Observo que a medida que avanza el tiempo, mayor es la orientación deportiva la que impera en los ámbitos marciales, quedando la faceta marcial (jutsu) y la faceta espiritual (do) en un plano secundario cuando no anecdótico o testimonial.
Ello nos lleva a que algunos de los elementos que antaño eran los protagonistas, queden relegados al olvido o la confusión.
Es mi intención compartir algunas de las conclusiones a las que me ha conducido la práctica del Goshin, para dar luz sobre algunos de estos aspectos de los que poco sabemos, mas allá de la nomenclatura en japonés (en el mejor de los casos)
En primer lugar deberíamos colocar al “otro” -al agresor- en el papel que le corresponde para evitar así generalizaciones y simplificaciones, que en poco ayudan a la hora de ajustarnos a aspectos tan elementales de la respuesta como son la proporcionalidad, la congruencia y la oportunidad.
Debemos distinguir entre algunos términos que aparentemente sinónimos, deben ser considerados en su correcta dimensión para evitar la sobreestimación o subestimación, calibrando de manera correcta el rol de quien tenemos al otro lado lo que deberá determinar nuestra conducta coherente:
- Rival
- Generalmente quien tenemos enfrente en una competición deportiva. Los dos buscan lo mismo, y la victoria de uno significa la derrota del otro. No tiene porque haber enemistad ni antagonismo afectivo.
- Adversario
- Trata de conseguir algo que te pertenece. Su móvil tampoco tiene porque ser personal, sino material. Un atracador quiere nuestro dinero, no es su finalidad hacernos daño físico.
- Enemigo
- Hay algo personal, su finalidad es destruirte, hacerte daño. Los medios para conseguirlo son secundarios, incluso pueden ser poco evidentes incluso ocultos, de forma que sea difícil demostrarlo.
Es mas que habitual encontrarnos en los ámbitos marciales, con ese grado de simplificación, mediante el cual, convertimos en enemigos a todos cuantos de una u otra forma están en una situación diferente de la nuestra. Bien sea porque sus creencias, opiniones, acciones, intereses, posiciones, necesidades etc. sean diferentes de las que nosotros tenemos. En cierta manera, se trata (se aprecia claramente en ámbitos deportivos) de sacar un grado extra de motivación para vencer al contrincante, pues si en vez de considerarlo rival lo consideramos enemigo, es mas fácil que uno pueda dar el 100% de si mismo. Lo pernicioso del sistema es que al final uno acaba por creerse lo que en un principio no era mas que una estrategia.
Otro inconveniente de generalizar y tratar a todo lo distinto de mi como errado, equivocado o enemigo, es el grado de hostilidad que genera, posicionándonos en una estructura mental dogmática e inflexible que genera en los demás una actitud defensiva y en algunos casos agresiva, que acaba por corroborar las erróneas expectativas que teníamos.
En el entrenamiento de karate, es muy común referirse al compañero que hace las veces de adversario. Repartiéndose los roles de Tori y de Uke. Debemos señalar, que a diferencia de otras disciplinas marciales; en karate, y por extensión en Goshin denominamos Tori al agresor y Uke al defensor.
Tendemos en muchos ámbitos marciales, a tener una visión del agresor demasiado simple y estereotipada, cargada de no pocos elementos generalizadores que terminan por convertir al agresor en una especie de caricatura de alguien que pretende agredirnos sin saber muy bien de que forma y con que intenciones; por lo que acabamos acomodándolo a nuestro esquema de realización técnica, que en muchas ocasiones no se corresponde con la realidad (ejemplo: atacar de oi-zuki o cualquier otro gesto demasiado elaborado)
No cabe duda que el conocimiento del adversario, conduce a una mejor resolución del conflicto, al enfocar los recursos de una manera mas coherente y eficaz.
Características Físicas:
- Morfológicas – peso, altura, complexión física
- Indumentaria – Ropa, calzado, gafas, piercing, pelo, uñas,
- Complementos – reloj, cinto, bolso, paraguas ( armas improvisadas)
Características Psicológicas:
- Motivación – determinación – Confianza en si mismo
- Móvil – intención – Hacerme daño o robarme?
- Estado emocional – Tranquilo, agresivo, nervioso, etc
- Característica – Ocasional, Habitual, profesional, Trastornado
Características Relacionales:
- Desconocido
- Conocido
- Vecino
- Compañero
- Amigo
- Familiar
- Cónyuge
Se trata pues de otorgarle al posible agresor el protagonismo que realmente tiene, evitando las etiquetas, generalizaciones o simplificaciones que con frecuencia nos alejan de la realidad y nos conducen a unas interpretaciones estereotipadas que en nada ayudan a conseguir el grado de eficiencia que buscamos.
Fuente: goshinkai.es
Foto: PROPaolo Del Signore
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