UCHI UKE & SOTO UKE
En la mayoría de estilos de Karate se denomina Uchi Uke al bloqueo realizado de dentro hacia fuera y bloqueando con el antebrazo o muñeca (lado del dedo pulgar), como se ve en la figura 1. Figura 1: Uchi uke en cualquier estilo pero en este caso Soto uke (por fuera) en Wado Ryu. Por su parte Soto uke es bloqueo de fuera hacia dentro en sentido contrario, con el lado del dedo meñique (Figura 2). Figura 2: Soto uke en cualquier estilo, y en este caso también Soto uke en Wado Ryu. En el tradicional Wado Ryu los conceptos Uchi Uke y Soto uke son diferentes. Es el bloqueo realizado de manera que el defensor se quede del atacante, es decir, hacia su pecho (por el lado expuesto en las figuras 3 y 4). Figuras 3 y 4: Uchi uke (por dentro) en Wado Ryu. Por su parte es el bloqueo en el que el defensor se queda , es decir, hacia su espalda (figuras 5 y 6, y las propias 1 y 2). Figura 5 y 6: Soto uke (por fuera) en Wado Ryu. Todo ello al margen de que se bloquee con el lado del dedo pulgar o del índice… O incluso con otro tipo de bloqueo. Pero… ¿Que pasa si se está practicando al aire y por tanto no podemos apreciar esos conceptos? En este caso lo habitual es denominar Uchi Uke al realizado hacia dentro (lado dedo meñique) y Soto Uke al otro (con el lado dedo pulgar), es decir de manera contraria a la generalidad de estilos de Karate. Resulta así porque se considera a ambos con la misma guardia (Hai Kamae) y con ataque realizado con la misma mano adelantada (como es habitual en Wado Ryu). Con esas premisas y de manera imaginaria estaríamos quedando por dentro o por fuera respectivamente y refiriéndonos a los bloqueos de acuerdo a los conceptos...
Visión periférica
Tal vez el título incite a pensar que voy a revelar el uso secreto de la mirada en el TCC. Lo cierto es que no, el tema es bastante más sutil. Eso, y que tampoco “me sé el secreto”, si es que tal cosa existe. Cuando enseño a un alumno, es evidente que tengo en mente que aprenda una determinada técnica, pero también que a través de ella, sea consciente de ciertos principios y de como se relacionan teoría y práctica. La mayoría suelen darse cuenta de esas relaciones en mayor o menor medida y gracias a esa comprensión, mejoran en la calidad de su práctica. Pero luego hay dos clases de personas. Aquellos de “visión focalizada”, que son incapaces de ver nada más allá de lo evidente y sólo si se les remarca de modo enfático. Son ciegos a todo lo que pasa a su alrededor y tan solo son capaces de percatarse de lo que se les coloca intencionalmente delante de las narices y solo si se les obliga a enterarse. Incapaces de “ver” y absolutamente faltos del deseo de “mirar”. Por contra hay otros, que no solo son capaces de ver lo que tienen delante, lo que se les está explicando, sino que ponen su atención en captar detalles que van más allá de lo evidente e inmediato. Personas cuya curiosidad y agudeza son excepcionales y que no se limitan a ser meros espectadores del proceso de aprendizaje, sino que son protagonistas del mismo. Es evidente que el talento natural es algo que no podemos exigir, (Quod natura non dat, Salmantica non præstat)”, pero la actitud personal es algo muy diferente. Debemos prestar atención a todos los detalles que se nos señalan de forma explícita, pero también a los que no. Hay que analizar todo lo que nos enseñan, desde diversos puntos de vista y relacionarlo con lo que ya sabemos. Intentar verlo desde puntos de vista diferentes a los indicados en esta ocasión por el profesor, e intentar realizar dicho análisis respecto a otros que ya se han estudiado en el pasado. En un momento dado, yo puedo explicar la técnica de “la grulla blanca extiende las alas” y al hacerlo, enfatizar sobre la importancia de los cambios de peso durante su ejecución. Puede que la aplicación que utilice para mostrarlo, haga un importante uso de dicha cualidad. Pero, ¿porqué no vas a poder (sin descuidar por supuesto lo que te quieren enseñar en ese momento), “mirar” como se manifiesta el principio de “hundir codos y hombros”, o “distinguir entre lleno y vacío”?… Como mínimo sería un interesante experimento. Es imposible que nadie te pueda hacer ver...
