INDICE
PRÓLOGO
- LEGALIDAD.
-Con tu Federación.
-Con los Estamentos Oficiales.
-Contigo mismo.
- TU MOTIVACIÓN.
-Vocación.
-Económica.
-Ego.
- LA INDUMENTARIA.
- PROGRAMACIÓN PREFIJADA Y VARIABLE.
- CAPACIDADES A DESARROLLAR.
-Capacidad para modificar tu metodología en función de la edad del alumnado.
-Capacidad para colocarte al nivel de comprensión del grupo al que formas.
-Capacidad para adaptarte y darles utilidad a los medios o recursos de que dispones.
-Capacidad para crear en el alumnado inquietudes que les incentiven a la investigación.
-Capacidad de interrelacionarte con el alumnado.
-Capacidad de interrelacionarte con los padres.
- FORMACIÓN.
-Cursos especializados.
-Otros estilos.
-Otras Artes Marciales.
-Distintos deportes.
-La vida misma.
- PILARES BÁSICOS.
-Tradición.
-Respeto y disciplina.
- LA COMPETICIÓN.
- LA PROMOCION DE GRADOS
PRÓLOGO:
Cuando me enfrasqué en esta aventura de la pedagogía, hace ya de aquello veintisiete años, me encontré con multitud de situaciones para las que nadie me había preparado o informado, cosas que no se entrenan en el Dojo y sin embargo son de vital importancia para iniciarte en este mundo de la docencia Marcial.
Con este estudio quiero aportar al nuevo instructor de Karate una humilde guía sobre los diferentes aspectos que deberá afrontar, siempre mirado bajo mi particular prisma, no intento con ello marcar cátedra.
De cada uno de los apartados que expongo escuetamente, se podría hacer una tesina.
A ti, nuevo instructor, en tus primeros pasos, has de tener en cuenta que este mundo, la docencia, te va a aportar grandes satisfacciones, pero también en su contra responsabilidades y sinsabores que deberás afrontar con profesionalidad y solvencia.
De sobra sabemos los que llevamos unos años en esto que puedes ser el mejor técnico del mundo, haber hecho grandes gestas y tener un sinfín de aciertos, pero todos ellos se tornarán en grises cuando tengas el más mínimo tropiezo, por el que serás juzgado y evaluado, quedando ninguneado todo el buen trabajo realizado año tras año. Y esto en todos los ámbitos: legales, deportivos, médicos, etc.
1-LEGALIDAD
Con tu Federación;
- Con la afiliación del club en la misma.
- Con tu titulación reconocida.
- Con tu licencia y la de tus alumnos.
Con los Estamentos Oficiales;
- Dando de alta el club en el Registro de Entidades Deportivas de la Comunidad Regional donde perteneces.
- Dando de alta el Club en el Registro de Asociaciones del Municipio donde tengas el Club.
- Sacando el N.I.F. del club en Agencia Tributaria, “Hacienda”.
- Dando de alta el Club en la Seguridad Social.
Contigo mismo;
- Tener un Seguro de Responsabilidad Civil, para cuando el asunto se torne por cauces legales.
Por ponerte un ejemplo, cualquier lesión sufrida por uno de tus alumnos será puesta en tela de juicio:
- ¿Qué ejercicio se hacía?
- ¿Está dentro de la normalidad de la actividad impartida?
- ¿El ejercicio que ha producido la lesión se puede realizar en la edad del lesionado/a?
Esto puede suceder con el alumno más antiguo o con el más moderno, no hay memoria residual.
Con todo ello quiero llegar a la conclusión de que has de estar respaldado legalmente.
2-TU MOTIVACIÓN
(Motivación para ponerse el Karategui a diario)
Está claro que las motivaciones que te muevan, pueden ser varias:
- Vocación:
La gran satisfacción de aportar formación a un grupo de personas que verás crecer a tu lado, en todas las facetas.
El mayor de los reconocimientos a tu trabajo será, el ver pasar las generaciones de una misma familia por tu Dojo, otorgándote la confianza al dejar a su hijo/a para que le transmitas los mismos conocimientos que antes han recibido ellos de tu mano.
- Económica:
Ya que todo profesional que realice un trabajo esperará que se le recompense salarialmente.
- Ego;
El yo, el sentirte útil, el reconocimiento de la sociedad.
Pero no todo es de color de rosa, tendrás muchos días malos (cansancio, desmotivación, enfermedad, etc.) en los que no te apetecerá cambiarte y dar las clases. Esto deberás afrontarlo y superarlo con profesionalidad. Y, sobre todo, no dejarlo patente en el Dojo.
3-LA INDUMENTARIA
Es algo importantísimo. El Karategui es nuestra prenda de trabajo y hay que llevarla con orgullo.
Independientemente del tipo de entrenamiento impartido, ya sea oficial, de competición, de exhibición, curso, revisión de examen, u otro; no se puede prescindir de él. El chándal lo puede llevar cualquier otro técnico de cualquier deporte, nuestro Karategui es una seña de identidad. Es verdaderamente lamentable ver a un instructor ejerciendo en pantalones vaqueros, ¡¡que los hay!! por desgracia.
Somos un referente para nuestros alumnos, por lo que hay que cuidar hasta el último detalle de nuestra vestimenta. Ten en cuenta que somos el objetivo directo de todas las miradas del aforo, por lo que cuidaremos la forma de llevarla, sus longitudes, su correcto estado. Todos ellos serán parámetros que imitarán tus alumnos. Si tú llevas el Karategui largo, ellos lo llevaran también, e igualmente se repetirá en todos los demás aspectos.
Hay que prestar especial atención a nuestro aseo personal.
No podemos exigir nada que no cumplamos nosotros.
4-PROGRAMACIÓN
(PREFIJADA Y VARIABLE).
La programación ha de ser objetiva, creada al inicio de temporada y buscando los objetivos anuales que determines, pero has de tener la capacidad de modificarla en pro de los imprevistos que surjan en el transcurso de los entrenamientos del día a día, como por ejemplo:
- Competiciones no establecidas en calendario previo.
- Cambios en fechas de exámenes o exhibiciones por razones casuales.
- Detectar que los ejercicios creados no son captados por la mayoría de los alumnos o no aportan los objetivos pretendidos en fecha, por lo que habrá que modificarlos y adaptarlos al nivel de asimilación del alumnado, dándoles un nuevo enfoque.
Esto sólo se consigue sentándose delante del ordenador o cuaderno de trabajo, diariamente, apuntando las tribulaciones del entrenamiento dado y los inconvenientes observados, para subsanarlos en los siguientes a transmitir.
Aquí no hay musas para la inspiración, se ha de ser constante y profesional, al igual que en cualquier otro trabajo. No es admisible presentarse a impartir un entrenamiento sin objetivo ni programación, improvisando la materia en función de cómo se vea al alumnado ese día o de cuál sea tu estado de ánimo.
Continuara….
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