Ya vale de concesiones..
Según me dirigía a una de mis clases, pensaba en como explicar a los alumnos lo necesario de estudiar y practicar aplicaciones para poder realizar un buen TCC y una forma correcta. Y entonces me di cuenta de lo estúpido del comentario que iba a realizar… Estudiar aplicaciones para hacer bien la forma. Sin darme cuenta he caído en una concesión absurda, la de pensar que el TCC correcto tiene relación con ejecutar bien una forma. Es evidente que conocer, practicar y ejecutar con la máxima corrección posible las formas, es algo imprescindible, pero hemos confundido las prioridades. Si practicas un arte marcial, lo importante es que seas capaz de utilizarlo de un modo práctico y eficaz. Las formas son herramientas para conseguirlo, son métodos y no el objetivo. No hacemos aplicaciones para tener una forma correcta, hacemos formas para poder realizar aplicaciones correctas, para poder usar nuestro TCC cuando queramos. Las formas nos ayudan a codificar movimientos y aplicaciones, nos adiestran en determinadas mecánicas de movimiento, nos “contagian” criterios de estrategia… Pero es en su función donde esta el objetivo, el logro, no en su apariencia, ni siquiera en su correcta ejecución. Pensar lo contrario es errar por completo el blanco. Desde ese momento me he dado cuenta que de forma inconsciente, lenta y “sin conflicto” he ido asumiendo cosas con las que en realidad no estoy de acuerdo en absoluto. Tai Chi Chuan es un arte marcial. Tal y como yo lo aprendí, practico y enseño, este arte marcial tiene tres funciones inseparables e irrenunciables. Salud, Longevidad funcional y Defensa personal. Perdiendo una, pierdes las tres. El TCC nace en el seno de grupos guerreros, creado por y para guerreros y por lo tanto busca satisfacer las necesidades de los mismos. Es evidente que un luchador también es una persona y que por lo tanto tendrá las mismas necesidades que el resto de las personas. Necesita salud, necesita (o al menos desea), alcanzar una edad avanzada sin perder su calidad de vida y de modo particular, esta vez si por su condición de guerrero, necesita tener habilidad marcial. El TCC nace para cubrir de un plumazo esas tres necesidades. Sus métodos son “marciales”, pues son creados por artistas marciales para cubrir sus necesidades al respecto. Son saludables, porque sin salud, un artista marcial no es eficiente, porque sobrevivir a una batalla pero vivir lleno de achaques es sólo algo mejor que no sobrevivir a esa batalla. Y porque pudiendo conjugar marcialidad y salud, es muy tonto hacerlo con marcialidad y lesiones-enfermedades degenerativas por entrenamientos incorrectos. Es formidable gozar de salud de hierro y una “genética artificial” que te permita vivir con salud muchos años, para...
La especialización precoz de los niños aumenta el riesgo de lesiones
En los últimos años se ha hecho muy evidente la tendencia a que los niños realicen deporte organizado, en lugar de la tradicional actividad física recreativa, y a que los “entrenamientos” sustituyan al “juego”. De alguna manera, la idea subyacente es que cuanto antes se especialice el niño, mayor será su rendimiento futuro, y mayores sus posibilidades de lograr sobresalir en un deporte determinado. Las horas de juego diverso, de actividades lúdicas basadas en habilidades básicas (correr, saltar, trepar, lanzar, etc.) se han ido sustituyendo por horas de repetición de habilidades específicas de un deporte, de los mismos gestos. Es muy habitual encontrar niños (sobre todo, aquellos que destacan por su habilidad a una edad determinada) que juegan –pongamos por caso, fútbol– con el equipo del colegio, que además entrenan y juegan con el equipo de un club determinado, que además, uno o dos días a la semana juegan un partido de fútbol sala, acumulando muchas horas de balón. Y si son llamados para jugar con las selecciones de su ciudad, provincial o territorial, además pierden los periodos de vacaciones, porque es entonces cuando éstas establecen la competición. Si nos paramos a analizar la situación, veremos que no tiene mucha lógica. Los estudios médicos recientes, publicados en el