Cualquiera que haya estudiado la bibliografía de las artes marciales, especialmente las artes marciales chinas, se habrá encontrado alguna vez con un diagrama en el que se ve a un hombre en el suelo de cuyos pies parten hacia abajo una amplias raíces. Este tipo de dibujos pretende ilustrar la idea de enraizamiento, y es un concepto que podemos encontrar, de una manera u otra, en la gran mayoría de las artes marciales.
¿A qué llamamos enraizamiento?
Es evidente que la estabilidad en una pelea es importante. Ya sea con o sin armas, de pie o en el suelo, contra uno o varios adversarios… mantener el equilibrio, e incluso tener una posición estable en el momento de contacto o interacción con el otro es recomendable, e incluso puede llegar a ser determinante. De otra forma sería muy difícil poder influir en el agresor y, por tanto, defenderse. La estructura corporal, la acción de los músculos necesarios para sostenernos, el uso que hagamos de nuestro peso… Son muchos los aspectos que afectarán en gran medida a esta estabilidad.
Algunas claves para un buen enraizamiento
1. El apoyo de los pies
En primera instancia la superficie de contacto con el suelo suele ser siempre la misma: los pies. Según Mantak Chia, los clásicos del Tai Chi dicen que “Todos los movimientos tiene su raíz en los pies, se desarrollan en las piernas, los dirige la cintura y se expresan a través de las manos”. Quizás esto sea aplicable a casi todas las artes de combate, y es en los pies y su apoyo en el suelo donde se reúnen todos los esfuerzos de nuestro cuerpo por mantenerse firme frente a un agarre del oponente, o por transmitir fuerza en un golpe, o por realizar un giro sin perder el equilibrio.
Vaya por delante que o lo ideal sería que toda la planta del pie se asentara en el suelo, pero para eso habría que tener los pies planos, pero planos, planos de verdad. La forma del pie hace que para lograr la máxima estabilidad debamos buscar al menos tres puntos de apoyo. Una mesa con dos patas se caería, y con más patas, si no son exactamente de la misma longitud cojearía. pero con tres patas… siempre será estable. Pues con el pie pasa lo mismo. Uno de estos puntos suele ser el talón, y las otras dos la almohadilla del pie, debajo de los dedos pulgar y anular, y la zona debajo del dedo meñique. En esto casi todos estaríamos de acuerdo ¿no? Sin embargo, la tensión de los pies sí es más controvertida. Algunos sistemas trabajan cierto agarre al suelo con los dedos, mientras que otros apuestan por la relajación y expansión de estos. Bueno, no dejan de ser dos métodos que persiguen un mismo objetivo: el enraizamiento.
2. La base de sustentación y el centro de gravedad
Imagina una pirámide. ¿Te parece estable o inestable? Es una forma muy difícil de desplazar y muy difícil de tumbar ¿verdad? Pues to se debe a dos motivos fundamentales: una gran base de sustentación y un centro de gravedad muy bajo. La base de sustentación es la base, la cara que está en el suelo. Cuánto más grande sea, mejor. Por otro lado, la mayor parte del peso de la pirámide está abajo. En realidad, cuánto más alta sea la pirámide, más fácil sería tumbarla, porque su centro de gravedad estaría más alto también. Ahora piensa en la pirámide invertida, e imagina que tratas de apoyarla con el vértice en el suelo. Una base de sustentación minúscula y un centro de gravedad alto la hacen totalmente inestable. Las posiciones en las artes marciales, especialmente si buscan estabilidad, son más o menos amplias, aumentando la base de sustentación, y con las piernas flexionadas permitiendo, entre otras, cosas bajar el centro de gravedad. Dejar caer el peso hacia abajo también contribuye a llevar más abajo ese centro de gravedad. Por eso la relajación de ciertas partes del cuerpo es importante en el enraizamiento.
Me permito hacer aquí un inciso. Cuando hablo de “posiciones” no me refiero a estructuras rígidas e inamovibles, sino más bien a la situación física ideal para un momento determinado. En realidad, un combate es permanentemente cambiantes, y las posiciones fijas que solemos ver deberían ser simplemente fotogramas de la secuencia en momentos muy concretos. Pero, eso sí, en esos momentos concretos, si necesitamos estar enraizados, nos ayudará una base de sustentación medianamente amplia y bajar en lo posible el centro de gravedad.
3.La tensión en espiral
Esto es más difícil de explicar. Espero hacerlo bien. Evidentemente la tensión es importante cuando hablamos de la estabilidad. Si no hubiera tensión, no nos mantendríamos de pie. Ésta es una fuerza que podemos considerar vertical, en el sentido contrario a la gravedad. Pero, para lograr un buen enraizamiento, suelen aplicarse también otro tipo de fuerzas. Por ejemplo, la de torsión. Esta torsión se inicia en las caderas y llega hasta los pies, y la sensación que debemos tener es… como si quisiéramos rotar las piernas, como si éstas se atornillasen al suelo. Es una fuerza que podemos representar como una espiral. Las rodillas y los pies tienden a girar, normalmente hacia fuera. Esto provoca que, para mantener la posición y que no se deforme, se generan otras tensiones en sentido contrario.
¿Y para que sirve esta tensión en espiral? Pues, por un lado, ese par de fuerzas que se genera fija la articulación, de forma que es más difícil que cedan y se rompa la estructura. Por otra parte, la tendencia a girar del pie afianza sobremanera el contacto con el suelo. ¡Pero ¡ojo! Esta tensión es muy sutil y no debe alterar la posición. Tampoco debe ser excesiva, porque podríamos dañar las articulaciones y, en especial, la rodilla. Cada cosa en su justa medida ¿verdad?
4. La estructura corporal
El posicionamiento del cuerpo, ya sean los brazos, el torso o las piernas, es fundamental. ¿Por qué? Porque nos permite hacer frente al adversario con el mínimo esfuerzo muscular. En otras palabras, nuestra defensa no dependerá de lo fuerte que seamos nosotros o nuestro agresor, sino de nuestra técnica. En este caso nuestra capacidad para colocar y mover nuestro cuerpo correctamente. Si empujamos un palo recto contra el suelo ¿qué pasará? Pues que el palo transmitirá nuestra fuerza al suelo. Y no podemos vencer al suelo. Pero, si el palo es curso, seguramente se doblará o se romperá. Si somos capaces de alinear nuestro cuerpo igual que el palo recto, lograremos reconducir la fuerza de nuestro rival hacia el suelo. Pero si no estamos bien alineados, podemos doblarnos o rompernos. Esto es fácil de decir, peor muy difícil de hacer.
Estos y otros elementos deben ser combinados para conseguir un buen enraizamiento, aunque la importancia de cada uno de ellos dependerá del sistema y de las circunstancias. Por supuesto, no es nada fácil lograr el equilibrio adecuado entre tantos factores, así que me temo que para conseguirlo habrá que seguir practicando. No nos queda otra.
Fuente: karatekidokan.com
Foto portada: marta … maduixaaaa
4 mayo, 2017
Gracias por compartir el artículo. Es siempre un honor.