INDICE
- INTRODUCCIÓN
- OBJETIVOS
- ESPECÍFICOS
- EVALUACIÓN DE TÉCNICA DE KUMITE
- EVALUACIÓN DE TÁCTICA DE KUMITE
- ADAPTACIÓN DE LA TÉCNICA Y LA TÁCTICA A LAS CARACTERÍSTICAS DEL OPONENTE.
- TÉCNICAS ESPECIALES EN KUMITE DE ALTA COMPETICIÓN
- DESEQUILIBRIOS Y BARRIDOS EN ALTA COMPETICIÓN
- SOLUCIONES ANTE OPONENTES CON DISTINTOS PLANTEAMIENTOS TÁCTICOS
- LA PERCEPCIÓN Y TOMA DE DECISIONES EN KUMITE
- PREPARACIÓN DE COMBATES CONTRA ADVERSARIOS CONCRETOS O CON DIFERENTES TIPOLOGÍAS
INTRODUCCIÓN.
Dentro de la gran variedad de aspectos y partes que conforman nuestro Arte Marcial, el kumite es una parte importante a la cual se debe prestar la atención que se merece. Es el puente de unión entre los aspectos técnicos y teóricos y la aplicación práctica, ya sea defensa personal o competición.
El presente trabajo no trata de planificar un entrenamiento, ni siquiera una temporada; se trata de conocer los aspectos y parámetros que fundamentan el kumite de alta competición. En definitiva, que el alumno tenga las herramientas necesarias para el desarrollo profesional en el campo de la alta competición.
La competición en karate a nivel de selección, centro de alto rendimiento, cursos de capacitación deportiva, etc.; precisa que el profesional de karate tenga una serie de conocimientos específicos en el área de rendimiento y capacitación deportiva. No solo es enseñar a hacer combate, siempre igual, sino que en un enfrentamiento hay que resolver problemas y situaciones que pueden ser favorables o no, adversarios con capacidades y morfologías diferentes, y otros factores que pueden temer lugar en una competición de kumite.
En definitiva, que nuestros recursos a la hora de dirigir entrenamientos sean válidos, nuestras órdenes concretas y nuestra capacitación competente para el desarrollo profesional.
La competición en kumite es un enfrentamiento de dos mentes no de dos cuerpos, aquel que tenga las herramientas precisas para la toma de decisiones adecuadas, saldrá victorioso, el que sepa que táctica o técnica emplear, saldrá victorioso; y si las cosas se complican porque su adversario es un gran conocedor de las variables que rigen kumite y dispone de recursos, empatará, o por lo menos será derrotado por una diferencia mínima.
OBJETIVOS.
- MEJORA DE LA CONDICIÓN FÍSICA. Aumento de las cualidades físicas y motoras para el desarrollo del kumite deportivo.
- DECISIONES PREVIAS. A quien va dirigido, nivel de disciplina, material del que se dispone, etc.
- IDENTIDAD COLECTIVA. Crear y reforzar la seña de identidad que una al deportista con el colectivo al que pertenece.
- TRABAJO TÉCNICO. Aumento del conocimiento y trabajo técnico y la capacidad del competidor de realizar encadenamientos complejos.
- TRABAJO TÁCTICO. Aprendizaje de reglamentos, conductas y aspectos que se puedan desarrollar en un combate de competición.
- ESPECÍFICOS.
- SITUACIONES ESPECIALES DE COMBATE. Los combates pueden desarrollarse en sitios donde el público, los recursos, árbitros, etc. pueden ser o no favorables.
- DESEQUILIBRIOS Y DERRIBOS. Acciones que el reglamento permita realizar.
- TOMA DE DECISIONES. Cuál es la decisión adecuada en cada momento.
- ADAPTACIÓN DE LA TÉCNICA Y TÁCTICA A LAS CARACTERÍSTICAS DEL OPONENTE. Oponentes diferentes requieren situaciones diferentes.
- PREPARACIÓN DE COMBATES CONTRA ADVERSARIOS CONCRETOS. Estudiar al adversario y emplear la táctica y la técnica que más dificulte su trabajo.
- ESTRATEGIA EN COMPETICIÓN POR EQUIPOS. Según el equipo propio o adverso, utilizaré una estrategia determinada.
