III. Mis comienzos
No me acerqué a la práctica del karatedo, más bien se acercó la práctica a mí y desde antes de este empezar, ya estábamos juntos, coincidimos en el universo del vacío.
Los practicantes del karatedo deberían saber que el karatedo es ante todo un medio de llegar a la verdad a través del entrenamiento con nuestro cuerpo. No es un método para elevar nuestro ego y posibilidades de éxito, sino para observarle y reconducirlo y así vivir en equilibrio y armonía con todo lo que nos rodea. Es por esto, que debe ser entrenado y practicado sin expectativas de provecho.
No es un arte intelectual, que también, no es un arte de defensa, que también, no es un arte de la forma, que también, ni tampoco un arte de combate, que también. Es ante todo una vía. A menudo escucho que el karate es una forma de vida, sin embargo a esta forma le falta la cualidad del vacío. Vivimos nuestra vida llena de clasificaciones y conceptos mentales que nos alejan de lo que el karatedo nos quiere transmitir.
Utilizamos nuestro cuerpo-mente, el cual nos permite desarrollarnos como personas y artistas marciales, pero sobre todo es la vía la que nos conduce a las puertas de la más alta realización. Traspasada esta puerta comienza la vía del zen.
En mi opinión, todo practicante de karatedo debe proseguir en la práctica de la vía y en el entrenamiento de zazen, de lo contrario, no están haciendo karatedo, aunque estén haciendo karate.
El karatedo es un medio extraordinario que una vez usado se debe abandonar, aunque no se abandone. Nunca envejece y todos los seres humanos lo pueden practicar y percibiendo la realidad tal como es.
Capítulo anterior: II. Tres caminos, una práctica
7 marzo, 2021
Gracias por el texto. A veces me pregunto al respecto si se hace bien en no hablar de todo esto. Es difícil, porque hablar de ello puede hacer que el que recibe la información espere algo, y si esperas no estás propenso al vacío, por lo que esa espera es contraproducente. Por otro lado no hablar de ello hace que mucha gente se quede siempre en la superficie, sin llegar a ver hasta donde puede llegar este arte, porque, entre otras cosas no hablarlo quizás funcione en oriente, aquí no.
Por eso creo que hay que decir sin fomentar la espera, hay que hacer hincapié en la práctica con atención a «este momento», esta técnica, este movimiento de ahora mismo y aquí mismo y nada más, lo demás no importa.
El equilibrio entre una práctica que se oriente tanto a la defensa como a lo «interior», creo que es fundamental y veo mal que sólo se preste atención a lo primero y poco o nada a lo segundo, obviando así lo verdaderamente importante.
De nuevo gracias, porque seguro que se enciende alguna bombilla.