Es generalmente conocida la importancia que los orientales conceden al ceremonil en cualquiera de sus actividades. Las artes marciales no podian constituir una excepcíón y su práctica se halla rodeada de un estricto reglamento que se cumple con un rigor acorde con su propio carácter marcial. Si prescindir de las normas del ceremonial representa una enorme falta de educación en el desarrollo de la vida social corriente, las faltas cometidas contra la normativa que regula dicho ceremonial en las Artes Marciales podrían tener consecuencias mucho más graves para el infractor, incluida, desde luego, su expulsión del seno del grupo con que se practica.
Entre los componentes del ceremonial figura destacadamente y en primer lugar el «REIGISAHO», conjunto de reglas que forman el ritual del saludo en Oriente. En las artes marciales el saludo adquiere una excepcional importancia:El Saludo al «DOJO», a los simbolos, a las representaciones de los grandes maestros (SHIHAN), a los compañeros, a los superiores o inferiores en categoría, a profesores, maestros, entrenadores, etc.
El saludo se utiliza al entrar y salir del Dojo, al hablar con un compañero, con su superior, al colocarse frente a ellos para una práctica de «Kumite», al iniciar y finalizar un kata, después de una explicación del maestro o profesor y con cualquier otro pretexto es preceptivo el saludo.
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