El centro de la vida está en el tronco
Como nací en Japón dos años después del final de la Segunda Guerra mundial, vi a lo largo de mi infancia a muchas personas amputadas a causa de la contienda, cosa que me ha dejado una profunda huella. Todavía tengo vivos recuerdos de cómo provocaba un efecto de horror en mi espíritu infantil la vista de una persona con los cuatro miembros amputados y que no obstante conseguía moverse de forma asombrosa.
No deseo semejante desgracia a nadie. «¡Qué suerte el poder conservar el cuerpo intacto!» Ahora, con la distancia del tiempo, podemos decir que, a pesar de soportar unas condiciones horribles, las personas que han sufrido la amputación de sus miembros por lo menos han logrado sobrevivir, mientras que nadie puede hacerlo sin conservar el tronco, porque el tronco es la vida misma. La activación del tronco es esencial para los ejercicios energéticos.
Felices son aquellos que viven con el cuerpo intacto. Si nosotros pudiéramos hacer siquiera un poco algunos esfuerzos comparables a los que hacen quienes han perdido un miembro, podríamos hacer un progreso importante en nuestra práctica.
Fijémonos pues en nuestro tronco. ¿De qué manera se activa? ¿Cómo sabemos activarlo? ¿Podemos distinguir las diferentes zonas dorsales y ventrales así como las diferentes partes de la columna vertebral?
¿Constituye un secreto la activación de los chakras?
La mayoría de las personas normales no tiene la costumbre de mover el tronco de manera independiente. Piensan que su movilidad es secundaria, por no decir una simple continuidad de los movimientos de los brazos y piernas. No tienen la costumbre de mover el tronco independientemente del movimiento de los miembros. Incluso parecen vivir como si su tronco fuera completamente o parcialmente inmóvil. En todo caso, pensamos poder vivir sin tener que recurrir especialmente a la movilidad independiente del tronco. La vida puede vivirse sin que tengamos que darle importancia.
¿Habría que decir que tener un cuerpo normal significa no tener la necesidad de activar el tronco, igual que la persona que goza de salud apenas se preocupa de ella?
Tal y como se constata a diario en el contexto técnico de las diferentes actividades corporales, todos estamos poco acostumbrados a crear movimientos complejos con el tronco. En efecto, hay pocas articulaciones visibles en el tronco aparte de los hombros, los omóplatos y las caderas… A modo de caricatura, podría decir que mucha gente tiende a concebir su cuerpo como si fuera el de Pinocho.
Mi impresión personal es la siguiente.
A veces, tenemos ocasión de ver alguna marcha militar. Los soldados andan a paso acompasado según el ritmo de la música militar, levantando las piernas y moviendo los brazos. Algunos encontrarán estas escenas bellas y reconfortantes, ya que estas marchas representan una cierta orden, una fuerza, un sistema subyacente a la sociedad. Personalmente, no comparto esta apreciación. Tengo la impresión de estar viendo unos títeres. Mi imagen del guerrero es muy diferente, pero es mi opinión personal.
A veces me siento tentado de comparar el paso militar ordenado con el de la danza clásica donde los bailarines expresan también la belleza de sus gestos a través de los movimientos del cuerpo. Soy sensible a la elegancia del cuerpo y de sus movimientos. Pero desde que estudio y elaboro la danza marcial (jian-wu), no puedo evitar ver de otro modo la movilidad del tronco. Porque lo esencial de la danza marcial se realiza a partir de la activación del tronco, aunque ésta sea poco visible.
La danza marcial – jian-wu
A propósito de la danza marcial (jian-wu), he estudiado atentamente el texto de Wang Xhiangzhai (1886-1963) en «O Kôsai den» (Transmisión de Wang Xhiangzhai), traducción de T. Ishikawa, corredacción de Sun Li y de Sài Shiming, ed. Bêsu-bôl (revista), Tokio 1996.
Wang Xiangzhai, fundador del Yiquan
He aquí algunos extractos:
…. Cada una de las expresiones técnicas tales como: «las olas bailan», «el dragón se divierte», «la grúa blanca », «la serpiente sorprendida» designa una forma técnica de boxeo. La danza del puño (boxeo) se llama también jian-wu (lit. danza de salud o de fortalecimiento) o wu-wu (lit. danza marcial). Esta forma de danza era muy popular en China en la época de Sui (581-618) y de Tang (618-907). Fue practicada como un método de bienestar y de la salud, y al mismo tiempo como un método de combate. La practicaban no sólo los adeptos de artes marciales, sino también los hombres de letras y los sabios. Después de esa época, la tradición de esta danza cayó en el olvido».
« Recientemente, el maestro Huang Muqiao, investigador del arte marcial, ha reconstituido varias formas de jian-wu en base a sus largos años de práctica, su estudio de las pinturas murales de los vestigios de Dui Huang y también de los bailarines pintados en obras de cerámica».
