Introducción.
Uno de los aspectos externos con los que popularmente se asocia a las artes marciales es la emisión de unos gritos que de forma casi ritual acompañan a los movimientos de los luchadores. A lo largo de este artículo trataré de esclarecer, aunque sea someramente, algunos de los fundamentos y principios de este elemento.
En primer lugar, debemos tener en cuenta que el grito no es un mecanismo exclusivo de las artes marciales orientales, sino un uso que ha acompañado al ser humano desde sus primeros tiempos. El alarido desde siempre ha sido usado en el combate, en la cacería, en el trabajo, en el juego, en todas las actividades del hombre; recurrimos a esta técnica, de forma más o menos consciente, en momentos cruciales, cuando el esfuerzo humano se enfatiza y precisa de la liberación de toda su energía.
Grito de combate de Leónidas (Gerard Butler), en la película “300”
De este modo, el grito está presente en el momento el hacha corta el tronco, cuando el pico o la azada horadan la tierra, cuando el cazador arroja su jabalina, el lanzador impulsa el peso, cuando el saltador inicia su propulsión…
Este “rugido” puede ser apreciado en los momentos culmen de diversos deportes
Posiblemente uno de los máximos responsables de la relación del grito con las artes marciales orientales fue Bruce Lee, que en la década de los 70 interpretó varios largometrajes cuyas coreografías de lucha eran acompañadas de una retahíla de alaridos muy peculiares que captaron la atención de público que pronto trató de imitarlos.
1. Significado:
Dentro del ámbito de las artes marciales, y dirigiéndome a los más legos, debo señalar que estamos hablando del Qi-yi-i o Fa Sheng (China), Het (Vietnam) o kihap (Corea), aunque es más popular el nombre de Kiai, un término japonés que etimológicamente, se compone de dos vocablos:
· KI (気) que significa «mente», «resolución», «espíritu». Más concretamente, en lo que nos concierne, es la energía vital que hay en cada uno de nosotros. También conocida comoChi (chino) o prana (hindú)
· AI (合) una forma verbal que significa unión.
Por lo tanto, podemos traducir KIAI como “unión de los espíritus” (percepción, voluntad decisión, acción). Hay dos tendencias que pretenden explicar este concepto de unión: por una parte una orientación de carácter esotérico, de clara influencia taoísta, que alude a la posibilidad de canalizar nuestra propia energía (de un nivel superior) en armonía con la de nuestro oponente (más débil) a fin de dominarlo sin necesidad del choque físico; de otro lado, encontramos una visión exotérica que lo interpreta como una acción conjunta de la energía física y la energía mental del sujeto que libera este poder en el momento de la ejecución técnica, por lo general exterioriza por medio de un grito. Este extremo es corroborado por el estudio realizado por Zamora y Salazar (2002), que concluye que la implementación del grito personal como un recurso ergogénico puede afectar positívamente sobre alguna destreza específica, si éste es utilizado en el preciso momento en el que se realiza la destreza.
Evidentemente KIAI en sí mismo no es una palabra que pronunciamos al chillar, sino la denominación en lengua japonesa del mecanismo que acompaña al grito. E.S. Harrison, en su libro de 1913 «El Espíritu de Lucha de Japón» (The Fighting Spirit of Japan) describió Kiai como «el arte de concentrar toda la perfección de la propia energía, física y mental, a un objeto determinado, con determinación incesante, de modo que se logra el objetivo.»
Robert Lasserre en su obra «Kiai y Kuatsu” (1964) define el Kiai como “una especie de grito especial no modulado, arrojado sea para reanimar un hombre en estado de muerte aparente, sea para subyugar y someter un adversario o hacerlo caer en síncope’.
Asimismo, el Kiai permite a una persona purificar su mente de pensamientos extraños, dejando simplemente la pura energía (ki) que le hace actuar, y le confiere toda su intensidad.»
