El entrenamiento de los deportes de combate en edad escolar
Oscar Martínez de Quel En la edad escolar, los deportes de combate ocupan un lugar destacado por la gran cantidad de practicantes existentes, por ser divertidos y porque son recomendados por padres, maestros, médicos y psicólogos para trabajar la psicomotricidad, la disciplina, la capacidad de sacrificio,… En este artículo trataremos de conocer en qué consisten estos deportes y cómo entrenarlos en la infancia. Los deportes de combate, por lo general, son un tipo de actividad física basada en las formas de defensa del ser humano. En el contexto del deporte escolar, se transforman en un juego en el que se enfrentan dos adversarios y cuyo objetivo es vencer al contrario basándose en unas reglas. Estas reglas son utilizadas por un árbitro para dirigir el encuentro y conseguir que sea un duelo deportivo y no una simple “pelea callejera”. Se clasifican en tres tipos (Parlebás, 1988): aquellos en los que se compite en distancia media, que usan un arma con la que tratan de tocar al oponente, como la esgrima o el kendo; los de distancia reducida en los que se busca tocar o golpear al contrario con nuestras manos y nuestros pies, como el boxeo o el taekwondo; y aquellos en los que se lucha en unadistancia casi nula, agarrando al adversario para intentar tirarlo, levantarlo o inmovilizarlo, como el judo o la lucha. Su entrenamiento es muy completo, trabajando diversas capacidades físicas, psicológicas, sociales y, sobre todo, capacidades técnicas, tácticas y estratégicas. Estos diferentes aspectos del entrenamiento no son independientes sino que tienen una estrecha relación entre sí. Por ello, un buen entrenador intentará mejorarlos todos, ya que el descuido de uno puede afectar a todo el conjunto. Técnica El entrenamiento de la técnica en los deportes de combate busca dos objetivos fundamentales. El primero, la eficiencia mecánica, es propia de los deportes individuales como por ejemplo el atletismo. Se trata de realizar el gesto deportivo con el mínimo esfuerzo, con más velocidad, más fuerza y menos fatiga. El segundo objetivo es la eficiencia táctica, es decir, ocultar nuestras intenciones al adversario para que no pueda anular nuestros ataques. Para sorprender al contrario, la técnica, además de ser rápida, debe ser imprevisible. Esto se logra de dos maneras fundamentales: usando una gran variedad de ataques, para que no pueda adivinar cuál será el próximo y haciendo el inicio de la técnica similar al inicio de otros ataques, para que no pueda reaccionar hasta el último momento. Llegar a un alto dominio de la técnica no es fácil, se consigue repitiendo el gesto cientos de veces hasta automatizarlo. Este proceso es más efectivo si se varía la forma en la que se realiza el...
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