El Suki constituye la técnica de ataque de brazos por excelencia en el karatedo, y eso resulta indudable. Lo que sí resulta muy dudable es que, mayormente, sea el Suki la primera técnica de ataque que se enseñe a los practicantes. Al preguntar a múltiples maestros de diversas partes del mundo acerca del porqué de ese orden de enseñanza, hemos recibido cuatro respuestas fundamentales: primero, porque es la más importante; segundo, porque así lo aprendieron; tercero, porque así lo hace todo el mundo; y cuarto, porque es la más simple.
Al analizar esas respuestas, y contrastarlas con la realidad, se pudo concluir que, en primer lugar, no por el hecho de ser la más importante tiene que ser necesariamente la primera en enseñarse, siempre y cuando se enseñe bien; en segundo lugar, no por el hecho que lo haya aprendido así tiene que enseñarlo igual, ya que las metodologías mejoran con el tiempo; en tercer lugar, no por el hecho que todos lo hagan es necesariamente correcto, debido a que la mayoría puede estar equivocada cuando el nuevo conocimiento aún no se ha masificado; y en cuarto lugar, que sea la más simple….¡Veamos!
Para analizar la “simpleza” del Suki, nos basamos en dos puntos de vista fundamentales: el neurofisiológico, y el biomecánico.
Desde el punto de vista neurofisiológico, la ejecución del Suki demanda la realización de diversas acciones complejas como la flexo-extensión y la rotación de los brazos, y el armado del puño. A eso se suma que todas esas acciones deben realizarse en simultáneo, además de combinar la psicomotricidad gruesa (flexo-extensión y rotación) con psicomotricidad fina (armado del puño (flexion de los dedos). Por lo anteriormente explicado, para un principiante esa es una de las técnicas más difíciles de todas, por cuanto presupone que tenga que pensar, y ejecutar, diversas acciones complejas al mismo tiempo.
Desde el punto de vista biomecánico se observa que, para realizar suki (en este caso el Seiken que es el clásico) primero, y con carácter obligatorio aunque sea de manera inconsciente e involuntaria, durante su trayectoria de ejecución se realizan otras cuatro técnicas (que incomprensiblemente en casi todos los programas de grado se enseñan a grados superiores, debido a la supuesta complejidad que se les adjudica). En ese caso, antes de realizar el Suki, primero hay que realizar Ushiro empi – Ushiro hiji ate (cuando se lleva la mano al Hikite); segundo, durante la primera fase del movimiento hacia adelante, aparece el Gyaku ken – Ura suki; tercero, cuando se completa la extension del brazo (pero sin rotación), aparece el Shita suki; cuarto, cuando se realiza la media rotación del brazo, se concreta el Tate suki; y en quinto lugar, finalmente, cuando se completa la rotación del brazo, es que aparece es Seiken suki.
Luego entonces, al analizar los aspectos anteriores, se demuestra que el Suki, en lugar de ser la técnica más simple, constituye de hecho una de las más completas. En ese sentido, es cierto que el orden de las técnicas a enseñar se encuentra establecido (implícita o explícitamente) en los programas de grado de cada una de las diversas instituciones marciales de cada estilo (federaciones, asociaciones, ligas, etc.). Las palabras anteriores no guardan en absoluto la intención de promover una rebelión contra lo establecido (aunque sí de apuntar los aspectos que, para el bien de todos y del karate en sí mismo, deberían reformularse). Lo que sí se pretende, mientras tanto no cambien los postulados establecidos, es compartir a los colegas un orden de enseñanza de las técnicas que transite de lo simple a lo complejo (como establece la pedagogía) para que sus alumnos aprendan de una manera más rápida y efectiva.
En ese sentido se recomienda la siguiente lógica: enseñar primero el Ushiro empi – Ushiro hiji ate, segundo enseñar el Gyaku ken – Ura suki, tercero enseñar el Shita suki, cuarto enseñar el Tate suki y quinto enseñar el Seiken suki. En este caso es necesario señalar que, para facilitar el aprendizaje, se recomienda transitar por todas las técnicas anteriores realizándolas primero con la mano abierta (shuto), y luego repetir el mismo orden, pero ya con la mano cerrada. En ese mismo sentido, tanto para no contradecir los postulados establecidos como par no abrumar al practicante con excesiva terminología, las técnicas que se corresponden con las fases intermedias del Suki puede ejecutarse sin necesidad de mencionar su nombre, porque igual posteriormente cuando tengan que aprenderlas ya las sabrán y solo quedaría mencionarlas.
La validez de ese nuevo orden de enseñanza se ha demostrado no solamente desde el punto de vista teórico mediante la información anteriormente compartida, sino que también en la práctica se ha constatado, mediante diversos trabajos con practicantes que realizan el entrenamiento mediante el orden acostumbrado (grupos de control) y otros que entrenan mediante el nuevo orden propuesto (grupos experimentales).
En todos los casos, el tiempo de aprendizaje necesario para los grupos experimentales ha sido un 42 % menor que los de control, y además se han observado un 35 % menos de errores en la ejecución de los grupos experimentales con respecto a los de control. Esa información estadística demuestra que el nuevo orden de enseñanza propuesto es, tanto cuantitativa como cualitativamente, superior al orden acostumbrado.
Espero que esta información le sea tan útil a los lectores, como mismo me ha sido a mí.
Oss.
20 julio, 2020
Muy buenas noches.
Me parece muy interesante este artículo. Sería posible tener esta explicación mediante gráficos (dibujos), para poder entender mejor los nombres de las tecnicas en cada movimiento?
Muchas gracias por su valioso tiempo y muchas gracias.
Osss.
21 julio, 2020
En la práctica esto es un tsuki. Realmente no veo la diferencia.
Lo que sí discrepo con la metodología.
Cuando se enseña una técnica, se deben presentar y trabajar los elementos que la componen. Pero diferenciarlos en su cadena cinética puede confundir más que ayudar.
Programar el proceso interno del alumno haciendo un tsuki, comenzando por hacer un ushiro empi, ya es erróneo y está cultivando una coordinación interna y una cadena cinética errónea.
Para hacer un tsuki al frente, no es necesario emitir energía hacia atrás con un ushiro empi.Es como si le enseñáramos al alumno a retroceder antes de avanzar.
Despojar a los elementos componentes de un proceso, de la intención establecida por el proceso en su totalidad, no tiene sentido. Es como intentar hablar deletreando cada letra en cada palabra. El valor semiótico de una palabra está definido por la relación de las letras que la componen y no solo por su valor individual.
Lo mismo ocurre con las técnicas de karate.