¿Es la Vida Injusta? (Reflexiones ante los momentos difíciles)
Yolanda Calvo Gómez: Psicóloga Sonreír, ser Amable, estar de buen humor, apreciar la Belleza de la Vida es siempre más fácil cuando las cosas nos van bien. Sin embargo, no siempre van bien. A veces van mal. A veces van terriblemente mal. A veces las cosas van tan mal que creemos que ya no pueden ir peor (lo que no suele ser verdad, las cosas siempre pueden ir aún peor). Entonces, cuando las cosas están difíciles, cuando enfermamos, cuando alguien querido muere, cuando no llegamos a fin de mes, cuando no conseguimos nuestros objetivos, cuando los que creíamos amigos resulta que no lo son, cuando nuestra pareja nos deja después de años de relación, entonces nos quejamos con amargura y resentimiento diciendo: la Vida es Injusta. Y, lógicamente, a la Vida le da igual, porque la Vida no es ninguna persona, por más que nos empeñemos en personificarla. No tiene personalidad, ni carácter, ni caprichos. La Vida no puede ser injusta. La Vida Es. ¿Qué forma tiene la Vida? No tiene ninguna, como la Conciencia o el Ser, pertenece al mundo de la No-Forma. Intentamos atrapar con una palabra, con un concepto, algo que no es atrapable. La Vida no tiene forma y está, al mismo tiempo, en todas las formas. La Vida es y está Siempre. Se manifiesta en millones y millones de formas distintas, siempre cambiantes, siempre evolucionando, que nacen y mueren constantemente. Mientras la Vida permanece siempre. Continua siempre. Al fin y al cabo cuando utilizamos el argumento de que la vida es injustaestamos, simplemente, engordando nuestro ego, diciendo “yo sé hacerlo mejor que la Vida, yo sabría cómo tendrían que ser las cosas, cómo tienen que funcionar”. Párate un momento y mira a tu alrededor. Observa todo lo que la Vida ha creado, desde las minúsculas formas de vida unicelulares, hasta la complejidad de un cuerpo animal, o del nuestro propio. Observa el equilibrio y perfección de la Tierra (antes de que nosotros la llenáramos de basura, pero ése es otro tema). Observa la maravilla del Sistema Solar, de otros Sistemas Solares, de las Galaxias, del Universo. ¿Eres capaz de hacer eso? ¿De crear algo remotamente semejante? (Cuidado: No estoy hablando de Dios, ni de ninguna Religión, sino de la Vida, creas en lo que creas). Bien, pues cuando seas capaz de crear algo, aunque sea parecido a lo que la Vida ha creado, entonces le discutes a la Vida que tú sabes hacerlo mejor que ella. Con nuestra compulsión obsesiva de juzgar y etiquetar todo, etiquetamos las cosas de buenas y malas. Incluso el tiempo: si hace sol, decimos que hace unbuen día, si está nublado o llueve, decimos que hace...
Comienza un nuevo año
Fernando Martín Millana Un nuevo año, un nuevo día, un nuevo ahora. Da la sensación que todo el mundo se vuelve jovial , alegre, divertido, de fiesta. Nos acordamos de los amigos, familiares, conocidos de la agenda completa de nuestro teléfono y zas! Le mandamos un deseo de felicidad. No es mi intención aguar la fiesta a nadie, cada uno que siga su ritmo, que la fiesta siga, pero que siga cada día de nuestra existencia. No estaría de más, de vez en cuando revisar la agenda de teléfonos y ver nuestra lista de “amigos-conocidos-hermanos- colegas……” y detenernos en algún nombre que llame nuestra atención, hacer caso de la intuición y llamarle y aunque sea 20 de Mayo desearle un feliz día, no esperes a las próximas navidades para mandarle un “whatsapp” junto a los 153 restantes de la lista. En estas fiestas de fin de año, se puede palpar un derroche grandioso de energía, música, luces, jolgorio, saludos, abrazos, regalos, comida por doquier, por cierto el otro día estuvimos en el banco de alimentos y Javier el encargado nos dijo que estaban a rebosar y los estantes estaban hasta el techo como si dentro de unos meses, fuera de estas “fiestas” que nos enternecen, la gente no tuviera que comer y cubrir sus mínimas necesidades. ¿Porque la necesidad de esperar a que lleguen unos días determinados de fin de año para estar de celebración?, como si cada día que nace no fuera una gran celebración. Osho un maestro iluminado de la India decía que la vida debería ser una continua celebración, un festival de luces durante todo el año. Sólo entonces la persona puede crecer, puede florecer. También decía que era necesario que transformemos las cosas pequeñas en celebración. “La vida no es una cárcel, no es un castigo. Es una recompensa y es dada sólo a aquellos que se la han ganado, a aquellos que se la merecen. Todos tenemos el derecho de disfrutar. Sería un pecado si no disfrutamos. Iríamos en contra de la existencia si no la embellecemos, si la dejamos simplemente como la encontramos”. Osho también explicaba que tenemos el condicionamiento de la sociedad que solamente en las fiestas formales podemos soltarnos, festejar, estar alegre. Una creencia limitante. No nos dejemos adormecer cuando las luces navideñas se apaguen como si nuestra alegría dependiera de esas guirnaldas de colores, de esa necesidad de consumir sea como sea. Sería positivo despertar un poquito en cada momento de nuestra existencia, sentir que se puede disfrutar de la vida a cada momento. Volviendo de nuevo a Osho, decía que la vida es vivir, es inseguridad, es un misterio:...