EVALUACIÓN DE TÉCNICA DE KUMITE.
Todo trabajo técnico en alta competición requiere que el deportista tenga una base técnica bien cimentada. Eso quiere decir que los aspectos básicos son dominados por el competidor. Guardias, desplazamientos, distancias, etc. forman parte del luchador y no necesitamos incidir en ellos de forma insistente para la mejora técnica del alumno.
Aumentaremos tanto en calidad como cantidad del trabajo técnico. La dificultad y la intensidad serán cada vez mayores. Hemos de exigir que las capacidades motoras de un deportista de alto rendimiento sean mayores que las de un deportista normal.
Para comenzar haremos hincapié en la técnica de base, pero el dominio del espacio, combinación de distintos desplazamientos, ataques y defensas deben poner de manifiesto la capacidad del deportista de ejecutar lo solicitado sin mucha dificultad. Como he dicho antes la dificultad y la intensidad serán cada vez mayores.
Una vez reforzada la base, pasaremos a enseñar distintos sistemas técnicos; no es lo mismo enseñar a defender que enseñar el sistema técnico defensivo.
Cada sistema técnico tiene una serie de características que el deportista tiene que aprender y, utilizar en cada situación que sea requerido o solicitado por el entrenador.
Los sistemas técnicos son, defensivo, ofensivo e interactivo. Cada uno tiene unas características determinadas y su diferenciación nos posibilita que más tarde podamos hacer distintos planteamientos tácticos.
Una vez dominado lo anterior pasaremos a hacer combinaciones o encadenamientos. Haremos ataques simples, dobles o múltiples. Defensa y ataque, ataques, defensa, ataque etc.
Este trabajo puede llevar mucho tiempo, o hacer que sea todo lo amplio que queramos; cuanto más conocimiento y capacidad técnica se tengan más fácil será hacer planteamientos tácticos pues, la capacidad del deportista para elegir, variar o combinar será mayor.
Todo trabajo al que nos enfrentemos debe tener un resultado y, como consecuencia haremos una valoración de lo conseguido. Esta valoración la llevaremos a cabo teniendo en cuenta dos variables, una con relación al alumno y otra con relación a la enseñanza.
Con relación al alumno, observaremos el trabajo, actitud, dedicación, esfuerzo etc. La comunicación verbal entre alumno-profesor o profesor-alumno fluida para corregir errores técnicos como explicaciones en el trabajo a realizar. Pruebas de evaluación física, técnica y psicológicas.
Con relación a la enseñanza, detección de errores comunes, insistir donde detectemos una carencia generalizada. El grado de progreso en el aprendizaje, y si los objetivos han sido alcanzados por la mayoría. La fase de abandono suele suceder cuando hay monotonía y aburrimiento, o por lo contrario demasiada exigencia con relación al nivel general del grupo; el deportista no consigue los resultados que pedimos de él.
Para una mejor valoración de resultados y objetivos conseguidos, será conveniente llevar una ficha de seguimiento individual de cada deportista. Esto nos dará una visión mayor de las expectativas y resultados obtenidos por cada competidor. El contenido de la ficha de seguimiento a modo ilustrativo contendrá:
- Datos personales.
- Nombre, apellidos, teléfono, dirección, etc. altura, peso, envergadura.
- Factor personal.
- Programa de entrenamiento, entorno, personalidad, aspiraciones.
- Factor deportivo.
- Preparación física, técnica, táctica, mental, áreas fuertes y débiles, áreas de refuerzo.
- Objetivos
- Metas y objetivos a conseguir, temporada, resultados.
- Valoración.
- Resultados obtenidos y consecución de los objetivos.
Además, y como una herramienta que facilite el trabajo del entrenador será interesante tener una ficha técnica general en la cual podamos evaluar conceptos como distancia, acciones, arrancada, recuperación, reacción, etc.
Todo ello nos ayudará a conseguir una mejora técnica, la cual permitirá que el trabajo táctico que vayamos a realizar a continuación tenga unos cimientos sólidos en los que agarrar y desarrollarse.
EVALUACIÓN DE TÁCTICA DE KUMITE.
Una vez realizado el trabajo técnico que permita el correcto desarrollo de la táctica de kumite, comenzaremos con la enseñanza de este módulo.