« Durante el período de la Guerra del Norte (hacia 1925), viajé al sur de la China y tuve la suerte de conocer al maestro Huang Muqiao en Huan Nan. Me dio clases de jian-wu y aprendí la línea esencial de esta forma de danza, pero no podía comprender sus sutilezas ocultas. He enseñado esta danza a algunos de mis alumnos, pero sólo unos diez fueron capaces de aprender las sutilezas».
« La condición indispensable para el aprendizaje de la danza de boxeo es el dominio de los «cuatro como». Es decir: «el cuerpo está como una fundición, como si estuviera lleno de plomo, como si todos los músculos formaran un solo bloque, como si los cabellos se erizaran como hilos. »
« Sin satisfacer estas condiciones, vuestra danza no representará más que los movimientos superficiales de los miembros, y nunca podréis bailar bien. También dije que «la potencia (jin) reside en el cuerpo y la fuerza (li) sale fuera de él». Cuando alcancéis el nivel de realización de «los cuatro como» mediante el ejercicio del zhan zhuang, significará que habréis obtenido la potencia interna (nèijin) ».
« El ejercicio de «cuatro formas» es el más propicio para conseguir la eficacia en el combate, al aprender cómo hacer estallar la potencia interna (nèijin) convirtiéndola en fuerza externa… »
De acuerdo con estos textos, podemos comprender que la danza que se llamaba jian-wu o wu-wu era una práctica corporal que implicaba un campo cultural mucho más amplio que el que entendemos hoy cuando pensamos en la danza. La transmisión de esta danza quedó interrumpida en el transcurso de la historia, y fue reconstruida durante el siglo XX.
Aunque esta práctica haya sido interrumpida en tiempos pasados, podemos imaginar que una parte esencial de ella habrá impregnado diferentes prácticas corporales chinas. Creo que esta tradición está presente implícitamente en las diferentes corrientes de las artes marciales chinas.
El secreto
Los bailarines clásicos de nuestros días tienen los miembros muy flexibles y la elegancia de sus gestos es incontestable. Sin embargo, no me complace comprobar la poca activación de su tronco en sus movimientos, porque su tronco me parece efectivamente poco móvil. ¿Será un prejuicio mío?
Cada una de las zonas energéticas o chakras se sitúa cerca de la línea central del tronco, y los costados pueden activarse como acordeones. Pero muchos ignoran que estas zonas pueden producir movimientos sutiles y complejos y producir así una gran fuerza dinámica. En la práctica del kiko (qi-gong) y del arte marcial, la activación del tronco es un punto esencial de la eficacia para el bienestar y para el dinamismo. No es fácil, en efecto, implementar dicha activación porque pocas personas parecen ser conscientes de esta posibilidad. De hecho, son potencialidades que están sumergidas en nuestras costumbres corporales y por ello quedan disimuladas.
Un saber puede quedar oculto espontáneamente debido a nuestra ignorancia o a nuestra falta de perspicacia, pero puede disimularse también de forma intencionada si uno quiere poseerlo y mantenerlo secreto por astucia. Es el mantener un estado de disimulación lo que da lugar a un secreto.
Veámoslo de cerca.
La existencia del tronco es evidente para todos. Al darse cuenta de esta evidencia, se convierte en una trivialidad que constituirá el refugio más propicio para guardar un secreto. Recordemos esta frase: «El secreto es como las pestañas: están tan cerca de los ojos que no se las ve…»
Mientras no se pueda hacer emerger una evidencia, se ignorará, y al quedar a oscuras, constituirá un secreto. Para las artes marciales, este secreto es aún más importante ya que oculta puntos esenciales para producir la fuerza y la velocidad, pero también para crear un modo particular de percepción.
(Ver la Crónica N ° 7: Las primeras capacidades corporales y las segundas capacidades corporales.)
Por ejemplo, la velocidad, la fuerza y la sutileza del iai (el arte de desenvainar el sable) se realizan con la activación de todo el cuerpo, y en particular ciertas zonas del tronco incluyendo las caderas. Sin saber cómo activarlas, sería imposible destacar en este arte. La velocidad del gesto no se produce por la agitación de la mano, sino por el conjunto del cuerpo basado en la línea central del tronco.
Las diferentes escuelas de artes marciales transmiten la sutileza de la activación corporal, particularmente la del tronco, lo que constituye un secreto de la enseñanza. La eficacia se consigue mediante ejercicios que implementan este secreto. Hasta que no los pongamos en práctica, los ejercicios no pueden ser fructuosos.
Como veremos más adelante, lo que se llama en la práctica corporal “el secreto”, los conocimientos esenciales, se dejan de lado por la ignorancia y se mira a otro lado. El secreto existe… Les invito a releer la crónica N ° 8.
Pero un secreto es como un mapa para buscar el tesoro escondido en la cumbre de una montaña. Incluso si has conseguido el mapa, tendrás que alcanzar con tus propias piernas la cumbre de la montaña donde se esconde el tesoro. Y si tienes la suerte de encontrarlo, todavía tendrás que llevarlo a casa, pues si no, ningún tesoro, cualquiera que sea, podrá serte útil.
