Traducción de Oskar Gutiérrez
Hemos comenzado interrogando sobre el futuro del karate actual examinando los potenciales del kata y su situación presente. Si no lográis seguir el hilo de este texto debéis consultar los tres artículos anteriores.
En el sistema antiguo, practicar el karate era prácticamente la misma cosa que ejercerse en los katas. Mediante el kata los adeptos se fortalecían. El papel del kata era más importante que hoy, puesto que se aprendía con las ramificaciones técnicas complejas para cada una de las técnicas que se enseñaban.
Volvamos al tema de reflexión inicial: la técnica espectacular y la técnica poco visible. Para abordar esta cuestión propondré los siguiente ¿Cómo y en qué condiciones una técnica de combate puede ser eficaz?
Diréis por la fuerza, la velocidad, el timing,…
Olvidáis entonces una cosa fundamental: la técnica de combate es eficaz cuando no se ve.
La eficacia de cualquier técnica aumenta al máximo si se utiliza de manera que el adversario no la vea. Uno de los papeles de la velocidad consiste en disminuir la visibilidad del gesto; por el contrario, el adversario si logra verla hace que la eficacia disminuya.
Es evidente entonces que cuando se reflexiona sobre una técnica simple no se tiene en cuenta comprender los fenómenos del combate y la transmisión.
En efecto, en la época en la que el arte de combate tenía un verdadero papel social por su eficacia los adeptos profundizaban las técnicas de esta manera, es decir: para que las técnicas fueran lo menos visibles posible, invisibles realmente. La preocupación principal de sus entrenamientos era ¿cómo se puede hacer este u otro movimiento técnico sin que el adversario le vea?
Las técnicas elaboradas con esta idea eran transmitidas de manera oculta, puesto que era necesario disimularlas de las miradas de eventuales adversarios. Era necesario no hacer conocer la especificidad de la escuela. No era cuestión de dejar observar el entrenamiento.
Subrayemos de nuevo que en lo concerniente a la calidad técnica y el sistema de transmisión, el karate clásico se apoyaba sobre un sistema exotérico poco visible, mientras que hoy se apoya sobre un sistema opuesto, aquel que se muestra.
En el karate clásico la demostración pública no tenía sentido. Si se hacía con ocasión de una fiesta o un evento excepcional, era mostrado principalmente «las flores» de las técnicas, escondiendo «los frutos».
Los adeptos nobles del castillo de Shuri apreciaban las técnicas sobrias y eficaces que empleaban el mínimo gesto necesario y despreciaban las «espectaculares». Las denominaban «técnicas campesinas». Sus ojos buscaban percibir en la ejecución de un kata los instantes en los que las técnicas eran verdaderamente «cortantes» y la habilidad con la que eran disimuladas en gestos aparentemente ineficaces. Un adepto prestaba importancia únicamente a la mirada de sus semejantes. Consciente de las miradas de los adeptos no era cuestión de hacer una demostración para complacer al público.
La desaparición de esta consciencia fue el comienzo del cambio del karate en Okinawa. He oído a un maestro de karate originario de Okinawa decir: «En los dojos de karate que se ubican próximos a un enclave turístico, se cambiaban frecuentemente las técnicas. Se hacían demostraciones cada vez más espectaculares y en consecuencia la enseñanza se transformó»
Bruce Lee ha contribuido al desarrollo de las artes marciales chinas y el karate en masa. Sus cualidades de actor acrobático eran innegables. Lo que él muestra en sus películas eran precisamente «las flores». «Los frutos» son generalmente imposibles de comunicar en una película.
Es lamentable que muchos pretendidos especialistas en artes marciales no sepan hacer esta detención primaria.
Incluso el difunto Toshiro Mifune, fallecido al final de 1997, que representaba perfectamente bien los papeles de un maestro de sable, no siendo adepto del sable; era un muy buen actor en las escenas de sable, lo cual es diferente. En Japón las películas de las escenas de combate son dirigidas por especialistas de la acción, escenas denominadas «tateshi». Éstos son maestros del espectáculo de combate. Tienen más o menos experiencia en las artes marciales, pero no se les puede confundir con maestros del arte de combate.
