¿Es posible compaginar el deporte de alto nivel con los estudios?
Oscar Martínez de Quel Quienes me conocen saben que mi respuesta es un SÍ rotundo. Pero quiero aprovechar el blog para profundizar en este tema que preocupa a padres, profesores, entrenadores y sobre todo a deportistas. Nico García: plata en Londres’12 Para demostrar a los jóvenes que sí es posible compaginar el deporte con los estudios, lo mejor es poner como ejemplo a deportistas que han conseguido un sobresaliente en ambas facetas. Me gustaría destacar a Juan Antonio Corbalán, médico cardiólogo y exjugador de baloncesto, medalla de plata en los JJ.OO. de Los Ángeles’84. Él fue el ejemplo para muchos deportistas-estudiantes de mi generación, que veíamos en él a un gran exjugador que había sabido convertirse en un gran profesional dentro de su ámbito. Del mismo modo, podemos mencionar a Carlota Castrejana, licenciada en derecho y presente en cuatro JJ.OO., primero en baloncesto y luego en atletismo; a Cecilia Blanco, dos veces olímpica en judo y licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte; y a otros muchos. Un caso que conozco de cerca es el de Nicolás García (medalla de plata en taekwondo en los Juegos Olímpicos de Londres 2012), a quien he visto entrenar cada día durante 8 años en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid. Nico es estudiante de 4º de Arquitectura, su hermano gemelo, Hugo, ha terminado Ingeniería Aeronáutica y Eric, su hermano mayor, obtuvo el premio Arquímedes en su Licenciatura en Ciencias Físicas. Los tres han sacado adelante sus estudios universitarios entrenando a diario (de 8:00 a 9:30 y de 18:30 a 20:30) y compitiendo a nivel nacional e internacional. Los hermanos García en el CAR de Madrid Evidentemente, compatibilizar ambas cosas no es fácil, requiere esfuerzo, constancia, disciplina y una buena gestión del tiempo. Cada deportista debe adaptar su carrera académica a las exigencias de su deporte. No será igual la vida de un nadador que debe entrenar más de 5 horas diarias, que la de un tenista que pasa media vida viajando, o la de un futbolista que tiene que soportar diariamente la presión de los medios de comunicación. Cada persona deberá organizar su tiempo para no sacrificar su formación. En muchos casos, es necesario que el ritmo no sea “a curso por año” sino adaptarlo a las posibilidades reales. También se puede adecuar el tipo de educación (presencial o a distancia), contar con tutores que conozcan la problemática, etc. En este sentido, las universidades y las instituciones todavía deben seguir trabajando para hacer posible la adaptación de los estudios a la exigente vida del deportista de alto nivel. Además de creer que es posible compaginar los estudios con el deporte, considero...
La responsabilidad del deportista de élite
Oscar Martínez de Quel En ocasiones, hemos visto a deportistas en televisión dando una imagen muy alejada de lo que debería ser un ejemplo a imitar. Seguramente recordemos a algún ídolo de masas perdiendo los papeles en el terreno de juego o fuera de él, protestando las decisiones del árbitro, involucrado en un caso de dopaje, o con una “rabieta” por no saber asumir una derrota. Me planteo entonces si esos deportistas son conscientes de la cantidad de gente que está frente al televisor en ese momento y, sobre todo, lo que ellos simbolizan para esa gente. Esto se podría extrapolar a actores, músicos y “famosos”, pero prefiero ceñirme al ámbito deportivo que es el que conozco y en el que vivo. Afortunadamente, esos “espectáculos lamentables” son ocasionales, y es más habitual que los grandes deportistas nos regalen bonitos símbolos de deportividad y juego limpio. Todos tenemos en la memoria grandes momentos, donde nuestros ídolos han demostrado ser unos campeones dentro y fuera de la pista, ante la victoria y ante la derrota. Recuerdo a Federer llorando con impotencia ante una derrota contra Nadal, felicitando a su adversario. Al mismo tiempo, Rafa asumía su victoria con humildad, diciéndole que él era el mejor tenista de la historia. Jamás les vi un mal gesto, ni les oí una palabra mal dicha. Y soy consciente de que no tiene que ser fácil mantenerse sereno cuando alguien te está quitando la posibilidad de ser el número uno del mundo. Me gustaría que compartierais conmigo los momentos y deportistas que os han marcado por gestos como éste. En mi opinión, en la vida tenemos una responsabilidad por ser quienes somos. Por ejemplo, todos entendemos que una madre o un padre tienen la responsabilidad de criar a sus hijos. Nadie aceptaría que dijeran “es que yo soy así, no me gusta dar de comer a bebés”. Del mismo modo, ser deportista de élite también conlleva unas responsabilidades que esa persona debe de asumir. Y cuando digo deportista de élite no me refiero tan solo a unas pocas caras conocidas que ocupan las portadas de la prensa. También me refiero al mejor jugador de un club modesto, a un campeón de una federación autonómica y al líder de un gimnasio o de un club popular. Todos ellos son referentes para otras personas que se miran en ellos como si fueran su espejo. Esas personas, niños, niñas o mayores, van a imitar las conductas de sus referentes. Y todos sabemos que es más fácil imitar una borrachera en una celebración de una gran victoria, que imitar todas las horas de entrenamiento que ese deportista ha pasado hasta poder...