Sistema especial que se emplea disimulada y habitualmente para conseguir un fin. La táctica nos permite sacar el máximo rendimiento de nuestras habilidades técnicas. Los factores y variables que se pueden dar en un combate son estudiados y trabajados en la táctica deportiva.
El entrenamiento táctico comenzará con un amplio conocimiento del reglamento de competición que en ese momento este en vigor. Conocer las reglas del juego nos permite adaptarnos a las circunstancias y, a las acciones que están permitidas y a las que no. Conocer el reglamento nos permite desenvolvernos con comodidad dentro del área de competición.
Continuaremos familiarizándonos con el área o superficie en la que se compite. El espacio que se ocupa en cada momento, tipos de oponentes, tipos de situaciones, el tiempo y como utilizarlo, mantener, remontar o aumentar marcadores, conductas tácticas, etc.
Un deportista suele por sus características trabajar de una manera determinada; hacer que tenga la capacidad de interpretar un combate y ser capaz de adaptarse y cambiar de táctica según las circunstancias es complicado. Insistir en distintos planteamientos y adversarios para conseguir ese cambio de conducta; que tenga una visión global del enfrentamiento y, que todo lo que tiene que ver con el combate puede ser manejado para un desarrollo satisfactorio del enfrentamiento.
Una vez que el competidor es capaz de manejar un combate satisfactoriamente trabajaremos sobre factores externos como el público, los árbitros, la plaza en la que se compite adversa o propia, etc.
Al finalizar el entrenamiento táctico el competidor debe poder elegir la estrategia que seguirá en cada campeonato y la táctica que utilizará ante sus adversarios; la cual irá variando según las características del rival.
Igual que en el trabajo técnico, será útil tener una ficha táctica que nos permita evaluar los progresos del deportista. Esta ficha contemplará aspectos como el área de combate, el tiempo, el marcador, tipos de adversarios, manejo de resultados y adversarios, tipos de conductas, etc.
Todas estas observaciones se anotarán en la ficha de seguimiento que habremos elaborado del deportista para tener una mayor conciencia del competidor.
ADAPTACIÓN DE LA TÉCNICA Y LA TÁCTICA A LAS CARACTERÍSTICAS DEL OPONENTE.
Cada ser humano es único e irrepetible. Puesto que somos únicos, a la hora de hacer frente a un combate cada competidor lo afrontará de manera distinta. Morfología, conocimientos, actitudes técnicas y tácticas, etc., hacen que la manera de competir de un luchador y otro sean diferentes.
Saber que tácticas y técnicas son las adecuadas a cada oponente es difícil, pero hay una serie de variables que nos ayudan a afrontar a un oponente con garantía de éxito.
La distinción de los oponentes dentro del combate se puede clasificar como:
- Estos competidores son superiores a nuestro deportista a nivel, técnico, táctico, físico o emocional, o una combinación de distintas variables.
- Competidores que se asemejan mucho a nuestro deportista.
- Competidores que están en clara desventaja con respecto a nuestro deportista.
Competidores superiores. Distinguiré siempre si se compite en individual o por equipos; un empate en equipos puede suponer la victoria para el equipo. En individual está obligado a ganar, por lo tanto, adaptaré la forma de combate a las siguientes características. La distancia de combate será larga, el desarrollo del combate será posiblemente en la zona de mí competidor, trabajando mucho la esquiva el sistema defensivo estará muy alto, las técnicas ofensivas serán de puño y simples, puesto que la pierna es más lenta que el puño y los ataques múltiples favorecen las acciones del adversario. La victoria tiene que ser de un punto y luchará desde el corazón.
Competidores igualados. El desarrollo del combate posiblemente sea en el centro del tatami. La distancia será media, el sistema defensivo se basará en bloqueos, las técnicas ofensivas serán simples o dobles, prestando tanta importancia al ataque como la defensa, se dará mayor carga ofensiva en la mitad del combate intentado llevar una diferencia de cuatro puntos, esto obligará al adversario a intentar remontar en la parte final del combate, ante lo cual se realizará trabajo contra ofensivo.
