No estamos aquí
Jun22

No estamos aquí

– ¿Dónde debo buscar la iluminación?. – Aquí. – ¿Y cuándo tendrá lugar?. – Está teniendo lugar ahora mismo. – Entonces, ¿por qué no la siento?. – Porque no miras. – ¿Y en que debo fijarme?. – En nada. Simplemente mira. – Mirar ¿qué?. – Cualquier cosa en la que se posen tus ojos. – ¿Y debo mirar de alguna manera especial?. – No. Bastará con que mires normalmente. – Pero ¿es que no miro siempre normalmente?. – No. – ¿Por qué demonios…? – Porque para mirar tienes que estar aquí, y casi siempre no lo estás. Fuente: ¿Quién puede hacer que amanezca? de Anthony de Mello Foto portada: h.koppdelaney...

Read More
Fallarse a uno mismo
Jun18

Fallarse a uno mismo

Andrés Sánchez Recuerdo que hace dos años pasé una temporada entrenando intensamente. Tenía un objetivo claro que quería conseguir a toda costa. Pasé un año entero esforzándome día a día, entrenando  12 horas semanales repartidas en 5 días como poco y corría 50 km semanales. Cuando llegó el momento de la verdad y  no pude cumplir mi objetivo, mi pesar y frustración fueron enormes, sentía que había fracasado, que todo lo que me había esforzado, no servía para nada. En aquella época estaba moralmente destrozado, pero no dejé de entrenar. Seguí esforzándome, aunque rebajé las horas de entrenamiento a 9 a la semana y dejé de correr, aunque seguía asistiendo a los cursos que mi bolsillo me permitía. Me esforzaba por modificar cosas, pero la presión del tiempo había desaparecido, no tenía que llegar a ninguna parte en un momento concreto. Tampoco quedaba nada que demostrarme a mí mismo, sentía que me había fallado. Hoy miro hacia atrás y me pregunto cuál fue la razón de continuar, de seguir un paso más, sin ilusión, sin menta, sin objetivo. ¿Caminaba por caminar, por simple inercia? No lo sé, el caso es que seguí caminando.  Al principio de fallar, todo eran palabras de ánimo, es más, nadie sabía que había fallado, sólo yo, a mis objetivos, a mí mismo; a todos mis pilares y creencias de que todo se puede realizar si uno se esfuerza lo suficiente. Ahora he comprendido que nuestro esfuerzo siempre sirve, pero que hay cosas imposibles. No por ello debemos dejar de intentarlas y poner todo nuestro empeño en realizarlas, pues eso nos hará mejorar en muchos sentidos, pero no debemos sentirnos decepcionados por no llegar a nuestros objetivos, simplemente no estuvieron a nuestro alcance o el enfoque para conseguirlo no era el adecuado. Esto me ha sido revelado después de fallarme una vez más. Este pasado fin de semana llegó el día que tanto había estado esperando, pero ya no tenía  ilusión, ni nervios, ni ánimos, ni el espíritu que se merecía ese momento.  Yo lo sabía y alguno de mis compañeros lo percibían hasta llegar hacerme el comentario de que había realizado el examen al 70%. No es verdad, no lo había realizado al 70%, lo había realizado al 60%. También me preguntaron si estaba contento de como me había salido el examen… tampoco lo estaba. Como ya he dicho mi motivación era nula, inexistente igual que los nervios. Hoy confieso que me siento avergonzado de mi examen, ni los ejercicios durante el entrenamiento en el dojo los he realizado nunca con menos espíritu. Estaba racionando la energía, la potencia, realizando los movimientos cual autómata....

