Los diez puntos para la práctica del TCC (1)

El primero de los 10 puntos dictados por Yang Chenfu fue:

1. 虚灵顶劲 (xū líng dǐng jìn). Energía de la parte superior de la cabeza ligera y sensible

Las explicaciones “clásicas” de este punto, no suelen arrojar demasiada luz sobre su significado.

“La energía en lo alto de la cabeza” es mantener la cabeza bien derecha y erguida para que la energía espiritual (shen) pueda alcanzar el punto más elevado (baihui). No empleéis la fuerza muscular, lo que volvería rígido al cuello y perturbaría la circulación de la sangre y el hálito (Qi). Que vuestro espíritu sea espontáneo y ágil de lo contrario la fuerza vital (jingshen) no puede ponerse en movimiento. 

En primer lugar, me gustaría volver a un tema recurrente, el TCC es un arte marcial, creado por y para artistas marciales. Así que estos puntos deben tener una traducción y aplicación inmediata lo marcial.

Mi experiencia me indica que conseguir este punto tiene mucho que ver con el dominio de todos los que le siguen. Digamos que es el punto de partida y el punto final de tener un cuerpo entrenado y que sigue todos los principios y mecánicas corporales del sistema.

Cuando uno se mantiene erguido, es consciente de su equilibrio. La clave es “consciente”. Cuando estamos perfectamente erguidos,  suceden varias cosas. La primera es que estamos absolutamente alejados del suceso que implica caer y que por definición, implica terminar bastante paralelo al suelo y no perpendicular al mismo.

Cuando nos inclinamos, perdemos en gran medida el control y la percepción de nuestro equilibrio. En la foto de ejemplo,  la torre Eiffel está perfectamente asentada y equilibrada, la de Pisa, corre el riesgo de caer y de hecho puede hacerlo en cualquier momento sin mayor aviso y en la última foto, el hecho se ha consumado.

Es muy fácil diferenciar entre estar perfectamente erguido o ligeramente inclinado, del mismo modo que es fácil diferenciar entre tener la mano vacía o con algunas monedas, pero no tanto entre tener algunas monedas o algunas monedas menos una. Sin embargo, se hace más complejo diferenciar entre estar algo inclinado o “un poco más inclinado”. Diferenciar entre “un poco” y “nada” es muy simple. Hacerlo entre “un poco” y “un poquito más”, no tanto.

Por eso, estar erguido simplifica las cosas a la hora de determinar el estado de nuestro equilibrio.

Por otro lado en TCC deberíamos sentir siempre fuerzas de expansión en nuestro cuerpo, fuerzas que se expanden de un modo más o menos sutil en direcciones opuestas. Notar el propio peso es algo que sucede de forma natural y no requiere explicación alguna. Pero notar una suave sensación de suspensión, que te permite moverte con ligereza y equilibrio, es algo menos evidente.

Se enfatiza la idea de imaginar que colgamos de la parte superior de la cabeza. Pero este ejemplo que es perfecto en si mismo, se puede mal interpretar y llevarnos a una sensación de rigidez opuesta por completo a la de ligereza que buscamos. No debemos pensar que nadie tira ni nos quiere colgar. Eso nos llevaría a intentar estirar con fuerza el cuello “siguiendo” esa fuerza, del mismo modo que lo haríamos si tirasen de una de nuestras orejas, generando rigidez y tensión, que es lo opuesto a lo que buscamos.

Por el contrario, debemos pensar que tenemos un gancho en la cabeza y somos nosotros los que nos colgamos de una barra y colgamos libremente porque queremos. No es lo mismo sentir que te están ahorcando que pensar que tienes un flotador en el cuello y cuelgas de él en el agua flotando libremente. En este segundo y mucho más acertado supuesto, la intención y sensación es la de que nuestro cuerpo cuelga libremente y por el punto de que lo hace, no puede caer ni inclinarse.

Podemos hacer un experimento muy simple con la ayuda de un compañero.

ahorcado

  1. Pide al compañero que te agarre del cuello y tire moderadamente hacia arriba, mientras te resistes. Estudia la sensación que experimentas (que salvo que disfrutes con tu sufrimiento, será desagradable).

 

marioneta2. Ahora pide al compañero que coloque sus manos alrededor de tu cuello y que te sostenga, mientras tú te cuelgas moderadamente. La sensación, debería ser una mezcla de agradable pereza y ligereza.

Compara ambas sensaciones, que parten de un mismo fenómeno (colgar del cuello). La segunda, además de agradable, genera una sensación de equilibrio y ligereza que es lo que buscamos. Generarla a partir de nuestra intención para poder movernos con ligereza, es la clave y objetivo de este punto.

 

YCFPush

Cabe señalar que no es tanto la idea de verticalidad que aunque si se enfatiza bastante en el estilo Yang, no es una norma absoluta, como lo demuestra el hecho de que en las fotos del Maestro Yang Chenfu se puede ver como éste se inclina en numerosas ocasiones. Más bien se trataría de mantener una expansión en direcciones opuestas cabeza-pies en todo el cuerpo, que es la que otorga esa sensación de ligereza, conexión y estabilidad que debería caracterizar a toda práctica de TCC que se precie.

No es casual que éste sea el primer punto de la lista, se puede considerar que es la condición imprescindible para poder hablar de TCC. Si este punto no está presente, el resto simplemente no serán factibles.

Como se puede ver, poca o ninguna referencia a “energía” o “espŕitu” hago en mis explicaciones. Sencillamente, ni son necesarias ni aportan luz sobre la comprensión del punto en cuestión. Más bien al contrario, el uso de términos abstractos, nos impide llegar a  experimentos y resultados prácticos.

Por el contrario, las sensaciones que se alcanzan siguiendo los consejos que se han aportado, te llevarán a entender por que hablan de “energía ligera y sensible” o de “despertar el espíritu de vitalidad”. Porque no tendrás que imaginar nada al respecto, sino limitarte a sentirlo, disfrutarlo y usarlo.

Serás beneficiario de sensaciones sutiles pero a la vez evidentes, que te permitirán, puesto que son el punto de partida, desarrollar habilidades superiores. Y a la vez, comprenderás porque esta sensación generó las descripciones que se hacen en los clásicos, pero también que elucubrar sobre ellas sin sentirlas, es un alarde de presunción, ignorancia y estupidez. Y por supuesto el origen de absurdas interpretaciones, basadas en deseos y no en realidades.

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Antonio Leyva

Author: Antonio Leyva

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