VII. Sin el sentir, se descubre
Tenemos nuestro cuerpo-mente como medio al cual adiestramos para ser el mejor en las distintas etapas que tiene nuestro arte, incluyendo la competitiva. Preparamos nuestro cuerpo como si no declinase nunca. Después, este nunca, se vuelve el momento y este momento puede ser angustioso si antes no lo hemos previsto. Hemos de atender el cuerpo-mente, es el que nos transporta. Y si la salud no nos acompaña en nuestra existencia pasaremos calamidades.
Todos sabemos que el karatedo es un arte técnico y dinámico, con un fluir de combinaciones rítmicas llenas a veces de potencia, a veces de fuerza, y otras, suaves y sutiles. Todo este dinamismo debe fluir sin pensamiento, si nos damos cuenta, el cuerpo toma una relevancia total. Cada técnica a realizar nos lleva a un estado de salud idóneo para vivir que, junto con las demás técnicas, fluyen en silencio, equilibrio y armonía con el resto. Pero a veces, el método de entrenamiento no es del todo correcto. Pensamos que por exceso o por defecto avanzaremos y en muchas ocasiones con el paso del tiempo y para nuestro saber, llegamos a comprender que el método elegido no fue el acertado, dándonos cuenta que debemos encontrar un método que nos aporte salud y bienestar, ya que el karatedo es esto: salud y bienestar.
Miren, en lugar de querer mejorar con técnicas complejas no menos importantes, debemos centrarnos en técnicas básicas, aunque puedan parecer aburridas, son los pilares de un correcto adiestramiento y nos dan la destreza de este bello arte. Todos tenemos las mismas armas en karatedo: dos manos, dos piernas y otras armas corporales. Si las utilizamos con diligencia tendremos posibilidades de éxito, pero sepan que este éxito forma parte de la disciplina, sin disciplina no lo habrá. Nuestra mente es el cuerpo y nuestro cuerpo es la mente. Si dividimos alguno de ellos, el desequilibrio nos acompañará como nos acompaña nuestra sombra y no podemos huir de la sombra, pero sí hacer que desaparezca, siendo conscientes de ella.
Es interesante averiguar la causa de la sombra para mantener el equilibrio que existe en el universo. El karatedo es ante todo una vía que nos lleva directamente a la energía “Ki” del universo, a descubrir y comprender intuitivamente nuestra existencia como seres humanos.
Mientras que en el karate deportivo y competitivo el éxito o el fracaso dependen de los resultados y de la victoria, en el karatedo no hay nada que obtener, aunque lo obtengas. Son como las dos caras de una misma hoja, no pueden estar la una sin la otra dependiendo entre sí y siendo a su vez independientes dentro de la unidad. La práctica del “Do” nos devuelve a esta condición del ser a través de zazen, más allá de las categorías, más allá de las consideraciones buenas o malas.
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