Competidores inferiores. El desarrollo del combate tendrá lugar en la zona del competidor contrario. La distancia corta, el sistema defensivo disuasorio derribando, provocando la salida del adversario, trabajo técnico ofensivo, tanto de puño como pierna, técnicas múltiples y jodan, se intentará acabar el combate antes de tiempo, puntuando desde el principio, una victoria antes de tiempo tiene un efecto psicológico sobre los adversarios siguientes en ese campeonato.
TÉCNICAS ESPECIALES EN KUMITE DE ALTA COMPETICIÓN.
La alta competición está vinculada con el reglamento que en cada momento esté en vigor. Esto permitirá cierto número de técnicas, mientras que otras estarán prohibidas.
La variedad técnica en karate es muy grande, pero, en competición y sobre todo la alta competición hace que el deportista se especialice en cierto número de técnicas. Acciones que dependerán de sus actitudes físicas y cognitivas.
Lo primero que tiene que conseguir un deportista de alta competición es, que el tiempo de reacción y respuesta a las acciones adversas sea mucho más alto que en un deportista normal, que la velocidad con que pone en acción sus técnicas sea sorprendente, que su sistema técnico puntuador sea eficaz y no falle cuando realice sus ataques, que sea capaz de combinar técnicas de distintos ámbitos, que sus desplazamientos sean tan rápidos y amplios que el adversario crea que se encuentra seguro en una distancia determinada cuando no es así, que sea capaz de pasar de un sistema táctico a otro cuando la situación lo requiera, que la competición no suponga una carga psicológica extra.
Dentro de las técnicas especiales enfocaríamos el trabajo a situaciones adversas, como público en contra, arbitraje con una tendencia determinada, etc., cambios de ritmos y cadencias, intensidad, tiempo de trabajo y descanso, técnicas que en cada momento puntúen con más facilidad, aprender a manejar el tiempo y el espacio, ganarnos el favor del árbitro, intentar marcar primero, técnicas que por su complejidad aportan la más alta puntuación. Motivar el deseo al triunfo, no miedo al fracaso, los errores deben verse como escalones que conducen hacia el éxito. Las ideas y pensamientos negativos reducen la capacidad del competidor.
Todo trabajo técnico especial, además, ira enfocado a las características de los alumnos, el periodo de tiempo con el que cuento, y el tipo de competición o variables que afecten al entrenamiento.
DESEQUILIBRIOS Y BARRIDOS EN ALTA COMPETICIÓN.
Como he dicho anteriormente, las técnicas que puedo o no puedo utilizar en competición me las marca el reglamento. Lo mismo sucede con los desequilibrios y barridos.
Karate no es un sistema de lucha como es el judo, es un sistema de pugilismo, es decir, hay intercambio de golpes, y los agarres con el adversario son puntuales. Por lo tanto, el contacto y agarre con el adversario está más medido y el tiempo es mucho más corto.
La función principal del barrido o desequilibrio es puntuar al adversario y, que esa puntuación sea amplia. Pero muchas veces no se consigue puntuar porque el adversario se revuelve, no he sido lo suficientemente rápido para marcar o simplemente fallo.
En la actualidad el reglamento permite dos tipos de técnicas, las clásicas utilizadas en karate como ashi barai, donde no existe ningún agarre y, aquellas que para su ejecución el oponente sea agarrado con una mano. Remarco con una mano pues toda técnica realizada agarrando con las dos manos o por debajo de la cintura están prohibidas. También quedan prohibidas todas aquellas llamadas de sacrificio como tomoe nage.
Por lo tanto, enseñare y trabajare técnicas como hiza guruma, ko uchi gari, o soto gari, etc. con agarre de una mano incluso sin agarrar.
A la hora de enseñar los desequilibrios y barridos, empezaré de forma estática y siempre la misma persona. A continuación, practicare de forma que sea capaz de introducirla en combate, para más adelante trabajarla de forma que pueda constituir parte de nuestros recursos tanto en ataque como en contra ataque o formando parte de una serie de combinaciones que desarrollare en combate.
El objetivo es conseguir que el deportista sea capaz de aprovechar un recurso que le facilitará la obtención de puntos y, bajara la moral del adversario.
SOLUCIONES ANTE OPONENTES CON DISTINTOS PLANTEAMIENTOS TÁCTICOS.