2. Naturaleza del Kiai:
Desde el punto de vista fonético es un sonido abdomino-gutural caracterizado por ser voluntario, no articulado y sin modular. Según el Dr. Guillermo A. Laich “…en realidad procede de las mismísimas entrañas del deportista en busca de “algo más.” Un sonido altamente específico que requiere de una potente, puntual, y secuencial contracción de la musculatura abdominal y lumbar, y que procede mucho más de la zona inferior del tronco – donde se encuentra el centro de gravedad corporal – que de la zona superior torácica.
Podemos conceptualizar el Kiai como un fenómeno de naturaleza compleja, ya que en él que se integran factores de tipo fisiológico, neurológico y emocional.
El componente fisiológico del Kiai está asociado a la respiración. Una respiración correcta debe ser de tipo abdominal profunda y prolongada (fukushiki kokyu) tomando el aire sin levantar los hombros y llevándolo a la parte inferior de los pulmones; ahí se encuentran las costillas flotantes que por ser movibles permiten el introducir mayor volumen de aire en nuestro organismo y, por tanto, aumentar la capacidad respiratoria. Todo el proceso de intercambio gaseoso es controlando con los músculos ventrales y el diafragma.
Laich señala que mediante la emisión de este grito o gruñido se superan los mecanismos inhibitorios de la contracción muscular provenientes del órgano tendinoso de Golgi. El hecho de gritar automáticamente genera una serie de estímulos que potencian la contracción muscular más allá del límite fisiológico. El grito desinhibe y activa el sistema contráctil de una manera consciente. En este mismo sentido, Ikai y Steinhaus (1961), inciden en que el estímulo del grito aumentó la fuerza por encima de los niveles normales debido a una modificación temporal de la función del sistema nervioso central.
Asimismo, nos encontramos con un componente psicológico en el Kiai. Por unión de los espíritus debemos entender también la participación de la fuerza mental, que es un factor esencial del Kiai. La posibilidad de concentrar toda la energía mental en un solo objeto, con la determinación de alcanzar o dominar este objeto.
Kumashiro Hikotaro en su obra “El arte del Kiai» dice: “El Kiai implica la fabricación de un cuerpo fuerte por medio de una mente fuerte, endurece todo el ser, haciéndolo invulnerable al ataque. El secreto de la victoria en un encuentro reside en esto: no pensar en vencer sino en no ser vencido. Uno es derrotado, porque trata de vencer. Si no es vencido, la victoria siempre estará de su lado”.
Se reconoce al grito la capacidad de subyugar estados emociones como el miedo o la ira y elevar el propio nivel de predisposición emocional hacia la acción, hacia el combate. El grito también cumple una función catártica que permite la liberación de la ansiedad favoreciendo la sublimación y canalización de esta en forma de energía física
Otra de las funciones del grito o gruñido es alterar la concentración de su oponente o inhibir su capacidad de respuesta. En palabras de Taisen Deshimaru “Las vibraciones poderosas del Kiai paralizan momentáneamente al adversario”.
3. Práctica del Kiai:
Esta capacidad del Kiai lo convierte en una habilidad técnica que potencialmente puede ser aprendida, comprendida, experimentada, desarrollada y, por último, dominada.
Desde tiempos muy remotos ha existido la voluntad de conocer la forma en que la fuerza vital opera en nosotros para su mejor aprovechamiento. Los maestros de artes marciales de Oriente siempre han creído que pueden aprovechar esta energía a través de un entrenamiento adecuado. Así tenemos las técnicas de Chi Kung (Qi Gong) o ki Jitsu. Aunque se trata de un proceso complejo que tarda años en perfeccionarse para convertirlo en efectivo y natural, de forma más simple puede ser descrito como un método de canalización de la energía “ki» susceptible de ser utilizado para mejorar nuestra capacidad de combate.