Read More
El libro del tesoro
Jun08

El libro del tesoro

Hace muchísimos años, en una pequeña ciudad de Damasco vivía una viuda con solo un hijo. Cuando creyó que estaba cerca de su final, llamó a su hijo y le dijo: – Hemos vivido en dificultades porque somos pobres pero te entrego esta riqueza. – Este libro me lo regaló un poderoso mago y dentro de sus páginas están todas las indicaciones necesarias para hallar un gran tesoro. Yo no he tenido ni fuerza ni tiempo para leerlo, pero ahora te lo doy a ti. Sigue las instrucciones y llegarás a ser rico. El hijo, después de haber superado la tristeza por la pérdida de su madre, empezó a leer aquel grueso libro , antiguo y precioso que comenzaba así : “Para llegar al tesoro debes leer página por página. Si saltas y lees el final, el libro desaparecerá por arte de magia y no podrás encontrar el tesoro.” Y prosiguió describiendo las riquezas. Pero después de la primera página, el texto continuaba en lengua árabe. El joven, que ya se imaginaba rico, por no correr el riesgo de que otro se entere, se puso a estudiar árabe, hasta que pudo leer sin problema. Pero con sorpresa advirtió que el libro continuaba en Chino y en otro idioma. El joven con paciencia estudió cada idioma. Mientras tanto para poder vivir, aprovechó el conocimiento de varias lenguas y comenzó a ser conocido en la ciudad como mejor intérprete, de tal modo que ya su situación económica no era tan difícil. El libro continuaba con las instrucciones para administrar el tesoro. El joven estudió con mucha voluntad Comercio y Economía. Se capacitó sobre los bienes muebles e inmuebles, para que no lo engañaran cuando tuviera el tesoro. A su vez aprovechó para adquirir nuevos conocimientos, a tal punto que su fama se extendía hasta la corte, donde lo nombraron administrador general. El libro por fin se adentraba en lo único en cuestión, indicando la forma de cómo construir un puente, cómo usar los instrumentos para llegar al lugar, cómo abrir las puertas de piedra apartando la tierra. Enseñaba cómo aplanar una calle. Siempre con la idea de que nadie lo ayudase para no confiar su secreto. El hijo de la viuda quien llegó a ser un hombre muy culto y respetado, estudió ingeniería y urbanismo, al ver el Rey su valor y cultura lo nombra Ministro y Arquitecto de la corte. Finalmente, Primer Ministro. No existía en el reino un hombre tan culto e inteligente, que había llegado al final de la lectura. El día de su boda con la hija del Rey, llegó a la última frase y en ella pudo...

Read More
Una buena lección
May23

Una buena lección

Un estudiante universitario salió un día a dar un paseo con un profesor, a quien los alumnos consideraban su amigo debido a su bondad para quienes seguían sus instrucciones. Mientras caminaban, vieron en el camino un par de zapatos viejos y supusieron que pertenecían a un anciano que trabajaba en el campo de al lado y que estaba por terminar sus labores diarias. El alumno dijo al profesor: – Hagámosle una broma; escondamos los zapatos y ocultémonos detrás de esos arbustos para ver su cara cuando no los encuentre. – Mi querido amigo -le dijo el profesor-, nunca tenemos que divertirnos a expensas de los pobres. Tú eres rico y puedes darle una alegría a este hombre. Coloca una moneda en cada zapato y luego nos ocultaremos para ver cómo reacciona cuando las encuentre. Eso hizo y ambos se ocultaron entre los arbustos cercanos. El hombre pobre, terminó sus tareas, y cruzó el terreno en busca de sus zapatos y su abrigo. Al ponerse el abrigo deslizó el pie en el zapato, pero al sentir algo adentro, se agachó para ver qué era y encontró la moneda. Pasmado, se preguntó qué podía haber pasado. Miró la moneda, le dio vuelta y la volvió a mirar. Luego miró a su alrededor, para todos lados, pero no se veía a nadie. La guardó en el bolsillo y se puso el otro zapato; su sorpresa fue doble al encontrar la otra moneda. Sus sentimientos lo sobrecogieron; cayó de rodillas y levantó la vista al cielo pronunciando un ferviente agradecimiento en voz alta, hablando de su esposa enferma y sin ayuda y de sus hijos que no tenían pan y que debido a una mano desconocida no morirían de hambre. El estudiante quedó profundamente afectado y se le llenaron los ojos de lágrimas. – Ahora- dijo el profesor- ¿no estás más complacido que si le hubieras hecho una broma? El joven respondió: – Usted me ha enseñado una lección que jamás olvidaré. Ahora entiendo algo que antes no entendía: es mejor dar que recibir. Foto portada: Natalia...