El saber identificar que planteamiento está desarrollando un oponente, y cuál es la manera de neutralizar esa conducta táctica; permitirá hacer que el combate se incline a nuestro favor, en perjuicio del adversario. Que planteamiento está desarrollando un rival y la manera de neutralizarlo es trabajo del entrenador, pero la respuesta a ese planteamiento es cosa del competidor que debe manejar las distintas conductas tácticas.
Para conseguir que un competidor se adapte y cambie de conducta táctica, hace falta que ese deportista tenga una gran cultura táctica. Saber cuál es su trabajo predilecto y, adaptarse a las circunstancias, empezando por no pelear siempre igual.
A distintos problemas distintas soluciones. Esta máxima debe formar parte del deportista, y saber enfrentarse a competidores que atacan, defienden, anticipan o contra atacan. Así cuando nos encontremos con un competidor que ataca; trabajaremos reforzando nuestro sistema defensivo, ampliando la distancia y aprovechar la aproximación para puntuar. También puede ser que nuestro rival defienda bien, sus desplazamientos multidireccionales y sus cintas dificulten el resultado positivo deseado, para lo cual intentaremos presionar y limitar el espacio del rival, acortando la distancia y haciendo ataques rectilíneos y rápidos. Cuando el competidor rival anticipa y puntúa en mis acciones ofensivas, he de provocar su fallo, sin acciones directas, con amagos y técnicas en segunda y tercera intención. Pero si el contrario anula mis técnicas ofensivas y aprovecha para puntuar, acortaré la distancia y superare al oponente con velocidad y precisión, en acciones ofensivas directas y rectilíneas.
Esta flexibilidad táctica no es innata en todas las personas y, habrá que insistir y reforzar este trabajo en unas personas más que en otras. Lo importante es saber distinguir los puntos fuertes de nuestros deportistas para potenciarlos y, sus puntos débiles para mejorarlos, intentando conseguir un deportista lo más homogéneo posible, sin fisuras o con deficiencias leves.
LA PERCEPCIÓN Y TOMA DE DECISIONES EN KUMITE.
A la hora de percibir un torneo, encuentro o combate, las variables que cada persona tenga del mismo, ya sean, deportistas o entrenadores pueden cambiar. El dialogo e intercambio de opiniones y puntos de vista, dará una visión más amplia; que la toma de decisiones esté más en concordancia con las expectativas creadas.
Una competición puede generar desde miedo hasta alegría, de esperanza a decepción, de incertidumbre a certeza, etc. Ese amplio abanico de emociones está de manifiesto en todas las personas implicadas en una competición.
Conseguir que esas emociones jueguen a nuestro favor y no en contra, es el objetivo que debemos perseguir. Una toma de decisiones, en cuanto a objetivos alcanzables, entrenamientos físicos, emocionales y mentales, desplazamiento, intendencia, expectativas etc., harán que el campeonato se enfoque con una visión más amplia y acorde a los resultados que se espera conseguir de él.
Una vez que nos encontramos en el campeonato, o previo a él, sabremos a qué hora compiten nuestros deportistas, número de enfrentamientos, orden y color de las protecciones, si es un rival conocido o no, qué tipo de habilidades tiene, si es una liguilla complicada, media o fácil, etc. Con toda esa información elaboraré una estrategia, que puede tener cambios según el desarrollo en tiempo real del campeonato.
Una vez terminado el campeonato, valoraremos si la toma de decisiones ha sido la adecuada o por el contrario hemos fallado o, no hemos conseguido alcanzar los objetivos marcados. También puede ocurrir que las decisiones sean las adecuadas, pero, nuestros rivales han sabido neutralizar o superar el trabajo realizado. Uno de los problemas es que, al igual, que yo tomo una serie de decisiones mis rivales también lo hacen, e intentan neutralizar mis decisiones o superarlas.
Gestionar el resultado obtenido y extraer el aprendizaje que encierra, es la manera por la cual en el siguiente campeonato la toma de decisiones cambie, se mantenga igual o varíe ligeramente.
A medida que la experiencia y la calidad aumenta, lo hace la percepción que tenemos, las decisiones cambiarán y los recursos serán mayores.
PREPARACIÓN DE COMBATES CONTRA ADVERSARIOS CONCRETOS O CON DIFERENTES TIPOLOGÍAS.