American Journal of Sports Medicine, y las recomendaciones de diversas Sociedades de Medicina y Traumatología del Deporte son concluyentes: la especialización precoz es, por un lado, fuente de lesiones y por otro, genera chavales “quemados” por un deporte, sin que haya evidencia de que mejore el rendimiento futuro y aumente el índice de éxitos en el deporte a la edad adulta. Parece ya evidente que los niños que practican un solo deporte de manera intensiva tienen más lesiones (sobre todo, lesiones por sobreuso, crónicas, que pueden incluso poner en peligro su futuro deportivo) que los niños que realizan las mismas horas de ejercicio, pero diversificado. Por usar la frase que yo suelo emplear en los cursos que imparto, podemos decir que los niños están preparados para estar todo el día en movimiento, pero no para estar todo el día haciendo el mismo movimiento. Y esto, ¿cómo lo medimos?¿Donde ponemos el límite? Como regla general, se recomienda que los niños no realicen una misma actividadmás de una hora semanal por cada año que tengan. Así, un niño de 12 años no deberá practicar (incluyendo entrenamientos, tiempos de recreo en el colegio y competiciones o partidos) el mismo deporte, u otro en el que las habilidades sean las mismas -como ocurre con el fútbol y el fútbol sala, por ejemplo- más de 12 horas a la semana. A esta situación se añade el...
Los beneficios del kárate infantil
El kárate es una de las artes marciales más antigua, cuyo origen se remonta a la isla de Okinawa.La palabra kárate significa, literalmente, camino de las manos vacías, ya que sus practicantes no utilizan armas para la lucha, tan solo sus propias manos y pies. Sus técnicas se basan en la gran tradición filosófica y espiritual del Bushido, que busca la armonía espiritual y física, mediante un entrenamiento muy riguroso. Sin embargo, también incluye principios del budismo zen y del sintoísmo. De hecho, se trata de un entrenamiento muy completo porque demanda mucha disciplina, coordinación, agilidad y habilidad mental. Además, al contrario de lo que la mayoría de las personas piensa, el kárate no es un entrenamiento competitivo ni agresivo pues en realidad lo que busca es la superación personal,estimula a la persona a ir más allá de sus propias limitaciones y alcanzar sus metas. Por supuesto, también es un método de defensa personal, desarrolla los reflejos, la flexibilidad y las habilidades físicas, ayudando a combatir los malos hábitos y la obesidad. Sin duda, se trata de razones más que suficientes para motivar a los niños a aprender este deporte, aunque el kárate reporta muchos otros beneficios para el desarrollo infantil. 12 razones para practicar kárate desde la infancia Un estudio publicado por la Academia de Deportes de Estados Unidos en The Sport Journal asegura que las artes marciales y, en especial el kárate, pueden ayudar a los niños a mejorar su aptitud física, incluyendo la coordinación, la fuerza y la flexibilidad, a la vez que les transmite algunos de los valores más valiosos como la perseverancia, el autocontrol y la responsabilidad. Sin embargo, el kárate también es beneficioso para tratar diferentes trastornos. Por ejemplo, se ha demostrado que este tipo de entrenamiento es útil para los niños que padecen autismo y un Déficit de Atención e Hiperactividad. También puede ser una terapia complementaria en el caso de que existan problemas de ansiedad o que el niño sea víctima de acoso escolar. Otros de los beneficios del kárate para los niños son: Estimula la coordinación y el equilibrio a través de una serie de ejercicios que mejoran la postura y los movimientos. Acorta la velocidad de reacción y el tiempo de ejecución, una habilidad que no solo es útil en el plano físico sino también intelectual. Favorece una respiración adecuada y contribuye a regular el ritmo cardiaco. De hecho, a menudo los especialistas recomienda la práctica de kárate para complementar el tratamiento médico de los problemas respiratorios y cardiacos. Potencia la orientación espacio-temporal y las habilidades viso-motoras, permitiendo que el niño esté más centrado en el presente y más atento a...
