En el camino del bushido tu principal enemigo es tu mente y tu cuerpo.
El cuerpo te grita sus limitaciones y tu mente está deseando aceptarlas.
Pero entonces echas la mirada hacia delante y ves a los veteranos del dojo que continúan trabajando con tesón pese a que cualquiera de ellos podría ser tu padre.
Luego miras atrás y ves a los jóvenes que observan tu espalda en busca de un modelo a seguir.
Finalmente te fijas en el compañero a tu lado, que parece encontrar la manera de superar el dolor y la fatiga, y sabes que si tú flaqueas echaras por tierra todo su trabajo.
Entonces dejas de someterte a tu cuerpo e ignoras su flaqueza. Ahora le exiges a tu mente que obedezca a tu voluntad, porque no estás dispuesto a ceder.
Y en ese instante tu cuerpo abandona las limitaciones de sus sentidos y tu mente se centra en el momento presente. Ahora trasciendes la dualidad y eres uno en ti mismo…
Foto portada: Ser
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