El cuerpo del taichi
El taichi chuan se trabaja con el cuerpo relajado. Pero al igual que con las tensiones musculares, existen también grados con la relajación. Buscamos una relajación global y no parcial, es decir, una capacidad de orden técnico. Es un paso obligatorio para aprender lo que es la fuerza del taichi.
La relajación muscular voluntaria y global implica, de alguna manera, preparar el terreno para cultivar la fuerza del taichi –producida por la activación de una serie de músculos que no estamos acostumbrados a utilizar.
« De un terreno parcialmente arado sólo brotará una fuerza parcial. » Aquí, el «terreno parcialmente arado» corresponde a la relajación parcial, es decir, a la que se consigue sin un entrenamiento especial. El refrán se puede interpretar del modo siguiente:
Una fuerza «total» requiere un terreno de «distensión total» (pudiendo remplazar el término «total» por las palabras «del más alto grado».)
Una técnica de arte marcial es la expresión de una fuerza específica adquirida por la práctica de una disciplina; es una expresión del cuerpo formado por el método específico de una disciplina. En otras palabras, la fuerza específica de una disciplina es la expresión del cuerpo formado según el principio que la rige. Así, lo que produce la fuerza del taichi es el cuerpo del taichi.
¿Qué quiere decir «cuerpo del taichi»?
Practicar el taichi no significa hacer una serie de movimientos llamados taichi chuan. Significa ante todo formar un cuerpo capaz de activarse según el principio del taichi. Significa activar las partes yin y yang del cuerpo de modo que formen una complementariedad dinámica. En efecto, si uno no sabe activar el cuerpo de esta manera, ¿cómo puede decir que practica el taichi chuan?
Esta movilidad debe manifestarse a partir del tronco en todos los gestos. Aquí reside el primer problema (y escollo) para muchas personas que creen que hacer el taichi chuan significa practicar las secuencias asociadas con dicho nombre.
Examinémoslo de cerca.
En la mayoría de los casos, la gente se contenta con aprender y repetir las secuencias del taichi chuan. Pero no se trata de mover el cuerpo como si fuéramos Pinocchio —un juguete de madera desprovisto de las referencias de la movilidad (las partes yin y yang) y con el tronco visto como un bloque rígido. Se trata de aprender a realizar movimientos técnicos activando las partes yin y yang del cuerpo. Yo me di cuenta de la activación del tronco estudiando el arte del sable japonés clásico (kenjutsu). Asistí a un ejercicio de taichi chuan ejecutado por una mujer, con mi maestro de kenjutsu. De pronto éste comentó, « ¡Qué rígidos son sus gestos! ». En aquel momento no comprendí bien lo que él quería decir, porque los gestos parecían flexibles, elegantes, y ella estaba completamente tranquila ejecutándolos. El maestro me explicó: « No hay que fijarse en los movimientos de las manos y los brazos. Observe su tronco. Ella no sabe activarlo. » Para él, lo esencial de los gestos se situaba al nivel del pecho que, en el caso de esta dama, permanecía efectivamente sin movilidad, mientras que movía las manos y los brazos con gran flexibilidad. « La parte esencial permanece inmóvil, sus gestos carecen de movilidad, y por eso digo que está rígida. »
Desde entonces, adquirí la costumbre de observar y apreciar los gestos técnicos de esta manera. Hacer el taichi activando las partes yin y yang del cuerpo de modo complementario debe ser ante todo el punto de partida de esta práctica. Las partes yin y yang del cuerpo (anterior-posterior, parte baja-parte superior) deben funcionar en concierto y en complementariedad formando tensiones complementarias con el fin de producir gestos técnicos. Si no, ¿por qué llamarlo taichi chuan? Por tanto, la práctica del taichi chuan no consiste solamente en mover los brazos, las manos y las piernas para repetir unas secuencias preestablecidas. Para ver y comprobar la activación de las partes yin y yang del cuerpo, cada uno debe examinar su propia práctica, y también la de otros, sin fijarse en los movimientos de las extremidades.
Si no tuvieras brazos, ¿qué moverías? ¿Qué es lo que queda si eliminamos los movimientos de las manos? Si el tronco no se mueve, mover las extremidades al estilo del taichi, no es nada más que una gimnasia rudimentaria. Creo que para entrenar eficazmente, hay que saber activar las partes energéticamente importantes, es decir, los centros de energía que corresponden a los chakras en yoga.
El cuerpo del taichi es el que sabe activar los centros de energía con el principio del taichi; la integración dinámica de los elementos complementarios, el yin y el yang. Activando y reforzando las zonas de los chakras, el ejercicio es bueno para la salud y propicio para producir la fuerza.
Así es como concibo mi método de práctica. No pretendo de ninguna manera que sea el mejor; simplemente digo que es el mejor que conozco.
El orden de los ejercicios de mi método
A continuación explico el orden de los ejercicios que propongo.
1) Localizar : Poner la mano sobre las zonas energéticas del cuerpo, en el orden siguiente: bajo la garganta, esternón, plexo solar, ombligo, bajo vientre. Tocándolas, localizamos de modo tangible las zonas energéticas que debemos activar en los ejercicios. Estas zonas corresponden a grosso modo a los chakras del yoga. Procuramos activar estas zonas con el principio del taichi, lo que conlleva un aumento energético, ya que el chakra es un centro de energía. La activación de estas zonas favorece el aumento de la fuerza.
2) Activar : Comprimimos en cada zona y formamos así una movilidad del tronco. Al comprimir la parte anterior, el pecho se hunde y experimenta un ensanchamiento de la zona opuesta en la espalda. Esta reacción de la zona posterior en respuesta al movimiento de la zona anterior, corresponde al principio del taichi. Trabajar y comprobar la movilidad de cada una de las zonas.
3) Reforzar : Habiendo aprendido a activar cada zona, podemos aprender a reforzarlas. (Existen varios modos de fortalecimiento que comunicaré por imágenes).
4) Utilizar : Una vez reforzadas, la mejora así producida puede utilizarse en las técnicas. (Proporcionaré esquemas gráficos). Estos tipos de ejercicios implican, de hecho, la activación de los músculos profundos de la zona próxima a la columna vertebral. En efecto, la práctica del taichi chuan debe llevarnos a la movilización y al fortalecimiento de estos músculos profundos. Recapitulemos. - Queremos despertar y activar las zonas ricas en una fuerza dinámica potencial, porque no responden fácilmente a nuestra voluntad. - Para despertar estas zonas, primero hay que localizarlas. - Habiéndolas localizado, podemos intentar moverlas para activarlas bien. - Al hacer que se muevan, podemos sensibilizarlas. - Al sensibilizarlas, poco a poco comprenderemos cómo reforzarlas. - Cuando las hayamos reforzado, podremos intentar utilizarlas de forma técnica. Mientras no sepamos conseguir la movilidad de estas zonas, nuestra fuerza técnica se mantendrá dentro de unos límites ordinarios, mientras que el arte marcial pretende sobrepasar dicho nivel.
Continuará..
Fuente: www.tokitsu.es
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