Debo confesar que desde hace mucho tiempo no creo en dioses, mitos ni héroes, tampoco en legendarios guerreros ni honorables batallas. Debo confesar que el tiempo ha cambiado y mucho mi concepción del Budo y lo que representa, por lo tanto se me va a permitir que obvie toda la extensa historia plagada de grandes genealogías, nombres de honorabilísimas escuelas y estilos, que obvie a Maestros que no lo fueron tanto y a los que sí lo fueron, que obvie toda la parte mítica, mística y romántica para centrarme en lo que hoy el Budo es al margen de opiniones y calificativos.
Para muchos es un deporte, especialmente el Karate que intenta (en mi opinión en vano) ser olímpico, pero otros muchos siguen sus pasos creando competiciones y campeonatos sobre especialidades de muy difícil adaptación sin perder su identidad y leit motiv.
Otros sueñan con la figura del «Guerrero Místico» y la persiguen con todas sus fuerzas por los mil y un caminos que (parece ser) conducen a ese estado.
Para otros el Budo es una «Forja de Hombres» a través del trabajo constante, el reto, la sumisión (que no Humildad) ante los «mayores» para curtir el llamado espíritu.
Bien, por primera vez quizás, voy a dar mi opinión sin sustentarme en datos filosóficos, históricos y culturales, es sencillamente que Todos tienen razón y ninguno la tiene.
Creo que no hay Un único Budo, sino muchos, tantos como practicantes. Cada quien lo entiende, practica, juzga y enseña según su propio criterio, el problema reside en que todos estamos convencidos de que lo nuestro es lo mejor y realmente no lo es.
Empecemos por el Karate (con y sin Do)
En mi opinión hay varias contradicciones para considerarlo un Arte Marcial, así a secas. La más importante de todas es que si partimos de la base en la que el Karate es un arte de combate, de lucha, con técnicas mortales (que las tiene) no es algo con lo que jugar ni puede constituir un pasatiempo, tampoco dejarlo en manos de cualquiera.
¿Dejaríamos un arma de fuego en manos de un niño o un adulto que no haya demostrado un mínimo de autocontrol y buen juicio?.
En este sentido no son muy válidos los argumentos de «forja de hombres» toda vez que, en realidad, tan solo son 3-10-20-40… horas a la semana. Se acaba la clase y fuera «del tatami», tan solo quedan las técnicas cool, esas que son capaces de destrozar a alguien. Por otra parte, para eso, se necesitan verdaderos «hombres forjados» que puedan enseñar el camino y que no obedezcan únicamente sus intereses personales. Haberlos haylos, no lo dudo, pero hay que encontrarlos.
En el Aikido pasa tres cuartos de lo mismo. En la mayoría de los casos se practica sin mucho sentido de la realidad llevados por una «particular» interpretación de las enseñanzas de Osensei, a fín de cuentas, alumnos de Ueshiba fueron varios y cada quien le da sus propias interpretaciones negandose los unos a los otros la razón. ¿Quién es «más aikidoka», los seguidores de Shioda o los de Ueshiba, o los de cualquier otro?
Supuestamente en el Aikido no se busca la violencia ni la agresividad, sin embargo el aikidoka más popular es (lo queramos o no) Steven Seagal quien ofrece un aikido letal en sus hollywodienses películas.
La Katana se magnifica y todos quieren ser un reflejo distorsionado del mito del «samurai (o ninja) bueno y justiciero» que nunca existió puesto que estaba al servicio de su amo o contratador.
Se habla de «arte», no se piensa en que un Iaito corta, es un arma letal capaz de herir, lesionar, mutilar y matar, no un mero objeto de adorno que es en lo que, en la mayoría de las veces, se ha convertido.
Y hablo de Katana, pero lo hago extensivo a todas las armas utilizadas en las artes marciales, son armas letales, algunas prohibidas en la Legislación española expresamente precisamente por eso y… ¿Se enseña su manejo a cualquiera que esté dispuesto a pagar su cuota mensual? Pero se habla de moral y ética…
Sin duda alguna, el Laberinto de los Jutsu es la especialidad que se lleva la palma en este sinsentido. En la mayoría de las ocasiones son métodos de reciente creación teñidas con los colores de la tradición, por mucho que se ponga delante la palabra Nihon o Nippon (por cierto, el significado es el mismo, Nippon fué un término utilizado por el ultranacionalismo japonés del periodo Pre-Guerra).
Cada quien interpreta lo que quiere, añade una pizca de aquí y allá y nace una escuela todos los dias, llena de llaves, «mañas», «trucos» y cosas por el estilo.