Olimpismo y karate
Óscar Martínez de Quel Me hubiese gustado escribir hoy sobre lo feliz que me sentía porque el karate fuera un deporte olímpico, algo que llevo esperando desde que era un niño. Sin embargo, el Comité Olímpico Internacional (COI) ha decidido que tenga que posponer esa alegría hasta dentro de 4 años, una vez más. ¿Merece el karate ser olímpico? ¿Cumple los requisitos para participar en unos Juegos Olímpicos? Sinceramente, creo que el COI tiene razones de sobra para incluirlo en su programa. El karate es un deporte con millones de practicantes en todo el mundo, muy por encima de otras modalidades que sí participan en los juegos. El 65% de los karatekas son niños y niñas, el 40% son mujeres y el 60% hombres. Además, estos practicantes están repartidos en los 5 continentes, con 188 países afiliados a la World Karate Federation (WKF). Pero el gran número de karatekas en el mundo no lo es todo. A nivel deportivo, lacompetición de karate tiene ya un recorrido considerable. Desde 1970, cuando se celebró el primer Campeonato del Mundo, el karate deportivo ha evolucionado, ha mejorado su nivel, ha equiparado la competición para hombres y para mujeres, ha incrementado el número de deportistas y espectadores, y actualmente participa en prácticamente todos loseventos multideportivos: Juegos Panamericanos, Juegos Asiáticos, Juegos Mediterráneos, Juegos Mundiales,… con unos excelentes resultados en todos ellos. Sí, pero… ¿Encaja el karate en la filosofía del Olimpismo? Decía el barón Pierre de Coubertain que los Juegos Olímpicos eran “une fête quadriennale de la jeunesse du monde”. Y yo me pregunto: ¿Quién mejor para simbolizar esa fiesta de la juventud que un deporte que es practicado de manera masiva por niños y niñas de todo el mundo? Además, si analizamos los valores olímpicos (universalidad, paz, multiculturalidad, igualdad, respeto, juego limpio, justicia, deportividad, honestidad, solidaridad, fraternidad, compañerismo, coraje, esfuerzo, superación, constancia y colaboración) (COE, 2007) podemos comprobar que son similares a lo que los maestros de karate nos han transmitido a través del dojo kun, los preceptos de Funakoshi, y todas sus enseñanzas, frases y lemas. Sin embargo, el COI necesita aún más argumentos. El karate ya ha aumentado su audiencia, utilizando los actuales medios de comunicación y es más atractivo para los espectadores, que llenaron por completo el estadio París Bercy en el último Campeonato del Mundo. También se han modernizado las protecciones, haciendo el karate más seguro y espectacular. En mi opinión, el karate debe continuar luchando por ser olímpico. La campaña de la WKF “The K is on the way” ha permitido visibilizar al karate en todo el mundo y crear un sentimiento de unión entre sus practicantes. Pero además, el karate debe seguir su propio camino, sin esperar a que sea el COI...