KARA 唐 y KARA 空
Antonio Milla Jiménez Sigo con el tema y esta vez voy a mostrar un escrito de la página nº 3 y nº 4 del libro Karate-Dō Kyōhan (de Gichin Funakoshi). Es fantástico mirar aquellos viejos libros comprados allá por los ochenta y aún ir pudiendo sacar conclusiones con ellos galimatías que entonces no alcanzabas a comprender, como ya sabéis los que seguís el blog, aclarar estos temas me apasionan. El Karate-do es un arte marcial peculiar de Okinawa en sus orígenes. Aunque en el pasado ha habido una tendencia a confundirlo con el boxeo chino por el uso de唐 en su primera denominación, de hecho en los últimos mil años, el estudio y práctica de maestros y expertos, a través de los cuales fue nutrido, perfeccionado y conformado en el unificado arte marcial que hoy es, tuvo lugar en Okinawa. No es por tanto un despropósito el presentarlo como un arte marcial Okinawense. 1º- Nos habla de una confusión entre el origen real y el «apellido» chino 唐 y el “boxeo chino”. 2º- Nos dice que es un arte con una antigüedad de más de mil años. 3º- Lo más importante que “es un arte Okinawense”. Uno podría preguntase por qué el carácter 唐 se ha mantenido durante tanto tiempo en uso. Como expongo en la sección <<El desarrollo del Karate-Do>>, creo que durante la época en que la cultura china estuvo en su mayor auge en Japón, muchos expertos en artes marciales viajaron al continente para practicar boxeo chino. Con sus nuevos conocimientos alteraron el arte marcial existente en ese tiempo, llamado Okinawa-Te, al que pulieron y mejoraron, convirtiéndolo así en un elegante arte. Se puede especular que ellos consideraron 唐 como un nuevo nombre apropiado. Teniendo en cuenta que en el Japón de hoy día, todavía hay mucha gente que se deja impresionar con facilidad por todo lo extranjero, no es difícil imaginar la alta consideración que durante aquel periodo se tenía de Okinawa por todo lo chino. Incluso en tiempos de la juventud del autor del presente libro, la carencia de un juego completo de muebles y accesorios chinos en un hogar constituía un serio impedimento a la influencia social de cual carácter que quiere decir <>, como un simple caso de exotismo es lógica. 1º Se pregunta por la duración de este carácter 唐, la verdad es que no fue tanto, y el que más duró fue 手 Te. 2º Explica fugazmente como al principio el poseer cultura China fue visto como un valor, y posteriormente como algo tóxico. 3º Nombra al arte “OKINAWA-TE”, aquí sí que defiero completamente del maestro (quizás sea más culpa de la traducción), pues el arte nunca se denominó...
El peligro de etiquetar a los niños
Manuel Fernández Antón: Psicólogo Vivimos en una especie de carrera por ponerle un nombre “patológico” a la conducta humana, pero ¿qué riesgos conlleva esta moda? Si te mueves con cierta regularidad por el mundo de las redes sociales, es probable que hayas leído artículos que empiezan así: “Si tu hijo hace (o no hace) X, es probable que padezca Z, un trastorno psicológico cada vez más extendido”. Da la sensación de que hay que encontrarle un nombre clasificatorio a todo comportamiento infantil o adulto que se salga de la norma. El peligro de etiquetar a los niños Mejor no etiquetar (tanto) Parece que hay cierto “morbo intelectual” por bautizar patológicamente el discurrir vital humano. “Ahora lo entiendo, no me gusta el sexo porque soy anoréxico/a sexual”, “como me miro mucho al espejo buscando defectos físicos me han dicho que padezco captotrofilia”, “mi hijo padece un trastorno de oposición porque siempre se opone a mis órdenes”. Aunque parezca ridículo, hay quien se bautiza a sí mismo con mucha alegría, o peor aún, quien lo hace con sus hijos. Etiquetarse a uno mismo es nefasto y, rizando el rizo, también puede ser considerado como un trastorno, en este caso de hipocondría. Pero lo realmente grave es etiquetar a los niños. Ser bautizado como el disruptivo, el opositor o el “malo”, patológicamente hablando, hace que el niño termine por creérselo, integrando el comportamiento y respondiendo finalmente a las expectativas sobre él. El efecto pigmalión Se trata del famoso efecto pigmalión en modo negativo: por él, las creencias y expectativas del observador sobre el observado influyen en el comportamiento de este último. Si desde pequeño se le hace saber a un niño que padece un trastorno por oposición, que no es otra cosa que mucha rebeldía, el propio nombre del trastorno puede actuar como un acicate-justificador para mantener esas conductas. Detrás de algunas de las etiquetas más conocidas está el interés de las grandes empresas farmacéuticas por medicalizar a la sociedad; es su negocio. Cuanta más población sea susceptible a una patología emocional, más clientes potenciales. Con esto no quiero decir que todos los nuevos trastornos infantiles sean invenciones interesadas. La comunidad científica no niega realidades como el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH), pero lo que sí parece cada vez más claro es que estamos sobrediagnosticados. Baste un dato: en EE.UU se ha incrementado el diagnotisco de TDAH en un 53% en los últimos 10 años entre menores de 4 a 17 años, o lo que es lo mismo, más de 6 millones de personas susceptibles de recibir tratamiento. En ese país, hasta las propias autoridades sanitarias han llamado al orden. No perdamos el norte: gran parte de los trastornos infantiles modernos se corregirían simplemente...
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