Parte 3- (BUDO más allá de las barreras culturales)
Ahora vamos a ver algunos problemas que probablemente encontrarán los seguidores extranjeros, especialmente los occidentales.
El camino (hacer) de los japoneses se refiere a toda la vida. La noción de budo implica una tensión hacia la mejora de uno mismo, es decir, de toda la persona a través de la práctica marcial. Esta expresión es comprensible para los occidentales pero no le dan el mismo significado que los japoneses.
La forma de elevar la calidad humana mediante la práctica del budo procede, como hemos visto, de concepciones budistas y sintoístas. Los hombres pueden alcanzar el estado de Buda, el estado divino, y pueden confundirse con el dios de un santuario. Podemos citar, por ejemplo, el santuario HayashizakiJinja donde el fundador de la escuela de Iai, Hayashizaki JinsukeShigenobu, es adorado como el dios de Iai. Hay una gran cantidad de santuarios que adoran a una persona como a un dios. Este pensamiento presupone que un hombre puede, mediante sus esfuerzos, alcanzar un estado de perfección en su existencia.
Cada ser humano tiene la posibilidad, elevando su valor humano, de cambiar la calidad de su ser, de alcanzar un valor que se fusiona con una forma de lo absoluto. La diferencia es obvia con la cultura cristiana donde la distancia entre el hombre y Dios es insuperable.
El discurso filosófico y la ética de las artes marciales japonesas o budo se basan fundamentalmente en la concepción budista y sintoísta del mundo y del universo en el que no hay absoluto ya que nada existe sin ser relativo a los demás. El universo no se basa en el concepto del Dios absoluto Conozco algunos maestros de artes marciales japoneses que son cristianos. Si su fe es cristiana, eso no les impide ser sensibles a la energía universal a la manera sintoísta y budista.
Partiendo de esta concepción del mundo y esta forma de sensibilidad, la idea de autoformación es central en el budo. Desarrollarlo en la perspectiva de otras culturas sería en cierto modo prolongar la generosidad de la lógica del budismo, engendrar una obra borrándose de uno mismo.
En él se presupone que todo hombre es capaz de aspirar a ir hacia la perfección andando por el camino.
Algunos investigadores occidentales definen el budo identificando características comunes a las disciplinas de artes marciales de diversos orígenes. Pero la peculiaridad fundamental del budo consiste más en la concepción de una formación del hombre que en la peculiaridad gestual de las disciplinas.
De esta forma, la práctica del budo lleva a los seguidores occidentales, como a los maestros japoneses, a una cierta forma de cuestionar su forma de ser. No les corresponde a los occidentales jugar al japonismo. Algunos europeos parecen vivir de una manera más japonesa que los japoneses. Creo que no se debe perder ni ambiguar su identidad sino que, al contrario, se debe reforzar la propia identidad viviendo intensamente, aquí y ahora, en cada momento.
El acceso a la realización del budo concebido de forma planetaria plantea desde este punto de vista un problema de diferenciación.
Creo que esta es la dificultad fundamental para los entusiastas del budo.
Continuara….
Ir artículo anterior: La transmisión del budo por los japoneses
Fuente: tokitsuryu.com
Comentarios recientes