Los neandertales se extinguieron por su falta de comunicación. Los grupos pequeños se extinguen. Después de ver el “espectáculo” que nos brindó la selección española de kumite en el último Campeonato de Europa, no puedo evitar sentir tristeza por estos jóvenes que para expresar su frustración, justificada o no, tienen que recurrir a la manifestación machista genital, a la mención segregacionista o a conceptos como “mal trato psicológico, moral y vejatorio”.
Con mis 74 años –55 en la Artes marciales y 50 en el Karate-do– puedo certificar que: la delicadeza, el cariño, el amor y demás lindezas morales nunca han sido el “alma mater” de este y de ningún deporte competitivo; véase, el futbol, la natación o, incluso, el ballet… El concepto “…lo importante es participar…”, es correcto si hablamos en un ambiente educativo o pedagógico, pero cuando nos movemos en un ambiente de alto rendimiento, con intereses, económicos, promocionales, e incluso, políticos, el verbo dulce se transforma fácilmente en frases duras e incluso, hirientes, pero nunca con intención negativa. Las paredes de los vestuarios han oído todo tipo de arengas agresivas, fuertes, e incluso frases que pudieran considerarse delictivas en situaciones de la vida civil normal. En el deporte de alta competición, se producen momentos de intenso estrés en las que se pueden decir frases que nunca dirías en situaciones menos adrenalíticas.
“Lo que pasa en Las Vegas, se queda en las Vegas”.
Puede que un presidente o un entrenador, que esté sometido a un estrés o presión mediática, pueda expresar frases duras, pero siempre estarán inspiradas en un intento de levantar la eficacia de los competidores. No es vejación moral; es inyectar moral de victoria. Ahora, pasado un poco de tiempo y más fríos, podemos ver con más claridad que;
“No debemos confundir el fondo con las formas”.
Abandonar una competición, en la que representas a tu país, o usar los genitales contra un equipo de otra nación son actos GRAVÍSIMOS.
“El fin nunca justifica los medios”.
Aparte del dictamen de Consejo Superior del Deporte, y de las penalizaciones que dictaminarán la RFEK. Siempre es aconsejable que los interesados: Presidente, Seleccionador, Director Técnico y Equipo Competición hagan una reunión en la que el guion se centre en : COMUNICACIÓN, AFINIDAD Y REALIDAD.
COMUNICAR: qué ha sucedido y lo que ha sentido cada implicado. Hablar.
AFINIDAD: fortalecer lo importante que une a todos; el karate-do. Hablar.
REALIDAD: hablar de verdades, no de “suposiciones”. Nadie ha vejado con intención perversa, nadie es racista, nadie ha deseado ningún mal a un familiar, nadie ha pretendido hundir la moral del equipo. Si algo de esto se ha producido es culpa de “la escalera emocional” que el estrés del momento ha levantado y ha roto los peldaños.
Romper es fácil, arreglar es difícil. La mejor herramienta es la humildad.
Sr. Presidente, director técnico y seleccionador, tienen ustedes TODO MI RESPETO y creo que el de todos los federados. Dirigir un deporte como el Karate, no es fácil y esta federación lo lleva haciendo muy bien durante muchos años contra viento y marea. Esta juventud actual, milenial, tiene un nivel ético y moral de corto recorrido, cuando los avatares de la vida les castigue un poco más, se darán cuenta de las consecuencias de los errores cometidos durante la juventud. Como decía Bertrand Russel (fallecido a los 98 años de edad. Premio Novel de filosofía):
“no cumpliré suficientes años como para arreglar todos los errores que cometí en la juventud”
Sres. Competidores: tenéis toda mi admiración. Todos somos conscientes de las horas, días y años de ilusiones que habéis empleado para conseguir esta ilusión. La madurez y la resiliencia os hará ver con claridad; ÉSTA ES UNA OPORTUNIDAD PARA CRECER. Situaciones como ésta se repetirá muchas veces en vuestras vidas. La piel se tiene fina solo para las caricias, la vida es dura y larga: Perderéis, si las soportáis con orgullo; ganaréis y saldréis más fuertes siempre que las afrontéis con HUMILDAD. Nunca hagáis causa mayor de alguien que hable desde el estrés. En el KARATE-DO tenéis descrito cómo se procede en estos casos.
Pd: Qué pensáis que sintió el maestro Funakoshi cuando su hijo, Yoshitaka, dijo publicamente:
“mi padre no sabe hacer karate”.
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