Read More
La imaginación
May13

La imaginación

Cuenta una antigua leyenda que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad el verdadero autor era una persona muy influyente del reino y por eso desde el primer momento se procuró un chivo expiatorio para encubrir al culpable. EL hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas oportunidades de escapar al terrible veredicto… ¡la horca! El juez, cuidó no obstante de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado: – “Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor vamos a dejar en manos de él tu destino. Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable e inocente, tú escogerás y será la mano de Dios la que decida tu destino.” Por supuesto el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda ‘CULPABLE’, y la pobre víctima aún sin conocer los detalles, se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria. El juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados. Éste respiro profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse abrió los ojos, y con una extraña sonrisa hizo su elección, tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca… se lo tragó rápidamente. Sorprendidos e indignados los presentes reprocharon airadamente: – “¿Pero qué hizo?, ¿y ahora?, ¿cómo vamos a saber el veredicto?” – “Es muy sencillo”- respondió el hombre. “Es cuestión de leer el papel que queda y sabremos lo que decía el que yo elegí”. Con rezongos y enojo mal disimulado debieron liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo. Moraleja; Cuando todo parezca perdido, usa la imaginación. “En los momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento” Fuente: IRENE VILLA Foto...

Read More

Los tres leones

En la selva vivían 3 leones. Un día el mono, el representante electo por los animales, convocó a una reunión para pedirles una toma de decisión: – Todos nosotros sabemos que el león es el rey de los animales, pero tenemos una gran duda en la selva existen 3 leones y los 3 son muy fuertes. ¿A cuál de ellos debemos rendir obediencia? ¿Cuál de ellos deberá ser nuestro Rey? Los leones supieron de la reunión y comentaron entre sí: – Es verdad, la preocupación de los animales tiene mucho sentido. Una selva no puede tener 3 reyes. Luchar entre nosotros no queremos ya que somos muy amigos… Necesitamos saber cual será el elegido, pero, ¿Cómo descubrir? Otra vez los animales se reunieron y después de mucho deliberar, llegaron a una decisión y se la comunicaron a los 3 leones: – Encontramos una solución muy simple para el problema y decidimos que Uds. 3 van a escalar la Montaña Difícil. El que llegue primero a la cima será consagrado nuestro Rey. La Montaña Difícil era la mas alta de toda la selva. El desafío fue aceptado y todos los animales se reunieron para asistir la gran escalada. El primer león intentó escalar y no pudo llegar. El segundo empezó con todas ganas, pero, también fue derrotado. El tercer león tampoco lo pudo conseguir y bajó derrotado. Los animales estaban impacientes y curiosos; si los 3 fueron derrotados, ¿Cómo elegirían un rey? En este momento, un águila, grande en edad y en sabiduría, pidió la palabra: – ¡Yo sé quien debe ser el rey! Todos los animales hicieron silencio y la miraron con grande expectativa. – ¿Cómo? Preguntaron todos. – Es simple… dijo el águila. Yo estaba volando muy cerca de ellos y cuando volvían derrotados en su escalada por la Montaña Difícil escuché lo que cada uno dijo a la Montaña. El primer león dijo: ¡Montaña, me has vencido! El Segundo león dijo: ¡Montaña, me has vencido!. El tercer león dijo: ¡Montaña, me has vencido, por ahora! Porque ya llegaste a tu tamaño final y yo todavía estoy creciendo. La diferencia, completó el águila, es que el tercer león tuvo una actitud de vencedor cuando sintió la derrota en aquel momento, pero no desistió y quien piensa así, su persona es más grande que su problema: Él es el rey de sí mismo, está preparado para ser rey de los demás. Los animales aplaudieron entusiasmadamente al tercer león que fue coronado El Rey de los animales. Moraleja: No tiene mucha importancia el tamaño de las dificultades o problemas que tengas. Tus problemas, por lo menos en la mayor parte...

Read More