Lo invisible no es transmisible por el sistema visual. La transmisión del karate de antaño consistía en comunicar directamente al discípulo mediante la práctica, las sutilezas técnicas invisibles a las miradas ordinarias. Convertirse en adepto implica llegar a tener una mirada capaz de alcanzar el fondo. Cuando lo esencial se oculta bajo un película sobre la cuál se dibuja un espectáculo el adepto es aquél cuya mirada es capaz de atravesar esta película ¿no es esto la cualidad específica de un especialista? En un arte digno de este nombre la apreciación de la calidad necesita el ojo ejercitado de un adepto. Es lo mismo para el karate. Sin embargo la mayor parte del karate de hoy ha llegado a ser un espectáculo cuya apreciación no necesita el ojo ejercitado del adepto.
El espectáculo de artes marciales está hecho para los espectadores no practicantes en general, pudiendo ver hasta los detalles de los movimientos. Las técnicas aquí deben ser visibles, bien visibles, absolutamente visibles para ser apreciable.
Como hemos visto la técnica más eficaz es la que el adversario es incapaz de percibir. ¿cómo una técnica invisible incluso a los ojos del adversario entrenado podría ser visible para los espectadores inexpertos?
¿No es el momento de poner en evidencia la diferencia fundamental entre el espectáculo de las artes marciales y las artes marciales auténticas?
Uno de los problemas de las artes marciales modernas consiste en la confusión de estos dos fenómenos totalmente diferentes : arte marcial en sí y espectáculo marcial. Este último es de algún modo un parásito del primero, para ser creible se apoya en el primero y lo rechaza al domino del mito.
Para evitar desnaturalizar las artes marciales, hay que distinguir entre el arte marcial auténtico y el espectáculo marcial y atribuir a cada uno su valor relativo, no se trata de rechazar la existencia del espectáculo marcial, son los adeptos que deben liberarse de la concepción agobiante del espectáculo y que pueden construir un dominio y una manera de practicar que admita las miradas de verdaderos expertos.
En lo que concierne al espectáculo, no hay ambigüedad en el arte del circo, que va al límite de lo visible. Los espectadores, no especialistas ven ahí el grado de hazaña y entonces aplauden; los especialistas de circo podrían hacer un espectáculo de artes marciales mejor que cualquier adepto.
Basta distinguir los dominios de las disciplinas corporales. El uno tiende a lo visible y el otro a lo invisible.
¿Por qué razón esta distinción ha surgido?
Reforma del karate a comienzo del siglo XX
Al comienzo del siglo XX los karatekas salen del período clásico. Buscan afirmarse en la sociedad moderna japonesa de la cual depende la isla de Okinawa.
En 1905 el karate será adoptado como nueva disciplina de educación física escolar en Okinawa. Esta es el comienzo de la expansión del karate al dominio público.
Si el arte marcial exotérico se convierte en una práctica popular no es por que las puertas de acceso hayan sido simplemente abiertas. Ha habido una reforma en el karate en este sentido. Eso lo debemos comprender hoy. ¿de qué tipo de reforma se trata?
Me limitará a indicar las dos reformas más importantes que son:
- El modelo de enseñanza y práctica
- La técnica de combate
La reforma del modelo de la enseñanza práctica
Primeramente para que el karate sea aceptado como disciplina escolar, es necesario que los inspectores de la educación nacional estén convencidos de su valor educativo y también que los padres de los alumnos lo aprueben. Por esto se tuvo que efectuar una reforma del karate clásico a fin que sus valores fueran comprensibles a los ojos de los no practicantes. Los inspectores debían ser convencidos de que el karate era una disciplina tan eficaz como los modelos de referencia de la educación física de la época, a saber el modelo de la formación militar occidental.
Es en esta condición social que el karate ha sido transformado en una práctica disciplinada que permitía una formación colectiva. Antaño la formación era individual o como mucho en grupo de dos o tres. Por consecuencia no había ritual de disciplina: en línea, saludo formalizado, órdenes de consignas «un», «dos», «tres»,… girar, atrás, parar. Así el saludo colectivo al maestro bajo las órdenes del grado más alto, replica el saludo militar bajo la bandera.
Subrayamos que todos estos rasgos considerados como una tradición japonesa son en sí réplica de la disciplina occidental. En Japón en los tiempos de los samurai y en Okinawa en el período del karate clásico, la disciplina era muy diferente de la de las artes marciales japonesas contemporáneas. Precisaré este punto en otros textos.
La reforma de la técnica de combate
La organización de la enseñanza del karate influye sobre su contenido. Un gran número de reformas técnicas fueros efectuadas en el período 1905-1915. Lo veremos próximamente.
19 febrero, 2020
Yo quiero entrenar en karacter kik