Hidari Gomon / Hijai Gumun
Este símbolo es llamado por los japoneses, mitsu domoe hidari, sin embargo fue una vez el escudo representativo del Reino de Ryukyu en Okinawa. Su diseño llego a ser muy común en los emblemas de algunas familias japonesas (家 纹) o en logotipos corporativos. Pero el mitsu domoe hidari es el símbolo primario tradicional de Okinawa, llamado en hogen (lengua nativa uchinanchu) Hidari Gomon. No está claro quién tomo el uso del símbolo primero, pero tiene un significado muy especial para los ryukyuyanos y sobre todo en aquellos que practican las distintas artes de Okinawa. Y por consiguiente hay diferentes interpretaciones del significado del símbolo. La secta Koyasan Shingon del budismo, que llegó desde China a Japón utiliza el Gomon Hidari como una representación visual del ciclo de la vida. Otros creen que el símbolo esta relacionado con la mitología sintoísta ya que es utilizado a menudo para indicar la coexistencia que tiene lugar entre los tres principales mundos. Esos mundos son el Cielo, la Tierra y el Inframundo. En Okinawa, interpretan la «Hidari Gomon» como la representación de la Lealtad, el Heroísmo y el Altruismo de un pueblo orgulloso de la Isla y sus descendientes. En Okinawa se cree que se expresa a través de el un pasado lleno de luchas y dificultades, pero también una voluntad inquebrantable para de enfrentar todo lo que se vuelva un obstáculo sin importar lo que cueste. Según algunos estudios históricos el origen del Hidari-Gomon tiene su origen en el Japón feudal, cuando los señores DE LA GUERRA y sus ejércitos lucharon ferozmente por el dominio de la tierra. Fue una época de luchas constantes en Japón. Y fue casi al final de estas guerras que Okinawa fue invadida y dominada por el señor de Kagoshima, que impuso condiciones sobre el pueblo Ryukyu. Proclamó, sin excepción, que el pueblo debería ir desarmados y que los que fueran encontrados portando armas serian ejecutados. También, como un tributo de guerra, proclamó que las Ryukyu pagarían un impuesto anual en kokus de arroz a Kagoshima. Durante muchos años el pueblo de Ryukyu religiosamente cumplió los términos del acuerdo con el señor de Satsuma. Todo iba bien hasta que una gran sequía se produjo en el Reino, lo que provocó una escasez de arroz en todas las islas. Esto causo la pobreza y el hambre y por consiguiente impidió la posibilidad de realizar el pago correspondiente a Kagoshima. Al ver el sufrimiento de su pueblo, el Rey de Ryukyu decidió enviar una delegación a Kagoshima con el propósito de informar de la triste situación de su pueblo y pedir al mismo tiempo la cancelación de los...
Shukumine, extraordinario maestro del conocimiento
Nunca he practicado Gensei Ryu, sin embargo, si lo he estudiado porque me ha tocado escribir unas cuantas tesinas a petición de algunos Altos Grados del Estilo. También se da el caso de que mi compañero de entrenamiento y fatigas en Uechi-Ryu, Fujita Sensei, es un gran Maestro del mismo y me ha proporcionado, hace muchos años ya en que me regaló el libro de Tosa Sensei, o las fotocopias del libro del Fundador del Gensei Ryu Seiken Shukumine , o el Koryu Gendai Karate-do Syugi de Hoshu Ikeda, abundante bibliografía, y lo que es más importante :Sus propios conocimientos y la discusión abierta sobre ellos. Seiken Shukumine debió de ser un hombre extraordinario, anclado en la tradición de su Okinawa natal, que comenzó a entrenar a sus quince años con el anciano herborista Soko Kishimoto, alumno de uno de los principales discípulos del gran Sokon Matsumura, Bushi Takemura. Según cuenta Bishop en su libro Okinawan Karate, Shukumine se convirtió en discípulo de Soko Kishimoto y en discípulo junior de Seitoku Higa, que era el uchi deshi de Kishimoto. Hablando de Kishimoto, Seitoku Higa decía que era un hombre muy complejo, de origen noble ya que su familia pertenecía a los Aji o Señores, conocido también como Nago no Agarie, y un verdadero estudioso del budismo que paso muchos años en meditación y siendo conocido por tener ciertos poderes