En este análisis, pesimista o estúpido, como se prefiera, hay unos rasgos comunes y es la falta de una metodología lógica de enseñanza, debido a que, en su origen, no fueron transmitidas correctamente por los propios japoneses que las difundieron debido a varias razones que, de momento, no voy a entrar a analizar.
El resultado es simple:
Si se piensa que el Budo es un Deporte… El Maestro debería ser alguien versado en las Ciencias del Deporte, un preparador físico, técnico y táctico (no tienen por qué ser la misma persona) sin embargo, nos encontramos con maestros que no saben siquiera los fundamentos de la Dinámica, de Biomecánica, de Equilibrio, de Resistencia… ni siquiera son estrategas, tan solo… eso, profesores de artes marciales.
Si se piensa que es un «Camino Místico», habrá que tener claro cual es esa mística, cual es su objetivo y como alcanzarlo, con una bases de pensamiento filosófico coherentes. ¿Es el Nirvana, convertirse en Buda, la meta? ¿Solo llegar a ser Sabio, Mago o Ser Superior de algún tipo?
Si se pretende huir de la violencia… ¿para qué practicar algún Budo? En realidad, salvo excepciones, las calles de nuestras ciudades son bastante pacíficas, no necesitamos «artes de lucha», ni siquiera «de defensa», sería más enriquecedor intelectualmente practicar cualquier otro tipo de arte, desde la pintura al Shado (Ceremonia de Té)El terreno más espinoso y resbaladizo es cuando se invoca la palabra Tradición.
Para poder denominar a algo que se enseña como «tradicional», es imprescindible que se sepa y explique cuál es esa tradición, en qué se basa, cuál es el origen de esas creencias y adaptarlas convenientemente a la mentalidad imperante. De lo contrario lo único que se estará transmitiendo serán supersticiones.
En mi opinión, el Budo hoy es una afición más que cualquier otra cosa y la verdadera cuestión es si se debería enseñar el Budo «de verdad» o solo un juego. Un mero pasatiempo en el que «todo vale» o una forma de lucha apasionante.Cada quien es libre de elegir su camino, yo no juzgo. Sencillamente planteo algo muy simple en esto que he dado en llamar «Escuela de Verano», una reflexión personal e independiente en la que cada persona tiene su propia respuesta.
Lo importante es dejar a un lado los artificios oscurantistas. Yo me declaro tradicionalista, me gusta, me apasiona la tradición japonesa, sus artes, sus leyendas, su cultura, pero no por eso decido que todo deba hacerse «a la japonesa», soy occidental y quienes entrenan conmigo también.
Ahora bien… ¿Cuál es la mejor metodología de adiestramiento (que no enseñanza) en el Budo? Desconozco la respuesta. Sé que el sistema tradicional japonés no se adapta a la mentalidad occidental y aquí es donde está la contradicción el el Budo de hoy entendido como lo que es: una afición.
Los primeros Maestros fueron japoneses que enseñaron tal y como a ellos les habían enseñado: El ejercicio repetitivo (llámese Kata, Kihon, Hojo Undo, etc…), callándose el significado de muchas técnicas y, sobre todo sin decir los fundamentos-base, los objetivos que se buscan en cada nivel de enseñanza.
Han pasado muchos años, 30-40-50… desde los primeros occidentales que empezaron a aprender. Son muchos quienes han llegado a dominar la disciplina, la cuestión que planteo, sin juzgar, es si alguno descubrió eso que llaman Okuden, los fundamentos, los objetivos técnicos y tácticos «ocultos» en la técnica repetitiva.
Y lo planteo porque desconozco el método adecuado para descubrirlos y transmitirlos partiendo de la premisa de que todo aficionado a algo querrá conocerlos y, por tanto, tiene que haber alguien capaz de enseñarlos al tiempo que lo adiestra técnicamente. Me planteo si todo el mundo está capacitado para enseñar estas «tonterías» y si hay alguien realmente interesado en ellas…
… O los dojos son meros salones recreativos en los que se juega a «¿Susto o Muerte?»….
27 diciembre, 2013
Desgraciadamente, estoy de acuerdo en prácticamente todo lo que se ha dicho en el artículo… Y, quizá, lo único capaz de indicar la dirección adecuada sea algo que se ha mencionado de pasada: la humildad, junto con un corazón honesto que lo único que intente sea encontrar y seguir el camino; el resto se caerá por su propio peso al caminar, como las hojas secas en otoño.