El deporte, hoy en día, ha pasado ha ser una actividad de minorías ha convertirse en uno de los actos sociales con mayor proyección en nuestra sociedad.
La evolución hacia el encuentro de una sociedad mas sana, lleva indiscutible unido una mayor atención al cuidado del cuerpo tanto por medio de una alimentación más adecuada como por la realización de una actividad física. En este camino hacia la salud tratamos de buscar “el deporte más completo” en el que el desarrollo fisiológico y psicológico de la persona vaya parejo. Miles de personas en todo el mundo encuentran este equilibrio en el karate, descubriendo muchas de ellas, a través de esta disciplina, una nueva forma de vida.
El karate para mí es uno de los deportes básicos de la actividad física en el cual pueden basarse otras disciplinas deportivas. El karate es pues, un medio de educación física, pero además es un deporte.
Según mi opinión es también un medio de entretenimiento cuando se práctica como una actividad agradable sin estar sujeto a la responsabilidad de competir, por esto me parece que cumple en gran medida todos los objetivos de la educación física (mejora la salud, fortalecimiento corporal, adquisición de destreza y de educación del movimiento) y que además facilita el conocimiento de uno mismo, proporciona sentimientos de confianza y seguridad y educa la voluntad.
Por todo ello considero que es una de las actividades físicas más completas, ya que el karate está constituido por un conjunto numeroso y variado de ejercicios de los diversos segmentos (partes) corporales y en los que entran en juego la inmensa mayoría de las articulaciones y grupos musculares.
Hoy, el deporte en general, mueve grandes masas de gente y enormes sumas de dinero; esto lleva a una frenética búsqueda de métodos que mejoren el rendimiento físico, incorporando entrenadores, preparadores físicos, psicólogos y modernos equipos médicos. En este contexto tan actual el karate lleva muchos años de adelanto, pues la transmisión de la experiencia a lo largo de las generaciones ha formado a los maestros de esta disciplina en todos los aspectos del crecimiento humano, así un perfecto conocimiento de la anatomía, de las técnicas deportivas y de la mente humana, son requisitos que todo profesor de karate ha debido de adquirir previamente para luego poder transmitir al alumno las enseñanzas correctas para que este pueda desarrollar unas cualidades físicas básicas (fuerza, velocidad y elasticidad) y capacitándolo a su vez para conseguir el control sobre sus impulsos, clave en la formación de todo individuo que pretenda vivir en sociedad.
La popularidad del karate a través de todo el mundo se ha incrementado mucho durante los últimos 15 años. Junto con el aumento de la popularidad se ha dado un fenómeno desafortunado en forma de interpretación errónea y realizaciones equivocas, considerando muchos que se trata simplemente de otro tipo de lucha oriental y despojándolo de otros aspectos básicos e inseparables de esta disciplina (y sin los que no podría entenderse) como son su faceta espiritual (recordemos que no es solo un deporte sino también una filosofía de vida) y la de desarrollo y control del propio cuerpo en busca del equilibrio y de la salud.
El karate como arte marcial, es una disciplina en la que se conjugan tanto lo creativo y personal (“arte”) como la efectividad y contundencia (en lo que ha “marcial” se refiere).
Esta destinado a desarrollar el carácter a través del entrenamiento practico llegando a dominar el cuerpo y todos sus movimientos con absoluto control del mismo.
Las armas en el karate son las distintas partes del cuerpo lo que hace que la práctica de esta disciplina logre unos resultados desde el punto de vista físico muy recomendables para cualquier persona que decida practicar este deporte.
La evolución que ha sufrido el karate en los últimos años y la gran cantidad de adeptos que lo practican no debe “parcializar” la visión global que siempre debemos tener del karate, no solo en su faceta mas actual y conocida de deporte-competición sino también como expresión de una filosofía de la vida u del espíritu oriental. El objetivo final es conseguir un perfecto equilibrio entre el cuerpo y la mente (dos conceptos vivos y dinámicos y por tanto en constante evolución) lo que facilitara la superación de nuestras limitaciones físicas y psíquicas.
La práctica del karate no consiste solo en derrotar a un oponente, sino en poder sincronizar en ritmos cada vez mas coherentes las actividades corporales, ya que un cuerpo saludable soporta mucho mejor el paso del tiempo. La práctica en el tatami de una amplia y variada serie de técnicas corporales aporta a nuestro cuerpo una mejoría física importante y completa.
Al hablar del karate como medio de educación física nos estamos refiriendo al mismo como un sistema de enseñanza deportiva con una finalidad primordial que es conservar la salud y favorecer la prevención de enfermedades; este es el concepto y rango que debe concederse al karate en su faceta física; cualquier otro es una desviación o enfoque parcial de su verdadero sentido. Por eso hay que considerar al karate, no solamente como un deporte de competición (que yo defiendo y le concedo todos los honores, ya que a través de la faceta competitiva el karate es cada día mas conocido) sino como una actividad con un doble carácter higiénico-deportivo (nos ayudara a mejorar la coordinación, potencia, flexibilidad y velocidad de nuestro cuerpo).
El aporte, que un deporte como el karate puede hacer a nuestra estructura corporal es grande. Por ello las primeras etapas de nuestra vida son las mas idóneas para iniciarse en esta actividad física, ya que favorece en gran medida el desarrollo psicomotor del niño y lo prepara para acceder a otros aprendizajes superiores. La práctica del karate desde la infancia puede por ejemplo, y desde el punto de vista físico, prevenir o ayudar a corregir ciertas alteraciones de la columna vertebral. Los ejercicios en posición erecta y equilibrada con entrenamiento de los músculos de la espalda y de sostén, hacen rectificar o frenar la formación de estas posturas viciosas.
Todo entrenamiento de karate provoca modificaciones importantes en la estructura de los huesos. La radiología aplicada ha podido poner en evidencia un aumento de las dimensiones transversales de las diáfisis de los huesos largos y engrosamiento de periostio (cortical del hueso) provocando una hipertrofia funcional y asegurando al sistema oseo-articular una mayor capacidad de trabajo. Lógicamente estas modificaciones varía en función a la forma de entrenamiento (sea de fuerza, de velocidad, etc.), a la edad a la que se inicia la practica del karate y al estado de nutrición.
El karate infantil no solo vera mejorado su rendimiento físico sino que irá forjando su espíritu en la disciplina y el desarrollo de una voluntad férrea de trabajo que posiblemente le acompañara toda su vida.
Por tanto las aportaciones que este arte marcial hace a la salud no son nada despreciables.
En síntesis:
• Estimula el crecimiento y endurecimiento del hueso en niños (en adultos disminuye el riesgo de osteoporosis).
• Favorece el desarrollo psicomotor del niño.
• Favorece el aumento de resistencia corporal (por el estímulo continuado que supone para la bomba cardiaca el entrenamiento diario) así como el desarrollo de la fuerza y la potencia máxima.
• Favorece la autoconfianza.
• Sirve como método de autodefensa.
• Retrasa el inevitable declive físico y psíquico que supone la edad dada la dualidad cuerpo-mente que caracteriza esta disciplina (recordemos que es “una forma de vida” y de ver la vida y no solo un deporte).
• Posee la vertiente competitiva.
Por: Rodolfo Suárez Alonso C.N. 8º dan de karate-Do Gensei-ryu
Arbitro mundial de kumite y kata (W.K.F.)
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