La importancia de la preparación física en los deportes de combate
Oscar Martínez de Quel Todavía a día de hoy, hay quien cuestiona la utilidad de la preparación física en los deportes de combate. Quizá esa mala reputación derive de haber entrenado la resistencia como si se fuera a correr un maratón y la fuerza como si se fuera a concursar para Mister Olympia, en lugar de buscar los objetivos específicos de cada modalidad. Pero realmente, ¿para qué sirve la preparación física en los deportes de combate? Posiblemente el primer objetivo que buscamos los deportistas es aumentar el rendimiento. Un esgrimista quiere realizar un desplazamiento más explosivo, un judoka ser más fuerte para mover al adversario, un taekwondista más flexible para hacer las patadas más rápidas y con menos esfuerzo, y un boxeador más resistente para llegar al último asalto en plenas facultades, de manera que su técnica no empeore por la fatiga. Además, en los deportes con categorías de peso, es especialmente importante una óptima composición corporal, reflejada en un adecuado porcentaje de grasa (ver el decálogo para “dar el peso”). Para aumentar el rendimiento en una disciplina concreta se requiere una buena preparación física específica. En otras palabras, entrenar las cualidades necesarias para rendir en esa modalidad concreta, utilizando gestos técnicos de ese deporte. Por ejemplo, podemos mejorar la velocidad del desplazamiento en karate usando gomas o lastres en la cintura (ver vídeos). Como base de esta preparación física específica, no debemos olvidar lapreparación física general, que nos hará más fuertes y resistentes para aguantar mejor los entrenamientos específicos, y nos ayudará a trabajar a la máxima intensidad sin lesionarnos. Por ejemplo, un ejercicio de sentadilla es útil para entrenar la fuerza máxima (ver más sobre la sentadilla) y esto nos permitirá posteriormente hacer desplazamientos con lastres, sin peligro de que la técnica se vea afectada. Además, este tipo de ejercicios facilita la cuantificación de las cargas y su aumento progresivo, puesto que el entrenamiento es más sencillo de medir en kilos, metros, segundos, etc. Otro de los objetivos principales de la preparación física es la prevención de lesiones. Es muy habitual ver a deportistas que se lesionan por sobrecarga debido a una pretemporada deficiente. Al llegar la etapa de entrenamiento específico, sus músculos, tendones, ligamentos, etc. no están preparados para soportar esa carga de entrenamiento y de competición, y terminan rompiéndose por sobrecarga o por traumatismo. Por otro lado, debemos tener en cuenta que la repetición constante de un gesto técnico termina provocando descompensaciones musculares. Para evitarlo, el trabajo preventivo y compensatorio (ver enlace) es primordial, permitiéndonos rendir adecuadamente durante toda la temporada, alargando la vida deportiva y mejorando la salud actual y futura. Por último, me gustaría destacar la importancia de una buena planificación...
Karate en la tercera edad
Oscar Martínez de Quel (Dr. C.A.F.D.) En los últimos años, el aumento de la esperanza de vida está propiciando la aparición de actividades, aparatos, medicamentos e incluso aplicaciones (apps) que tratan de mejorar la calidad de vida de las personas mayores. En este sentido, un estudio reciente destaca la práctica de actividad física como medio de alcanzar un envejecimiento saludable (Garatachea y Lucía, 2013). Por otro lado, es habitual oír que el karate es una forma de vida y que puede ser practicado tanto por pequeños como por mayores. De hecho, los grandes maestros han practicado karate durante toda su vida y nos han impresionado con sus demostraciones de flexibilidad, potencia, equilibrio y agilidad. Sin embargo, pocos estudios científicos han estudiado los posibles efectos de la práctica del karate sobre la salud y el bienestar en la tercera edad. Gracias a José Mª Rodríguez (Chefo) por el dibujo. Hace unos meses se publicó un estudio (Jansen & Dahmen-Zimmer, 2012) en el que participaron personas entre 67 y 93 años que vivían en una residencia para ancianos. Los investigadores dividieron a los residentes en 4 grupos y cada grupo realizó unas 16 sesiones de una hora de un tipo de entrenamiento: físico, cognitivo, karate y no-entrenamiento. Los resultados mostraron que el grupo que practicó karate mejoró significativamente su bienestar emocional, por encima de los otros 3 grupos. Sin embargo, ninguno de los 4 grupos consiguió mejoras en las funciones cognitivas, posiblemente debido a la breve duración del tratamiento. Estos resultados sugieren que la práctica de karate podría prescribirse para mantener y mejorar la salud psicológica de personas con edades avanzadas. Mientras muchas empresas diseñan aparatos, videojuegos y aplicaciones para móvil, tratando de mantener las capacidades cognitivas de las personas mayores, parece que estamos olvidando la posibilidad de utilizar un arte centenario que podría frenar el deterioro neuronal propio del envejecimiento. Además, el karate tiene la ventaja de trabajar al mismo tiempo las capacidades físicas y las cognitivas. Por ejemplo, se podría mejorar el equilibrio con un ejercicio de kihon, la memoria con un kata o la reacción a estímulos visuales a través del kumite (utilizando protecciones adecuadas para evitar lesiones). ¿Os imagináis a un grupo de octogenarios realizando el kata tensho en un parque? Estarían trabajando simultáneamente respiración, tonificación muscular, control postural, equilibrio, memoria motriz,… Desde lo que yo conozco, existen bastantes gimnasios y clubes con karatecas mayores de 60 años, que son integrados en un grupo de adultos. Pero, además, si se desarrollasen programas específicos para la tercera edad, se podría abrir un campo laboral para el profesorado de karate y dar cabida a personas que no se atreven a entrenar con compañeros...
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