El entrenamiento de Kiai requiere del control de dos elementos esenciales que deben ser estudiadas conjuntamente: postura y respiración. La postura: se debe mantener el cuerpo relajado, elástico, sin tensión, conservando la boca cerrada y la barbilla ligeramente remetida hacia la garganta. El otro factor es la respiración tal y como hemos detallado anteriormente.Raymond Thomas en su libro “Relación Practica del Zen al Budo” (1971) establece una analogía con el pranayama de los hindúes, en japonés denominado haragei. Podemos describir tres partes: 1) la inhalación: el aire penetra en nuestro organismo a través de las ventanas nasales esforzándose por enviarlo lo más abajo posible utilizando el diafragma. 2) El aire se concentra en el bajo abdomen «hara” o “ Seika Tanden” (espacio entre el ombligo y la parte superior de la pelvis), donde se bloquea. 3) Abrir la boca, relajar el diafragma y espirar profunda y bruscamente todo el aire. El grito, se realiza al tiempo que expulsamos el aire.
Desimaru nos dice “Emite tu grito con todo lo que eres, comenzando en el hara, el abdomen bajo o intestinos – el lugar que los japoneses también llaman kikai, el océano de energía. Hacerlo correctamente es también haber aprendido respiración Zen, que es igual que en Budo — una larga exhalación, tan profunda como se pueda. Justo al final de ella, la energía de uno es la mayor. El Kiai es esa misma exhalación, combinada con un grito; el sonido debe surgir naturalmente de las profundidades del cuerpo, y para esto uno, obviamente, tiene que saber respirar, lo que pocas personas saben hacer”.
4. Realización del Kiai:
El Kiai debe ser corto, quebradizo, y sonoro. Elmar Schmeisser, en su libro, “Advanced Karate-Do” (1994). señala, “el Kiai se corta brevemente en la garganta y para con la tensión máxima del músculo en el momento del impacto.
La realización del KIAI tiene dos vías: La primera, mediante un grito sonoro, que se realiza al tiempo que mediante la expiración profunda expulsamos el aire proveniente del hara. La segunda, es un fenómeno de grito silencioso que proviene de las profundidades del ser, posiblemente reservado solo a expertos o grandes Maestros. Este grito proyecta una energía sutil, aunque perceptible, que puede manifestarse en la mirada.
El objetivo de los gritos sonoros y silenciosos, es el mismo, emitir vibraciones susceptibles de perturbar al adversario, pero también puede servir para reanimar a los que han perdido el conocimiento, gracias al choque producido por la vibración.
5. Tipos de Kiai:
Según la intensidad del grito, algunos maestros pretenden clasificar el Kiai en cuatro o cinco categorías básicas: 1)de tono bajo, en el momento en el enfoque de una técnica, 2) agudo después de una técnica, como un grito de victoria, 3) baja a media aguda justo antes de una técnica de difusión, a golpes o confundir el pensamiento de un oponente, 4) medio tono para los propósitos de la reanimación, y 5) silencio (Kensei), para su uso en ciertos ejercicios de meditación.
El Maestro Hidehiko Ochiai, comenta que el volumen no es siempre un requisito para una buena lucha Kiai: «Cuando usted está en un nivel avanzado se puede ejecutar un buen Kiai sin gritar ni chillar. El mero grito no significa que el Kiai sea buena, y un buena Kiai puede o no producir un sonido fuerte o gritar.» Ochiai prefiere categorizar el Kiai en: 1) de largo y fuerte, 2) corto y fuerte, y 3) corto y tranquilo.
6. El Kiai como técnica de reanimación:
No quiero concluir este artículo sin dejar de recomendar la lectura de «Kiai y Kuatsu” de Robert Lasserre. Una obra de referencia parta todos aquellos que estén interesados en la materia. Por último, recurriendo a este autor, señalaré la posibilidad terapéutica del Kiai El objetivo es invertir el estado de síncope de la persona que lo recibe acelerando la frecuencia cardiaca y aumentando la tensión arterial y la función respiratoria. “Para que el Kiai produzca el efecto perseguido (kuatsu), debe poseer una cualidad particular y una integridad suficiente para desatar un proceso fisiológico acelerador. (…) Hay que actuar, pues, poderosamente sobre los órganos de la audición. Esta facultad no se da, evidentemente, más que en aquellos a los que un entrenamiento constante les permite lanzar un Kiai eficaz.
Foto portada: Kees van Mansom
Foto tenis: myprofe
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