Al que sabe, le aprovecha más el oponente, que al necio sus amigos, porque aprovecha el conflicto para aprender a coger las cosas por la empuñadura que protege más que por el filo que daña.
Pero…empecemos por el principio.
¿Porque se oponen en conflicto las personas?
Principalmente por el dogmatismo. Cualquier interés personal nos lleva a defender algo a pies juntillas, abanderando dicha causa todo el tiempo y destruyendo de paso, todo un mundo de posibilidades.
Y…¿Porque otras personas pueden mediar en la oposición de un desacuerdo?
Por la capacidad PERFORMATICA.
Voy a explicar ese secreto que aprendí de pequeño de manera intuitiva.
Somos multitudes. Y, performance es dejar salir uno con toda la credibilidad emocional de entre la multitud; pero siendo conscientes de que es solo una parte de mi. Porque en otro momento me convendrá dejar salir otro.
Tenemos dentro opiniones contrapuestas. Por eso a veces, las personas nos contradecimos.
Somos enormes.
Y podemos afirmar que… «no soy sólo bondad, también sé de la maldad». Y encontramos reconciliación entre ambos si nos lo proponemos. En el alma de uno mismo, existen multitud de puntos contradictorios pero no irreconciliables.
A veces canalizamos uno y otras veces otro.
Pero todos son importantes, porque todos somos nosotros.
Enfatizar un punto de vista con el que nos identificamos en un momento dado se denomina PERFORMANCE. ocurre cuando abandonamos la represión de una creencia única, en aras de liberar una parte nuestra y «actuar» HOY bien con ella.
Performance es saber que el combate puede estar especializado en diferentes paradigmas: oportunidad del punto(karate), esgrima de contacto (kick boxing), derribar y controlar en cuerpo a cuerpo (judo), monitoreo en combate próximo (tegumi), etc…Incluso un sistema mixto sigue siendo un área especializado y por tanto limitado. Más amplio, pero un área. Y aún sabiendo esto, defender y practicar uno de estos áreas en ausencia de los demás, porque es cierto que todos juntos no son mejor que uno aislado…Y como decía, practicarlo en una actuación creíble y consciente de que es sólo un mundo de fantasía para poner en práctica uno de esos áreas de mejora. Usamos un término para denotar esa emoción actuante de un área interna de cada uno: «KIMOCHI» (ki=vitalidad, mochi=llevar) con el sentido de buena disposición o buena actuación.
Pues bien, en las relaciones humanas, cuando nos canalizamos en defensa de alguien, no significa que su oponente no tenga razón. Significa que, por medio de un cierto desapego consciente hacia una emoción, que elegimos prioritaria para un momento determinado, nos orientamos empáticamente y con kimochi a favor de alguien, pero NO en contra de su oponente. Y esto no es irónico ni deshonesto, porque también es una parte nuestra que es real y por eso creemos en ella si tenemos la suficiente flexibilidad, expresividad y desapego del resto de lo que somos nosotros en conjunto.
En definitiva, con este secreto, podemos rescatar una parte nuestra en favor de un punto de vista, para así reconciliar dos o varios puntos de vista no afines.
Así podemos arreglar cualquier conflicto, del que por cierto, siempre somos responsables de no arreglar si es que esta en nuestro poder hacerlo.
Porque creo que…
«somos culpables del daño que hacemos, pero también del que podríamos haber evitado».
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