Como ya he dicho antes, he de hacer frente a cada adversario de forma diferente, es decir, pelearé según las características del rival que tenga en frente.
Cuando preparo un combate contra un adversario concreto, parto de la base que se cuáles son sus puntos fuertes y débiles, que tipo de táctica suele emplear y que cualidades físicas tiene; es decir conozco al rival.
Las características como fuerza, potencia, envergadura, elasticidad, coordinación, velocidad de reacción, habilidades motoras, procesos cognitivos etc.; determinan la habilidad y el sistema táctico que el oponente suele plantear en sus enfrentamientos. Reconocer dichas características y elaborar un sistema que sea capaz de neutralizar o disminuir las acciones del rival; nos dará la ventaja suficiente para hacer que el marcador se incline de nuestro lado.
Por lo general cuando el enfrentamiento es contra un rival físicamente más fuerte, pesado y potente, procurare no pelear cuerpo a cuerpo, manejar distancias largas, normalmente tomare la iniciativa en ataque para evitar que me arrolle con la diferencia de peso, además intentaré sorprenderle en la arrancada o la intención anticipándome. Cuando la situación es la contraria, es decir, que la diferencia de peso, fuerza etc., está a mí favor; procurare combatir en distancias cortas, con un sistema defensivo disuasorio, intentando potenciar el sistema ofensivo sin que el oponente pueda atacar. Hay veces que es más fácil derrotar a un competidor con buen nivel técnico y táctico que, a un rival con grandes defectos, pues estos competidores suelen hacer cosas imprevistas o raras que pueden ocasionar lesiones a nuestro competidor o, incapacidad para saber qué hacer con él; atacan nuestro emocional sin saberlo y, hacen que perdamos la visión del combate. Nos tranquilizaremos y buscaremos gestos o acciones que realiza cuando nuestro deportista entra en acción, pararemos y, en la recuperación del rival aprovecharemos para marcar.
Hasta ahora hemos hablado de competidores que marcan la diferencia física a favor o en contra, pero, cuando nos encontramos con deportistas que a las cualidades físicas le sumamos las técnicas las cosas se complican. El planteamiento en principio es el mismo, pero, además tengo de preocuparme que el oponte es capaz de ejecutar acciones técnicas múltiples y, que pueden sorprender a nuestro competidor. Esto implica que la motivación y el sistema defensivo tienen que sufrir un incremento considerable, no puedo bajar la guardia, puedo ser puntuado. Solo bajare la intensidad del trabajo una vez que la diferencia de puntos a favor sea amplia. Si el oponente es un rival fuerte y técnico posiblemente sea un combate muy físico, con gran desgaste por parte de los competidores. Si el oponente es más débil o físicamente no se encuentra en un momento óptimo; el combate será aburrido con intentos de romper los ritmos, sin intención de entrar en confrontación hasta el final.
El rival que a la preparación física, técnica suma la táctica, es un oponente muy complicado, si mí competidor reúne las mismas características el combate puede estar igualado y un acierto estratégico o técnico puede inclinar el marcador a favor. Llega un momento en que la calidad de los competidores es tan alta que, la diferencia en un combate la marcan pequeñas variables, como que un competidor esté físicamente un poco mejor, que el desplazamiento sea mayor para uno que para el otro, que los árbitros tengan tendencia a marcar más a un competidor que otro, que tenga el apoyo del público, que peleemos en casa o fuera, etc.
Tenemos que tener una gran cultura táctica para saber identificar distintas situaciones. Cada combate es diferente y nos va a requerir planteamientos diferentes. Nuestros deportistas tienen una serie de características que tienen que saber explotar al máximo, y nosotros de qué manera utilizarlas.
El presente trabajo ha sido realizado siguiendo las enseñanzas recibidas durante años de mi maestro Fernando Martín Millana, así como las recibidas de Antonio Oliva, José Manuel Pérez Alcalde y Jesús Juan Rubio.
He entrenado con otros grandes competidores de kumite como han sido José Manuel Egea o Tomás Herrero, también con Ángel Arenas, pero esto fueron cursos puntuales y no un seguimiento continuado.
RAÚL ALONSO DE BENITO (6º DAN ENTRENADOR NACIONAL)
Fotos: Allmend, Berna, BE, Suiza /
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