El método equivale al mapa y el entrenamiento corresponde a la puesta en práctica del método, es decir, corresponde a todos los esfuerzos necesarios para traer el tesoro hasta tu casa para poder beneficiarte de ello.
De otro modo, la posesión del mapa no te servirá para nada. Sin embargo, sin el mapa (método), nunca podrías llegar al tesoro. Por tanto, el método es esencial, pero por sí solo no es suficiente.
La activación de los chakras
En la práctica del kiko del Método Yayama, el concepto de chakras en yoga se aplica en relación con la medicina china. El chakra se define como una zona o centro de la energía vital y dinámica. Aplico el aspecto dinámico de este concepto en mi método.
Si activas una zona ventral del cuerpo, la parte dorsal correspondiente se moverá de manera complementaria. Las dos partes (delantera y dorsal) del tronco se mueven de modo simultáneo. Esto corresponde al dinamismo de las partes yin y yang del cuerpo, lo que toca lo esencial del taichi chuan. Porque la técnica del taichi chuan sólo puede formarse mediante las acciones dinámicas de las partes yin y yang del cuerpo. De otro modo, no tiene sentido llamarlo taichi chuan, ya que taichi significa la integración dinámica del yin y el yang. De modo que no hay taichi chuan sin la movilización de las partes yin y yang del cuerpo.
Si movilizas los chakras según el principio del taichi, se activarán como si cada una de estas zonas formara una bisagra.
Estas zonas son las siguientes para la parte delantera:
– bajo la garganta
– esternón
– plexo solar
– ombligo
– bajo vientre
Recuerda que para cada zona, hay que incluir la parte dorsal correspondiente. Las partes dorsal y ventral están estrechamente ligadas.
En la práctica, puedes imaginar el tronco como si contuviera cinco bolas de energía que sobresalen de la parte delantera y dorsal del tronco. Puedes activar estas bolas siguiendo el método. Vimos que estas cinco zonas se moverán como bisagras. Por eso, en la práctica de nuestro método, a veces los llamamos chakras, y otras veces bisagras.
El secreto se forma cuando uno piensa haber comprendido
Cualquiera que sea la disciplina en artes marciales, la activación de estas zonas es primordial ya que constituye la fuente para aumentar las capacidades dinámicas más allá del nivel ordinario. Por eso, el método de su activación suele quedar disimulado en la transmisión. Hay que saber que en la transmisión de las artes corporales, hay una parte visible y una parte invisible.
Uno de los ejemplos más flagrantes es el ejercicio de zhan-zhuang (ritsu-zen). Se trata de un ejercicio aparentemente inmóvil para obtener diferentes resultados, como por ejemplo la fuerza de la integración total del cuerpo, la formación de la sensación del qi (ki), una profunda sensación de relajamiento del cuerpo y de bienestar, la mejora de la salud…
El aspecto visible de este ejercicio es el de una simple postura, mientras que el efecto buscado varía según la manera y el nivel de comprensión del practicante. Por tanto, interpretarás el objetivo de este ejercicio en función de cómo lo comprendas. Es el comienzo del secreto. Me explico con la ayuda de una imagen.
Tienes delante un objeto precioso. Imagino dos casos cuando estás frente a este objeto.
El primer caso:
Puedes guardarlo con celo como un tesoro de valor incuestionable. Podrás transmitirlo en la familia de generación en generación.
El segundo caso:
No estás satisfecho simplemente con guardarlo como un objeto precioso. Quieres conocer su composición con el fin de poder reproducirlo.
Al cabo de varios años de búsqueda laboriosa, encuentras el componente del objeto. Te dices entonces: «Ahí está, he encontrado su composición.» Al haber invertido en ello mucho tiempo y energía, piensas «Por fin he comprendido el secreto de esta materia preciosa».
Piensas ser el dueño del secreto.
Pero en realidad, este objeto está formado por una decena de materias sobrepuestas bajo una apariencia homogénea. Habías encontrado solamente la primera capa del objeto…
Mientras tengas la idea de que este objeto está hecho de una materia única, la que encontraste, estarás convencido de conocer la composición del objeto. Ni en sueños creerás que todavía pueden existir otros nueve componentes del objeto…
Esta situación imaginaria ilustra la complejidad de la búsqueda, cuyo camino está sembrado de trampas.
Muchas personas creen que sólo hace falta aprender la técnica corporal y mover los miembros de modo sistemático. Entonces, como hemos visto en la Crónica N ° 8, una técnica digna de tal nombre implica sutilezas difíciles de realizar que pueden constituir un secreto en la enseñanza y en la transmisión. El secreto es aquello que debe quedar oculto. Si está escondido, puede ser intencionado debido a la astucia, o puede ser debido a nuestra ignorancia.
Continuará…
Foto portada: 小查
7 septiembre, 2012
A mayores de la ignorancia, posible y probable, ya no sólo del alumno sino, a veces, también del maestro se une otra dificultad en la transmisión de los secretos: cada persona siente de una forma única y particular y entiende, por tanto, de forma distinta de aquel con el que se comunica.