En la antigüedad los conflictos entre personas, y por extensión entre grupos de personas o pueblos, acababan con frecuencia en guerras en las que, la superioridad sobre el enemigo determinaba la propia supervivencia de la persona o grupo. No es de extrañar por tanto la importancia de estar bien preparados en el arte de la guerra; para salir no solo victoriosos, sino con vida.
Un ejemplo de refinamiento en estas técnicas de combate lo tenemos en oriente.
Jutsu
En el antiguo Japón, como en el resto de países y épocas, las artes marciales nacieron de la necesidad de sacar el máximo provecho de las técnicas en situaciones de combate, en donde la vida se ponía en riesgo.
Así pues se desarrollaron, entre otras, distintas artes destinadas a la mejora y perfeccionamiento de habilidades (jutsu) tales como:
- Kenjutsu (combate de espada)
- Sojutsu (lucha de lanza)
- Kyujutsu (tiro con arco)
- Bojutsu (palo)
- Bajutsu (equitación)
- Sui Ren (destrezas en el agua, natación etc.)
- Boryaku (estrategia militares)
- Seishin Teki Kyoyo (refinamiento espiritual – meditación)
- Taijutsu (combate sin armas)
Todo este repertorio de técnicas estaban destinadas a un mejor aprovechamiento de los recursos existentes en aquella época.
Do
Con la aparición de las armas de fuego (Kayakujutsu – pirotécnica y explosivos) las demás artes de guerra quedaron en desuso, por razones obvias.
Lo mismo ocurrió con todas las artes, no solamente las marciales. En el caso de la pintura con la aparición de la cámara fotográfica, los artistas buscaron otra forma de expresar la realidad, pues las cámaras podían hacerlo mas fielmente y con mayor rapidez. Es así como nació el impresionismo, el expresionismo, cubismo, surrealismo o cualesquiera tendencias de pintura; en donde la finalidad ya no era tan practica y funcional como expresiva.
Las artes marciales sufrieron también esa misma evolución, pasando del Jutsu al Do. Fue entonces cuando pasaron de ser habilidades de lucha contra los demás, para convertirse en elemento de búsqueda interior y lucha contra uno mismo.
Deporte
Con todo, todavía habría una evolución posterior. La mayoría de estas artes al expandirse a occidente se fusionaron con las formas culturales aquí existentes, dando lugar a los deportes de combate que hoy todos conocemos.
En todo este proceso las artes marciales pasaron de ser formas destinadas a la supervivencia, a ser técnicas de desarrollo interior y espiritual,y a una forma de expresión deportiva en las que los objetivos son bien diferentes.
El entrenamiento deportivo busca como es obvio los resultados en las competiciones (las medallas), y estas a su vez dependen de una rigurosa adaptación a un reglamento. Dicho reglamento, persigue entre otros aspectos, la practica segura y por ello se han eliminado todos aquellos elementos técnicos susceptibles de ocasionar lesión en el adversario.
En esa adaptación es donde reside el mayor de los inconvenientes, ya que hacen que la practica deportiva se aleje de la practica marcial, pues el entrenamiento e interiorización de esos elementos ”peligrosos” son los que pueden marcar la diferencia en caso de conflicto real.
Si buscamos rescatar la parte marcial y practica, debemos hacerlo con la necesaria adecuación a los tiempos, normas y leyes existentes hoy en día.
Antaño, en la época feudal japonesa; los samurai se reservaban el derecho de poder decapitar a cualquier plebeyo que les hubiera faltado al respeto (Kiri-Sute Gomen) en el mismo momento de la ofensa. Con la sola necesidad de presentar un testigo que ratificara los hechos con posterioridad, era suficiente para justificar la acción. Hoy en día los tiempos son distintos y las leyes también. No es suficiente que tengamos la supuesta razón moral para defendernos de una agresión, insulto o vejación.
Si queremos ser eficientes debemos considerar la necesidad de defendernos, no solamente en la calle , sino ante los tribunales también. No siempre las razones morales son razones legales, y para nada justifican una respuesta desproporcionada y desmedida nacida de la cólera del momento. Se hace necesario pues el desarrollo de una serie de habilidades que nos permitan poder responder de manera adecuada a las distintas formas de agresión de que podemos ser objeto, sin por ello ir en contra de la congruencia, proporcionalidad y oportunidad que delimita la ley.
¿Que cosas nos hacen daño?
¿Que riesgos amenazan mi seguridad?
Fuente: www.goshinkai.es
Foto portada: paazio
19 abril, 2020
Good