiones. Ese factor se potencia cuando la profesión se ejerce desde el sector privado, que debe enfrentar la competencia de mercado con otras instituciones similares; y se acentúa aún más, cuando la profesión que se promueve no es de primera necesidad para sus potenciales clientes, lo cual obliga a generarles la necesidad de recurrir a ella.
Ese es el caso de las artes marciales, y por eso sus maestros, con la intención de atraer al público cautivo, utilizan su imagen exitosa para trasmitir las bondades del servicio que ofrecen.
Eso por supuesto que no está nada mal, siempre que la información que se comparta sea veraz, lo que no está del todo bien es que, muy comúnmente, la información que los maestros de artes marciales trasmiten no guarda congruencia con la función que realizan, lo cual, eventualmente, se vuelve en su contra, al no ser percibida de la mejor manera por un público cada vez más inteligente.
El planteamiento anterior se basa en el hecho que, mayormente, los maestros de artes marciales acostumbran a utilizar como recurso estratégico promocional su grado, su tiempo de enseñanza, imágenes mostrando sus logros como competidor y otras ejecutando espectaculares técnicas que, sin dejar de ser importantes, al no estar directamente relacionados con su función profesional específico, no son los que realmente convencen a un público.
Para explicar ese aspecto, se toman como referencia las ciencias como la psicología y la investigación, por ser éstas las que permiten conocer la esencia de los fenómenos y situaciones relacionadas con el ser humano. Las artes marciales constituyen la actividad a realizar, entendida ésta como el conjunto de tareas o acciones realizadas por un ser vivo, que las desarrolla impulsado por el instinto, la razón, la emoción, o la voluntad, hacia un objetivo.
Por su parte, para describir a los maestros de artes marciales, es necesario reconocer que son aquellas personas que, partiendo de su conocimiento de un arte marcial y otros temas afines, conjuntamente con su dominio pedagógico; pueden enseñar el arte marcial, de modo tal que sea útil en diversos contextos de la vida de sus alumnos. Una vez descritos tanto el arte marcial como sus maestros, corresponde el momento de describir el contexto y función que éstos realizan en ella.
Para eso se parte de la ciencia, entendida como aquella rama del saber humano constituida por el conjunto de conocimientos objetivos y verificables sobre una materia determinada, que son obtenidos mediante la observación y la experimentación, la explicación de sus principios y causas y la formulación y verificación de hipótesis y se caracteriza, además, por la utilización de una metodología adecuada para el objeto de estudio y la sistematización de los conocimientos.
Precisamente el objeto de estudio, definido como aquella parte de la realidad objetiva (el arte marcial) sobre la cual actúa el sujeto (el maestro), tanto desde el punto de vista práctico como teórico, con vistas a la solución del problema planteado (que los alumnos aprendan y se desarrollen).
Partiendo de la lógica anterior, el objeto de estudio (contexto profesional) de los maestros de artes marciales, no radica como muchas veces se piensa, en el arte marcial en sí misma; sino en los procesos de enseñanza, entrenamiento y educación; que potencian el funcionamiento bio-psico-social de los alumnos, de modo tal que provocan el correspondiente desarrollo. En ese mismo sentido, el campo de acción de los maestros de arte marciales se corresponde con los alumnos, al definirse el mismo como aquella parte del objeto conformado por el conjunto de aspectos, propiedades, relaciones que se abstraen del objeto (los procesos) en la actividad práctica del sujeto (el maestro), con un objetivo determinado (lograr que los alumnos aprendan y se desarrollen) a partir de ciertas condiciones y situaciones.Luego entonces los planteamientos anteriores, al determinar el objeto de estudio y el campo de acción de los maestros de artes marciales; les permiten conocer en detalle tanto su contexto profesional como la función a realizar, lo cual los beneficia en dos aspectos principales.
En primer lugar, una vez concientizados al respecto, podrán reorientar su capacitación profesional priorizando la información y experiencia relacionada con los temas científicos, pedagógicos y metodológicos inherentes a los procesos que utiliza; lo cual le permitirá elevar el nivel de calidad en su desempeño profesional.
En segundo lugar, y como consecuencia del anterior, podrá realizar una campaña publicitaria más efectiva que realmente cautive al público objetivo, al incluir información directamente relacionada con su objeto de estudio (procesos que utiliza), como mencionar los estudios realizados relacionados con los temas científicos, pedagógicos y metodológicos inherentes a los procesos que utiliza; y su campo de acción (beneficios que pueden recibir los alumnos producto de los procesos aplicados) como la cantidad de campeones, de cinturones negros, y otros logros de diversa índole alcanzados por sus alumnos gracias a la formación marcial.De ese modo no solo logrará congregar más alumnos, sino estará contribuyendo a establecer una concepción social más adecuada de las artes marciales, y eso, al final, nos beneficia a todos.
Imagen: MikeOliveri
9 noviembre, 2020
Con estar de acuerdo esencialmente sobre el fondo del Artículo, me gustaría recordar algo que repetía incansablemente durante mi etapa de Director de la Escuela Nacional de Preparadores y Profesor de Técnica y Metodología del Karate : Hay un Principio esencial de la Didáctica que dice que nadie da lo que no tiene.
Y, puesto que la Asignatura trataba sobre la Técnica del Karate y también sobre la Metodología empleada para enseñarla, les hacía hincapié en que, para enseñar Karate, era necesaria una comunión de ambos factores : El conocimiento sobre las técnicas de Karate, la materia a enseñar, pero también sobre el Método o forma de enseñar esa materia.