extrasensoriales. Pudiéramos decir, y alguno me comprenderá, que era un hombre del Conocimiento. Bishop relata una anécdota contada por Seitoku Higa sobre su Maestro en la cual un médico acupuntor no fue capaz de perforar la piel de Kishimoto con una aguja de acupuntura, lo cual indicaría la existencia en Kishimoto de una Tie bu shan, una camisa de hierro, un estado superior de dominio del Chikung Marcial. Eso explicaría muchas cosas como veremos más adelante. Mark Bishop dice, en la segunda edición de su libro, que Seitoku Higa quiso que el tuviera compromiso religioso con su línea de Ti, no sólo el aprendizaje de las técnicas y Katas, y que tenía una práctica chamanista y ocultista que a Bishop no le gustaba. ¿Procedía de Kishimoto? Todo hace pensar que si. Así es que, analizando el Karate Gensei Ryu de Shukumine, y su evolución posterior al Taido Honin, hemos de concluir que Shukumine tuvo una evolución continua de sus conocimientos y que adaptó dicha evolución al Karate que practicaba y enseñaba. Se dice que Shukumine creó un Karate Moderno y evolucionado. Yo no estoy de acuerdo, pues los principios en los que se basa Shukumine son bien antiguos, aunque, indudablemente, Shukumine era un hombre del Conocimiento Universal, que puede ser...
Kata (forma): ¿una pérdida de tiempo?
Desde hace unos años, las artes marciales modernas han tomado un nuevo rumbo. Han surgido muchos sistemas de combate con métodos nuevos de entrenamiento y en muchos casos los métodos tradicionales se consideran anticuados. Algunos seguidores de estos nuevos sistemas consideran que la práctica de formas o katas no tiene sentido y que la mejor manera de prepararse para la lucha es enfrentándose a otro luchador, y cuando se les habla de practicar kata o formas suelen argumentar que es una pérdida de tiempo. ¿Y si tienen razón? Tal vez estudiando detenidamente qué son las katas podamos hallar una respuesta. Desde que el hombre es hombre se ha enfrentado a otros, y la perspectiva de tener nuevos enfrentamientos en el futuro ha hecho que se prepare para ellos. Ya en la Edad Antigua la guerra era para muchos una forma de vida. Todos hemos oído hablar de la preparación que recibían los espartanos para la guerra, o los propios romanos. Recibían formación, a veces desde niños, para desenvolverse en el combate y la batalla, y ésta incluía rutinas de gestos predeterminados, ejecutados a veces al aire y otras con un compañero, basados en los principales movimientos que se realizaban en combate. Se automatizaban a través de la repetición de secuencias de movimientos como protegerse con el escudo mientras se atacaba con el pilum (especia de pica o lanza corta), cortes con la espada a las zonas más vulnerables del adversario, etc… codificando las prácticas y técnicas ya probadas en la batalla para instruir a las nuevas generaciones y contar con mejores guerreros. Las formas de Tai Chi son un claro ejemplo de inclusión de las teorías médicas chinas en la práctica de artes marciales En Oriente estas prácticas se basaban además en teorías tales como la de los meridianos, los cinco elementos, etc… Esto es muy evidente en las formas de Kung Fu y sobre todo de Tai Chi, que además de una aplicación marcial tienen otra faceta terapéutica al haber sido diseñadas en base a las teorías de la medicina tradicional china, pero en general las katas de karate, kenjutsu e iaido, etc… suelen también albergar principios y prácticas propias de éstas teorías. Éstas secuencias, precursoras de las katas, se convirtieron en un medio excelente de recopilación del conocimiento y de enseñanza, especialmente teniendo en cuenta que en muchos casos los practicantes no sabían leer ni escribir, por lo que la transmisión escrita era poco eficaz. Así, las formas se convirtieron en un elemento trascendental en las artes marciales ya que cumplían originariamente dos funciones fundamentales: – recoger las nuevas técnicas y estrategias que resultaban eficaces en la batalla y el combate de manera que no se...
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